EN EL RÍO DE DIOS….

LA BIBLIA NOS HABLA:

 “El que cree en Mí ¿En quién? En Cristo Jesús, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.”” (Juan 7:38)

En este día quisiera comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo, que nadie conoce el verdadero valor del agua hasta que la sed le golpea literalmente el alma... y eso fue lo que le sucedió al pueblo de Israel... “Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin, para continuar sus etapas, de acuerdo a las órdenes del Señor. Después acamparon en Refidim, donde no había agua para que el pueblo bebiera, así que le reclamaron a Moisés, diciéndole: ¡Danos agua para beber! ¿Por qué me hacen reclamaciones a mí? ¿Por qué ponen a prueba a Dios? Contestó Moisés. Pero el pueblo tenía sed, y hablaron en contra de Moisés. Decían: ¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Para matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales? Moisés clamó entonces al Señor, y le dijo: ¿Qué voy a hacer con este pueblo? ¡Un poco más y me matan a pedradas! Y el Señor Dios le contestó: Pasa delante del pueblo, y hazte acompañar de algunos ancianos de Israel. Llévate también el bastón con que golpeaste el río, y ponte en marcha. Yo estaré esperándote allá en el monte Horeb, sobre la roca. Cuando golpees la roca, saldrá agua de ella para que beba el pueblo...”, ver Éxodo 17:1 al 6 DHH... Dios hizo brotar agua de una roca; De una roca aparentemente igual a todas, para que el pueblo de Israel se saciara literalmente, pero espiritualmente nos dice el apóstol Pablo: “Porque no quiero que ignoréis hermanos, que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube y todos pasaron por el mar; Y en Moisés todos fueron bautizados en la nube y en el mar; Y todos comieron el mismo alimento espiritual; Y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; Y la roca era Cristo.”, ver Primera de Corintios 10:1 al 4... El Señor Jesucristo es la Roca y de esa Roca emana agua viva... “...Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed; Le dijo el Señor Jesucristo a la samaritana con respecto al pozo de Jacob, pero el que beba del agua que yo le daré, NO tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.”, ver Juan 4:13 al 14... Y eso no solo se dio allí, sino que también se daba en donde Él se encontrara... Y hoy también es así, ya que Cristo Jesús nos ha dado el Espíritu Santo sin medida para que lo disfrutemos EN ABUNDANCIA.

El agua es un elemento indispensable para nuestra vida física... por otro lado, el agua tipifica o simboliza al Espíritu Santo y el Espíritu Santo es indispensable en nuestra vida espiritual, ¿Qué le quiero decir? Que el poder que emana del Señor Espíritu Santo hace en el terreno de lo espiritual lo que el agua hace en el orden material... El agua limpia; El agua purifica; El agua refresca; El agua apaga la sed y convierte el campo estéril en tierra fructífera… por otro lado:

...El agua del Espíritu Santo nos regenera.
...El agua del Espíritu Santo nos limpia y purifica.
...El agua del Espíritu Santo nos aparta de los hábitos pecaminosos.
...El agua del Espíritu Santo es fuente que produce ríos de santidad y renovación.

La Biblia nos muestra que el Espíritu Santo es presentado por el: Fuego, viento, aceite y agua.

La Biblia nos habla en sus páginas:

1.- De un Dios de abundancia... En misericordia y fidelidad, ver Éxodo 34:6.
2.- De un Dios de crecimiento... En el conocimiento de Él, ver Colosenses 1.10.
3.- De un Dios de multiplicación... De señales, prodigios y Palabra, ver Hechos 12:24.
4.- De un Dios de lo imposible... Pero, para el que cree; Todo es posible, ver Marcos 9:23.

El Señor es el único que puede tomar lo poco o nada que somos, para multiplicárnoslo por su maravilloso y bendito poder... Y en este día, y en este día, nos lo quiere multiplicar amado... Y para eso abramos nuestras Biblias en el libro de san Juan, en el capítulo 7:37 al 39 LBLA:

“Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva. Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.”

Juan, el apóstol, quiere que nosotros revisemos lo que ocurrió en la fiesta de los Tabernáculos (Succoth, H 5523)…¿PARA QUÉ?

 Para que entendamos... Para que comprendamos la maravillosa enseñanza, que el Señor nos va a transmitir hoy en esta ocasión, pero antes permítame decirle amado, que la fiesta de los Tabernáculos es la séptima de las siete fiestas que celebra el pueblo de Israel, es decir: La Pascua; El Pan sin Levadura; Las Primicias; El Pentecostés; Las Trompetas; La Expiación y la fiesta de los Tabernáculos, y en la fiesta de los tabernáculos el pueblo de Israel recuerda el éxodo que vivieron sus antepasados en el desierto, por eso es que ellos habitan en cabañas para recordar los años que no tuvieron un hogar... Pero, ¿Qué hacen en las cabañas? Recordar los milagros que habían experimentado sus antepasados durante la travesía por el desierto. (El mar Rojo, la columna de nube en el día, la columna de fuego por la noche, el mana y el agua de la roca), pero ese no es el punto, el punto es que el Señor Jesucristo en el último día de la fiesta de los Tabernáculos se encontraba en medio de la multitud cuando los sacerdotes regresaban del estanque de Siloé en una procesión extremadamente gozosa. La cual consistía en que un grupo de sacerdotes dirigidos por el Sumo sacerdote, traían durante los ocho días que duraba dicha fiesta agua del estanque de Siloé en vasijas de oro y de plata, ¿Para qué? Para ser rociadas (como libaciones), en el altar del holocausto del Atrio del Templo… y cuando la fiesta estaba en su máxima expresión de alegría y gozo, y mientras el Sumo Sacerdote decía: “Con alegría sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación.”, ver Isaías 12:3 NVI, “…Jesucristo se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él; Pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”, RVR 1960, pero ese no es el punto, aunque es hermoso y precioso, el punto es: ¿Cuál es la enseñanza que el Señor Jesucristo nos está dando en esta Su enseñanza?, ¿Cuál es la enseñanza? Escuche con mucha mayor atención:

1.- NÚMERO UNO: Una invitación a seguirle...

“…Si alguno tiene sed, venga a mí y beba…”

Pero, ¿A que nos está invitando? A lo que dijo y aun nos sigue diciendo Ezequiel... Escuche: “El hombre me hizo volver después a la entrada del templo. Entonces vi que por debajo de la puerta brotaba agua, y que corría hacia el oriente, hacia donde estaba orientado el templo. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al lado sur del altar. Luego me hizo salir del terreno del templo por la puerta norte, y me hizo dar la vuelta por fuera hasta la entrada exterior que miraba al oriente. Un pequeño chorro de agua brotaba por el lado sur de la entrada. El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos. Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba entonces hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba ya a la cintura. Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que sólo se podía cruzar a nado.”, ver Ezequiel 47:1 al 5 DHH... ¿Qué le quiero decir? Que Jesús, que Cristo Jesús nos está invitando a sumergirnos en el rio de Dios; En el rio que nace del corazón de Dios… En el rio que trae salud, poder, unción, sanidad, libertad, restauración y restitución, es decir: Plenitud, es decir: Gozo, salvación y vida eterna... Pero, ¿Por qué digo eso? Por lo que nos ilustró el Señor Jesucristo en los versículos 37, 38 y 39 del capítulo 7 del libro de Juan, ¿Y que nos ilustró? Lo siguiente… Escuche: El hombre, es decir usted y yo necesitamos tenerle a Él mediante el misterio del agua... Sin agua no hay vida; Sin agua no hay bonanza; Sin agua no hay prosperidad; Sin agua todo se transforma en un desierto... Y así es la vida del cristiano sin Dios, es decir: Un desierto. ENTENDIERON... Entonces, si entendieron, ¿Qué dije? Dije: Jesús nos está invitando a buscarlo como lo hizo el salmista: “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”, ver Salmos 27:4... Pero, ¿Por qué nos invita? Porque Él respeta nuestras decisiones, aun cuando estas sean equivocadas… Su mensaje es seguirle voluntariamente; Su mensaje es una invitación, ¿Y por qué digo eso? Por el ejemplo que nos dejó claramente de la samaritana, “...Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua.”, ver Juan 4:13 al 15.

2.- NÚMERO DOS: Nos muestra las bendiciones de seguirle...

“…El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.”

La gente busca agua para satisfacer su necesidad, como ser: Beber, asearse y fisiológicas, pero el Señor nos ofrece algo más que una solución a una necesidad inmediata... En otras palabras, Si alguno tiene sed, venga a mí y beba de mi agua, dice el Señor, NO sólo para calmar su propia sed, sino para que dé su interior corran ríos de agua viva; Corran ríos de bendiciones para que se multipliquen dentro de ustedes, de modo que se conviertan en una fuente de nuevas corrientes para otros... pues escrito esta: “...y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas cuyas aguas nunca faltan.”, ver Isaías 58:11 RVR 1960, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor nos está ofreciendo poseer desde hoy hasta la eternidad, una fuente inagotable de bienestar, llámese: Espíritu Santo... Pero, ¿Para qué? Para que dé en nosotros mucho fruto para con Dios y para con los demás, ver Gálatas 5:22 al 23, Amén.

El agua reverdece hasta el desierto más desolado y el Espíritu Santo también hace lo mismo en nuestra alma... El Espíritu Santo nos puede cambiar el alma... El Espíritu Santo le puede cambiar el alma hasta al ser humano más perdido a la de un hijo de Dios, y con todos los privilegios que esto conlleva… pues escrito esta: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; Herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.”, ver Romanos 8:14 al 17 RVR 1960, Aleluya.

3.- NÚMERO TRES: Nos enseña que nuestra eternidad depende de seguirle...

“...Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

Nuestra vida espiritual tiene un propósito... No es una casualidad, ya que Dios Padre trazó un plan perfecto desde la eternidad para que se cumpliera al pie de la letra... La venida de Cristo; Su ministerio; Su muerte y Su resurrección... Todo se cumplió al pie de la letra para que usted y yo seamos salvos, pero eso no quiere decir hermano, que nosotros somos salvos siempre salvos... por eso consejo: “...Ocupémonos de nuestra salvación con temor y temblor.”, ver Filipenses 2:12... Dios nos escogió a nosotros y marcó en nuestros corazones el Señorío del Espíritu Santo, ver Efesios 1:9 al 14, ¿Qué le quiero decir? Que esa marca, llámese: Espíritu Santo, es la marca que nos hace tener una buena relación con nuestro, “!!Abba, Padre!”... Y eso nos tiene que motivar para esperar con mucha alegría y gozo la venida de nuestro Señor Jesucristo en secreto, es decir: En el Harpazó (G 726), es decir: En el arrebatamiento, ver Primera de Tesalonicense 4:13 al 18, Primera de Corintios 15:51 al 53, Gloria a Dios, Aleluya.

...El Señor Jesucristo nos selló con el Espíritu Santo, ver Efesios 1:13 al 14.

...Nosotros somos moradas y templo del Espíritu Santo, ver Primera de Corintios 3:16.

...El Espíritu Santo nos llena de su presencia, poder y nos capacita con diferentes dones para el bien común, ver Primera de Corintios 12:7 al 11, ¿Qué le quiero decir? Que el Espíritu Santo nos quiere llenar y desbordar para que seamos canales de bendición HACIA OTROS.

Por eso, me pregunto y le pregunto:

¿Qué fluye, en nuestro interior?

Será: ¿Las cataratas vivificantes de Dios o las aguas turbias de nuestra vieja naturaleza?... por eso consejo: Que nuestra decisión en este día sea cerrar y anular las represas de aguas turbias, y a la vez abrir los torrentes que nacen en el corazón de Dios para que corran por nuestro interior y salpiquen a todos los que nos rodean con mucha, pero mucha bendición... Recuerde, lo que dice la escritura: “Bendiciendo te bendeciré…”, ver Génesis 22:17 RVA.

Por eso quisiera terminar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo, que el pueblo de Israel se había trasladado de lo real a lo ritual... Ya no vivían bajo una atmosfera de milagros; Sino bajo un conjunto de reglas y rituales que los alejaban cada vez más de la relación con el Eterno… Y es por eso, que aún siguen celebrando la fiesta de los Tabernáculos trayendo agua al altar del holocausto del Atrio del Templo... Agua que refresca; Agua que limpia; Agua que purifica, pero la verdadera agua viva, llámese: Espíritu Santo es quien nos hace redargüir para corregir en nuestro interior lo que no agrada a Dios Padre... y fue por eso que el Señor Jesucristo dijo y aun nos sigue diciendo: “El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva,”... En otras palabras, el Espíritu Santo quiere darse a conocer; El Espíritu Santo quiere enseñarnos, como en su tiempo lo hizo Jesús con los doce... En otras palabras, el Espíritu Santo quiere renovarnos, fortalecernos, ungirnos y conducirnos al diseño que Dios ha establecido para cada uno de nosotros desde antes de la fundación del mundo... por eso consejo: En medio de las dificultades; En medio de las adversidades, de las angustias, de los problemas y de la sequía espiritual, acerquémonos al Señor, es decir: Fortalezcamos nuestra comunión con el Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo... Escuche con atención: Porque el Espíritu Santo no decepciona, sino todo lo contrario, es decir que cada vez nos va a derramar más la unción... Pero, ¿De quién? De Cristo Jesús.

“…Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él…”, Jesús es el que nos da a beber de Su Espíritu y esa bebida nos une a un verdadero río de poder sobrenatural. El Espíritu del Señor está morando en nosotros, pero lo más impresionante de esto es que también puede ser soltado fuera de nosotros para operar milagros y maravillas, ¿Lo crees?... por eso consejo: No busquemos la fuente de aguas vivas en otro lugar, ver Jeremías 2:13.

Hermano; Hermana: ¿Queremos vivir felices?

Acerquémonos a Cristo Jesús; A la fuente de aguas vivas. Hoy todavía podemos beber de Su agua; Mañana podría ser muy tarde… Reflexiona, Amén

Recuerde, que el Espíritu Santo quiere transformarnos desde adentro... Recuerde, que solo en Él podemos nacer de nuevo, ser una nueva creación, ser milagros vivientes, es decir, que pasamos de muerte a vida... Bebamos de la Roca espiritual; Convirtámonos en una fuente de aguas vivas, para que podamos experimentar el poder transformador del ESPÍRITU SANTO.


07 de Septiembre de 2019
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo

Comentarios

Entradas más populares de este blog

ESTE ES EL TIEMPO DE FLORECER

LA GLORIA POSTRERA

CUANDO EL SEÑOR NOS HABLA DOS VECES ES UNA LLAMADA DE ATENCIÓN….