EN EL TERCER DÍA
LA BIBLIA NOS HABLA:
“y estén preparados para el tercer día, porque
al tercer día Jehová descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el monte
Sinaí.” (Éxodo 19:11) BIBLIA SIGLO DE ORO
Estamos en el tercer
día, el tercer día que dice la Palabra que hubo doble porción, que hubo doble
bendición y que los hebreos escogen para casarse… Este es el día que estamos
viviendo, es decir el tercer milenio, porque “…un día es como mil años, y mil años como un día.”, ver Segunda de
Pedro 3:8. Esto quiere decir que ya pasaron los primeros mil años, que ya
pasaron los segundos mil años y que en este momento llevamos 15 años con ocho
meses y veintisiete días del tercer milenio y que el hebreo Jesús ha escogido
para casarse con su Iglesia, porque el Señor le dijo con respecto a eso a
Moisés: “…Ve al pueblo y conságralos hoy
y mañana, y que laven sus vestidos; y que estén preparados para el tercer día,
porque al tercer día el Señor descenderá a la vista de todo el pueblo…”,
ver Éxodo 19:10 al 11, por eso, yo Juan Carlos Bonilla, creo que en este
milenio tiene que venir nuestro Señor Jesucristo aunque aun no sepamos el día
ni la hora, por eso, amado hermano “…busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia…”,
y “busquemos la paz con todos, y la santidad, pues sin la santidad, nadie podrá ver
al Señor.”, ver Mateo 6:33 y Hebreos 12:14 NVI y DHH. Sabía usted que hoy
en día, en los tiempos finales, lamentablemente existen muchos ministros del
Señor que no les gusta enseñar con respecto a este tema, porque para ellos es
mejor predicar acerca de la súper prosperidad, de cómo se puede prosperar…
porque según ellos la prosperidad es más creíble, es más posible para la
Iglesia de Cristo, por eso, deben tener presente, que para prosperar se
necesitan hombres de poca Fe, hombres como los que menciona nuestro Señor
Jesucristo en el evangelio de Mateo cuando dice, en primer lugar: yo les puedo
calmar los vientos, las tormentas y hasta los mares “…¿Por
qué teméis, hombres de poca fe?... y
en segundo lugar cuando dice: “…no os
preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro
cuerpo, qué vestiréis…porque Dios
viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará
mucho más por vosotros, hombres de poca fe?”, ver Mateo 8:25 al 27 RVA y Mateo
6:25 y 30. Esto nos deja ver claramente que para lo básico no se ocupa mucha Fe,
pero para que nos levante tal como se llevó a Enoc y a al profeta Elías, sí se
necesita Fe.
Entonces, este es el
tercer día, este es el tercer milenio, este es el tiempo final, este es el día
que nuestro Señor Jesucristo viene sobre las nubes por su amada ¿Cuándo será
ese día? Yo creo que está más cerca de lo que creemos, por todas las cosas que están
sucediendo e intensificándose a nivel mundial, como ser: rumores de guerra,
guerras, terremotos, pestes, hambres, es decir: males, padecimientos, miseria e
infelicidad de todo tipo… y esto, la Palabra nos lo confirma en el libro de
Mateo en al capítulo 24, por eso te pregunto ¿Quiénes resucitarán en el tercer
día? Los muertos en Cristo y los vivientes. Por lo tanto, debe tener presente, que
no van a resucitar todos los cristianos, porque la mayoría de los cristianos
que se murieron, durmieron en Jesús pero no murieron en Cristo, ver Primera de
Tesalonicenses 4:16 al 17. Quizás alguien se esté diciendo: hermano Juan Carlos
Bonilla usted ya me confundió, porque usted siempre dice que cuando uno muere
literalmente duerme, pregunto:
¿Qué diferencia hay entre
dormir en Jesús y morir en Cristo?
Escuche con mucha
mayor atención: el que duerme en Jesús es el que murió, es al que se lo
llevaron a enterrar, pero no tuvo la evolución que tenía que haber tenido y
solo se convirtió en un cristiano más, es decir en una oveja, pero el que murió
en Cristo Jesús fue aquel que el Señor le dijo: dame hijo mío tu corazón, dame
hijo mío tu pasión, dame hijo mío tu carácter, dame hijo mío tu soberbia, dame
hijo mío tu avaricia, hijo mío bautízate, discipulate, toma la santa cena del
Señor, ayuna, alaba, adora, muere, muere todos los días de tu vida como moría
el apóstol Pablo, es decir a tus pasiones, es decir a la carne, es decir al yo,
ver Primera de Corintios 15:31. Esto quiere decir que el apóstol Pablo murió
antes de dormir y cuando ya había muerto en Cristo Jesús estando biológicamente
vivo, MURIÓ EN CRISTO y después un día durmió, a ese hombre se le llama MUERTO
EN CRISTO ¿Y los vivientes? bueno, déjeme decirle: que los vivientes serán los que
“Procuren estar en paz con todos y
llevar una vida santa; pues sin la santidad, nadie podrá ver al Señor.”,
ver Hebreos 12:14 DHH, Amén.
El tercer día el
Señor quiere que usted y yo levantemos frutos de labios, frutos que confiesen
su nombre, es decir que hay que cantar, que hay que alabar y adorar, porque la
alabanza y la adoración es contundente, ya que por medio de ella podemos rasgar
los cielos para que el Señor derrame sobreabundantemente en nuestra vida y en
la vida de nuestra familia todo lo que deseemos… Es por eso que el salmista
decía: “Bendeciré al Señor en todo
tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca…porque nada les falta a aquellos que le temen. Los
leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, más los que buscan al Señor no
carecerán de bien alguno.”, ver Salmos 34. Por lo tanto, debemos estar conscientes
de qué se trata la alabanza y la adoración, y sobre todo hermano, del himno que
cantamos, por ejemplo: Amazing Grace, es decir sublime gracia, que fue escrito
por el clérigo y poeta inglés John Newton entre los años de 1725 y 1807 y
publicado en 1779. Sabía usted, que John Newton se dedicaba a la
comercialización de esclavos negros, es decir a la venta de seres humanos y que
vendió más o menos a diez mil personas como esclavos… Sabía usted, que John
Newton cuando llegó rendido a los pies de Cristo Jesús, se arrepintió, pero él
decía que los esclavos aun lo perseguían, porque seguía oyendo en su mente las
voces de los esclavos que clamaban por sus vidas… es decir que él oía las voces
de los esclavos que vendió y que había tirado al mar cuando alguno se enfermaba
para que no se diera una epidemia, y fue por eso, que el inglés John Newton
creó la música de Amazing Grace, es decir sublime gracia ¿Por qué le cuento
esto amado hermano? Porque cuando escuché por primera vez este himno
recientemente, me impactó tanto que me puse a investigar y al investigar descubrí
que lo que el inglés John Newton no se perdonaba, aun siendo cristiano, era el
haber vendido a miles de esclavos y a otros haberlos matado… Esto quiere decir que
John Newton siendo ya cristiano seguía con la culpabilidad en su corazón y por
eso fue que él un día sin haberse graduado de teólogo, fue a pedir una
parroquia en donde el pudiera ministrar y pudiera hacer todo, en primer lugar, porque
no había subsidio para nada… y en segundo lugar, para pagar la pena por lo que
él había hecho, olvidándose que Cristo Jesús ya había pagado por él en la cruz
del calvario. Esto quiere decir que John Newton se sentía salvo, pero culpable,
por eso es que cuando él predicaba y hacía todo los quehaceres de la Iglesia lo
hacía descalzo como una penitencia hasta que un día encontró la Gracia del
Señor y entonces agarró aquella música que lo acusaba y le puso la letra que lo
salvaba y que le quitaba la culpa, y que dice: Sublime Gracia del
Señor que salvó a un pecador como yo, así dice la traducción al español, pero lo
que realmente dice el himno en inglés, es: sublime gracia, maravillosa gracia,
sorprendente Gracia del Señor, que salvó a un desgraciado como yo, a un vil que
estaba perdido, pero que fue encontrado, a un vil que estaba ciego, pero ahora
puede ver. Esto es impresionante para mí hermano, porque cuando lo oí y lo
investigué y lo entendí, me dije: gracias al Señor que en mi caso nunca he
vendido a un ser humano, pero si he pecado y peco y cualquier pecado, dice la
Palabra, que es ofensivo delante de los ojos del Señor, por eso yo Juan Carlos Bonilla también puedo cantar y
decir: Sublime Gracia del Señor que salvó a un pecador como yo. Esto no se
trata de solo el conocimiento de la letra, sino lo que simboliza.
Entonces, podemos
decir con certeza, que la Gracia del Señor nos da esperanza, que la Gracia el
Señor la usó en el pasado, en el presente y la seguirá usando en el futuro, y
es por eso que la Palabra nos dice: “que la Gracia del Señor nos fue dada a
nosotros en Cristo Jesús desde la
eternidad, es decir desde antes de la fundación del mundo, es decir antes
que existiera la tierra.”, ver
Segunda Timoteo 1:9. En otras palabras, lo que estoy diciendo es que antes que
existiera la tierra ya existíamos nosotros en espíritu, y esto el rey Salomón
nos lo afirma diciendo: “entonces
volverá el polvo a la tierra como lo que era, y el espíritu volverá a Dios que
lo dio.”, ver Eclesiastés 12:7, pero el punto es que vino Dios Padre y nos
dio Su Gracia en la eternidad, y que esa gracia del espíritu, primero: la mandó
a la tierra y la derramó en un cuerpo humano que hizo del polvo y se perdió,
llámese Adán, y fue por eso, que tiempo después derramó Su Gracia en su Hijo
unigénito, para que viniera a salvar a la humanidad del pecado que cometió el
primer ser humano, llámese Adán y Eva. Recuerde, que la Gracia del Señor es un
don sobrenatural, o un socorro que el Señor nos da gratuitamente, en atención a
los méritos de nuestro Señor Jesucristo, es decir a los que conoció, a los que
predestinó y llamó, para que alcancen la salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo, pero el punto es que usted y yo no merecíamos estar contados entre
los salvos o por lo menos yo Juan Carlos Bonilla no lo merecía, ni lo merezco,
pero el Señor usó Su Gracia en mí desde la eternidad, pero ahora viene una
tercera situación y es que el final de todos los tiempos ha llegado y muchas
Iglesias de Cristo Jesús aún no están preparadas. Y es por eso que el apóstol
Pedro en este tercer día, en este tercer milenio, en este tiempo final nos está
diciendo: “…ceñid los lomos de vuestro
entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os
traerá cuando Jesucristo sea manifestado, es decir antes de la manifestación en público de nuestro Señor Jesucristo.”, ver Primera de Pedro 1:13 RVR 1960. Esto quiere decir que si
usted y yo nos ceñimos los lomos de nuestro entendimiento, podremos ser
arrebatados… En otras palabras, lo que estoy diciendo es que yo Juan Carlos
Bonilla por la Gracia del Señor vine a la tierra, por la Gracia del Señor me salvó
Jesucristo y que por esa gracia el Espíritu Santo me va a perfeccionar y por
eso me va a llevar ya sea como a Enoc, o como a Elías, o como dice la Palabra
en el libro de Primera de Tesalonicenses capitulo 4:15 al 17, a los que murieron
en Cristo Jesús los resucitará primero. Esto quiere decir que no me voy a poder
ir por mi propia fuerza o porque yo sea bueno, regular o malo, por eso no me
podría ir ¿Por qué quien estaría sin mancha, sin arrugas delante del Señor?
Nadie, sin la gracia nadie. Por lo tanto, debemos tener presente, que solo la
gracia del Espíritu Santo nos podría llevar hasta ahí, es decir al
arrebatamiento del Cordero.
Por lo tanto, debemos
tener presente, Iglesia de Cristo Jesús.
Que usted y yo
definitivamente somos cautivos, aunque dice la Palabra, en primer lugar, en el
libro de Juan capítulo 8:36 NVI: “…si el
Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.”… y en segundo lugar,
nos dice en el libro de Gálatas capítulo 5:1 DHH: “Cristo nos dio libertad para que seamos libres. Por lo tanto,
manténganse ustedes firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de
la esclavitud.”. Esto quiere decir que nuestro Señor Jesucristo nos hizo
libres, libres del pecado, pero nos hizo cautivos de otras cosas… Esto no lo
digo yo, esto lo dice la Palabra en el libro de Zacarías, en el capítulo 9:12,
que dice: “Volved a la fortaleza, oh
cautivos de la esperanza…”. Este versículo, esta profecía me deja ver
claramente que el himno Amazing Grace, es decir Sublime Gracia, definitivamente
es la expresión de un corazón que esta cautivado por la esperanza, una
esperanza de plenitud, una esperanza de limpieza eterna, de no pecar jamás, es
decir de ser verdaderamente sin mancha, involuto, impecable, irreprensible, es
decir que cuando nos pasen el escáner digan: no tienen absolutamente ninguna
mancha… Sabe, eso es lo que hacían los sacerdotes de Israel cuando iban a
sacrificar a un cordero y más aún cuando iban a sacrificar a la becerra roja, porque
dice la Palabra que cuando el sacerdote iba a sacrificar a la vaca alazana, a
la vaca roja, antes de ofrecérsela al Señor de señores tenía que chequear que
no tuviera tan solo un pelo de otro color ¡ESO
ES UN MILAGRO!, por cierto, para que
el pueblo de Israel pueda restaurar el templo, el templo de los judíos, los
israelitas necesitan una vaca alazana y parece que por medio de la clonación ya
lo han hecho, pero ese no es el punto, el punto es que nosotros también somos
una cordera, porque el Cordero es nuestro Señor Jesucristo y si el Señor es el
Cordero y a Él lo examinaron por cuatro días desde que entró a Jerusalén, es
decir que lo examinaron los sumos sacerdotes Anas y Caifás, los sacerdotes, los
ancianos, los fariseos, los saduceos y no le hallaron ni una sola mancha e
incluso dice la Palabra del Señor que el último que lo examinó, es decir Pilato
dijo: “…no he hallado ningún delito en
este hombre…”; pero la multitud exacerbada no cesaba de clamar: “…¡Crucifícale, crucifícale!...”, ver Lucas 23:14 y 21, por eso Pilato
les autorizó la cruel ejecución. Seis horas duró la tortura, al final de las
cuales Jesús ya muerto fue depositado en el sepulcro nuevo de José de Arimatea,
ver Mateo 27:57 al 61, pero el punto es
que ni siquiera Pilato, un pagano, encontró ni una mancha sobre el Cordero y por
eso “…tomó agua y se lavó las manos
delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo;
¡allá vosotros! Y respondiendo todo el pueblo, dijo: ¡Caiga su sangre sobre
nosotros y sobre nuestros hijos!”, ver Mateo 27:24 al 25. Esto quiere decir
que hasta Pilato dio testimonio que Cristo Jesús era inocente, que no tenía ni
una mancha, que era involuto, que era irreprensible, que era impecable... Gloria a Dios, Aleluya.
Ahora, el problema en
el caso mío es que cuando yo me miro al espejo espiritual, me digo: yo tengo
mancha, yo no soy impecable, yo no soy irreprensible, yo no soy como el Cordero,
pero cuando me convierto en un cautivo de la esperanza entonces el Señor decide
que va a enviar una porción extra para que yo pueda llegar a estar idéntico al
Cordero, pero no solo yo… Lo que estoy tratando de decir e insistir, es: Iglesia
del Señor Jesucristo escucha con mucha mayor atención: debes tener el anhelo
profundo de dejar tu estado actual, no importa si el estado actual es bueno… Siempre
debes tener el anhelo profundo, la esperanza profunda de llegar más allá y no
de quedarte solamente en lo bueno, porque lo bueno es enemigo de lo perfecto.
Quizás alguien se esté diciendo: hermano yo soy bueno, yo no le hago mal a
nadie, ESTÁ BIEN LO FELICITO, pero ahora ya que no le hace el mal a nadie, porque
no empieza por hacerle el bien a muchos, yo ya lo hago también, LO FELICITO,
pero ahora, porque en vez de hacerle el bien a muchos no le empieza a ser el
bien a sus enemigos… Lo que estoy tratando de decirle Iglesia de Cristo Jesús
es que tiene que seguir avanzando, evolucionando y esta impecabilidad es la que
yo anhelo con todo mi corazón… Esto no es un mensaje, esto no es un bosquejo, esto
es una realidad, esta es la realidad que expresaba el perito arquitecto de la
Iglesia de Cristo Jesús en el libro de Filipenses, en el capítulo 3 NTV, cuando
él dice: “…Ya no me apoyo en mi propia
justicia, por medio de obedecer la ley, es decir yo quiero ser hallado no
en mi propia justicia que es según la ley…”,
aunque él decía: “circuncidado el octavo
día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en
cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto
a la justicia de la ley, hallado irreprensible.”, Esto nos deja ver que el apóstol Pablo tenía muchas cosas que lo hacían impecable, irreprensible…
pero él dice: yo no quiero ser hallado en eso, yo quiero ser hallado en la
justicia que es de Dios por medio de Jesucristo y esto hermano nos deja
ver claramente que eso solo se puede con la Gracia del Señor, es decir por
medio de la cautividad de la esperanza, es decir la Fe y fue por eso que el
profeta Zacarías profetizo y nos sigue profetizando en este tercer día: “Volved a la fortaleza, oh cautivos de la
esperanza; hoy mismo anuncio que el doble te restituiré.”, ver Zacarías
9:12, Amén.
¿Por qué le comenté lo
anterior, es decir el caso del apóstol Pablo? Porque hoy en día existen muchas
personas que rechazan la doble porción, la doble bendición, quizás por falta de
madurez espiritual, o quizás porque no tienen temor de Dios… ¿Quiénes son esas
personas? Los primogénitos como Esaú, el hermano de Jacob, es decir Israel,
pero también, debe tener presente, que el primogénito, no siempre recibe la
doble bendición. Por ejemplo: Efraín el hermano de manases, el hijo menor de José,
ya sé que usted lo sabe, pero permítame recordarle que dice la Palabra que
cuando José llevó a sus dos hijos a su padre para que los bendijera, Israel
cruzó las manos y le puso la mano derecha a Efraín, porque la mano derecha
significa doble porción, doble bendición, pero el punto es que existen muchos
cristianos que tienen por poco la bendición espiritual… Quizás alguien se esté
diciendo: de que me sirve la bendición espiritual, de que me sirve la alabanza,
de que me sirve la predica, PURO ESAÚ, que vendió su primogenitura, es decir su
doble porción por un plato de lentejas. Esto nos deja ver que hoy en día, en el
tercer día, en el tercer milenio, en el tiempo final, existen muchos cristianos
que circunscriben su vida única y exclusivamente a las cosas terrenales… por
eso, debe tener presente, que hay una bendición que no se ve, pero es doble y
que los tienen los primogénitos y los primogénitos en el caso nuestro no son
los que nacieron primeros, porque la Palabra dice en el libro de Hebreos, en el
capítulo 12:22 al 23 RVR 1990: “…os
habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la
celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de
los primogénitos que están inscritos en los cielos…”. Esto está tremendo,
porque si Dios solo tiene un primogénito y nosotros los padres también
¿Entonces, porque viene ahora el apóstol Pablo y nos dice: que usted y yo nos
hemos acercado a la congregación de los primogénitos? Le voy a decir por qué,
porque una vez que nosotros hemos aceptado a Jesús empieza el proceso para
nuestra vida de que Él nos acepte a nosotros… En otras palabras, nosotros nos
comemos al Cordero ¿Cuándo? En la santa cena, pero va a llegar un día que el Cordero
nos va a comer a nosotros y esto nos lo afirma el libro de Apocalipsis capítulo
3:16, que dice: “…puesto que eres tibio,
y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”. Esto quiere decir que a
muchos cristianos nos agarró nuestro Señor Jesucristo y nos metió dentro de sí
y al meternos dentro de sí, es decir AL ESTAR EN CRISTO, pasamos a formar parte
DE CRISTO, entonces todo lo que Cristo es se nos atribuye a nosotros ¿Por qué
razón? Porque estamos adentro de Él… Él es la puerta, porque Él dijo yo soy la
puerta ¿Qué dice la Palabra de la puerta? “¡Ábranse,
puertas eternas! ¡Quédense abiertas de par en par, y entrará el Rey de la
gloria!”, ver Salmos 24:7 DHH. Esto quiere decir que usted y yo también
somos una puerta de bendición y no de maldición. Quizás alguien se esté
diciendo: hermano usted está equivocado, porque Jesús es la puerta, CLARO, ÉL
ES LA PUERTA, pero si usted se metió en Él, entonces usted es parte de la
puerta y por lo tanto es una puerta de bendición y es un el árbol de justicia, el
árbol que en el libro de Génesis dice que es un solo árbol, pero en el libro del
profeta Ezequiel nos dice que son miles de árboles formando un solo árbol… Esto
quiere decir que nosotros somos muchos miembros de un solo cuerpo, que nosotros
somos parte del cuerpo de Cristo Jesús, porque la voz escrita de Dios Padre nos
dice, en primer lugar: que “Cada uno de nosotros
somos parte de la iglesia, y todos
juntos formamos el cuerpo de
Cristo.”, ver primera de Corintios 12:27 TLA… y en segundo lugar nos dice: “Porque así como el cuerpo es uno y tiene
en sí muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un
cuerpo, así también es el Cristo.”, ver primera de Corintios 12:12 BIBLIA
PESHITA. Es por eso que usted y yo, amado hermano, somos parte de la
congregación de los primogénitos, porque nos metimos en Él, es decir en el
primogénito de Dios Padre, Amén.
EN CONCLUSIÓN
LA BIBLIA NOS HABLA:
“Bueno es el Señor para los que en El esperan,
para el alma que le busca.” (Lamentaciones
3:25)
Ahora, podemos
concluir:
Que en este tercer
día, que en este milenio y que es el tiempo final, debemos tener presente, que
la doble porción, que la doble bendición, la debemos anhelar desde nuestro ser,
porque sin ella no podremos entrar en el reposo, porque sin ella no podremos
vivir tranquilamente, tengamos mucho, poco o nada y sobre todo hermano, para
que no dependamos de lo que se ve o de lo que se toca, sino solamente del Señor,
nuestro Creador, por eso “Esforcémonos,
pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de
desobediencia.”, ver Hebreos 4:11 NVI. Pero, para lograr lo anterior
necesitamos, en primer lugar “alabar
al Señor de los señores, Porque para
siempre es su misericordia.”, ver Salmos 136:3 RVR 1960… y en segundo
lugar, congregarnos, es decir: que “No debemos
dejar de reunirnos, como lo hacen algunos. Al contrario, animémonos
cada vez más a seguir confiando en Dios, y más aún cuando ya vemos que se
acerca el día en que el Señor juzgará a todo el mundo.”, aunque “…las misericordias del Señor jamás
terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es Su fidelidad!”, por eso, recordemos amado hermano,
que “El Señor es nuestra porción —dice nuestra alma— por eso en El debemos esperar.”, ver Hebreos 10:25 TLA y Lamentaciones
3:22 al 24, Amén.
27 de Agosto de 2016
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