QUE SOY Y QUE SERÉ PARTE II, HIJO ESPIRITUAL

LA BIBLIA NOS HABLA:

“….Si alguien les anuncia un evangelio diferente del que ya recibieron, que caiga sobre él la maldición de Dios.” (Gálatas 1:9) TLA

Hoy en día, podemos ver que alrededor del mundo existen muchas familias que se han visto separadas por alguna circunstancia de la vida. También podemos ver, que tiempo después algunas de ellas se han podido reconciliar y si esto sucedió, ten presente mi hermano, que esto les trajo una inmensa alegría. De igual manera la escritura nos enseña cómo los seres humanos quedaron trágicamente separados de la familia del Dios viviente, pero también nos revela que en la actualidad se está produciendo un feliz reencuentro. Por eso, me pregunto.

¿Cómo sucedió? ¿Y de qué manera uno puede compartir dicha felicidad?

Bueno, al escudriñar en la escritura podemos ver que todo comenzó en el libro de Génesis en el jardín del Edén, cuando Adán, el primer hijo humano de Dios, se rebeló, entonces desde allí la humanidad se vio tristemente separada de su amoroso Padre y Creador, ver Lucas 3:38, debido a su rebelión. Es por eso que Adán y Eva perdieron para sí y para sus descendientes el privilegio de ser hijos de nuestro padre celestial.

A raíz de lo sucedido en el jardín del Edén, hoy en día, todos los seres humanos venimos a este mundo divorciados de Dios, Padre, y para destacar el grado de aislamiento en el que se hallan los humanos en este mundo, la escritura se refiere a quienes no pertenecen a la familia espiritual de Dios como enemigos, ver Romanos 5:8 al 10, ya que al estar apartada de Dios, la humanidad por falta de conocimiento se ha entregado al cruel dominio del príncipe de las tinieblas, es decir: de Satanás, el cual los está induciendo a los efectos mortales de la práctica del pecado y a la imperfección heredada y el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: …como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron, ver Romanos 5:12 RVR 1960. Además, deben saber que el apóstol amado de nuestro Señor Jesucristo, es decir: Juan, nos dice:

“….que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna.” 
(Primera de Juan 5:20)

Además, nos anima diciendo:

“Sabemos que somos hijos de Dios….” (Primera de Juan 5:19)

Es por eso que me pregunto.

¿Pueden los humanos pecadores formar parte de la familia de Dios?

¿Es posible que criaturas imperfectas lleguen a ser hijos de Dios en el sentido más pleno, tal como lo eran Adán y Eva antes de pecar?

Además, permíteme decirte y sobre todo advertirte mi hermano y más aún a ustedes neófitos, que en la actualidad podrán encontrar opiniones muy generalizadas de algunas personas con respecto al concepto de ser un hijo del Dios altísimo. Y esto mi hermano puede acarrear un espíritu de incredulidad, porque algunos andan diciendo por allí, que ningún ser humano nacido en este planeta puede llegar a ser legítimamente un hijo de Dios. Además, otros dicen:
  • Que todos los seres humanos somos hijos del Dios altísimo, basándose para esto, en la creación que Dios hizo del primer ser humano en el Jardín del Edén llamado Adán, ver Génesis 1:27. También, otros dicen por allí,
  • Que sólo nuestro Señor Jesucristo puede ser el único Hijo de Dios, basándose para esto en lo que dice el apóstol Juan en el libro de Juan capítulo 3:16. Y por último, que si no fuera trágico sería cómico, otros andan diciendo por allí,
  • Que la tradición humana les ha enseñado que todas las personas, así es mi hermano, escuchó bien, que todas las personas somos hijos o hijas de Dios.

Y es por eso que todos los que se encuentran bajo la influencia del mundo creen que esto es cierto y es más, lo creen con mucha sinceridad. Sin embargo, al estudiar la escritura podemos ver que Dios, Padre, nos habla de criaturas y de hijos de Dios. Por eso, deben saber.
  • EN PRIMER LUGAR: Que en el sentido espiritual la escritura nos enseña, que existen tres clases diferentes de hijos, y son: los hijos de Dios, ver Juan 1:11 al 13; los hijos de ira, que son las personas que no han recibido a Cristo Jesús en su corazón, ver Efesios 2:3; y por último, los hijos del diablo, que son las personas que aborrecen el evangelio, es decir: los que no quieren vivir bajo los principios del cielo. Y la palabra nos dice:

“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad…” (Juan 8:44) RVR 1960

  • EN SEGUNDO LUGAR: Que nuestro Padre celestial por su misericordia se relaciona con el universo, con el cosmos, como su creador y como tal otorga a sus criaturas cierta bendición limitada. Pero deben tener presente, que existe un acercamiento muy notable entre Él y las personas que creen en su existencia, es decir: los que han oído el evangelio, que se han arrepentido, que han creído, que se han bautizado, que han confesado con el fruto de sus labios que Jesucristo es su Señor y salvador y sobre todo que le obedecen. Esto quiere decir mi hermano que han sometido su voluntad a la voluntad y soberanía de Dios para que Él crezca, ver Juan 3:30. Y esto mi hermano significa simplemente que le han entregado la vida a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo para que el gobierne bajo Su voluntad y soberanía en su vida cristiana. Es por eso que deben tener presente, que con este tipo de persona realmente se relaciona nuestro Padre celestial y los llama hijos. Si, así como lo escucha mi hermano, hijos del Dios altísimo. Además deben saber, que a sus hijos los llena de bendiciones y de sobreabundancia, tanto en lo material como en lo  espiritual. Y la palabra nos dice:

“Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre! Por tanto, ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero por medio de Dios.” (Gálatas 4:6 al 7)


Ahora, permítanme enseñarles el significado y lo que significa ser una criatura de Dios, pues es de mucha importancia tanto para mí como para ustedes conocer de esto.

Vean pues.

Una criatura de Dios es toda aquella persona, animal o cosa, que ha sido creada por nuestro Padre celestial, ya sea en el cielo, o sobre o debajo de la tierra, las cuales no tienen ningún tipo de relación espiritual con su hacedor, es decir: con su creador, mas solo tiene una relación natural y que de una u otra forma salen beneficiados y protegidos por medio de los hijos espirituales y nuestro Señor Jesucristo nos lo afirma diciendo: ….Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos, ver Mateo 5:45. Es más, también deben tener presente, que hasta Dios mismo identifica al hombre pecador como una criatura llena de artimañas y perversa. Y la palabra nos dice:

 “…..Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.”(Eclesiastés 7:29) RVR 1960

Ahora, les pregunto.

¿Quieren saber cómo una persona pecadora puede llegar a ser hijo de Dios?

Abran su biblia en el libro de Juan capítulo 1:11 al 13.

“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.”

Al estudiar estos versículos podemos ver que en el versículo 11 Dios les dio la oportunidad a los hombres pecadores de llegar a ser hijos suyos y no simples criaturas. Pero los hombres por su necedad y terquedad, es decir: por su rebeldía, prefirieron seguir viviendo bajo las mieles del mundo, de la carne, que no es más que la práctica del pecado, por eso rechazaron esta gran dadiva que con mucho amor nuestro Señor Jesucristo les regaló por medio de su Padre. Sin embargo, de acuerdo al versículo 12, podemos ver que todos los seres humanos que no rechacemos este regalo glorioso que nuestro Señor nos regaló por medio de nuestro Padre celestial podemos llegar a convertirnos en hijos del Dios altísimo y el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: ….en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo mismo al mundo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres….” (Segunda de Corintios 5:19) DHH.

Ahora, al analizar todo ese bagaje anterior que les he estado enseñado para la gloria y para la honra del Señor, les puedo decir con humildad y certeza, que para ser llamados hijos del Dios altísimo debemos ser en primer lugar restaurados y en segundo lugar transformados por nuestro Señor Jesucristo y nuestro Señor Jesucristo nos lo afirma diciendo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre, ver Juan 14:6 DHH. 

Esto quiere decir mi hermano, que debemos ser una nueva criatura, que debemos nacer de nuevo y sobre todo, que debemos vivir bajos los principios del cielo que no son más que los mismos principios que nos vino a exponer nuestro Señor Jesucristo cuando vino por primera vez a la tierra transformado en hombre de carne y sangre, ver Lucas 4:43. Y esto no es más que vivir bajo la cultura divina. Amén.

Es por eso iglesia de Cristo Jesús que les puedo decir con certeza:

Que todas las personas podemos llegar a convertimos en hijos del Dios altísimo gracias a su misericordia y a su eterno amor que derramó por medio de su hijo unigénito, amado, Cristo Jesús, nuestro redentor. Pero, esto ocurrirá mi hermano, siempre y cuando primeramente seamos salvos, ya que esta es la única manera que existe, así es mi hermano, como lo has escuchado. Esta es la única llave que existe para poder ser adoptados dentro de la familia de nuestro Padre celestial y el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: Dios lo envió para liberar a todos los que teníamos que obedecer la ley, y luego nos adoptó como hijos suyos. Ahora, como ustedes son sus hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vivir en ustedes. Por eso, cuando oramos a Dios, el Espíritu nos permite llamarlo: «Papá, querido Papá», ver Gálatas 4:5 al 6, TLA. Además, nuestro Señor Jesucristo nos lo afirma diciendo: El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado, Marcos 16:16.

Además, en la escritura el apóstol Pablo nos permite ver esto más claramente en algunos versículos de sus epístolas.

Vean pues.

“Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: «¡Abbá! ¡Padre!» Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios.  Y puesto que somos sus hijos, también tendremos parte en la herencia que Dios nos ha prometido, la cual compartiremos con Cristo, puesto que sufrimos con él para estar también con él en su gloria.” (Romanos 8:14 al 17) DHH

Es por eso que aquellos que son salvos.  

“….son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. Y si ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y herederos según la promesa.” (Gálatas 3:26 al 29)

Porque nuestro padre celestial nos ha.

“….predestinado para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad.” (Efesios 1:5)

Pero, para que esta dadiva tan gloriosa sea derramada en sus vidas permítanme recordarles nuevamente iglesia de Cristo Jesús.

Que si no oyen el evangelio, que si no se arrepienten de sus pecados, que si no creen en Jesucristo (tienen fe), que si no confiesan a Jesucristo como su Señor y salvador, y mucho menos no obedecen la palabra de Dios, que no es más que Su voz escrita, no podrán ser salvos, ya que todos estos requisitos absolutamente son necesarios para obtener la salvación. No es cosa para dejar pendiente, porque no existe un mañana. Recuerden, que su salvación es más importante que cualquier otro asunto, y nuestro Señor Jesucristo nos dice: …. busquen primeramente el reino de Dios y su justicia…. ver Mateo 6:33. Además, también nos dice: ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?, ver Marcos 8:36. Es por eso que Él quiere ser tu salvador y también quiere ser tu Señor, ya que. 
  • Como Salvador: Redime.   
  • Como Señor: Da órdenes. Amén.

POR ESO, BUSQUEN DESDE HOY COMO NUNCA LA SALVACIÓN, ASÍ ES MI HERMANO, BUSQUEN TODO LO QUE LES FALTE ESPIRITUALMENTE EN SU VIDA PARA QUE SEAN HIJOS DE DIOS

Y mi biblia dice:

“….Dios ha mostrado su bondad, al ofrecer la salvación a toda la humanidad.” 
(Tito 2:11) DHH
                                      
Además, la palabra nos dice:

“Ese amor de Dios nos enseña que debemos dejar de hacer el mal, y no desear lo malo de este mundo. También nos enseña que, en este mundo, debemos ser honestos y fieles a Dios, y pensar bien lo que hacemos.” 
(Tito 2:12) TLA

Ahora, permítanme enseñarles cinco características que todo hijo del Dios altísimo por lo menos debe de conocer y de guardar en su corazón para que no se contamine su alma.

Vean pues.

1.- PRIMERA: GUARDAN LOS MANDAMIENTOS DE DIOS. Y la palabra nos dice.

“Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre, ama también a sus hijos. Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios. En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir.”
(Primera de Juan. 5:1 al 3) DHH
  
Esto quiere decir:
  • EN PRIMER LUGAR: Que al ser nacido de Dios supone mucho más que simplemente aceptar el hecho de que Jesús es el Hijo de Dios.
  • EN SEGUNDO LUGAR: Que los hijos de Dios tienen una fe activa y son obedientes.

2.- SEGUNDA: NO PRACTICAN EL PECADO. Y la palabra nos dice.

“Ningún hijo de Dios sigue pecando, porque los hijos de Dios viven como Dios vive. Así que no puede seguir pecando, porque es un hijo de Dios.” (Primera de Juan. 3:9) TLA 
                                    
Esto quiere decir que como hijos del Dios altísimo cometemos transgresión en nuestra carne, en nuestro cuerpo, pero no lo llegamos a consumar, es decir: que no lo practicamos, pero también debemos tener presente que como seres humanos no somos perfectos y por lo tanto podemos llegar a pecar, pero si esto sucediese en nuestra vida no debemos quedarnos sumergidos en ese estado, ya que los verdaderos hijos del Dios altísimo no debemos ser indiferentes al pecado y mucho menos debemos intentar justificarlo, es más, si lo cometemos lo debemos aceptar, confesar y arrepentirnos como el hijo Pródigo.

3.- TERCERO: SON GUIADOS POR EL ESPÍRITU SANTO. Y la palabra nos dice.

“Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.” (Romanos 8:14) DHH    
                                 
Esto quiere decir que somos hijos de Dios siempre y cuando seamos guiados por el Espíritu Santo, es decir: nuestro parakletos, nuestro abogado, consolador e intercesor. Pero esto mi hermano se dará solamente cuando nos sometamos humildemente a las instrucciones que nos da el apóstol Pablo en el libro de Efesios capítulo 6:17, NTV, que dice: Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios. Amén.

4.- CUARTA: SON PACIFICADORES. Y la palabra nos dice.

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.” 
(Mateo 5:9)

Esto quiere decir:
  • EN PRIMER LUGAR: Que los hijos del Dios altísimo no predican una paz como la esperan los hombres que están bajo la influencia del mundo, ver  Mateo 10:34 al 36.
  • EN SEGUNDO LUGAR: Que la paz que enseñan los hijos del Dios altísimo no es más que anunciar la paz que Dios, Padre, le ofrece al pecador a través del evangelio. Y esto mi hermano no es más que el nuevo estilo de vida, la cultura divina y nuestro Señor Jesucristo nos lo manifieste en la oración del padre nuestro, ver Mateo 9:10.

5.- QUINTA: AMAN A SUS ENEMIGOS. Y la palabra nos dice.

“Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo….” (Mateo 5:44 al 45
                                      
Esto quiere decir, que el amor verdadero para un hijo del Dios altísimo no consiste simplemente en abrazos y besos sino más bien en querer lo que es mejor tanto para el que se ama como para el enemigo. Recuerden, que nuestro Señor Jesucristo nos dice: Si ustedes aman sólo a quienes los aman, Dios no los va a bendecir por eso…. ver Mateo 5:46, TLA. Además nos dice: Si saludan sólo a sus amigos, no hacen nada extraordinario. ¡Hasta los que no creen en Dios hacen eso!, ver Mateo 5: 47 TLA, y por último nos dice, escuchen bien esto, que esto si está tremendo, ya que nos dice: Ustedes deben ser perfectos como Dios, su Padre que está en el cielo…. ver Mateo 5:48, TLA. Quien dice Amén a esto.

Es por eso que como hijos del Dios altísimo lo mejor que podemos desear tanto para los seres que amamos como para nuestros enemigos es que conozcan el camino, la verdad y la vida, ver Juan 14:6, es decir: a Cristo Jesús, nuestro redentor.
  • Para que sean salvos.
  • Para que sean hijos de Dios.
  • Para que tengan vida eterna.

6.- SEXTA: SE PARECEN A SU PADRE. Y la palabra nos dice.

“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.” (Primera de Juan 3:2 al 3) RVR 1960                                       
Esto quiere decir:
  • EN PRIMER LUGAR: Que cuando nace un bebé todos los padres se ponen contentos y alegres al darse cuenta que su niño se les parece, ya que la madre exclama: ¡Tiene mi nariz! y el padre dice: ¡Tiene mis ojos! Esto es motivo para regocijarse.
  • EN SEGUNDO LUGAR: Deben tener presente, que de igual manera nuestro Padre celestial se regocija al ver que Sus hijos se le parecen. Y la palabra nos dice: 

“Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca.” 
(Lucas 6:47 al 48) RVR 1960 
                                    
EN CONCLUSIÓN

LA BIBLIA NOS HABLA:

“….Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice, no endurezcan su corazón….”(Hebreos 3:7 al 8) DHH                                      

Ahora, podemos concluir.

Que un verdadero hijo de Dios es el que se sujeta a su voluntad.

Que un verdadero hijo de Dios va a tener el cuerno de la abundancia, no importa donde se encuentre ni mucho menos lo que esté sucediendo o aconteciendo a su alrededor, porque no sé si lo sabes o no lo sabes, pero permíteme decirte, que Dios padre, lo ha dicho en su palabra y además nos lo ha prometido en su palabra, que no es más que Su voz escrita y si Él lo ha dicho y lo ha prometido en su palabra lo cumplirá, ya que “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta….” ver Números 23:19

Es por eso que debemos tener presente lo que nuestro padre celestial nos dice en su palabra:
  • Que somos santos.
  • Que somos tierra santa.
  • Que somos reyes y sacerdotes.
  • Que somos el pueblo escogido por Él.
  • Que somos la luz salvadora para el mundo.
  • Que hemos sido llamados para atar y para desatar tanto en el cielo como en la tierra.
  • Que se nos ha dado la potestad, es decir: la autoridad para ahuyentar serpientes y para ahuyentar escorpiones. Y sobre todo mi hermano,

Que hemos sido llamados para ser hijos espirituales. Esto sí que está tremendo mi hermano. Ya que como hijos del Dios altísimo somos herederos y coherederos con Cristo, ver Romanos 8:17. Y por lo tanto permíteme decirte con certeza, que recibiremos todas las bendiciones y todas las promesas, así es mi hermano, todas las bendiciones y promesas que nuestro padre celestial tiene preparada para todos sus hijos tanto en la tierra como en el cielo, y nuestro Señor Jesucristo nos lo afirma diciendo: En la casa de mi Padre hay lugar para todos. Si no fuera cierto, no les habría dicho que voy allá a prepararles un lugar. Después de esto, volveré para llevarlos conmigo. Así estaremos juntos, ver Juan 14:2 al 3, TLA. Amén.

Es más queridos hermanos permítanme pedirles algo antes de irnos por favor.

QUÉ ACEPTEN AL SEÑOR O QUE SE RECONCILIEN CON EL SEÑOR

Ahora, quisiera pedirles que repitieran conmigo:

Yo creo,
Yo creo, que hoy es mi día. 
Porque esto que he recibido creará una revolución para mi vida.
Porque esto que me has dado a conocer Señor, yo lo quiero ¡Abba! ¡Padre!.
POR ESO, TE PIDO CON HUMILDAD, PADRE ETERNO, QUE ME DES LA FORTALEZA Y LA SABIDURÍA Y QUE NO ME SUELTES DE TU DIESTRA.


01 de noviembre de 2014
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez

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