PELEANDO CONTRA NUESTRA CARNE PARTE II
LA BIBLIA NOS HABLA:
“Cuando
salgas a la batalla contra tus enemigos y veas caballos y carros, y pueblo más
numeroso que tú, no tengas temor de ellos; porque el SEÑOR tu Dios que te sacó
de la tierra de Egipto está contigo.” (Deuteronomio
20:1)
Continuando con la
enseñanza que el Señor ministro en mí la semana pasada, debemos entender que la
pelea que usted y yo libramos en este mundo es específica, es decir: que es contra
la Sarx, es decir: contra la carne. Es por eso que el apóstol Pablo le dice a
su discípulo Timoteo: cuídate de ti mismo y de la enseñanza… ver Primera de
Timoteo 4:16. En otras palabras lo que le está diciendo a Timoteo es: “cuídate
de ti mismo y de la enseñanza…” y luego cuídate del mundo y por último cuídate
de satanás, pero debemos tener presente, que para que el enemigo pueda hacernos
pelea primero debe pedirle permiso a nuestro Padre celestial y esto lo podemos
ver en el libro de Job capítulo 1. Esto quiere decir mi hermano, que el peor
enemigo de usted y de mí, somos nosotros mismos. Pero, desafortunadamente nos
damos cuenta que hoy en día muchas personas, cristinas y no cristianas, NO saben
contra quien deben pelear. Es por eso que a veces surgen peleas entre hermanos.
- Porque no están ubicados contra quien es la batalla.
- Porque no saben que estando en un mundo material, nuestra pelea es espiritual.
Y esto nos lo afirma
el apóstol pablo diciendo: Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne,
sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de
tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones
celestiales, ver Efesios 6:12. Es por eso que usted y yo, hoy más que nunca necesitamos
anular la carne para que satanás NO tenga nada en nosotros para utilizar y para
que NO peleemos en contra de otras personas; por eso mismo, nuestro Señor
Jesucristo en determinado momento dice: No hablaré mucho más con vosotros,
porque viene el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en mí, ver Juan 14:30.
En otras palabras, pero en términos humanos como dice el apóstol Pablo, lo que nuestro
Señor Jesucristo está diciendo es: YO me tendría que quedar aquí SI satanás
tuviera un ganchito en donde colocar su abrigo en mí, pero como él no tiene
nada en mí, o mejor dicho como el NO ha encontrado nada en mí, entonces
levantémonos y vámonos de aquí. Esto quiere decir mi hermano, que nuestro Señor
Jesucristo NO tenía esos receptores en la carne que desafortunadamente usted y
yo, si tenemos.
Es por eso que el apóstol
Pablo en el libro de Romanos capítulo 7, escribe un capítulo como que estuviera
decepcionado de sí mismo, pues él dice: “Porque lo que hago, no lo entiendo;
porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago”, y
luego en su alocución en el versículo 18, termina diciendo: “Porque yo sé que
en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está
presente en mí, pero el hacer el bien, no.”
Esto quiere decir mi
hermano.
- EN PRIMER LUGAR: Que el pecado habita en nuestra carne.
No será por eso que
el Señor dijo aquella frase inentendible para mí, pero que con estas
explicaciones que el Espíritu Santo nos va dando como que uno lo va más o menos
entendiendo, pues Él dijo: “…si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala
y échala de ti…Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo
de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu
cuerpo sea arrojado al infierno.”, ver Mateo 5:29 al 30, pregunto ¿Quiere decir
que usted y yo, debemos mutilarnos? Claro que NO, ya que lo que el Señor está
diciendo es: lo que ustedes tienen que cortar es la Sarx, es decir: la carne que
es el receptáculo del pecado. En otras palabras lo que el Señor quiere decir es
que si el ojo derecho nos está haciendo pecar por estar viendo cosas inicuas, entonces
lo que hay que hacer es cortar la carne que está en esa carne del ojo y la
única forma de hacer esto mi hermano, es a través del pan que descendió del
cielo, es decir: de nuestro Señor Jesucristo, dicho en otras palabras esto
quiere decir: que arranquemos la carne que nos está afectando en nuestro
caminar y que le quitemos un poquito de la carne a nuestro Señor Jesucristo y
la pongamos en nosotros, porque si lo hacemos así lo que va suceder es que ya
no va haber receptor para ese pecado, porque es la carne de Él y en Él nunca ha
habitado el pecado...
- EN SEGUNDO LUGAR: Que cuando aceptamos a Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador y comenzamos a avanzar, a evolucionar… comienza nuestra pelea contra la carne, porque Cristo ha llegado a nuestro Espíritu, a nuestra vida...
Es por eso mi hermano, que este tipo de situación NO es común en los que no tienen su Espíritu vivificado, porque ellos no pueden tener esas batallas, porque de alguna manera se han hecho uno con el mundo debido a los malos deseos. Es por eso que cuando nuestro Padre Celestial resucita nuestro Espíritu por medio de nuestro Señor Jesucristo, esa pelea inicia en nuestra vida, porque nuestro cuerpo y nuestra alma siguen buscando lo carnal…
Por lo tanto, debemos
tener presente iglesia de Cristo Jesús.
1.- PRIMERO: Que hoy
más que nunca, tenemos que eliminar ese pecado que habita en nosotros, porque
si NO lo eliminamos usted y yo mi hermano, podríamos llegar a practicar lo malo
en vez de hacer lo que es bueno o correcto delante del Señor.
2.- SEGUNDO: Que hoy debe
ser el día de poner delante de nuestro Padre celestial, aquello que hacemos, como
ser: juzgar, chismear, mentir, murmurar, calumniar, fornicar… para que NO se
convierta en práctica y para que Él por medio de nuestro Señor Jesucristo lo
pueda desarraigar por completo de nuestra vida. Recuerden, que el pecado, dice
el apóstol Pablo NO Juan Carlos Bonilla, habita en el Sarx, es decir: en la
carne y NO en el espíritu.
- Porque el espíritu humano habita en los huesos, ver Ezequiel 37:5.
- Porque el Espíritu de Dios habita en el vientre, ver Primera de Corintios 3:16.
Además, debemos tener
presente, que en la palabra de Dios en el libro de Levítico capítulo 17:10 al 11,
dice: carne con su sangre NO comerás. Porque la vida de la carne está en la
sangre… pero en el hebreo lo que dice es: en la sangre está el Nephesh y el Nephesh
es el alma, en otras palabras esto quiere decir: que el Espíritu Santo habita
en el vientre, que el espíritu humano habita en los huesos y que el alma habita
en la sangre.
Por lo tanto, usted y
yo mi hermano, debemos tener presente, que lo primero que debemos hacer es
combatir la Sarx, es decir: la carne, dicho en otras palabras: contra nosotros
mismos tal como le dijo el apóstol Pablo a su discípulo Timoteo, aunque también
hay otras peleas…
Pregunto ¿Cuántos
quieren pelear contra la carne en esta noche? Yo también…
Entonces, continuemos
con la enseñanza que el Señor comenzó a darnos desde la semana pasada y abramos
nuestra biblia en el libro de Romanos capítulo 13:14 y comencemos.
“antes
bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias
de la carne.”
Esto quiere decir que
la carne es efectiva para mantener el pecado, porque dentro de la carne habita
la lujuria... Además, deben saber que la palabra lujuria viene de la palabra
griega Epithumia, que significa: deseo intenso, deseo insaciable por complacer
a la carne. Esto quiere decir mi hermano, que este deseo insaciable lo que hace
es buscar la forma de interceptar lo que puede alimentar a nuestro Espíritu,
con el propósito de mantener siempre el control en forma carnal para que
nuestro Espíritu se mantenga débil.
Es por eso que es
necesario que usted y yo, nos esforcemos en recibir la palabra de Dios para que
el Ruaj Hakodesh, es decir: el Espíritu Santo, sea alimentado adecuadamente en
todo momento. Por eso, debemos tener presente, que así como nos esforzamos en
conseguir el alimento material por medio del trabajo, de igual forma debemos
esforzarnos en buscar la voz de Dios, para recibir Su enseñanza, porque solo
así mi hermano, alimentaremos a nuestro Espíritu que habita en nuestro vientre
y por lo tanto la lujuria, es decir: los deseos insaciables de la carne, menguarán.
En otras palabras
esto quiere decir que lo que tienes que hacer es no proveer para la lujuria, es
decir: para los deseos intensos de la carne, por eso debes de cachetear la
carne y el alma para que se alimente tu Espíritu, porque solo así mi hermano, tu
Espíritu va a empezar a crecer, a crecer, a crecer… y cuando ya no haya espacio
se va a pasar al alma y del alma va a llegar a la carne y por lo tanto el ser
Espiritual que vive en tu vientre será visto con facilidad por todos: Ese
Espíritu, ese ser precioso que se llama Cristo Jesús. Aleluya…
Y por lo tanto, debe
tener presente mi hermano, que NO debe alimentar la carne, NO le debe dar gusto
a la carne… y cuando se congregue debe llegar a adorar, a alabar y a oír la
palabra de Dios… con mucha mayor atención para que habitúe a la carne. Amén.
Ahora, miremos Juan capítulo
1:13.
“que no nacieron de sangre, ni de la voluntad
de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.”
Esto quiere decir mi
hermano.
- EN PRIMER LUGAR: Que la carne tiene una voluntad distinta a la voluntad del hombre.
- EN SEGUNDO LUGAR: Que aquí aparecen tres voluntades, es decir: la voluntad de Dios, del hombre y de la carne; Pero, hay una cuarta; la sangre, es decir: el alma.
Es por eso que usted y yo, debemos pelear contra la voluntad de la carne para llegar a conocer cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida cristiana, pregunto ¿Qué podemos hacer para conocer la voluntad de Dios y para eliminar la voluntad de la carne?
Bueno, la respuesta
es sencilla ya que la misma voz escrita de Dios, Padre, nos lo dice.
Escuchen pues.
“Por
lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo
que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la
clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo.
No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que
Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar.
Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es
buena, agradable y perfecta.” (Romanos
12:1 al 2) NTV
Esto quiere decir que
si usted y yo, nos subimos y nos amarramos constantemente al altar del
sacrificio todos los días voluntariamente, vamos a llegar a entender, vamos a
llegar a conocer, vamos a llegar a comprender… cuáles son las tres partes de la
voluntad de Dios, en el atrio, en el lugar santo y en el lugar santísimo y al
encontrarnos en esta dimensión, entonces podremos encontrar cual es la perfecta
voluntad de Dios para nuestra vida.
Ahora, miremos Juan capítulo
6:63.
“El Espíritu es el que da vida; la carne para
nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”
Pregunto ¿Qué es lo
que da vida? El Espíritu…
Pregunto ¿Qué tipo de
palabras habló el Señor? Espirituales…
Esto quiere decir mi
hermano, que cuando la palabra de Dios hace lugar en nuestro corazón, toma el
control de nuestro ser, porque se convierte en Rema y es por eso que por más
que nuestra carne esté buscando desviarnos del camino, será el Espíritu el que
tendrá el control y como consecuencia nuestro ser integral, es decir: nuestro
Espíritu, alma y cuerpo, se llenarán cada vez más de la presencia del Espíritu
Santo, del Espíritu de Dios, del Ruaj Hakodesh. Por lo tanto, debemos tener
presente, que la palabra Rema es vital para pelear contra la carne.
Ahora, miremos el libro de Juan capítulo
6:51.
“Yo soy el pan vivo
que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el
pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne.”
Esto quiere decir que nuestro Señor Jesucristo es el pan y por lo tanto
nos lo podemos comer, porque esa Sarx, es decir: esa carne NO está contaminada,
porque cuando Él estuvo en este mundo NO cometió pecado y por lo tanto en Él NO
habita el pecado. En otras palabras lo que nos está diciendo es: que cada vez
que usted y yo, ayunamos o participamos de la santa cena estamos anulando
nuestra carne pecaminosa, para darle espacio a la carne de Cristo la cual NO
tiene pecado y que al estar dentro de nosotros, esa carne bendita va a ir regenerando
todo nuestro ser integral, aunque debemos comprender que eso también lleva un
proceso.
Pregunto ¿Cómo hacemos esto? A través del pan que descendió del cielo.
Pregunto ¿De qué forma
lo hacemos? A través de la santa cena.
Pero, debemos tener
presente, que si practicamos de forma indigna la santa cena, juicio nos vendrá,
y esto mi hermano el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: Por eso hay entre
ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto, ver Primera de
Corintios 11:30.
Pero, tengamos
presente, que el que beba y coma del cuerpo de nuestro Señor dignamente:
- En vez de debilitarse, se fortalecerá.
- En vez de enfermarse, se sanará.
- En vez de morirse, ya sea espiritualmente o literalmente, tendrá vida…. Vida eterna.
Y mi biblia dice:
“Yo
soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá
para siempre; y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne.” (Juan 6:51)
Por eso, lo que usted
y yo debemos hacer antes de participar de la santa cena del Señor, es pasar por
el tribunal del Espíritu Santo examinándonos, arrepintiéndonos y apartándonos
de nuestros pecados e incluso de los pecados ocultos que hayamos cometido en el
pasado.
Pero, qué triste es
ver hoy en día, a muchos cristianos que NO reconocen que dentro de ellos existe
algo malo, mas NO saben que lo que están haciendo es convirtiéndose.
- En legalistas.
- En justificadores.
Porque, están
llegando a un nivel en donde creen que NO
son pecadores, más NO saben que al llegar a ese nivel lo que están haciendo es
haciendo mentiroso a nuestro Padre celestial y con eso ya han pecado, ver
Primera de Juan 1:10. En otras palabras esto quiere decir que cuando usted y yo,
NO reconocemos que hay un mal, nos volvemos legalistas y nos escondemos detrás de una máscara de
hipocresía en donde llegamos a creer que en verdad NO hemos pecado y decimos:
yo nunca fallo, yo nunca hago lo malo, yo nunca peco…
Es por eso que lo que
usted y yo mi hermano, tenemos que hacer todos los días para NO pecar
deliberadamente, es estar delante de la presencia de nuestro Padre celestial
por medio de nuestro Señor Jesucristo, examinando nuestra condición, con el
propósito que el pecado NO nos tenga sojuzgados, NO nos tenga acusados… sino
que al estar delante de Dios, podamos reconocer nuestra condición para que Él
vaya transformando nuestro ser integral y que los derechos que le hayamos
cedido al pecado en nuestra carne, sean anulados…
Por eso, debemos de
recordar siempre, que la palabra de Dios, dice:
- Que usted y yo, somos llamados hijos del Hijo, ver Hebreos 2:13
- Que usted y yo, somos llamados hijos del Padre, ver Primera de Juan 3:1.
- Que usted y yo, somos llamados hijos del Espíritu Santo, ver Romanos 8:15 al 16.
- Que usted y yo somos llamados hermanos de nuestro Señor Jesús, ver Hebreos 2:11.
Y luego viene el
Señor en el libro de apocalipsis capítulo 19:7 al 8 RVC, y dice: “¡Regocijémonos
y alegrémonos y démosle gloria! ¡Ha llegado el momento de las bodas del Cordero!
Ya su esposa se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino,
limpio y refulgente…” Es una locura, es una locura, es una locura… pero la
locura más grande es cuando a Jesús le llegan a decir: tu madre y tus hermanos están
ahí afuera y Él les dice: Mi madre y mis hermanos son estos que oyen la palabra
de Dios y la hacen, ver Lucas 8:21.
Esto quiere decir entonces
que usted y yo, somos esposa de Jesús, hermanos de Cristo Jesús, hijos del Espíritu
santo, hijos del Hijo, hijos del Padre, y ahora resulta que usted y yo mi
hermano, somos madres de Jesús. Es una locura NO…
Pregunto ¿Por qué
usted y yo somos madre de Jesús?
Porque llegará un
momento en que el ser interior que estaba dentro de nosotros, es decir: el
Espíritu Santo, empezará a hacer fuerza y se pasará al alma y después hará más
fuerza y pasará hasta el cuerpo. Entonces, por eso a usted y a mí nos empezaron
a ver como Juan Cristo, como Vivian Cristo, como Michelle Cristo, como Viviana
Cristo, como Carlo Cristo… y esto fue lo que pasó con Jesús, ya que después
empezaron a decirle Jesucristo. Se recuerdan… y si por casualidad de la casualidad usted mi hermano, NO se recuerda, lo invito a que ingrese a la pagina del blogger y lea la enseñanza Cristo en mí y yo en Cristo.
EN CONCLUSIÓN
Ahora, podemos
concluir.
Que hoy nuestro Señor
Jesucristo quiere desarraigar de nuestros corazones ese receptor que se llama
carne e instalar uno nuevo que se llama Su carne en mí, es decir: Su Sarx en
mí, por medio de la santa cena, porque esto va a hacer que usted y yo actuemos
como Él.
Por lo tanto si
alguien en esta congregación siente que ha pecado muy evidentemente y se ha
sentido culpable y está arrepentido, este es el día de despojarse de esa carne
y de NO sentir culpa. Recordemos, que aun el apóstol Pablo decía: …yo soy
carnal, vendido a la esclavitud del pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo;
porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago,
ver Romanos 7:14 al 15. Es por eso que el apóstol Juan nos exhorta diciendo: Hijitos
míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo, ver Primera de Juan 2:1.
Es más si en este
momento a alguien en esta congregación NO le viene a la mente una falla, una
falta, o un pecado… que haya estado teniendo, gloria a Dios, te felicito.
Entonces, cuando vayamos a orar, pídele al Señor que te libre de los pecados,
aun de los que son ocultos, para que puedas comer la carne y para que puedas beber
la sangre del Cordero, del Señor.
Por eso, en esta
hora.
LA BIBLIA NOS HABLA
En el famoso salmo
del capítulo 51 RVR 1960, que el rey David escribió después de que su pecado
con Betsabé fue descubierto, y dijo:
Ten piedad de mí, oh
Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra
mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque
yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti,
contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas
reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. He aquí, en
maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. He aquí, tú amas la
verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame
con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír
gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de
mis pecados, Y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón
limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, Y
espíritu noble me sustente. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y
los pecadores se convertirán a ti…
Oración.
Padre santo que estas
en los cielos y en todo lugar, hoy aquí estamos un grupo de tus hijos por los
cuales pagaste precio de sangre, estamos presentándonos oh Señor con mucha
necesidad, confesando que a veces hacemos el mal que aborrecemos, lo hacemos
pero nos arrepentimos delante de ti hoy una vez más Señor, porque tú conoces y
amas la verdad en lo íntimo Señor, por eso en el nombre de Jesús ten piedad de
todos nosotros y permite que hoy que nos acercamos a tu mesa para compartir la
santa cena, sea desalojado verdaderamente en el nombre de Jesús el receptor
llamado carne y en su lugar venga la carne que tu diste por la vida del mundo, porque
solo así Señor los receptores nuestros serán buenos y por lo tanto podremos
practicar por fin solo lo bueno, solo lo bueno, solo lo bueno… perdónanos Señor
y opera el milagro de nuevo en nosotros, límpianos y purifica nuestra boca,
nuestros ojos, nuestros oídos, nuestras manos, nuestros pensamientos… oh Señor purifica
todo nuestro ser integral para ser presentado delante de ti limpios, sin
manchas en el nombre de Jesús. Amén.
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez
Comentarios
Publicar un comentario
Que este tema sea de edificación para tu vida, gracias por tus comentarios!