A QUE VINO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO AL MUNDO

LA BIBLIA NOS HABLA:

“¡Qué bondadoso es el Señor! ¡Qué bueno es él! ¡Tan misericordioso, este Dios nuestro!” (Salmos 116:5) NTV

En este día tan glorioso, gracias a nuestro Padre celestial, estamos iniciando nuestro primer culto del año y el Señor de señores puso en mi espíritu que le ministre acerca de este tema tan maravilloso, pero antes quisiera comenzar diciéndole hermano, que desde que YO comencé a congregarme como dice la voz escrita de Dios Padre, es decir: a buscar Su rostro a buscar el camino, la verdad y la vida, con un corazón puro, contrito y humillado, he oído y escuchado a líderes espirituales y predicadores decir: que por culpa del pecado original el cielo se había cerrado tanto para los injustos como para los justos y que por eso nuestro Padre celestial permitió a su Hijo amado, en primer lugar: venir exclusivamente al mundo a redimirnos, a comprarnos, es decir: que vino a salvarnos del pecado original, porque según ellos usted y yo, estábamos condenados a la muerte por el pecado que había llegado al mundo por medio del primer ser humano creado por nuestro Padre celestial, o sea Adán… y en segundo lugar hermano: que por culpa del pecado original se había roto la relación del ser humano con Dios Padre, por eso su Hijo amado para redimirnos, es decir: para comprarnos y justificarnos por su sangre, tuvo que morir por medio de la crucifixión para llevarse el pecado original y las maldiciones en la cruz del calvario y que una vez crucificado tuvo que descender al infierno, es decir: al hades, es decir: al seno de Abraham, a rescatar por medio de la redención a los justos. En otras palabra lo que ellos dicen es que Jesús, el Mesías, descendió al lugar intermedio donde estaban descansando todas las almas de los santos, de los justos… que habían muerto creyendo en el Hijo del Dios altísimo, para luego, subir conjuntamente con Él al cielo, es decir: los patriarcas, los profetas y todo aquel que creyó en Él... Aleluya.

Sabe, ese planteamiento me resulta un tanto difícil de asumir, ya que para MÍ, el verdadero planteamiento, partiendo del estudio de los evangelios… es decir: el nuevo estilo de vida, tiene mucho más sentido al decir que nuestro Señor de señores vino exclusivamente al mundo a enseñarnos las buenas nuevas del reino, por medio de la doctrina de su Padre y de cómo nosotros al ser hijos del Dios altísimo tenemos que comportarnos, es decir: de vivir en este mundo nefasto y pecaminoso, para alcanzar el plan divino que nuestro Padre celestial ha establecido para cada uno de nosotros, desde antes de estar en el vientre de nuestras madres, ver Jeremías 1:5. Y por lo tanto, deben tener presente, que el pecado original que cometió el primer ser humano, no cerró nunca la relación con Dios Padre, aunque se haya enturbiado por parte del primer ser humano, Adán, NO por parte de Dios, ya que según la doctrina tradicional que vemos en el libro de Génesis, en el capítulo 3, se había roto el puente que unía a Dios y al ser humano, incomunicando las dos orillas, por eso fue que Cristo Jesús vino para servir de puente y unir nuevamente estas dos orillas… Además, en el antiguo testamento podemos ver que nuestro Padre celestial nunca rompió la relación con el hombre por culpa del pecado original, sino que siempre siguió llevándole por caminos de salvación y esto lo podemos ver con el pueblo de Israel y uno que otro gentil… Dios nunca rompió definitivamente con el hombre aunque este le fuese infiel en algunos momentos de su vida.

Ahora, volviendo al tema, o mejor dicho a la pregunta inicial.

¿A qué vino al mundo, nuestro Señor Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios?

Mi biblia dice:

“Pero él les dijo: Es preciso que anuncie también a los demás pueblos las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.” (Lucas 4:43) NVI

Al estudiar este versículo, podemos ver, que nuestro Señor Jesucristo vino primeramente al mundo a enseñarnos, a exponernos las buenas nuevas del reino de Dios, es decir: el evangelio, es decir: el nuevo estilo de vida, que no es más que vivir aquí en la tierra con los principios del cielo y esto hermano, nuestro Señor Jesucristo nos lo afirma en el evangelio de Mateo, en el capítulo 6:9 al 10, que dice: “…Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.”. Y Por lo tanto, deben tener presente en primer lugar: que ese anuncio que nos trajo nuestro Señor Jesucristo, es el centro de su mensaje y la razón de su venida al mundo; en otras palabras lo que estoy tratando de decirle hermano es que nuestro Señor Jesucristo, fue enviado por su Padre a enseñarnos, a construir, a edificar ese reinado en este mundo que todavía es imperfecto, pero que culminaría en la otra vida ya llegado a su plenitud, es decir: cuando se cumpla la promesa que Él nos ha dejado en los evangelios a todos los hijos que hayamos nacido de nuevo. Y es por eso que el apóstol Pablo en Primera de Tesalonicenses, en el capítulo 4:16 al 17 NTV, dice: “…el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero, los cristianos que hayan muerto se levantarán de sus tumbas. Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre.”… y en segundo lugar: que el reinado de Dios, es el fruto del cumplimiento de Su santa voluntad y nuestro Señor Jesucristo con su vida y doctrina (enseñanza), nos marca cuál es la voluntad de su Padre para todo el que ha sido llamado a nacer de nuevo, es decir: que ha sido predestinado por medio de la gracia de Dios, ver Romanos 8:28 al 30, para que pueda cumplir el propósito divino de Dios en esta vida con fe, con paz, con gozo, con felicidad, con alegría, en amor a Dios y al prójimo, en justicia y en santidad, ya sea: individual o en Koinonía, es decir: en fraternidad, en unión, en participación, en comunión... Recuerden, que nuestro Señor Jesucristo es la manifestación más clara y convincente de ese reino de Dios aquí en la tierra. Es por eso que nuestro Señor Jesucristo nos dice: “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”, ver Juan 14:6. Amén.

Y por lo tanto, deben tener presente en primer lugar: que el cielo, son los brazos que acogen y el corazón lleno de misericordia y amor (Ágape) de nuestro Padre celestial… y en segundo lugar hermano: que el cielo seguirá abierto para todos aquellos que intentan vivir ese reino o reinado de Dios en su vida, es decir: el evangelio o nuevo estilo de vida que debe estar cimentado y fundamentado en la Roca, que es Cristo Jesús, por eso lee, estudia y medita la Palabra tanto en el día como en la noche, ver Josué 1:8, ya que en ella encontrarás la guía y la dirección de nuestro Padre celestial para tu vida. Es por eso que el apóstol Pablo dice: “…la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.”, ver Hebreos 4:12. Además, nos dice: que “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.”, ver  Segunda de Timoteo 3:16 al 17 NVI. Y es por eso amado hermano que el salmista dijo: ¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra.”, ver Salmos 119:9 NVI. Aleluya.

Además, deben tener presente en primer lugar: que cuando se lee la voz escrita de Dios Padre, se escucha su voz, por lo tanto, al llegar a tu casa toma la Palabra, léela... y escúchala... porque así nuestro Padre celestial te estará hablando personalmente a ti y tomarás las notas necesarias para vivir diligentemente en el reino de Dios, es decir: vivir en la tierra con los principios del cielo, ver Mateo 6:9 al 10… y en segundo lugar hermano: que al establecer el reino de Dios nuestro Señor Jesucristo, también vino al mundo:

1.- A REVELAR AL PADRE (DIOS) A LOS HOMBRES.

Por eso deben saber en primer lugar que la voz escrita de Dios Padre menciona en el libro de Génesis, en el capítulo 2, que en el principio Dios caminaba con el hombre en el huerto del Edén. Siendo el hombre la imagen de Dios, entonces no es difícil pensar que existía una relación profunda y estrecha entre los dos, porque el hombre conocía a Dios como Él era, porque el mismo ser humano fue creado a su imagen y semejanza. Esto nos deja ver hermano, que Dios era conocible, pero por su pecado, el hombre fue transformado de una posición de fe e intimidad con Dios a una posición de temor e incertidumbre. Y esto lo podemos ver en el libro de Génesis en el capítulo 3:9 al 10, que dice: “Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí.”… y en segundo lugar: que en el nuevo testamento podemos ver, que el entendimiento del hombre quedó entenebrecido, esto es: sin luz, porque el hombre comenzó a pensar en Dios basando su razonamiento en su temor e ignorancia, que provienen del mundo y que se basan en los sentimientos y aflicciones que provoca el alma, como ser: inquietud, angustia, miedo, cobardía o pánico; por eso, existen tantas religiones con conceptos distintos acerca de quién es Dios realmente. Recuerden, que el hombre natural no puede entender ni conocer a Dios en su plenitud, porque Dios es Espíritu y el hombre había muerto espiritualmente por culpa del pecado que el primer ser humano, llamado Adán, había cometido en el huerto. Por eso, fue que nuestro Señor Jesucristo vino al mundo a destruir la ignorancia, a quitar la sombra de la incertidumbre y a alumbrar nuestra oscuridad con la luz de Su vida, es decir: que Jesús vino al mundo imperfecto a mostrarnos realmente el carácter y la identidad de Dios. Es por eso que el evangelio de Mateo, en el capítulo 11:27, dice: “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.”

Por eso, debe tener presente hermano, que Dios es Jesús, es Dios hecho carne, es el hijo de Dios, es el hijo del hombre, nacido de una virgen, con la sangre pura de su Padre Dios, y con una naturaleza no contaminada. Y esto el apóstol Juan nos lo afirma diciendo: “En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla.”, ver Juan 1:1 al 5 NVI. Además, nos dice: “El Padre y yo somos uno.”, ver Juan 10:30 NVI. Aleluya.

2.- A BUSCAR Y SALVAR A LOS PERDIDOS.

Porque nuestro Señor Jesucristo vino al mundo a rescatar a la humanidad del pecado original proveniente del primer ser humano, llamado Adán; por eso, la condición del hombre no tiene solución sin la participación de Dios. Y esto lo podemos ver claramente en primer lugar en el evangelio de Juan, en el capítulo 3:16 al 17 NVI, que nos dice: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.”… y en segundo lugar hermano en el libro del médico Lucas, en el capítulo 19:10, que dice: “porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.”. Por eso, deben sembrar en su corazón que Dios es amor, y fue el profundo amor (Ágape), que Él tiene por  su creación lo que lo obligó a sacrificarse a sí mismo por nosotros los cristianos, es decir: que nuestro Señor Jesucristo bajó al mundo, siendo Dios en la carne, siendo un hombre perfecto con la sangre de su Padre en sus venas para dar su vida por la humanidad que se encontraba perdida. Sabe, que Él también tenía dos opciones.
  • Primera opción: Quedarse viviendo para siempre en la tierra.
  • Segunda opción: Morir y resucitar al tercer día para librar del pecado y la muerte a la humanidad. Y esta opción amado hermano, es la que nos ha permitido gracias a su amor (Ágape), y misericordia que tengamos esperanza y vida, y vida eterna… Aleluya.

Y mi biblia dice:

“A éstos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.” (Colosenses 1:27) NVI

3.- A DESTRUIR LAS OBRAS DE SATANÁS.

Porque en el principio, el pecado original del primer ser humano, Adán, desató la maldición del devorador (satanás), en el mundo. Y esto nuestro Señor Jesucristo nos lo afirma diciendo: “el enemigo vino para robar, matar y destruir; mas yo he venido para que tenga vida y la tengan en abundancia.”, ver Juan 10:10 BAD. Es por eso que el apóstol Pedro dice: “Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.”, ver Primera de Pedro 5:8. Y por lo tanto deben tener presente en primer lugar: que a satanás se le llama el dios de este siglo y el príncipe de este mundo; y en segundo lugar hermano: que satanás con sus demonios, existen para fomentar la rebelión en contra de Dios y para tentar, afligir y oprimir a los seres humanos en cualquier manera. Y esto el apóstol Juan nos lo afirma diciendo: “Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno.”, ver Primera de Juan 5:19 NVI.

Por eso, debemos tener presente, que nuestro Señor Jesucristo vino al mundo, a manifestar su autoridad y poder sobre las obras destructivas de satanás. Y esto el apóstol Juan nos lo afirma diciendo: “…El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo.”, ver Primera de Juan 3:8. Además, Lucas nos dice: “Vosotros sabéis cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con El.”, ver Hechos 10:38. Es por eso que el salmista dice: “Tú me cubres con el escudo de tu salvación, y con tu diestra me sostienes; tu bondad me ha hecho prosperar. Me has despejado el camino, así que mis tobillos no flaquean:”, ver Salmos 18:35 al 36 NVI.      

4.- A DAR VIDA. Y la Palabra en el libro de Juan, en el capítulo 10:10, nos dice:

“El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, 
y para que la tengan en abundancia.”

Deben saber, que muchos líderes religiosos han mal interpretado este versículo, ya que ellos manifiestan que Jesús vino a dar vida y vida en abundancia en lo material, en lo económico, en el dinero… pero yo les puedo afirmar con certeza, que NO es así, ya que si buscamos en el original griego, existen tres palabras para vida en el nuevo testamento, y son: Bios, esta palabra griega se refiere a la vida física de uno y es de dónde proviene la palabra biología, ver Lucas 8:14; Psykjé, esta palabra se refiere a la vida del alma, es decir: la mente, emoción y voluntad, y es de dónde obtenemos la palabra psicología, ver Mateo 16:25; y por último, la palabra que traduce el griego para vida en el nuevo testamento y que se encuentra en el evangelio de Juan, en el capítulo 1:4, y en el versículo anterior, es decir: en el libro de Juan, en el capítulo 10:10, es la palabra Zoé, que significa: llena de vida, vida eterna, vida divina poseída exclusivamente por Dios, por eso me pregunto y te pregunto hermano.

¿Cómo es la vida del Padre? ¿Cómo es la vida del Hijo?

Bueno, la vida del Padre es: eterna y la del Hijo es: infinita, entonces cuando Jesús dijo: “…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”, quiere decir en primer lugar: que es una connotación netamente espiritual… y en segundo lugar hermano, que Jesús nos está diciendo: YO he venido a infundirles la misma clase de vida que yo tengo, es decir: una vida divina poseída exclusivamente por Dios y una vida eterna. Es por eso que el apóstol Juan en su evangelio, en el capítulo 5:26, nos dice: “Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo.”.

5.- A MULTIPLICARSE A TRAVÉS DE NOSOTROS.

Debe tener presente hermano, que los primeros cuatro puntos, que hemos visto tienen que ver con lo que nuestro Padre celestial ha hecho y lo que quiere hacer para nosotros… Pero, este quinto punto tiene que ver con lo que Dios quiere de nosotros, en otras palabras lo que estoy diciendo en primer lugar, es que nuestro Padre celestial quiere restaurar y transformar nuestra vida y llevarnos a un nuevo nivel de vida con un propósito divino y eterno mediante la madurez espiritual, para que nosotros los cristianos, hagamos las mismas obras que nuestro Señor Jesucristo hizo cuando estuvo en la tierra… y en segundo lugar hermano, que nuestro Señor Jesucristo quiere multiplicarse en nosotros y que a través de nosotros el mundo entero escuche y reciba el ministerio del evangelio, es decir: el nuevo estilo de vida, para que sean salvos y tengan vida, y vida eterna… Es por eso que nuestro Señor Jesucristo le pide a Su Padre Dios: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.”, ver Juan 17:17 al 18… y también nos afirma esto diciendo “…como el Padre me ha enviado, así también yo os envío.”, ver Juan 20:21.

Y mi biblia dice:
  
“…Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado.” (Marcos 16:15 al 16)

6.- A SALVAR AL MUNDO. Y la Palabra en el libro de Juan, en el capítulo 3:17, dice:

“Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.”

Al estudiar este versículo, podemos ver que nuestro Señor Jesucristo vino al mundo en plan de salvación para toda la humanidad… Esta salvación está expresada en la redención que él hizo por el género humano al ofrecerse voluntariamente a Su Padre, para restituir la gracia a la humanidad que se encontraba esclavizada por el pecado, por medio de su pasión, muerte y resurrección, es decir: que vino a dar liberación a toda esclavitud, ya sea, atadura social o atadura espiritual, que surgió por la desobediencia del primer ser humano, llamado Adán. Además, deben saber, que nuestro Padre celestial, por medio de su hijo amado, unigénito, quiere que seamos restaurados, transformados en primer lugar para que seamos “…prosperado en todas las cosas, y que tengamos salud, así como prospera nuestra alma.”, ver Tercera de Juan 1:2 RVR 1960… y en segundo lugar hermano, para que vivamos con gritos de júbilo, con gozo, con alegría la salvación y la vida, y vida eterna… Aleluya.

Pero, para que esa gracia, para que ese regalo inmerecido, es decir: para que esa promesa de salvación y sus beneficios… puedan cumplirse, nuestro Padre celestial, nos pide tres requisitos muy importantes, y son: primero: creer en Cristo Jesús, o sea, que debes aceptarlo como tu Señor y Salvador; segundo: debes obedecerlo como lo enseña la voz escrita de Dios; tercero: debes ser bautizado. Es por eso que nuestro Señor Jesucristo dice: “El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado.”, ver Marcos 16:16 PDT.

Es por eso que el apóstol Juan dice: “Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.”, ver Primera de Juan 5:13. Y por lo tanto, debemos tener presente, en primer lugar Iglesia de Cristo Jesús: que todas las congregaciones están llamadas a proclamar este evangelio redentor en todo tiempo y en todo lugar… Por eso, NO podemos claudicar en esta tarea santa. Además, debemos tener presente, que esta tarea no solo le pertenece a la congregación, sino a todos los cristianos, es decir: a todo hijo e hija espiritual de nuestro Padre celestial. Y esto nuestro Señor de señores nos lo afirma diciendo: “…Vayan por todo el mundo y anuncien la buena noticia de salvación a toda la gente.”, ver Marcos 16:15 PDT; y en segundo lugar hermano:
  • Que el Señor caminó por este mundo en una forma que enseñó tanto…
  • Que el Señor de señores murió en una forma que proveyó tanto…
  • Que Él resucitó de la tumba en una forma que conquistó tanto…
  • Que el Señor vive ahora en una forma que da tanto…
  • Que Él nos ama en una forma que significa tanto…

Y Por lo tanto, puedo decir con certeza, que nuestro Señor Jesucristo vino a realizar la voluntad de Su Padre (Dios), es decir que vino al mundo a cumplir estas cinco razones antes mencionadas, para que todo el ser humano, una vez que lo haya aceptado como a su Señor y Salvador, pueda ser salvo y tenga vida, y vida eterna hermano... Es por eso que en el evangelio de Mateo, en el capítulo 26:39 NTV, dice: “Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra mientras oraba: ¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía.”.

EN CONCLUSIÓN
LA BIBLIA NOS HABLA:
“Pues he descendido del cielo para hacer la voluntad de Dios, quien me envió, no para hacer 
mi propia voluntad.” (Juan 6:38) NTV

Ahora, podemos concluir.

Que nuestro Señor Jesucristo vino al mundo para posibilitarnos y facilitarnos nuestra subida al cielo, por medio de la enseñanza de “…las buenas nuevas del reino de Dios.”, es decir: el evangelio, el nuevo estilo de vida, que tiene que estar cimentado y fundamentado en el camino, en la verdad y en la vida, Cristo; por eso, deben crecer y madurar espiritualmente en el estudio y en la meditación de la Palabra tanto en el día como en la noche, ver Josué 1:8, ya que en ella encontrarán la enseñanza, la dirección y la guía de Dios para su vida. Recuerden, que cuando se lee la Palabra de Dios, se escucha su voz, por lo tanto, al llegar a tu casa toma la escritura, léela y escúchala, porque así nuestro Padre celestial te estará hablando personalmente a ti y tomaras las notas necesarias para vivir diligentemente en el reino de Dios y su justicia, es decir: vivir aquí en la tierra con los principios del cielo, ver Mateo 6:10.


02 de Enero de 2016
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez

Comentarios

  1. Excelentes recomendaciones para acercarnos a Dios mediante oraciones, pedir por nuestros familiares para que siempre tengan salud y fe en su corazón.

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