LA RESPONSABILIDAD ES, PARTE III

LA BIBLIA NOS HABLA:
“Que cada uno cumpla sus propias responsabilidades.” (Gálatas 6:5) PDT

En este día quisiera comenzar esta enseñanza preguntando: ¿Cómo es su vida cristiana? Será que usted es del tipo de cristiano que por falta de conocimiento le causa tropiezo a los que vienen más atrás que usted, ESO SOLO DIOS Y USTED LO SABEN ¿Por qué cree que le hice esa pregunta? Porque hace seis semanas con la ayuda del Señor, comencé a abordar el tema que tiene que ver con la responsabilidad individual… La responsabilidad que Dios nos da a cada uno de nosotros y que está íntimamente ligada con nuestro crecimiento y con nuestros frutos, porque lo que el Señor quiere es que nosotros demos frutos, Y FRUTOS EN ABUNDANCIA. Por eso, debemos tener presente, que si nosotros no damos frutos, el Señor de señores más temprano que tarde nos va a decir: “…al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y al siervo inútil, echadlo en las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.”, ver Mateo 25:29 al 30, por eso, NO seamos religiosos, porque el religioso nunca podrá dar frutos, FRUTOS VERDADEROS. En otras palabras, lo que estoy tratando de decir es que existen muchas personas cristianas que se encuentran sin frutos… Eso quiere decir que usted y yo tenemos una responsabilidad congregacional, que usted y yo tenemos una responsabilidad como conglomerado, pero también tenemos una responsabilidad en lo individual y que esa responsabilidad individual denota nuestra madurez, nuestro crecimiento y nuestros frutos… es decir, cómo se encuentra nuestro caminar, nuestro caminar cristiano y esto es bien importante hermano, porque el punto central de la ministración hacia la Iglesia de Cristo Jesús, es “…capacitar, equipar, perfeccionar a los santos para la obra del ministerio y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguen a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.”, ver Efesios 4:12 al 13. Eso quiere decir que el Señor quiere que usted y yo demos la estatura de la plenitud de Cristo ¿Cuántos quieren dar la estatura de la plenitud de Cristo? Y fue por eso que aquel tremendo hombre de Dios, llámese Juan el Bautista, dijo y nos sigue diciendo: “Es necesario que El crezca, y que yo disminuya.”, ver Juan 3:30. Eso quiere decir que para que usted y yo podamos crecer espiritualmente, tenemos que hacer menguar el YO… y es por eso que a mí me llama mucho la atención que cada vez que en la Palabra se menciona la frase: cada uno, cada uno de vosotros, nos deja ver que la responsabilidad es individual, que el crecimiento es individual y que los frutos son individuales… Entonces cuando yo veo esa situación escuche lo que dice el libro de Lucas en el capítulo 13:6 al 8: “Y les dijo esta parábola: Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña; y fue a buscar fruto de ella, y no lo halló.”, ¿Qué le mira usted de extraño a este versículo? QUE LA HIGUERA ESTABA PLANTADA EN UNA VIÑA. Eso quiere decir que el viñador a la higuera le había dado una oportunidad extraordinaria, porque todo lo que la rodeaba no era de su propia naturaleza… En otras palabras, lo que estoy tratando de decir es que puede ser que a usted le hayan dado una oportunidad extraordinaria, con un don extraordinario, pero como solo le pasa viendo a los demás su fruto, no se ha dado cuenta que el Señor le dio a usted un don diferente al de los demás, por eso déjeme decirle: que usted tiene un don o varios dones de parte del Señor, y puede ser que su regalo sea extraño para algunos, por eso, debemos de respetar la individualidad de las personas e incluso hasta la de nuestros hijos, porque ellos son como son, hay hijos que les fascinan las matemáticas, hay hijos que les fascinan los idiomas, hay hijos que les fascinan la creatividad, hay hijos que les fascinan los deportes y hay otros que supuestamente no les fascinan nada, pero yo le puedo asegurar a usted que a ese hijo que no le fascina nada por lo menos tiene un regalo del Señor, PERO HAY QUE DESCUBRIRLO… por eso, yo creo, en primer lugar: que unas de las cosas que tenemos que mencionar de ese versículo, porque es una parábola, es que la higuera envidiaba a las viñas, porque no podía dar fruto, por eso déjeme decirle: no quiera ser lo que el Señor no lo puso a hacer, porque no va a poder dar fruto… y en segundo lugar: que la higuera nunca descubrió quien era, por eso déjeme decirle, que si usted no descubre quien es, se amargará, porque va a querer ser lo que no es, es decir que va a querer dar uvas cuando lo que tiene que dar son higos, y es más, hasta existe un dicho del mundo, que dice: no se les puede pedir peras al olmo… y en tercer lugar hermano: que la higuera nos deja ver claramente, que si usted y yo NO damos frutos, nos llegará la auditoría, y puede ser que usted en estos tiempos, y que son finales, y que ya los estamos viviendo, este haciendo cosas malas y no le pase nada, por eso, debe saber, que más temprano que tarde le llegará el día de la auditoría y por eso es mejor que usted adelante ese día por medio de una ministración, ya sea con el Padre de los cielos o con un siervo del Señor, porque dice la voz escrita de Dios Padre: que cuando uno NO se ministra por la terquedad y la dureza del corazón, atesora para mismo ira para el día de la ira, cuando el Señor se manifieste para dictar su justa sentencia.”, ver Romanos 2:5 RVR 1960 y DHH. Ahora, leamos el versículo 7, pero antes de que lo leamos permítame decirle: que el fruto de la higuera significa dulzura, porque la higuera en la parábola del libro de los Jueces, en el capítulo 9:10, de eso habla, que el fruto de la higuera es uno de los siete frutos de la tierra en abundancia, es decir de la tierra prometida, llámese Canaán, que a la higuera le sale el fruto primero y después le salen las hojas y las hojas cubren al fruto y las hojas que cubren al fruto tiene cinco puntas, que tipifican: LA GRACIA DE DIOS, la MANO PODEROSA DE DIOS y los cinco MINISTERIOS PRIMARIOS: apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro.

Ahora, leamos el versículo 7: Y dijo al viñador: “Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo. Córtala. ¿Por qué ha de cansar la tierra?”. En otras palabras, lo que nos está diciendo ese versículo, es que el problema no se encuentra en la tierra, porque las viñas daban frutos, es decir que el problema no es el mundo sino la persona, porque no somete su voluntad a la voluntad del Señor, ver Juan 3:30… Eso quiere decir que el Señor está diciendo: hace tres años que te estoy cuidando, hace tres años que te estoy visitando, hace tres años que te estoy motivando, hace tres años que te estoy pasando auditoría, hace tres años que te estoy llamando la atención, hace tres años que te estoy diciendo: cambia tu vocabulario, cambia tu carácter, deja de tomar… Lo que estoy tratando de decir es que hace tanto tiempo que eres cristiano y no hay modo que fluyas como tal, aunque llegues a los cultos a cantar, a danzar y a adorar, pero cuando se mira el fruto sustancial y práctico fuera de la Iglesia de Cristo, no tienes aire con remolino, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta persona, y no lo hallo. Córtalo ¿Por qué razón? Porque la responsabilidad es individual, es decir que ya no le podemos echar la culpa a nadie y mucho menos se la podemos echar al diablo como lo hizo Adán y Eva, porque dice la Palabra: que cuando el Señor le preguntó a Adán: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? Adán le echo la culpa a la mujer, y cuando el Señor le preguntó a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? La mujer le echó la culpa a la serpiente, y cuando el Señor le preguntó a la serpiente, la serpiente se quedó callada y por eso el Señor le dijo: “Por cuanto has hecho esto, maldita serás más que todos los animales, y más que todas las bestias del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.”, ver Génesis 3:8 al 14. Eso quiere decir que el único personaje que aceptó la culpa de los tres, fue la serpiente, llámese: diablo o satanás y lo impresionante de eso hermano, es que los hijos del Dios altísimo, llámense Adán y Eva, no aceptaron la culpa, ver Lucas 3:38 NTV, y es por eso que yo siempre digo: que cuando una persona se justifica a sí mismo, lo que está haciendo es limpiando con la serpiente, ya sea su transgresión, o su  pecado, o su iniquidad … Lo que yo estoy tratando de decir es que cuando se deja que Dios lo justifique a uno, Él lo justifica matando a un Cordero y por eso cuando uno dice: yo soy culpable ¿Tú eres culpable? Sí Señor, lo confieso, soy culpable, soy un pecador y por eso me merezco el infierno, pero misericordia quiero Señor, piedad quiero Señor… Entonces, como Dios es justo, dice: alguien tiene que pagar por eso, porque si no sería una injusticia ¿Quién lo paga? JESÚS, Jesús lo pago en la cruz del calvario hace dos mil años, y lo tremendo de esto es que por Jesús, Dios nos seguirá perdonando los pecados que aún no hayamos cometido, es decir los pecados futuros, porque el Dios que tenemos nos ofrece la puerta de bendición y la puerta de salida. Yo no le estoy dando alas para que usted peque y regrese y pida perdón, por eso lo exhorto tal como lo hizo el apóstol Juan: “…estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, ante alguna tentación, usted lo que necesita es misericordia, CLARO, PUEDE HABER CASTIGO, pero usted debe saber, en primer lugar: que está en las manos del Señor… y en segundo lugar: que el Señor no lo va a destruir, porque el que vino a destruir fue el diablo, en cambio nuestro Señor Jesucristo vino para que usted y yo tengamos vida y abundancia y dentro de la abundancia nos puso a su disposición la misericordia, por eso si hemos pecado abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”, ver Primera de Juan 2:1 RVR 1960, y es por eso, que hoy más nunca, y que ya son los días finales, y que ya los estamos viviendo, debe saber: que existen pecados que conllevan a la muerte eterna, ver Mateo 12:31; Marcos 3:28 al 30… Eso quiere decir que la salvación está condicionada, ver Juan 17:12; Romanos 11:11 al 24; Primera de Timoteo 4:16 y Hebreos 6:4 al 8, es decir que se puede perder, ya sea el espíritu, ver Primera de Corintios 5:5, el alma, ver Santiago 1:21 y Santiago 5:20, o el cuerpo, porque dice la Palabra en el libro de Romanos, en el capítulo 8:23 NVI: “Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo.”. Eso quiere decir que si usted y yo, NO cuidamos con temor y temblor la redención de nuestro cuerpo, lo que estamos haciendo es cosechando la consumación de nuestro cuerpo para el infierno… Pero lo triste de esto es que hoy en día, existen muchos ministros del Señor, que dicen: no hablen del infierno, dejen de meterle miedo a las personas… y si por la casualidad de la casualidad en esta congregación existe ese tipo de persona, permítame decirle, que yo no estoy metiéndole miedo a nadie porque solo le estoy enseñando lo que dice la Palabra... Y esto nuestro Señor Jesucristo nos lo afirma diciendo: “No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.”, ver Mateo 10:28 NVI, por eso me pregunto y le pregunto ¿Qué se puede destruir en el infierno? EL ALMA Y EL CUERPO ¿Y el espíritu? ¿Qué le pasa al espíritu? ¿Se podrá destruir el espíritu? Porque cuando nos dice nuestro Señor Jesucristo: Teman más bien al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno, quiere decir que el cristiano puede salvar su espíritu… Ejemplo de esto lo podemos ver en la voz escrita de Dios Padre con respecto a la lepra. Recuerde, en primer lugar: que la lepra es figura del pecado… y en segundo lugar: que la Palabra en el Antiguo Testamento nos dice que existen tres cosas que se podían contaminar de lepra, y son: las casas, las vestiduras y los humanos. Eso quiere decir que las casas son figura del cuerpo; que las vestiduras son figuras del alma y que los humanos son figura del espíritu, la explicación del ¿Por qué? Es muy abundante y no me quiero detener en eso, porque lo que yo quiero es que usted comprenda, que lo que viene a individualizar nuestra vida es el espíritu, y no es el alma y mucho menos el cuerpo... Lo que estoy tratando de decir es que usted no es lo que se ve por fuera, es decir: que ese cuerpo bien parecido no es usted, porque usted es el que habita adentro, es decir: EL ESPÍRITU ¿Qué les hacían a las casas leprosas? LAS QUEMABAN ¿Qué les hacían a las vestiduras leprosas? LAS QUEMABAN ¿Qué les hacían a las personas leprosas? LAS AISLABAN. Eso quiere decir que a la casa = al cuerpo, la quemaban; que a las vestiduras = al alma, la quemaban, que a las personas = al espíritu, la sacaban fuera del campamento. Pero, deben tener presente, que los humanos a diferencia de las casas y de las vestiduras podían ser sanados de la lepra y cuando eran sanados de la lepra volvían al campamento… Lo que estoy diciendo es que una persona puede perder el cuerpo y el alma, pero el espíritu no, porque el espíritu puede ser sanado del pecado, llámese: transgresión, pecado e iniquidad, ver Salmos 32:5, es decir: que se va a quedar en calidad de espíritu. Ejemplo de ello lo podemos ver en el libro de Primera de Pedro, en el  capítulo 3:18 al 19, y dice: “Porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu, en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados.”. Pero, debe tener presente, que también se puede perder el ser integral, es decir el espíritu, el alma y el cuerpo, porque la voz escrita de Dios Padre, nos dice en el libro Primera de Juan, en el capítulo 5:16: que “Si alguno ve a su hermano cometiendo un pecado que no lleva a la muerte, pedirá, y por él Dios dará vida a los que cometen pecado que no lleva a la muerte. Hay un pecado que lleva a la muerte; yo no digo que deba pedir por ése.”, pero el punto es que el dueño de la viña “…le dijo al viñador: Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo. Córtala. ¿Por qué ha de cansar la tierra?”, y en el siguiente versículo dice: “El entonces, respondiendo, le dijo: “Señor, déjala por este año todavía, hasta que yo cave alrededor de ella, y le eche abono, y si da fruto el año que viene, bien; y si no, córtala.”. En otras palabras, lo que está diciendo el viñador, es: Señor, déjala un año más, porque yo me voy a encargar personalmente de ella regándola y cavando alrededor de ella para suministrarle abono y fertilizante, eso es como si el viñador estuviera diciendo: Señor, disculpa, la culpa de que la higuera no de fruto es mía, Y NO ERA ASÍ, porque las viñas daban fruto… por eso déjeme decirle: NO ande viendo y mucho menos envidiando los dones y los frutos de los demás, porque a usted el Señor le ha regalado por lo menos un don y por eso debe de fluir como es, porque su don, su estatura, su anchura, su caminar y su manera de hablar es diferente a la de los demás y si va a imitar a alguien imite lo bueno, es decir a Cristo, ver Primera de Corintios 11:1, porque solo así va a dar fruto bueno.

¿Qué cree usted que le pide la gente al Señor cuando dice: visítame Señor? QUIERO LLORAR, QUIERO QUE ME AGARRE LA TEMBLADERA, pero lo que nos deja ver la Palabra es que el Señor viene a buscar fruto “…Venga mi amado a su huerto, Y coma de su dulce fruta, de sus mejores frutas.”, ver Cantar de los Cantares 4:16 RVR 1960. Eso quiere decir en primer lugar: que el Señor quiere que usted y yo demos los frutos del espíritu individualmente, es decir que demos: “…amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad.”, ver Gálatas 5:22… y en segundo lugar: que los frutos que el Señor nos da son nuestros y son de Él, pero son más de Él y para Él, primero: porque ese versículo dice: “…Venga mi amado a su huerto, Y coma de sus mejores frutas.”, y segundo, porque la Palabra dice: “Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto…”, ver Santiago 1:17 RVR 1960. Por lo tanto, debemos tener presente, que el Señor es dadivoso, que el Señor siempre viene a comer de nuestro fruto, que el Señor nunca se presenta ante nosotros con las manos vacías, es decir que el Señor siempre nos bendice ¿Que vamos hacer, vamos a dar fruto o no?

Ahora quisiera terminar esta maravillosa enseñanza leyendo el versículo 7 del capítulo 6, del libro de Hebreos, y dice: “Porque la tierra que bebe la lluvia que con frecuencia cae sobre ella y produce vegetación útil a aquellos por los cuales es cultivada, recibe bendición de Dios; pero si produce espinos y abrojos no vale nada, está próxima a ser maldecida, y termina por ser quemada.”. Quizás alguien se esté diciendo: hermano Juan Carlos Bonilla, disculpe, porque nos está hablando de maldición si la maldición se quedó en el Antiguo Testamento, DISCÚLPEME, en primer lugar, el libro de Hebreos se encuentra en el Nuevo Testamento… y en segundo lugar, yo no estoy hablando de maldición, yo solamente estoy leyendo y aquí lo que está diciendo el apóstol Pablo, es: que si uno no crece y hace mal uso de su propia responsabilidad, al final de cuentas el Señor de señores le va a pasar la factura y lo tremendo de eso es que puede ser aquí en la tierra o más allá, es decir “…el día del SEÑOR, grande y terrible.”, ver Joel 2:31 y Hechos 2:20… por eso, nosotros tenemos que asimilar la responsabilidad que Dios nos ha dado… Pero, para eso tenemos que analizar varias cosas, como ser: cuanto tiempo tenemos de habernos convertido al Señor, si nuestra vida cristiana es una costumbre o es una religión, cuántos años tenemos de estar oyendo el mensaje divino. Yo por lo menos tengo 6 años y casi 7 meses de estar oyendo y predicando el mensaje divino del Señor, y yo creo que más de algún cambio tiene que haber sucedido en mi vida, pero ahora le hablo a usted: cuanto tiempo tiene de ser cristiano, le han predicado el evangelio del Señor Jesucristo verdaderamente o lo han tenido comiendo leche con agua, y si es así, debe saber, que el recibir la enseñanza también es responsabilidad de la oveja, porque la oveja tiene la capacidad para darse cuenta si el mensaje que está recibiendo es leche con agua o es vianda. Por eso, hoy es el momento de la auditoria y Dios quiere que se la haga usted mismo, por eso necesita CRECER y eso es su RESPONSABILIDAD, porque yo ahí no puedo hacer nada… Lo único que puedo hacer por usted es predicarle y lo que usted tiene que hacer es darle seguimiento, en primer lugar, porque ya estamos en la universidad y porque esa silla en la que usted está sentado NO es para que la caliente… y en segundo lugar, porque el evangelio además de ser teórico debe de ser práctico… Recuerde, que la palabra Evangelio literalmente significa: “BUENAS NUEVAS”, y es el plan que Dios Padre, ha diseñado para salvar a todos los seres humanos pecadores de la separación eterna de Él… Gloria a Dios, Aleluya.


10 de Diciembre de 2016
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo

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