CUÁL FUE Y ES LA MISIÓN DEL HIJO….

LA BIBLIA NOS HABLA:

 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Juan 1:11 al 13)

En este día quisiera comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo, que usted tiene que averiguar rápidamente: ¿A qué lo envió Dios a esta tierra? Porque si NO lo hace se va a perder de buenos años… Yo lo averigüe tarde, y creo que eso hizo que perdiera buenos años de mi vida en donde hubiera podido encajar en el plan perfecto del Señor, pero Él tuvo misericordia, ¡Y aquí estoy! Pero ese no es el punto, el punto es que usted tiene que averiguar rápidamente: ¿A qué lo envió Dios a esta tierra? Y de la misma forma tenemos que averiguar nosotros a que envió Dios a Su Hijo unigénito a esta tierra… Nosotros tenemos que saber con exactitud, ¿A que vino nuestro Señor Jesucristo a esta tierra? Algunos podrían contestar esta interrogante de acuerdo al conocimiento Bíblico que tenga… Por ejemplo: Él nos dice: “…Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”, ver Juan 10:10, pero también nos dice: “…Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.”, ver Primera de Juan 3:8 RVR 1960… Por eso tenemos que analizar la Escritura por medio del Espíritu Santo para que podamos comprender a que vino nuestro señor Jesucristo a nuestra tierra para seguir con Su legado, es decir con la gran comisión… Imaginémonos ese momento... Dios Padre se encontraban con Su Hijo en la eternidad: Hijo... Heme aquí Padre, para hacer, oh Dios, tu voluntad, (como está escrito de mí en el rollo del libro).”, ver Hebreos 10:7… Hijo necesito enviarte a la tierra para que salves a la humanidad, porque resulta que los seis Adanes que envié me fallaron (Dios ya sabía que iban a fallar desde antes de la creación… Él sabía que el Adán de Génesis capítulo 1:26 al 27, iba a fallar… Él sabía que el Adán de Génesis capítulo 2:7, llámese: Adán y Eva iban a fallar… Él sabía que Noé iba a fallar… Él sabía que Abram y los otros dos Adanes que iban a salir de sus lomos iban a fallar… Dios lo sabía, Dios no es un Dios que trabaja en base a fallos y errores, porque Él no falla ni tiene errores) Entendido… Entonces, continuemos: Hijo te voy a enviar a la tierra para que termines la perfecta obra que Yo comencé, pero vas a tener muchos problemas… Esto es una triste realidad… pues escrito esta: “A lo suyo vino, ¿Y qué es lo suyo? Todo lo creado… pues escrito esta: “Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él habitan.”, ver Salmos 24:1… Entonces a lo suyo vino, pero dentro de lo suyo habían suyos, y los suyos no le recibieron.”, ver Juan 1:11, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros estábamos dentro de lo suyo, pero como los suyos, llámense: Israel, no le recibieron, dijo: “…Todos los que me reciban, les doy el derecho de ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Mi nombre.”, ver Juan 1:12… Eso quiere decir hermano, que nosotros… Escuche: Que nosotros dejamos de ser suyo para convertirnos en suyos, llámense: Hijos, ¿Cuándo? Cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón como Señor y salvador, ver Romanos 10:9 al 10… Pero, tenemos que seguir evolucionando en nuestro Espíritu por medio del Espíritu de Dios y del Espíritu del Hijo y del Espíritu del Espíritu Santo, para que nuestra vida evolucione, llámense: Alma y cuerpo… Tenemos que evolucionar porque si no evolucionamos vamos a padecer de enfermedades psicosomáticas (Alma y cuerpo), como padecen muchos cristianos.

Por eso, mi oración para usted y para mí es: Que conozcamos los pensamientos de Dios, porque nuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, desviándonos de los pensamientos de Dios para que NO conozcamos el camino, y la verdad, y la vida.”… por eso es que dice la Palabra de Dios en el libro de Proverbios, en el capítulo 14:12:

“Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte.”

Hermano, Hermana… No podemos ignorar y confundir las misiones que vino a realizar el Hijo a la tierra, ya que Jesús ha venido varias veces a la tierra… pues escrito esta: “…Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre.”, ver Juan 16:28... Nosotros no podemos confundir las misiones del Verbo, porque vamos a confundir los tiempos y si confundimos los tiempos vamos a vivir un evangelio irreal (Light)… por eso tenemos que comprender las incursiones del Verbo sobre la tierra y para comenzar a comprenderlas vamos a ver una sombra o figura que está relacionada y representada por medio de Moisés:

MOISÉS FIGURA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO:

“Y él respondió: ¿Quién te ha puesto de príncipe o de juez sobre nosotros?, pregunto: ¿Quién le respondió a Moisés? Uno de los suyos… ¿Estás pensando matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo y dijo: Ciertamente se ha divulgado el asunto.” 
(Éxodo 2:14) LBLA.

Moisés es figura de nuestro Señor Jesucristo… Eso está más claro que el agua, ¿Y por qué digo eso? Porque Moisés fue enviado como libertador del pueblo de Israel y Jesús también… porque “El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor, nos dice Jesús, para traer buenas nuevas a los afligidos (Pobres), y para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros, ver Isaías 61:1 y Lucas 4:18… Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.”, ver Juan 8:36… Moisés fue rechazado por un hebreo, ¿Y por qué lo rechazó? Porque NO comprendió, lamentablemente, la misión de Moisés… Escuche: De generación en generación (Tradicionalmente), decían: Un salvador se levantará y libertará al pueblo de Israel de la opresión de Egipto, del cautiverio... ¿Quién te ha puesto a ti Moisés de príncipe o de juez sobre nosotros? Lo rechazó… y eso le ocasionó un problema a Moisés y al pueblo también, pero el punto NO es la sombra, con todo respeto Moisés, sino el Señor Jesucristo y nuestro Señor Jesucristo vino… Escuche con atención:

 “Al oír esto, Jesús les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” (Marcos 2:17)

Y el contexto de este versículo se encuentra en el libro de Lucas capítulo 5:32, y dice:

“No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.”

Y es aquí en donde surge la pregunta de los 20 pesos: ¿Por qué dijo el Señor: No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento? Bueno, para que podamos entender esta interrogante leamos los versículos 13, 14, 15 y 16 del libro de san Marcos, dice: “Y El salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a Él, y les enseñaba. Y al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. Y sucedió que estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y pecadores estaban comiendo con Jesús y sus discípulos; porque había muchos de ellos que le seguían. Al ver los escribas de los fariseos que Él comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a sus discípulos: ¿Por qué Él come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores?”, Piense en algún personaje que usted no quisiera ver, ¿Ya pensó?... Yo sé que sé, que usted amado hermano es cristiano y que va camino al cielo… Ahora, míreme a mí sentado con ese personaje desayunando, ¿Qué diría? ¡Se desvió!… y eso fue lo que dijeron los escribas de los fariseos. Claro, guardando la distancia… Yo Juan Carlos Bonilla Guerrero estoy poniendo un ejemplo para que entendamos ese versículo, porque ese precioso versículo está hablando del hombre más santo que ha existido sobre la faz de la tierra, y que se llama: Jesús, pero el punto es que los escribas de los fariseos, decían: Parecía que Jesús era el candidato, pero se desvió, por eso el Señor les tiene que recordar Su misión: “El Espíritu del Señor esta sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos.”, ver Lucas 4:18…Yo no he venido por los sanos, sino por los enfermos; Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

Cuando perdemos la perspectiva, es decir la orientación, es decir el norte y no el nuestro sino el del Señor, porque no es lo mismo mi norte que el norte del Señor… pues escrito esta: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, declara el Señor. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”, ver Isaías 55:8 al 9; Terminamos protestando, tal cual como lo hicieron los escribas de los fariseos, ¿Qué le quiero decir? Que cuando perdemos la misión primordial del Mesías, llámese: Cristo Jesús, ¿Y cuál era y sigue siendo su misión? Dar la vida por usted y por mi… y también por ellos, pero como “A lo suyo vino y los suyos no le recibieron, llámese: Israel, nos dio el derecho a nosotros de ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre.”, ver Juan 1:11... Eso es hermoso, pero el punto es que el Señor vino a la tierra a buscar pecadores al arrepentimiento… En otras palabras, el Señor Jesucristo vino a la tierra, en primer lugar: A salvar a los pecadores, es decir a usted y a mí para que nos reconciliemos con nuestro “Abba Padre…”… y en segundo lugar: El Señor Jesucristo vino a la tierra a decirnos: El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. ENTENDIERON… Entonces, si entendieron, ¿Qué dije? Dije: “…Si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”, ver Primera de Juan 2:1, pero eso no quiere decir hermano, que nosotros tenemos que estar jugando con la gracia, es decir con nuestra salvación… Recuerde, lo que nos dice el apóstol Pablo: “…Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.”, ver Filipenses 2:12… por eso consejo: Pidámosle al Señor de Su misericordia para que miremos la viga que está en nuestro propio ojo y no la mota que está en el ojo de nuestro hermano, ver Mateo 7:3. Entre paréntesis, Juzgar es = a pecar, pero el punto es que nosotros no tenemos que juzgar ni condenar a aquellos que se encuentran alejados del Señor o que no se han entregado al camino, y a la verdad, y a la vida, llámese: Señor Jesucristo, para que puedan llegar al arrepentimiento, ver Juan 14:6… Recuerde, lo que nos dice nuestro Señor: “No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá.”, ver Mateo 7:1 al 2...

Ahora, miremos Lucas capítulo 9:56:

“porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.”

Ya quedamos que Jesús a lo suyo vino, y los suyos no le recibieron, llámese Israel…
Ya quedamos que nuestro Señor Jesucristo vino a salvar a los pecadores de Israel…

Ahora, me pregunto y le pregunto: ¿Por qué dijo Jesús lo que dijo en ese versículo? Porque Jacobo y Juan le habían dicho: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? RVR 1960... ¿Y por qué dijeron eso? Porque dice la Palabra que cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús debía subir al cielo, decidió ir a celebrar una de las siete fiestas a Jerusalén, TLA... y en el camino se cansó (Necesitaba comer, beber y dormir)… Entre paréntesis, cuando los israelitas subían a celebrar una fiesta a Jerusalén tenían que subir con un distintivo… Entonces, Cristo Jesús envió a sus discípulos diciéndoles: Prepárenme un lugar en Samaria para que pasemos la noche ahí… y resulta que cuando los samaritanos los vieron vestidos con el distintivo no quisieron recibir a Jesús, porque sabían que Él viajaba a Jerusalén, TLA… Los discípulos se regresaron diciéndole: Señor no nos acerquemos ahí, porque nos van apedrear y en eso se escuchan dos voces que dicen: Señor, permítenos orar para que caiga fuego del cielo y destruya a todos los que viven aquí, TLA… y el Señor se les queda viendo, y les dice: Vosotros no sabéis hijos del trueno (Boanerges), de qué espíritu sois, porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas… Hermano Juan Carlos, disculpe, que tiene que ver esa hermosa historia con lo que dijo el Señor: Yo no he venido a destruir las almas de los hombres sino para salvarlas, nos podría explicar, por favor. ESTÁ BIEN… Escuche: El Señor dijo: A lo suyo vino, llámese: Nosotros, y los suyos no le recibieron, llámese: Pueblo de Israel, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor en el versículo 17 del capítulo 2 del libro de Marcos le está hablando a los pecadores israelitas (Conocidos), y en el versículo 56 del capítulo 9 del libro de Lucas le está hablando a los pecadores del mundo, es decir a los samaritanos, es decir a nosotros… Jesús expandió un poco más la visión; Jesús expandió un poco más Su misión; Jesús expandió un poco más la gran comisión… por eso consejo: Cuidemos nuestra salvación con temor y temblor, y si por la casualidad de la casualidad cometemos alguna falta NO nos tenemos que condenar, porque el cetro de la misericordia del Señor desde hace más o menos dos mil años sigue extendido, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor vino por nuestros pecados y si nosotros… Escuche con atención: Y si nosotros ya los confesamos y nos apartamos tenemos que tener misericordia por los demás… y los demás son: Los que se han alejado del Señor y los que no han aceptado al Señor… Recuerde, lo que nos dice el apóstol Pablo en el libro de Gálatas, en el capítulo 6:1: “Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.”.

El Señor quiere salvar nuestra alma; El Señor quiere restaurar nuestra alma, es decir bendecir nuestra alma, es decir que nuestra alma sienta el refresco de su Santo Espíritu… Recuerde, que el Señor vino para que tengamos vida y vida en abundancia, y no para destruirnos… Esta es la gran comisión… Y esta es la comisión que nosotros tenemos que profesar, Amén.

Ahora, miremos Juan capítulo 12:47:

“Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, 
sino a salvar al mundo.”

El Señor Jesucristo nos muestra claramente en este maravilloso versículo, que Él no vino a juzgar el mundo, sino a salvar el mundo… Eso quiere decir hermano, que todos los que NO han aceptado al Señor como su Señor y salvador tienen derecho a la salvación, pero existe un requisito, y el requisito es el siguiente: “…Confesar con la boca a Jesús por Señor, y creer en el corazón que Dios le resucitó de entre los muertos; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.”, ver Romanos 10:9 al 10... Pero, lo tremendo de esto es lo que dijo el Señor Jesucristo de los que lo aceptan en el libro de Juan capítulo 8:12 y en el libro de Mateo capítulo 6:14, ¿Y qué dijo? Lo siguiente: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida…”… y “Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar.”, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor nos salvó para que nosotros seamos la luz del mundo… En otras palabras, para que nosotros no juzguemos al mundo, sino para que llevemos el mensaje de salvación a Egipto, llámese: Mundo o sistema y tierra o planeta, pero ese no es el punto, aunque es hermoso, el punto es que nosotros tenemos que proclamar la gran comisión a todo pulmón, ya sea a los creyentes y a los pecadores, es decir: “Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.”, ver Mateo 28:19, “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura (Creación).”, ver Marcos 16:15, pero para eso tenemos que conocer a que más vino nuestro Señor Jesucristo al mundo… por eso, mejor abramos nuestras Biblias en el libro de Juan, en el capítulo 3:2 para que comencemos con esta maravillosa enseñanza del Señor:

 “Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él.”

Este personaje entendió parte de la misión del Señor… Él no le dijo: Yo vine como maestro… Jesús vino a enseñar y cuando Él nos enseña nos hace libre… “…Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra (Enseñanza), serán de veras mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Así que, si el Hijo del Hombre los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres.”, ver Juan 8: 31 y 32 y 36… El Señor vino a liberarnos, a libertarnos. Claro, también vino a echar fuera nuestros demonios, pero una de las formas más grandiosas de libertar a alguien es enseñándole… Uno se puede desgalillar con una persona que está endemoniado; Demonio, ¡Sal fuera! En el nombre de Jesús, pero ese no es el punto, el punto es que una de las formas más sublime y perenne de liberación es por medio del conocimiento y el conocimiento se adquiere a través de la enseñanza y la enseñanza viene a través de un Jesús Maestro… Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, y lo tremendo de esto es que algunos lo desaprovecharon... Por ejemplo: Judas Iscariote... Yo siempre he creído que Judas seguía a Jesús, porque él quería que Jesús liberara al pueblo de Israel del imperio Romano. Entre paréntesis, yo creo que Judas usaba una playera del Che Guevara debajo de su vestido, pero el punto es que yo creo que Judas caminaba con Jesús, porque él quería que Jesús liberara al pueblo de Israel del yugo Romano, ¿Y cuándo se dio cuenta de eso? Cuando el Señor multiplicó los cinco panes y los dos pescados, ver Mateo 6:34 al 44.

El Señor vino a liberarnos del diablo, del pecado… El Señor no vino a liberarnos del imperio romano... Hoy existen muchos hermanos en Cristo, lamentablemente, que creen que el Señor vino a liberarnos de los romanos, llámense: Gobernantes... Jesús no vino a eso… Jesús vino a liberarnos por medio de Su conocimiento, ¿Para qué? Para expandir en nuestro interior Su libertad para que obtengamos los pensamientos divinos, que nos harán caminar en los caminos de Él… Hermano Juan Carlos, disculpe, ¿Cómo podemos lograr eso? Escuche con atención: El Señor dijo: Yo me tengo que ir, pero les voy a enviar al otro Consolador para que esté con vosotros para siempre; es decir, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo, y os guiará a toda verdad, ver Juan 14:16 y 25 ¿Qué le quiero decir? Que el Espíritu Santo es nuestro Maestro... En otras palabras, el Espíritu Santo nos enseña y nos convence, ¿De qué? De pecado, de justicia y de juicio, ver Juan 16:8 al 9… Y esto va dirigido a nosotros y al mundo. Pero, ¿Cómo podemos lograr eso? Buscando a Dios en espíritu y en verdad… En otras palabras, rindiéndonos delante del Señor, porque el Señor Dios no desprecia al corazón contrito y humillado… Al corazón hecho pedazos, dice la versión DHH… por eso consejo: Si no nos hemos dejado llevar por cosas que no son adecuadas… Recuerde, que el Espíritu Santo es nuestro Consolador y Maestro… Lo que estoy tratando de decir es que si nos humillamos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, podremos oír con más facilidad Su voz, es decir Su enseñanza, es decir Su guianza… No hagas eso; Es mi mente, ¡Serán mis pensamientos! No es el pensamiento de Dios, por eso tenemos que conocer Sus pensamientos, porque Sus pensamientos no colisionan con Su Palabra, llámese: Biblia o Enseñanza… En otras palabras, Sus pensamientos nos enseñarán: Lo que es pecado, lo que es justicia y lo que es juicio

Por eso quisiera terminar esta maravillosa enseñanza del señor diciendo, que este tema es de suma importancia, porque no solo el Hijo tenía que comprender la misión que le encomendó el Padre, sino que la tenían que comprender, por el Espíritu, los que iban hacer beneficiarios de esa misión… La misión se la entregaron al Hijo, pero el Hijo nos la entregó a nosotros… Jesús nos dio el relevo… Jesús nos dio la estafeta, ¿Y por qué digo eso hermano? Porque Él Dijo: “Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.”, ver Juan 9:5… y más adelante dice: “Vosotros sois la luz del mundo…”, ver Mateo 5:14… En otras palabras, les entrego la estafeta para lo que Yo fui enviado y que ustedes no podían hacer... Ahora vayan y háganlo con temor y temblor… y de ahí viene lo que nosotros conocemos Como la gran comisión”

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura; A toda creación.” (Marcos 16:15)

Por eso tenemos que conocer: Cuáles son las misiones del Hijo en la tierra para que podamos comprender nuestra misión… Pero, para eso necesitamos conocer ¿A qué vino el Señor?


10 de Agosto de 2019
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo

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