EN EL RÍO DE DIOS….
LA
BIBLIA NOS HABLA:
Para que entendamos... Para que comprendamos la maravillosa enseñanza,
que el Señor nos va a transmitir hoy en esta ocasión, pero antes permítame
decirle amado, que la fiesta de los
Tabernáculos es la séptima de las siete fiestas que celebra el pueblo de Israel,
es decir: La Pascua; El Pan sin Levadura; Las Primicias; El Pentecostés; Las
Trompetas; La Expiación y la fiesta de los Tabernáculos, y en la fiesta de los
tabernáculos el pueblo de Israel recuerda el éxodo que vivieron sus antepasados en el
desierto, por eso es que ellos habitan en cabañas para recordar los años que no
tuvieron un hogar... Pero, ¿Qué hacen en las cabañas? Recordar los milagros que
habían experimentado sus antepasados durante la travesía por el desierto. (El
mar Rojo, la columna de nube en el día, la columna de fuego por la noche, el
mana y el agua de la roca), pero ese no es el punto, el punto es que el Señor
Jesucristo en el último día de la fiesta de los Tabernáculos se encontraba en
medio de la multitud cuando los sacerdotes regresaban del estanque de Siloé en
una procesión extremadamente gozosa. La cual consistía en que un grupo de
sacerdotes dirigidos por el Sumo sacerdote, traían durante los ocho días que
duraba dicha fiesta agua del estanque de Siloé en vasijas de oro y de plata, ¿Para
qué? Para ser rociadas (como libaciones), en el altar del holocausto del Atrio
del Templo… y cuando la fiesta estaba en su máxima expresión de alegría y gozo,
y mientras el Sumo Sacerdote decía: “Con
alegría sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación.”, ver Isaías
12:3 NVI, “…Jesucristo se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura,
de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de
recibir los que creyesen en Él; Pues aún no había venido el Espíritu Santo,
porque Jesús no había sido aún glorificado.”, RVR 1960, pero ese no es el
punto, aunque es hermoso y precioso, el punto es: ¿Cuál es la enseñanza que el
Señor Jesucristo nos está dando en esta Su enseñanza?, ¿Cuál es la enseñanza?
Escuche con mucha mayor atención:
“El que cree en Mí ¿En quién? En Cristo
Jesús, como ha dicho la Escritura: “De
lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.”” (Juan 7:38)
En este día quisiera comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo,
que nadie conoce el verdadero valor del agua hasta que la sed le golpea literalmente
el alma... y eso fue lo que le sucedió al pueblo de Israel... “Toda la congregación de los hijos de
Israel partió del desierto de Sin, para continuar sus etapas, de acuerdo a las órdenes del
Señor. Después acamparon en Refidim, donde no había agua para que el pueblo
bebiera, así que le reclamaron a Moisés,
diciéndole: ¡Danos agua para beber! ¿Por qué me hacen reclamaciones a mí? ¿Por
qué ponen a prueba a Dios? Contestó Moisés. Pero el pueblo tenía sed, y hablaron
en contra de Moisés. Decían: ¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Para
matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales? Moisés clamó
entonces al Señor, y le dijo: ¿Qué voy a hacer con este pueblo? ¡Un poco más y me matan a pedradas! Y el
Señor Dios le contestó: Pasa delante del pueblo, y hazte acompañar de algunos
ancianos de Israel. Llévate también el bastón con que golpeaste el río, y ponte
en marcha. Yo estaré esperándote allá en el monte Horeb, sobre la roca. Cuando
golpees la roca, saldrá agua de ella para que beba el pueblo...”, ver Éxodo 17:1 al 6 DHH... Dios hizo
brotar agua de una roca; De una roca aparentemente igual a todas, para que el
pueblo de Israel se saciara literalmente, pero espiritualmente nos dice el
apóstol Pablo: “Porque no quiero que
ignoréis hermanos, que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube y todos
pasaron por el mar; Y en Moisés todos fueron bautizados en la nube y en el mar;
Y todos comieron el mismo alimento espiritual; Y todos bebieron la misma bebida
espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; Y la roca era
Cristo.”, ver Primera de Corintios 10:1 al 4... El Señor Jesucristo es la
Roca y de esa Roca emana agua viva...
“...Todo el que beba de esta agua
volverá a tener sed; Le dijo el Señor Jesucristo a la samaritana con
respecto al pozo de Jacob, pero el que
beba del agua que yo le daré, NO tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le
daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.”,
ver Juan 4:13 al 14... Y eso no solo se dio allí, sino que también se daba en
donde Él se encontrara... Y hoy también es así, ya que Cristo Jesús nos ha dado
el Espíritu Santo sin medida para que lo disfrutemos EN ABUNDANCIA.
El agua es un elemento indispensable para nuestra vida física... por
otro lado, el agua tipifica o simboliza al Espíritu Santo y el Espíritu Santo
es indispensable en nuestra vida espiritual, ¿Qué le quiero decir? Que el poder
que emana del Señor Espíritu Santo hace en el terreno de lo espiritual lo que
el agua hace en el orden material... El agua limpia; El agua purifica; El agua
refresca; El agua apaga la sed y convierte el campo estéril en tierra
fructífera… por otro lado:
...El agua del Espíritu Santo nos regenera.
...El agua del Espíritu Santo nos limpia y purifica.
...El agua del Espíritu Santo nos aparta de los hábitos
pecaminosos.
...El agua del Espíritu Santo es fuente que produce
ríos de santidad y renovación.
La Biblia nos muestra que el Espíritu Santo es presentado por el: Fuego,
viento, aceite y agua.
La Biblia nos habla en sus páginas:
1.- De un Dios de abundancia...
En misericordia y fidelidad, ver
Éxodo 34:6.
2.- De un Dios de
crecimiento... En el conocimiento de Él,
ver Colosenses 1.10.
3.- De un Dios de multiplicación...
De señales, prodigios y Palabra, ver Hechos 12:24.
4.- De un Dios de lo
imposible... Pero, para el que cree; Todo
es posible, ver Marcos 9:23.
El Señor es el único que puede tomar lo poco o nada que somos, para
multiplicárnoslo por su maravilloso y bendito poder... Y en este día, y en este
día, nos lo quiere multiplicar amado... Y para eso abramos nuestras Biblias en
el libro de san Juan, en el capítulo 7:37 al 39 LBLA:
“Y en el último día,
el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como ha dicho la
Escritura: De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva. Pero Él
decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir;
porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido
glorificado.”
Juan, el apóstol, quiere que nosotros revisemos lo que ocurrió en la
fiesta de los Tabernáculos (Succoth, H 5523)…¿PARA QUÉ?
1.- NÚMERO UNO: Una invitación a seguirle...
“…Si alguno tiene
sed, venga a mí y beba…”
Pero, ¿A que nos está invitando? A lo que dijo y aun nos sigue diciendo
Ezequiel... Escuche: “El hombre me hizo
volver después a la entrada del templo. Entonces vi que por debajo de la puerta
brotaba agua, y que corría hacia el oriente, hacia donde estaba orientado el templo.
El agua bajaba por el lado derecho del templo, al lado sur del altar. Luego me
hizo salir del terreno del templo por la puerta norte, y me hizo dar la vuelta
por fuera hasta la entrada exterior que miraba al oriente. Un pequeño chorro de
agua brotaba por el lado sur de la entrada. El hombre salió hacia el oriente
con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la
corriente; el agua me llegaba a los tobillos. Luego midió otros quinientos
metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba entonces hasta las
rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua
me llegaba ya a la cintura. Midió otros quinientos metros y la corriente era ya
un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que sólo
se podía cruzar a nado.”, ver Ezequiel 47:1 al 5 DHH... ¿Qué le quiero
decir? Que Jesús, que Cristo Jesús nos está invitando a sumergirnos en el rio
de Dios; En el rio que nace del corazón de Dios… En el rio que trae salud,
poder, unción, sanidad, libertad, restauración y restitución, es decir:
Plenitud, es decir: Gozo, salvación y vida eterna... Pero, ¿Por qué digo eso? Por
lo que nos ilustró el Señor Jesucristo en los versículos 37, 38 y 39 del
capítulo 7 del libro de Juan, ¿Y que nos ilustró? Lo siguiente… Escuche: El
hombre, es decir usted y yo necesitamos tenerle a Él mediante el misterio del
agua... Sin agua no hay vida; Sin agua no hay bonanza; Sin agua no hay
prosperidad; Sin agua todo se transforma en un desierto... Y así es la vida del
cristiano sin Dios, es decir: Un desierto. ENTENDIERON... Entonces, si
entendieron, ¿Qué dije? Dije: Jesús nos está invitando a buscarlo como lo hizo
el salmista: “Una cosa he demandado a
Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi
vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”,
ver Salmos 27:4... Pero, ¿Por qué nos invita? Porque Él respeta nuestras
decisiones, aun cuando estas sean equivocadas… Su mensaje es seguirle
voluntariamente; Su mensaje es una invitación, ¿Y por qué digo eso? Por el ejemplo
que nos dejó claramente de la samaritana, “...Todo
el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo
le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en
él en una fuente de agua que brota para vida eterna. La mujer le dijo: Señor,
dame esa agua.”, ver Juan 4:13 al 15.
2.- NÚMERO DOS: Nos muestra las bendiciones de seguirle...
“…El que cree en mí,
como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.”
La gente busca agua para satisfacer su necesidad, como ser: Beber,
asearse y fisiológicas, pero el Señor nos ofrece algo más que una solución a
una necesidad inmediata... En otras palabras, Si alguno tiene sed, venga a mí y beba de mi agua, dice el Señor, NO sólo para calmar su propia sed,
sino para que dé su interior corran ríos de agua viva; Corran ríos de bendiciones para que se
multipliquen dentro de ustedes, de modo que se conviertan en una fuente de
nuevas corrientes para otros... pues escrito esta: “...y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas cuyas aguas
nunca faltan.”, ver Isaías 58:11 RVR 1960, ¿Qué le quiero decir? Que el
Señor nos está ofreciendo poseer desde hoy hasta la eternidad, una fuente
inagotable de bienestar, llámese: Espíritu Santo... Pero, ¿Para qué? Para que
dé en nosotros mucho fruto para con Dios y para con los demás, ver Gálatas 5:22
al 23, Amén.
El agua reverdece hasta el desierto más desolado y el Espíritu Santo también
hace lo mismo en nuestra alma... El Espíritu Santo nos puede cambiar el alma...
El Espíritu Santo le puede cambiar el alma hasta al ser humano más perdido a la
de un hijo de Dios, y con todos los privilegios que esto conlleva… pues escrito
esta: “Porque todos los que son guiados
por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el
espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido
el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! El Espíritu mismo
da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos,
también herederos; Herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.”,
ver Romanos 8:14 al 17 RVR 1960, Aleluya.
3.- NÚMERO TRES: Nos enseña que nuestra eternidad depende de seguirle...
“...Esto dijo del
Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido
el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”
Nuestra vida espiritual tiene un propósito... No es una casualidad, ya
que Dios Padre trazó un plan perfecto desde la eternidad para que se cumpliera
al pie de la letra... La venida de Cristo; Su ministerio; Su muerte y Su
resurrección... Todo se cumplió al pie de la letra para que usted y yo seamos
salvos, pero eso no quiere decir hermano, que nosotros somos salvos siempre
salvos... por eso consejo: “...Ocupémonos
de nuestra salvación con temor y
temblor.”, ver Filipenses 2:12... Dios nos escogió a nosotros y marcó en
nuestros corazones el Señorío del Espíritu Santo, ver Efesios 1:9 al 14, ¿Qué
le quiero decir? Que esa marca, llámese: Espíritu Santo, es la marca que nos
hace tener una buena relación con nuestro, “!!Abba,
Padre!”... Y eso nos tiene que motivar para esperar con mucha alegría y
gozo la venida de nuestro Señor Jesucristo en secreto, es decir: En el Harpazó
(G 726), es decir: En el arrebatamiento, ver Primera de Tesalonicense 4:13 al
18, Primera de Corintios 15:51 al 53, Gloria a Dios, Aleluya.
...El Señor Jesucristo nos selló con el Espíritu
Santo, ver Efesios 1:13 al 14.
...Nosotros somos moradas
y templo del Espíritu Santo, ver Primera de Corintios 3:16.
...El Espíritu Santo nos
llena de su presencia, poder y nos capacita con diferentes dones para el bien común, ver Primera de
Corintios 12:7 al 11, ¿Qué le quiero decir? Que el Espíritu Santo nos quiere
llenar y desbordar para que seamos canales de bendición HACIA OTROS.
Por eso, me pregunto y le pregunto:
¿Qué fluye, en nuestro interior?
Será: ¿Las cataratas vivificantes de Dios o las aguas turbias de nuestra
vieja naturaleza?... por eso consejo: Que nuestra decisión en este día sea
cerrar y anular las represas de aguas turbias, y a la vez abrir los torrentes que
nacen en el corazón de Dios para que corran por nuestro interior y salpiquen a
todos los que nos rodean con mucha, pero mucha bendición... Recuerde, lo que
dice la escritura: “Bendiciendo te
bendeciré…”, ver Génesis 22:17 RVA.
Por eso quisiera terminar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo,
que el pueblo de Israel se había trasladado de lo real a lo ritual... Ya no
vivían bajo una atmosfera de milagros; Sino bajo un conjunto de reglas y
rituales que los alejaban cada vez más de la relación con el Eterno… Y es por
eso, que aún siguen celebrando la fiesta de los Tabernáculos trayendo agua al
altar del holocausto del Atrio del Templo... Agua que refresca; Agua que
limpia; Agua que purifica, pero la verdadera agua viva, llámese: Espíritu Santo es quien nos hace redargüir para
corregir en nuestro interior lo que no agrada a Dios Padre... y fue por eso que
el Señor Jesucristo dijo y aun nos sigue diciendo: “El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: De lo más profundo de
su ser brotarán ríos de agua viva,”... En otras palabras, el Espíritu Santo
quiere darse a conocer; El Espíritu Santo quiere enseñarnos, como en su tiempo
lo hizo Jesús con los doce... En otras palabras, el Espíritu Santo quiere
renovarnos, fortalecernos, ungirnos y conducirnos al diseño que Dios ha
establecido para cada uno de nosotros desde antes de la fundación del mundo...
por eso consejo: En medio de las dificultades; En medio de las adversidades, de
las angustias, de los problemas y de la sequía espiritual, acerquémonos al
Señor, es decir: Fortalezcamos nuestra comunión con el Espíritu Santo, porque
el Espíritu Santo... Escuche con atención: Porque el Espíritu Santo no decepciona,
sino todo lo contrario, es decir que cada vez nos va a derramar más la unción...
Pero, ¿De quién? De Cristo Jesús.
“…Esto dijo del
Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él…”, Jesús es el que nos
da a beber de Su Espíritu y esa bebida nos une a un verdadero río de poder
sobrenatural. El Espíritu del Señor está morando en nosotros, pero lo más
impresionante de esto es que también puede ser soltado fuera de nosotros para
operar milagros y maravillas, ¿Lo crees?... por eso consejo: No busquemos la fuente de aguas vivas en otro lugar, ver Jeremías 2:13.
Hermano; Hermana: ¿Queremos vivir felices?
Acerquémonos a Cristo Jesús; A la fuente
de aguas vivas. Hoy todavía podemos beber de Su agua; Mañana podría ser muy tarde… Reflexiona, Amén
Recuerde, que el Espíritu Santo quiere transformarnos desde adentro...
Recuerde, que solo en Él podemos nacer de nuevo, ser una nueva creación, ser
milagros vivientes, es decir, que pasamos de muerte a vida... Bebamos de la
Roca espiritual; Convirtámonos en una fuente
de aguas vivas, para que podamos experimentar el poder transformador del
ESPÍRITU SANTO.
07 de Septiembre de 2019
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo
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