QUIERES VER LA GLORIA DE DIOS
LA BIBLIA NOS HABLA:
“Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos
los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de
Dios; y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la
diestra de Dios.”
(Hechos 7:55 al 56)
Este día, con la
ayuda del Señor, quisiera comenzar esta maravillosa enseñanza comentando algo
que dijo un siervo de Dios, y que parecía muy sensato, porque él decía: yo antes
vivía un evangelio muy estresado, porque no sabía qué hacer para que Dios me
amara más... Lo comprendo, NO lo critico, PERO ME PONGO ALERTA, porque a veces el alma nos
puede manipular en la ministración, es decir que nosotros los siervos de Dios NO
deberíamos ministrar de acuerdo a nuestra alma sino de acuerdo al Espíritu del
que nos envió, llámese Jesucristo ¿Por qué razón? Porque a veces la canal de
uno por donde desciende el agua del cielo puede estar muy sucia… Lo que estoy diciendo
es que la Palabra que baja de lo alto, desciende limpia, pero si el receptor está
sucio u oxidado, de su boca emanará agua amarga o casi venenosa para el que la esté
escuchando... Entonces este siervo de Dios dijo: que su padre lo abandonó desde
muy pequeño y por eso siempre anduvo buscando un padre terrenal hasta que encontró
al Señor Jesucristo. ESO ES LÓGICO, porque cuando uno entiende que existen tres
clases de paternidad, y que son, en primer lugar, la paternidad espiritual,
llámese Dios, porque Dios es el Padre de
los espíritus, ver Hebreos 12:9… y
en segundo lugar, la paternidad del alma, es decir de los sentimientos y de las
aflicciones… y en tercer lugar, la paternidad biológica, es decir los padres de
sangre, que son los responsables de trasladarnos las cosas buenas o malas, y
que la Palabra dice: que nos tienen que “…rescatar
de esa vana manera de vivir, la cual recibimos de nuestros padres…”,
ver Primera de Pedro 1:18 RVR 1960, pero el punto es que este hombre de Dios,
decía: siempre anduve buscando un padre, y a quien agradar, y por eso de esa
misma forma buscaba agradar a Dios para que Él me amara más, hasta que un día
comprendí, que Dios me ama a mi tal como soy, ESO ES CIERTO, pero también es
cierto que nosotros debemos avanzar hacia el perfecto amor de Dios, porque Dios
nos puede llegar a amar mucho más de lo que nos ama… y esto la Palabra nos lo
deja ver claramente sin que haga acepción de personas. Por ejemplo, dice la
Palabra en el libro de Juan, en el capítulo 21, que el apóstol Juan escribiendo
su evangelio se describe así mismo como aquel
discípulo a quien Jesús amaba, y que cuando el Señor estaba con el apóstol
Pedro, preguntándole: Simón, hijo de
Juan ¿me amas más que éstos?...¿me amas?...¿me quieres? Pedro le contesto: Señor, tú sabes que te quiero…Señor, tú
sabes que te quiero…Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero, tu
sabes que te Phileo. Entonces el Señor le dice: En verdad, en verdad te digo Pedro: cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero
cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde
no quieras. Esto lo dijo Jesús, dando
a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Y habiendo dicho esto, le dijo: Sígueme.
Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que
en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y le había preguntado: Señor, ¿quién es el que te va a entregar? Entonces Pedro, al verlo, le dijo a Jesús: Señor, ¿y éste, qué?, y
Jesús le contesto: Si yo quiero que
él se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué Simón, hijo de Juan? Tú, sígueme. Recuerde, que cuando el apóstol
Juan estaba relatando lo anterior, el Señor estaba hablando con el apóstol Pedro,
pero el punto es que el apóstol Juan en ese capítulo se hace referenciar como
al discípulo a quien Jesús amaba,
pregunto: ¿El Señor amaba a Pedro? SI LO AMABA, pero no lo amaba como amaba al
apóstol Juan, pregunto: ¿Por qué el Señor no amaba a Pedro como amaba a Juan? PORQUE
EN ESE INSTANTE PEDRO NO HABÍA EVOLUCIONADO. Eso quiere decir que usted y yo
debemos de evolucionar para que el Señor nos llegue a amar más de lo que nos
podemos imaginar… Esto es difícil de explicar, pero así es y está en la Palabra,
y es más hasta dice la Palabra, en primer lugar, en el libro de los Salmos, en
el capítulo 11:7: que “…el SEÑOR es
justo y ama la justicia…”. Eso quiere decir que si Dios ama la justicia
entonces ama al Justo, y lo tremendo de esto es que existen muchos cristianos
que no son justos, es decir que solo fueron justificados por la sangre preciosa
del Cordero, y ya no siguieron siendo justos y por eso Dios los ama, pero no los
ama como al que se sigue perfeccionando… y en segundo lugar, nos deja ver en el
libro de Segunda de Corintios, en el capítulo 9:7: que “…Dios ama al dador alegre.”. Eso quiere decir que el Señor ama
menos al que da de mala gana o al
que da por obligación, es decir que Dios ama más al que da con alegría, como
propuso en su corazón… y en tercer lugar nos dice la Palabra del Señor: “Has amado la justicia y aborrecido la
iniquidad; por tanto Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría más que a
tus compañeros.”, ver Salmos 45:7 y Hebreos 1:9. Eso quiere decir que para
que el amor de Dios aumente en nosotros, usted y yo debemos ser personas rectas,
íntegras, honestas, justas y obedientes… y fue por eso que el apóstol Pablo
dijo y aun nos sigue diciendo: “No se
engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.”, ver
Gálatas 6:7 NVI, por eso me pregunto y le pregunto: ¿Será que nosotros hemos
logrado despertar en Dios ese amor o será que solo nos ama como amó al mundo? “Porque de tal manera amó Dios al mundo…”,
ver Juan 3:16, por eso me pregunto y le pregunto: ¿Ama Dios al mundo sí o no?
¿Y a nosotros nos ama de la misma manera que ama al mundo? NO. Eso quiere decir
que hay una diferencia ¿En qué estriba esa diferencia? En que usted y yo
respondimos al primer impulso que Dios nos dio, es decir: Dios nos amó, y eso
lo dice la Palabra: “Nosotros amamos,
porque Él nos amó primero.”, ver Primera de Juan 4:19… Lo que estoy diciendo,
en primer lugar, es que Dios nos da un impulso al cual nosotros respondemos… y
en segundo lugar: que si usted y yo dejamos de responder a ese impulso, llámese
amor, el don que se había activado en nosotros se apagará y el Espíritu Santo se
contristará, se entristecerá ¿Por qué sucede eso? Porque se pierde la
sensibilidad hacia Dios, y fue por eso que el perito arquitecto de la Iglesia
de Cristo dijo y aun nos sigue diciendo: “Esto
digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan
también los gentiles, en la vanidad de su mente, entenebrecidos en su
entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay
en ellos, por la dureza de su corazón.”, ver Efesios 4:17 al 18. En otras
palabras, lo que nos está diciendo el apóstol Pablo, es: NO sean rebeldes, NO
pierdan la comunión, NO pierdan la intimidad con Dios y perdonen, es decir NO
sean insensibles, y eso es una de las razones del porque nos debemos de congregar;
Esa es una de las razones del porque debemos de buscar a Dios; Esa es una de
las razones del porque debemos de adorar en espíritu y en verdad a Dios; Esa es
una de las razones del porque debemos de renovar nuestras mentes; Esa es una de
las razones del porque debemos de oír y de leer la Palabra del Señor; Esa es
una de las razones del porque usted y yo debemos ir limpiando nuestro vaso, limpiando
nuestro receptor para que la canal permanezca limpia ¿Por qué razón? Porque
solo así, en primer lugar, podremos llegar a todo lo que Dios quiere… y en
segundo lugar, porque solo así Dios nos amará como Jesús amaba a su discípulo amado… pregunto: ¿El siervo de Dios
tenía razón sí o no? CLARO QUE NO. Eso quiere decir que Dios nos quiere
bendecir, que Dios quiere derramar sobre nuestra vida bendiciones, pero para
eso Él está esperando a que nosotros hagamos algo, ÉL YA LO HIZO y Él está
esperando ahora, por eso me pregunto y le pregunto:
¿Qué debemos hacer
para ver la gloria de Dios en nuestra vida?
Abrir nuestras Biblias
en el libro de Isaías, en el capítulo 6:1, para que el Señor de señores y Rey
de reyes nos muestre lo que tenemos que hacer para poder ver SU GLORIA…
“En
el año de la muerte del rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y
sublime, y la orla de su manto llenaba el templo.”
¿Quién quiere ver
sentado al Señor sobre su trono alto y sublime, y que la orla de su manto llene
nuestro cuerpo, porque nuestro cuerpo es el templo y la morada del Espíritu Santo?
AMÉN ¿Quién quiere ver a los querubines? AMÉN ¿Quién quiere ver a los
serafines? AMÉN ¿Quién quiere ver a los ángeles? AMÉN, pero para eso debemos
tener presente, que existe un requisito ¿Cuál cree usted que es ese requisito?
MATAR A UZÍAS. Quizás alguien se esté diciendo: hermano Juan Carlos Bonilla quién es el
rey Uzías. Dice la Palabra, en primer lugar: que todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, que tenía dieciséis años, para
que fuera el rey en lugar de su padre
Amasías…E hizo lo recto ante los ojos del Señor, conforme a todo lo que su
padre había hecho…en los días de Zacarías, quien tenía entendimiento por medio
de la visión de Dios; y mientras buscó al Señor, Dios le prosperó… y en
segundo lugar, dice que cuando el rey Uzías llegó a ser fuerte, su corazón se llenó de soberbia, de orgullo, de
arrogancia y de altivez, a tal grado, que su
corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios,
entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar. El
incienso, que solo le correspondía a los
sacerdotes, hijos de Aarón, entonces cuando los sacerdotes lo reprendieron,
se llenó de ira; y cuando se llenó
de ira, la lepra le brotó en la frente,
y por eso los sacerdotes le hicieron
salir apresuradamente…porque Jehová lo había herido… y en tercer lugar,
dice la Palabra: que el rey Uzías se
quedó leproso hasta el día de su muerte, y habitó en una casa separada, ya
que era leproso, porque fue excluido de la casa del SEÑOR, y fue por eso
que su hijo Jotam se quedó a
cargo de la casa del rey, gobernando
al pueblo de la tierra, ver Segunda de Crónicas 26, pregunto: ¿Qué
representa el rey Uzías adjetivamente? La ira, la altivez, la soberbia, la
arrogancia y el orgullo, pregunto: ¿Qué significan esos sentimientos de
valoración de uno mismo? Significa una prueba extraordinaria para nuestros
corazones… Eso quiere decir que si usted y yo logramos superar esos
sentimientos de valoración personal, podremos llegar a ver la gloria del Señor,
y fue por eso que el apóstol Pablo dijo y aun nos sigue diciendo: “Esfuércense por vivir en paz con todos y
procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor.”,
ver Hebreos 12:14 NTV. Esto me recuerda, que un pastor en una prédica, comentó
que conoció a una persona que vivió en un barrio pobre y que el evangelio del
Señor Jesucristo lo impactó, de tal manera, que logró culminar una carrera
profesional y salir del barrio marginal, GLORIA A DIOS POR ESO, pero el punto
es que si usted y yo, no estamos bien cimentados “…en el camino, en la verdad, y en la vida…”, ver Juan 14:6, nuestro corazón se podrá llenar de
altivez, tal como le sucedió al rey Nabucodonosor: “…¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la
fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?”, ver Daniel 4:30 RVR
1960. Eso quiere decir, en primer lugar: que la mayor manifestación de la
altivez y de la soberbia, es pretender vivir sin Dios… Es creer que no
necesitamos de Dios… Es creer que podemos vivir en este mundo separados de
Dios… Lo que estoy diciendo es que usted y yo no estamos diseñados para vivir
sin Dios... Por lo tanto, debemos tener presente, que la vida sin Dios, es
decir sin Su amor y sin Su ayuda sería demasiada pesada para nuestra vida ¿Por
qué razón? Porque las pruebas, las tribulaciones y las angustias les ocurren a
todos los creyentes y no creyentes… pero con la pequeña diferencia que el creyente
pasa por esas situaciones difíciles tomado de la mano de Dios y el no creyente la
pasa sin Dios… y en segundo lugar: que la arrogancia, que la altivez junto al
orgullo son sentimientos de valorización personal que afectan profundamente
nuestra vida ¿Por qué razón? Porque nos quitan el piso y nos hacen actuar de
tal manera, de tal manera, que desencadenamos resultados funestos, es decir que
produzcan tristezas o desgracias… por eso déjeme decir, que el orgullo, que la
soberbia, que la arrogancia y que la altivez nos alejan de Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo, y por eso es que usted y yo perdemos Su bendición, Su presencia
y Su compañía ¿Por qué razón? Porque si tenemos la altivez en nuestro rostro, no le daremos el verdadero lugar a Dios en nuestros pensamientos, ver Salmos 10:4 NVI. Lo
que estoy diciendo es que definitivamente, sin obediencia, sin temor de Dios,
jamás seremos bendecidos, es decir que si no buscamos la paz con todos y la
santidad, a la hora de la prueba y de la tribulación no podremos contar con la
ayuda y la fortaleza de Dios… Por lo tanto, debemos tener presente, que NO SE
PUEDE GANAR CON ORACIÓN, LO QUE SE PIERDE POR DESOBEDIENCIA, y fue por eso que
el hombre ciego de nacimiento dijo y aun nos sigue diciendo: “Sabemos que Dios no oye a los pecadores;
pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye.”, ver Juan 9:30,
y fue por eso que el dulce cantor de Israel dijo y aun nos sigue diciendo:
Señor “No hay lugar en tu presencia para
los altivos, para los orgullosos, pues
aborreces a los malhechores.”, ver Salmos 5:5 NVI. Otra versión dice: Señor
“…Tú odias a los malhechores.”, ver
DHH.
Yo sé que usted ha
logrado muchas cosas y que las ha logrado porque el Señor es bueno, por eso
déjeme decirle: NO le permita a su corazón que se llene de altivez, y si ya se
llenó, ya sea de altivez, de soberbia, de orgullo, o de arrogancia… humíllese
delante del Señor y pídale perdón, porque solo así hermano, podrá ver la gloria
del Señor… Recuerde, que el Señor dijo y aun nos sigue diciendo: “…aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”, ver Mateo 11:29 RVR
1960, ¿Por qué razón?, en primer lugar, porque “…Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.”, ver
Santiago 4:6 RVR 1960… y en segundo lugar, porque “El Señor es excelso, pero toma en cuenta a los humildes y mira de
lejos a los orgullosos.”, ver Salmos 138:6 NVI, por eso me pregunto y le
pregunto: ¿De qué se puede sentir uno orgulloso? De su apellido, de su trabajo,
de su profesión, de su carro, de su casa e incluso existen muchas personas, que
se pueden llenar de orgullo por creerse muy humildes… pero el punto es que
existen personas, y entre ellas cristianas, que se enorgullecen de su
profesión, de su familia, de su hijo y a veces hasta de su memoria, mas no
saben ellos, que Dios los puede llegar a humillar con alzheimer, por eso, que
se muera Uzías y que viva el Señor Jesucristo. Dice la Palabra, que el orgullo
nos puede empujar a cometer pecados tremendos, porque: “Después del orgullo viene la caída; tras la arrogancia, el fracaso,
la altivez de espíritu.”, ver
Proverbios 16:18 PDT.
Entonces el rey Uzías
se enalteció y por eso usurpó y por eso se enojó y por eso la lepra le brotó en la frente. La lepra es una enfermedad que
ataca las terminaciones nerviosas… Eso quiere decir que las personas se vuelven
insensibles, por eso, debemos tener presente, que la insensibilidad espiritual
no nos permite reconocer nuestros errores, pecados y el mal andar ¿Por qué
razón? Porque la insensibilidad hace que no reconozcamos que necesitamos de
Dios o que necesitamos volvernos a Él ¿Por qué razón? Porque no existe el arrepentimiento,
por eso me pregunto y le pregunto: ¿Cuántas veces cometemos el mismo pecado y
no sentimos arrepentimiento? ¿Cuándo fue la última vez que lloramos delante del
Señor porque nos sentíamos mal por haberle fallado en aquella área que era o es
nuestro tropezadero? Yo no estoy diciendo que usted y yo debemos pasar llorando
y lamentándonos todo el tiempo y mucho menos que debemos de jugar: A QUE NOS
PERDONE EL SEÑOR, hablo en primer lugar, de SENTIR, es decir que si estamos
actuando mal debemos tratar de HACER algo por cambiar lo que sabemos que
estamos haciendo mal… y en segundo lugar, que usted y yo ya NO debemos seguir excusándonos
en que Dios es grande en misericordia y en perdón SI NO HACEMOS NADA por salir
de esa vida equivocada que muchas veces estamos viviendo… Yo estoy cansado de
jugar con su perdón, con su misericordia, con su gracia, ¡NECESITO SER
SENSIBLE!, ¿Usted necesita ser sensible?, ¡Yo necesito ser sensible!, por eso
permítame leerle lo que el Señor le envío a su pueblo por medio del profeta
Jeremías, y dice: “Jeremías, dile al
pueblo: “Esto dice el SEÑOR: Cuando una persona se cae, ¿acaso no vuelve a
levantarse? Cuando descubre que está en un camino equivocado, ¿acaso no da la
vuelta? Entonces, ¿por qué esta gente continúa en su camino de autodestrucción?
¿Por qué los habitantes de Jerusalén rehúsan regresar? Se aferran a sus
mentiras y se niegan a volver. Escucho sus conversaciones y no oigo una sola
palabra de verdad. ¿Hay alguien que esté apenado por haber hecho lo malo?
¿Alguien que diga: “¡Qué cosa tan terrible he hecho!”? ¡No! ¡Todos corren por
el camino del pecado tan veloces como galopa un caballo a la batalla!”, ver
Jeremías 8:4 al 6 NTV. En otras palabras, lo que les está diciendo Jeremías al
pueblo del Señor y aun a nosotros, es: dejen de ser insensibles espirituales… Es
tiempo que se vuelvan a Dios, es tiempo que se quiten la venda de sus ojos, la
venda que NO nos permite ver la realidad espiritual en la que estamos viviendo,
es tiempo que hagan a un lado cualquier excusa y comiencen a vivir una vida de
SENSIBILIDAD ESPIRITUAL, y que solamente se logra a través de una verdadera
relación personal con Dios. Por lo tanto, debemos tener presente, que cuando
usted y yo dejamos la insensibilidad ante la presencia del Señor, es decir que cuando
se muera el leproso, el insensible, el orgulloso, el soberbio, el arrogante, el
altivo y el bravo, vamos a ver al rey de la gloria sentado en su trono y a Jesús de pie en el lugar de honor, a la
derecha de Dios, tal cual como le sucedió el discípulo Esteban cuando se llenó del Espíritu Santo, ver Hechos
7:55 al 56 NTV, Gloria a Dios.
Ahora, miremos Juan
capítulo 11:4.
“Cuando
Jesús lo oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de
Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.”
Este maravilloso
versículo me recuerda un cántico, que dice: no te he dicho que si crees verás
la gloria de Dios, verás la gloria de Dios, verás la gloria de Dios, por eso me
pregunto y le pregunto: ¿Cuándo se verá la gloria de Dios? CUANDO SE CREA ¿En
quién? “…en Jesús, el autor y consumador
de la fe…”, ver Hebreos 12:2. Eso quiere decir que usted y yo debemos de
creer y de confiar plenamente en la Palabra del Señor, porque solo así podremos
ver realmente LA GLORIA DE DIOS… por eso quisiera terminar esta maravillosa enseñanza
del Señor diciendo, que la lepra, que la insensibilidad, que el orgullo, que la
soberbia, que la arrogancia, que la altivez y que la ira, impiden que el carácter
del Señor fluya en nuestra vida y a la vez obstaculiza que el bien llegue a
otros por medio de nosotros mismos... Lo que estoy diciendo es que usted y yo
debemos permitirle al plomero por excelencia, llámese Jesucristo, que destape el
drenaje de agua que esté tapado y que limpie la tubería para que el agua que
fluye de lo alto vuelva a fluir por la canal limpiamente ¿Por qué razón? Porque
el orgullo y la altivez de espíritu revelan, exponen y levantan nuestros
propios intereses, y autosuficiencias, las cuales parecen ser muy necesarias y
nobles… por eso, debemos tener presente, que cuando nos consideramos autosuficientes,
la autosuficiencia NO nos dejará ver, en primer lugar: que fallamos en ver
nuestra necesidad de redención… y en segundo lugar, NO nos deja ver que
necesitamos crecer espiritualmente ¿Por qué razón? Porque nuestro YO se
convierte en un dios, y toda la obra del único y verdadero Dios queda enmudecida
y echada a un lado… Es cierto, que Dios puede romper a través del orgullo, de
la soberbia, de la arrogancia, de la altivez como el cuchillo corta a través de
la mantequilla, pero usualmente Dios no lo hace, porque Él permite que usted y
yo andemos en nuestro propio engaño, para que reconozcamos que no existe otra
salida más que en Él, por eso déjeme decirle: que si usted es de los que ya probó de todo y aún sigue esclavizado, rinda
su voluntad a la voluntad del Señor, porque Cristo es el único que lo puede
llevar más allá de sus sueños y expectativas... Ejemplo Bíblico: “Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la
hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro
días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”,
ver Juan 11:39 al 40 RVR 1960, por eso: “Levantémonos
y resplandezcamos, EN ESTE DÍA, porque
ha llegado nuestra luz. La gloria
del SEÑOR ha amanecido sobre nuestra vida y sobre nuestra hogar.”, ver Isaías 60:1 PDT, Gloria a Dios, Aleluya.
Por eso, Padre
nuestro que estás en los cielos y en todo lugar, te pido, te suplico, te ruego, por todos los que
estamos aquí presente y por todos los que están leyendo nuestro Blog en el internet, tal como
lo dijo el dulce cantor de Israel: “Crea en nosotros, oh
Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de nosotros. No
nos eches de tu presencia, y no quites de nosotros tu santo Espíritu…y Abre nuestros labios, oh
Señor, para que nuestra boca anuncie
tu alabanza.”, ver Salmos 51:10 al 11 y el 15 LBLA.
Amén, Amén y Amén
Amén, Amén y Amén
04 de Marzo de 2017
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo
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