A QUE VINO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO AL MUNDO PARTE II, A ENSEÑARNOS Y A EXPONERNOS

LA BIBLIA NOS HABLA:

“Jesús recorría ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.” (Mateo 9:35) NACAR COLUNGA

Continuando con la enseñanza que el Señor puso en mi espíritu desde la semana pasada, recordemos que nuestro Señor Jesucristo vino a este mundo a exponer y a enseñar las buenas nuevas del reino de Dios, es decir: el evangelio, es decir: el nuevo estilo de vida que todo Cristiano nacido de nuevo debe vivir en este mundo imperfecto… Es por eso, que usted y yo, debemos despojarnos de la vieja naturaleza pecaminosa, es decir: de los malos hábitos que traemos arraigados de familia en familia, o sea de generación, porque cuando uno llega rendido a los pies de Cristo, se debe despojar de todo lo que pueda estorbar el caminar hacia esa puerta estrecha… Y esto el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo...”, ver Segunda de Corintios 5:17 al 18. Además, nos dice: “…En cuanto a su pasada manera de vivir, despójense de su vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos.”, ver Efesios 4:22 RVC. Y es por eso que el profeta Isaías dijo: “No recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del pasado. He aquí, hago algo nuevo…”, ver Isaías 43:18 al 19. Esto quiere decir hermano, que nuestro caminar debe estar cimentado y fundamentado en el nuevo estilo de vida, es decir: el evangelio de Cristo, y por eso, tenemos que limpiarnos y vaciarnos de las malas costumbres… es decir: de los malos hábitos que hemos heredado de nuestra generación e incluso hasta de lo que hemos heredado de este mundo imperfecto… Recuerda, que nuestro Señor Jesucristo nos quiere llenar y traer algo diferente en estos tiempos… pero para que esto se cumpla, antes tenemos que sacar aquello que este estorbando nuestro caminar… Es por eso que el apóstol Pablo dice: “…si alguno se limpia de estas cosas, será un vaso para honra, santificado, útil para el Señor, preparado para toda buena obra.”, ver Segunda de Timoteo 2:21.

Y por lo tanto, deben tener presente en primer lugar, que ese anuncio que nos trajo nuestro Señor Jesucristo, es el centro de su mensaje, y fue enviado por su Padre para enseñarnos a construir ese reinado en este mundo imperfecto, pero que culminaría en la otra vida ya llegado a su plenitud, es decir: cuando se cumpla la promesa que Él nos ha dejado en los evangelios a todos los hijos espirituales que hayamos nacido de nuevo… Y es por eso que el apóstol Pablo en Primera de Tesalonicenses, en el capítulo 4:16 al 17 NTV, dice: “…el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero, los cristianos que hayan muerto se levantarán de sus tumbas. Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre.”… y en segundo lugar: que el reinado de Dios, es el fruto de Su santa voluntad y nuestro Señor Jesucristo con su vida y enseñanza, nos marca cuál es la voluntad del Padre para todo el que ha sido llamado a nacer de nuevo por medio de la Fe, por medio de la gracia, por medio del plan divino… En otras palabras, lo que trato de decirle es que Dios tiene un plan divino para nosotros y se encuentra en el libro de Romanos, en el capítulo 8:28 al 30, que dice: “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.”. Esto quiere decir amado hermano:
  • Que nuestro Padre celestial antes de que viniéramos a la tierra nos conoció y nos predestino, ver Eclesiastés 12:7 y Jeremías 1:5.
  • Que ya estando en la tierra el Señor nos llamó y nos justificó, ver Romanos 5:1.
  • Que cuando estemos con nuestro Señor Jesucristo en los cielos, es decir: cuando seamos arrebatados, nuestro Padre celestial nos glorificara, ver Colosenses 1:27.

Y por lo tanto, debemos tener presente, que para que se pueda cumplir ese plan divino que nuestro Padre celestial tiene establecido para nosotros, usted y yo debemos mantenernos en esta vida con Fe, con paz, con gozo, con felicidad, con alegría, en amor a Dios y al prójimo, en justicia y en santidad… ya sea: individualmente o en Koinonía, es decir: en fraternidad, en unión, en participación, en comunión... Por eso, siembra en tu corazón, que la manifestación más clara y convincente de ese reino de Dios aquí en la tierra es nuestro Señor Jesucristo, y esto él mismo nos lo afirma en el libro de Juan, en el capítulo 14:6, donde nos dice: “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”. Amén.

Además, debemos tener presente en primer lugar: que en este momento, usted y yo, estamos viviendo el reino de exposición de parte de Dios, pero también deben saber, que cuando nuestro Señor Jesucristo venga en su segunda venida a la tierra, en su venida pública, Él va a venir a imponer con vara de hierro el reino de Dios conjuntamente con Su Iglesia…Y esto la voz escrita de Dios Padre nos lo afirma diciendo: “De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones, y las regirá con vara de hierro...”, Apocalipsis 19:15… y en segundo lugar hermano: que nuestro Señor Jesucristo NO solo vino al mundo a salvar al mundo, a multiplicarse a través de nosotros, a darnos vida y vida eterna, a destruir las obras de satanás, a buscar y a salvar a los perdidos, a revelarnos al Padre y sobre todo hermano a anunciar las buenas nuevas del reino, es decir: el evangelio, es decir: el nuevo estilo de vida a toda criatura… ya que en el evangelio de Juan, en el capítulo 12:1 al 3, también nos muestra claramente que el Señor vino a este mundo a revelarnos nuestro caminar como cristiano, como hijo del Dios altísimo, es decir: que vino al mundo a enseñarnos la posición que todo cristiano nacido de nuevo debe tener siempre, para prosperar en la obra del Señor, y son:
  • PRIMERO: Escuchar la enseñanza, tal como lo hacía Lázaro.
  • SEGUNDO: Adorar en espíritu y en verdad, tal como lo hacía María.
  • TERCERO: A servir en el ministerio, tal como lo hacía Marta la hermana de Lázaro.

Es por eso amado hermano, que el salmista nos dice: “¡Qué bondadoso es el Señor! ¡Qué bueno es él! ¡Tan misericordioso, este Dios nuestro!”, ver Salmos 116:5.                                   

Por eso, les puedo afirmar con certeza, que nuestro Señor Jesucristo vino a este mundo en primer lugar a enseñarnos a todos los cristianos como debemos vivir en la tierra con los principios del cielo, es decir: el reino de Dios y Su justicia, ver Mateo 6:10… y en segundo lugar: que nuestro Señor Jesucristo, nos ha dejado revelado con exactitud, en el evangelio de Juan, en el capítulo 12:1 al 3, a lo que vino a este mundo, es decir:
  • A predicar las buenas nuevas.
  • A que lo adoremos, tal como lo hizo María.
  • A que lo honremos, tal como lo hacían María y Marta.
  • A que lo bendigamos, tal como lo hicieron María, Marta y Lázaro.

Ahora, permítame enseñarle por medio de la Palabra como debemos de adorar, de honrar, de bendecir y de conocer qué nos predicó realmente nuestro Señor Jesucristo, tomen nota:

1.- QUÉ VINO A PREDICAR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.

Él vino a predicar a este mundo acerca de la conversión, es decir: acerca del arrepentimiento, es decir: acerca de la Metanoia, es decir: acerca de un cambio profundo de la mente y del corazón… Y es por eso que el perito arquitecto de la Iglesia dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento...”, ver Romanos 12:2 RVR 1960. En otras palabras, lo que trato de decirle es que nuestro Señor Jesucristo vino a enseñar que la voluntad, que la mente, que los sentimientos y que las aflicciones que emanan del alma y del corazón deben ser transformados y restaurados… para que la vida del cristiano aquí en la tierra sea santa, justa y piadosa, porque solo así podrá andar en pos del camino, la verdad y la vida, llamado Cristo Jesús. Y es por eso que el profeta Jeremías dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? “, ver Jeremías 17:9 DHH. Y es por eso que el apóstol Pablo dice que el que se convierta realmente a nuestro Señor Jesucristo, debe “…despojarse de su vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos.”, En otras palabras lo que nos está diciendo el perito arquitecto es que usted y yo, que ya hemos aceptado a nuestro Señor Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, debemos cambiar nuestra vana manera de vivir. Y por lo tanto, debemos sembrar en nuestro corazón amado hermano, que “…El reino de Dios está cerca. ¡Arrepintámonos y creamos en las buenas nuevas!”, ver Marcos 1:15 NVI.

Además, debemos tener presente Iglesia de Cristo Jesús, que la conversión exige:

1.- PRIMERO: Un arrepentimiento genuino del pecado, porque el pecado hunde sus raíces en la mala disposición del amor y del corazón de las personas, y es por eso que se sitúa en una actitud de egoísmo y terquedad, y también es por eso amado hermano, que se proyecta en una vida construida al margen de la ley de Dios, es decir: de sus mandamientos… porque el pecado es un fallo en lo fundamental de la existencia cristiana y lo excluye del reino de Dios, o sea de vivir en la tierra con los principios del cielo, ver Mateo 6:10. Y por lo tanto, debemos tener presente, que todos los seres humanos al nacer traen en su interior la posibilidad de una oposición hacia nuestro Padre celestial por culpa del pecado original, que cometió el primer ser humano en el jardín del Edén, llamado Adán, y por eso deben tener presente:
  • Que la voluntad se inclina maliciosamente hacia conductas pecaminosas.
  • Que la inteligencia se mueve entre oscuridades y cae fácilmente en engaños.
  • Que la naturaleza humana ha quedado debilitada y herida en sus fuerzas naturales.
  • Que las pasiones, las emociones, las aflicciones y los sentidos del alma y del corazón, experimentan un desorden que las lleva a rebelarse al impulso de la razón humana.

2.- SEGUNDO: Abrir el corazón a la luz nueva. Es por eso que el apóstol Juan en primer lugar nos dice: “…Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad.”, ver Primera de Juan 1:5 NVI; y en segundo lugar hermano nos explica en su evangelio, en el capítulo 3:20 al 21 NVI, las posibles actitudes que un cristiano puede cometer ante la conversión, afirmando que: “...todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto. En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.”. Y por lo tanto, ten presente, que las buenas nuevas del reino de Dios, es decir: el nuevo estilo de vida, comienza con la conversión personal, ya que para entrar al reino de Dios es preciso renacer del agua y del Espíritu. Recuerden, que de esta manera Jesús se lo anuncio al fariseo Nicodemo, prominente entre los judíos, ver Juan 3:5. En otras palabras, lo que estoy diciendo es que cada ser humano que se convierte al Señor, debe tener un cambio profundo de mente y de corazón... Es por eso que Dios, para esta nueva vida, nos envió a Su Hijo amado. Pero, deben tener presente hermano, que para esta nueva vida existen tres requisitos, y son:
  • Arrepentirse de sus pecados, ver Marcos 1:15.
  • Aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador, ver Romanos 10:9.
  • Bautizarte en agua y recibir el bautizo del Espíritu Santo, ver Juan 3:1 al 13.
Y es por eso que nuestro Señor Jesucristo dice: “…En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.”, ver Juan 3:5. Además, nos dice: “…En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.”, ver Mateo 18:3. Y por lo tanto, debemos sembrar en nuestro corazón que: “…cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.”, ver Mateo 18:6 RVR 1960. 

2.- CÓMO LO DEBEMOS ADORAR.

En espíritu y en verdad, pero antes de abordar este punto permítame decirle: que la palabra adorar proviene de la palabra hebrea Shachah, que significa: orar, rendir culto, inclinarse, arrodillarse… Esto quiere decir en primer lugar: que adorar es el acto más sublime de tributar reverencia, adoración u homenaje a Dios, nuestro creador y al mismo tiempo es la ofrenda de uno mismo en servicio a Dios Padre. Es por eso que el salmista decía: “Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor.”, ver Salmos 95:6… y en segundo lugar hermano: que la adoración es un acto externo motivado por un sentimiento interno que es movido por medio del Espíritu Santo. Es por eso que el salmista decía: “Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre.”, ver Salmos 103:1 NVI.

Ahora, continuando con el punto deben tener presente, que en todas las congregaciones, hoy en día, existen dos formas de adoración por parte del pueblo, o sea la Iglesia… y son:

1.- PRIMERO: LA ADORACIÓN FALSA: Esta es la adoración que NO es aceptable delante del Señor, porque está influenciada por medio del ser humano, como ser: la adoración vana, es decir: que sus enseñanzas no son más que reglas humanas, ver Mateo 15:8 al 9; la adoración ignorante, es decir: que adoran sin saber a quién están adorando realmente y lo hacen no más porque miran que los demás lo hacen; sin conocimiento, ver Hechos 17:23.

2.- SEGUNDO: LA ADORACIÓN VERDADERA: Esta es la adoración aceptable delante del Señor, ya que en primer lugar está dirigida especialmente hacia Él… y en segundo lugar hermano, porque ésta es la única forma como Dios desea que le adoren realmente, es decir: en Espíritu y en Verdad. Y esto el apóstol Juan nos lo afirma diciendo: “…ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.”, ver Juan 4:23 al 24 NVI, por eso les pregunto.

¿Saben cómo adorar a Dios en Espíritu y en Verdad?

Bueno, en el libro de los hechos, en el capitulo 2:42, podemos encontrar las cinco vías de cómo todo cristiano debe adorar a nuestro Señor Jesucristo en Espíritu y Verdad, tomen nota:
  • Primera vía: La doctrina de los apóstoles, es decir: saber escuchar la enseñanza de la palabra a través de un pastor o predicador, ya que así se edificará tu alma.
  • Segunda vía: La comunión, es decir: dar el diezmo y la ofrenda con alegría.
  • Tercera vía: El partimiento del pan (de la vida), es decir: participar en la cena del Señor con conocimiento y con responsabilidad, porque la voz escrita de Dios padre dice:
“…el que come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condena. Por eso hay entre ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto.” (Primera de corintios 11:29 al 30)
  • Cuarta vía: La oración, por eso hay que perseverar en ella con agradecimiento.
  • Quinta vía: Los cánticos de alabanza, por eso hay que hacerlo con gozo y con alegría. 

3.- CÓMO LO DEBEMOS HONRAR.

Para aclarar este punto, es necesario buscar el significado de la palabra honra, en primer lugar en el idioma hebreo y griego; y en segundo lugar en el diccionario secular.
  • En el hebreo, la palabra que se usa para honra es: Kabôd, y significa: honor, honra, gloria, multitud, tener peso, riqueza, reputación (majestad), esplendor.
  • En el griego, la palabra que se usa para honra es: el verbo Timao, y significa: tener una actitud de honra hacia alguien; tenerle una gran estima, considerarlo preciado... Y por lo tanto, debe tener presente, que la honra expresada con palabras y sin hechos, NO es honra, porque la honra es la elección que nace del corazón, ver Isaías 29:13.
  • En el diccionario secular, según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra honra, significa: buena reputación que tiene una persona que actúa conforme a las normas morales, especialmente en lo relativo a la conducta sexual. Además, significa: manifestación de respeto, admiración y estima hacia una persona o varias personas.

Ahora, al concatenar las tres definiciones anteriores les puedo decir con certeza, que honra es admirar, valorar, estimar y amar… Y por lo tanto, deben tener presente en primer lugar: que para que puedas honrar verdaderamente a nuestro Señor Jesucristo lo que tienes que hacer es servirlo por medio de tus talentos, de tus dones y de tu inteligencia; También, lo puedes honrar por medio del ayuno, de la oración, de la alabanza, de la obediencia, del respeto y sobre todo a través de tus bienes… es decir: dando el diezmo, la ofrenda y la limosna. Recuerda, que la voz escrita de Dios Padre dice: “Si ayudas al pobre, le prestas al SEÑOR, ¡y él te lo pagará!”, ver Proverbios 19:17 NTV. Además nos dice: “Honra al Señor con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; entonces tus graneros se llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto.”, ver Proverbios 3:9 al 10… y en segundo lugar: que nunca podrás honrar a alguien a quien no conozcas bien. Es por eso que nuestro Señor Jesucristo decía en primer lugar: “Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre…”, ver juan 14:7… y en segundo lugar: “…El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.”, ver Juan 5:23. Por eso, debemos tener presente, que lo que realmente quiere nuestro Señor Jesucristo es que usted y yo, lo honremos tomando nuestra guía, decisiones y acciones de acorde a la luz de la Palabra de Dios Padre. Es por eso que hoy más que nunca, ya que los días finales se acercan, debemos estudiar y meditar la Palabra tanto en el día como en la noche, ver Josué 1:8, porque si estamos sumisos bajo la ignorancia de la Palabra NO nos permitirá realmente saber cómo debemos honrar a nuestro Señor Jesucristo. Por eso, si queremos honrarlo conforme a su majestad, tenemos que conocerlo… Por eso, debemos tener presente, que el Señor dice: “….Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian.”, ver Primera de Samuel 2:30 NVI.
                                            
Y por lo tanto debemos tener presente en primer lugar: que la honra sólo es posible cuando viene del corazón, que honrar NO es una imposición, NO es cuestión de hacer por hacer, sino más bien es algo que nace del corazón y nace por revelación… y en segundo lugar hermano: que el propósito de la venida a nuestra vida del Paracleto, del otro consolador, o sea del Espíritu Santo, fue para que nos revelara como debemos honrar a nuestro Señor Jesucristo, es decir: exaltarlo y dar testimonio de Él a los necesitados, ya sean convertidos, convencidos, impíos o pecadores… y esto amado hermano solo lo podremos conseguir escudriñando y madurando por medio de la voz escrita de Dios Padre. Por eso, me pregunto y te pregunto.

¿Qué es una persona llena del Espíritu?

Es aquella que es controlada por el Espíritu de Dios y que además tiene un poderoso testimonio a favor de nuestro Señor Jesucristo y por eso será eficaz testigo de Él. Y es por eso que nuestro Señor Jesucristo, dice: “…cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.”, ver Hechos 1:8 NVI. Además, el apóstol Pablo nos dice: “…si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él.”, ver Romanos 8:9 RVR 1960.

4.- CÓMO LO DEBEMOS BENDECIR.

Para aclarar este punto, es necesario buscar en nuestro lenguaje el significado de la palabra bendecir, en primer lugar en el idioma griego… y en segundo lugar en el diccionario secular.
  • En el diccionario secular, según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra bendecir, significa: dar las gracias, agradecer. Además significa: Alabar, exaltar a una persona o cosa para expresar una gran satisfacción y felicidad.
  • En el griego, las palabras que se usan para bendecir, son: Eulogein y Eulogia y se usan sólo en el sentido de hablar bien (con elegancia), de alabar y para enaltecer.

Ahora, podemos ver que estas dos definiciones anteriores se resumen en el libro de los Salmos, en el capítulo 34:1 al 3 RVR 1960, donde el rey David nos hace entender con mayor claridad cuál era el verdadero sentir de su corazón hacia Jehová y además nos indica lo que debería significar para nosotros el bendecir a nuestro Padre celestial, y el Salmo dice:

“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre.”

Al estudiar estos versículos, podemos ver, que todo cristiano puede y debe bendecir a nuestro Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, por medio de la alabanza. Pero, también nos dice hermano, que existe una sola vía de cómo podemos y debemos glorificar dignamente a nuestro Padre celestial, y es haciéndolo como nos dice el salmista, es decir: EN TODO TIEMPO, es decir:
  • Cuando se ríe y cuando se llora,
  • Cuando estás feliz y cuando estás triste,
  • Cuando se está sano y cuando se está enfermo,
  • Cuando estás en guerra y cuando estás con paz,
  • Cuando se tiene dinero y cuando no se tiene dinero,
  • Cuando se está bien comido y cuando se padece hambre.

Esto quiere decir que el Señor quiere que todos los cristianos, lo bendigamos, en todo tiempo, es decir: en los tiempos buenos y más aún en los tiempos malos, ya que en esta etapa de prueba es cuando más se debe alabar al Señor, porque al hacerlo en esta circunstancia expresamos la seguridad de que a la prueba le seguirá el triunfo. Es por eso que el apóstol Pablo nos dice: “Regocijaos en el Señor siempre...”, ver Filipenses 4:4. Y por lo tanto, debemos tener presente en primer lugar: que bendecir al Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo en los momentos difíciles de nuestra vida es expresar nuestra confianza en Él… y en segundo lugar hermano: que hacerlo es un privilegio y un gran honor… Es por eso que el salmista dice: “Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.”, ver Salmos 103:1 al 2. Además, nos dice: “Oh casa de Israel, bendecid al Señor; oh casa de Aarón, bendecid al Señor; oh casa de Leví, bendecid al Señor; los que teméis al Señor, bendecid al Señor. Bendito desde Sion sea el Señor, quien mora en Jerusalén. ¡Aleluya!”, ver Salmos 135:19 al 21.

EN CONCLUSIÓN

LA BIBLIA NOS HABLA:

“Sabiendo yo, Dios mío, que tú pruebas el corazón y te deleitas en la rectitud, yo he ofrecido voluntariamente todas estas cosas en la integridad de mi corazón…..” (Primera de Crónicas 29:17)

Ahora, podemos concluir.

Que el Señor espera que usted y yo podamos conocerlo mejor, ya sea por medio de Su voz audible, o por medio del Espíritu Santo, o por medio de la prédica, o por medio del estudio de la Palabra, porque al conocerlo mejor sabremos realmente lo que a Él le agrada y le desagrada. Y por eso lo adoraremos, lo honraremos y lo bendeciremos como realmente se debe, es decir: con gozo, con alegría, con un corazón puro, contrito y humillado… y si así lo hacemos hermano, tengamos la certeza que el Señor se va a perfeccionar en nosotros… Por eso, cambiemos nuestra actitud y aptitud, gozándonos y gloriándonos más en nuestras debilidades que en nuestras fortalezas y si así lo hacemos el Señor nos bendecirá. Y esto el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: “…muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.”, ver Segunda de Corintios 12:9.

                           
09 de Enero de 2016
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez

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