QUEBRANTANDO MALDICIONES

LA BIBLIA NOS HABLA:

“Como gorrión que vaga, o como golondrina en vuelo, así la maldición nunca viene sin causa.” 
(Proverbios 26:2) RVR 1995

En este día, el Señor ha puesto en mi espíritu, que le enseñe acerca de este tema, para que usted pueda entender la Palabra, para que usted pueda entender el momento que vivimos y sobre todo hermano, para que podamos entender las cosas negativas que nos pasan y para que nunca se lo atribuyamos al despropósito del Señor, es decir a una incoherencia, o a una equivocación o necedad de parte nuestra… porque lo que nuestro Padre celestial desea para nuestras vidas, es que seamos bendecidos en todo y todo es todo… En otras palabras, lo que estoy diciendo es que para que nuestro Padre celestial nos pueda bendecir, en primer lugar, nosotros con la ayuda del Espíritu Santo vamos a tener que destruir algunas maldiciones… y en segundo lugar, que los ministros del Señor por medio de las bendiciones nos ayudan a destruir las maldiciones, porque el Señor desde la creación siempre quiso bendecir a toda la humanidad… Y esto la voz escrita de Dios Padre nos lo afirma en el libro de Génesis, en el capítulo 1:28, que dice: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla…”. Esto quiere decir que nadie puede conquistar la tierra, que nadie puede gobernar la tierra si antes no destruye las maldiciones que deben de ser destruidas… pero deben tener presente, que cuando una bendición es derramada, nadie puede maldecirla, porque nadie puede maldecir lo que nuestro Padre celestial ha bendecido. Esto hasta el adivino Balaam lo sabía, porque dijo: “¿Cómo maldeciré a quien Dios no ha maldecido? ¿Cómo condenaré a quien el Señor no ha condenado?”, es decir como maldeciré a quien Dios ha bendecido, ver números 23:8. Entonces el diablo, que el Señor lo reprenda, siempre anda metiendo su cola donde no debe, PORQUE TIENE COLA, pues la Palabra dice en el libro de Apocalipsis, que “Su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra.” “…el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás…”, ver Apocalipsis 12:4 y Apocalipsis 12:9, y es más hasta el profeta Isaías dice: “…el profeta que enseña la mentira, es la cola.”, ver Isaías 9:15, Y fue por eso que nuestro Señor Jesucristo dijo: que el gran dragón, el diablo y satanás “…es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!”, ver Juan 8:44 CST, pero esto es otro tema amado hermano.

Ahora volviendo al punto, el Señor nos quiere bendecir, el Señor quiere bendecir a toda la humanidad, porque nos convirtió desde la creación en la corona de la creación, porque dice la Palabra: que Dios dijo: “…Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra.”, ver Génesis 1:26 al 27. Y fue por eso que el salmista dijo: nos “…has hecho poco menor que los ángeles, Y nos coronaste de gloria y de honra.”. Otra versión dice: “¡Nos creaste casi igual a ti! Nos trataste como a reyes.”, ver Salmos 8:5 RVR 1960 y TLA, por eso debemos tener presente, en primer lugar: que el enemigo se encuentra enojado, porque Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, determinaron bendecir a toda la humanidad… y en segundo lugar, que el enemigo sabe que la bendición está condicionada a la obediencia y fue por eso que el enemigo al primer ser humano, llámese Adán y Eva, lo sacó de la obediencia, es decir del propósito del Señor. Y fue por eso que el Señor, que había bendecido a toda la humanidad por medio del primer ser humano, cambió la bendición y le dijo a la serpiente: “…Por cuanto has hecho esto, maldita serás más que todos los animales, y más que todas las bestias del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.”, y a la mujer le dijo: “…En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.”, le proclamó tres maldiciones… y finalmente le dijo al hombre: “…Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él”, maldita será la tierra por tu causa…”, ver Génesis 3:14 al 17, pero como “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta…”, ver Números 23:19, la bendición sigue latente solo que tenía que haber alguien que rasgara los cielos para que esa bendición cayera nuevamente sobre cada cabeza, es decir sobre toda la humanidad… PORQUE LO QUE EL SEÑOR PROMETIÓ ASÍ VA A SER HECHO. Entonces, viene el Padre y envía a nuestro Señor Jesucristo para que se haga maldición en un madero por causa de nosotros, ver Gálatas 3:13, ¿Para qué? Para que seamos bendecidos “…con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”, ver Efesios 1:3. Esto quiere decir que la bendición del libro de Génesis capitulo 1:28, que dice: “…Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla…”, queda establecida para nosotros, por eso, debemos tener presente, que lo único que tenemos que hacer es recuperar todo lo que hemos perdido… Pero debemos comprender, que tenemos un enemigo con el cual tenemos que batallar y se llama LA DESOBEDIENCIA Y LA MALDICIÓN ¿Cuántos quieren toda la bendición? ¿Usted está consiente que aunque el Señor lo quiere bendecir hay alguien que lo quiere maldecir? Esto es bien delicado hermano, porque a veces nosotros desconocemos como nos quieren maldecir, por eso ¿Qué piensa usted que es una maldición? La maldición es una expresión o conjunto de palabras con la que se invoca o se desea el mal para una persona, es decir: un mal decir.

Pero en el hebreo existen nueve palabras que significan maldición, y son: Alah, Calal, Sheuá, Arar, Behalah, Ta’ alah, Cherem, Quelalah y Meerah, en donde Meerah, significa: amargura. Esto quiere decir que cuando alguien está lleno de amargura en su corazón lo que tiene en su corazón es una maldición, por eso, debe tener presente, que la amargura es una maldición que deja a la gente sin la capacidad de dar lo que el Señor quería dar, por eso es que el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo Jesús, en el libro de Hebreos capitulo 12:15, dice: “Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados.”. Esto quiere decir que por causa de la maldición, de la amargura, muchos no van a poder alcanzar la gracia de nuestro Padre celestial, aunque Él se la derrame sobre su cabeza… porque no la van a poder retener. Por eso, es demasiado importante para mí trasladarle a usted no solo el conocimiento sino el anhelo por la bendición, el anhelo que tenía Jacob, el hijo de Isaac, el hijo de Abraham, cuando “…se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.”, y al quedarse solo luchó con el ángel de Dios hasta que rayaba el alba y le dijo: “…No te soltaré si no me bendices…”, ver Génesis 32:22 al 26 RVR 1960 y LBLA. Este es el anhelo que tenemos que tener, es decir luchar por la bendición, amar la bendición, porque si nosotros amamos a la bendición, la bendición vendrá a nosotros. 

Y es por eso, que YO insisto, en que el propósito de nuestro Padre celestial es destruir la maldición. Y esto el apóstol Juan nos lo afirma diciendo: en el último tiempo “…ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán.”, ver Apocalipsis 22:3. Imagínese como será servir sin las imprecaciones, sin las maldiciones, sin las cosas que nos han contrariado muchas veces en esos vientos contrarios que hemos heredado de generación en generación, es decir de nuestros bisabuelos, de nuestros abuelos y de nuestros padres… tal como sucedía en el pasado en donde las personas entregaban a sus hijos a los ídolos, para que fueran prosperados en todo. Ejemplo de esto lo podemos ver con la deidad llamada Moloc, en donde Moloc era una escultura metálica de un hombre con cabeza de toro, o de carnero, o de becerro, y que tenía en su vientre un agujero por donde los padres arrojaban a sus hijos para acallar sus gritos cuando eran arrojados como ofrenda viviente por sus maldiciones, es decir: para que ese demonio los bendijera… Entonces analizando esas cuestiones podemos ver que pueden existir personas sobre los que pesan maldiciones, porque a los abuelos se les ocurrió en algún momento de su vida, la idea de que para ser bendecidos tenían que ofrecer a sus generaciones a satanás… ¿Usted cree que hacer pacto con el diablo solo es simbólico? ¿Qué en el país donde usted vive esto es una leyenda? ¿Que en la calle donde usted vive esto es una leyenda? Eso de que hacen pacto con el diablo y se vuelven adinerados y llegan a tener fincas y un montón de cosas… ES MUY CIERTO, aunque usted no lo crea, pero debe tener presente, que esas personas que hacen pacto con el diablo viven una vida desdichada, porque ellos están consientes que su familia (no todos desde luego solo los que no hicieron pacto con el diablo), y sus generaciones pagarán la consecuencia de ese pacto que hicieron. Pero, deben tener presente, que cuando esas generaciones vienen rendidas a los pies de Cristo Jesús, el Señor rompe con esa maldición, porque nuestro Señor Jesucristo eso y muchas cosas más… se las llevó consigo sobre ese madero maldito, porque dice la Palabra que Él se llevó todas nuestras maldiciones en la cruz del calvario, como ser: la pobreza, la enfermedad y la muerte, ver Deuteronomio 28 y Gálatas 3:13, pero no me quiero detener mucho en eso hermano, porque el punto central de esta enseñanza es que tenemos que reconocer y quebrantar las maldiciones… para que las bendiciones que el Señor derramó sobre nuestras cabezas desde la creación lleguen a nuestra vida… Y por lo tanto, debemos tener presente, en primer lugar: que muchas veces recibimos muchas cosas que no queremos de parte de ministros y de creyentes, porque no conocemos la Palabra, y es por eso que la Palabra nos dice: “…mi pueblo es llevado cautivo, porque no tiene conocimiento…”, ver Isaías 5:13 RVR 1995, y también nos dice: “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento…”, y por cuanto has desechado el conocimiento yo te desecho del sacerdocio y “…como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.”, ver Oseas 4:6. Esto es impresionante, porque estos versículos nos hacen ver que usted y yo tenemos que tener un conocimiento de la Palabra del Señor, porque al conocer la Palabra del Señor conocemos sus pensamientos día con día, porque en la Palabra están contenidos todos Sus pensamientos… y en segundo lugar: que yo en el nombre de Jesús necesito quebrantar cualquier maldición que usted tenga ¿Cómo la voy a quebrantar? No con oración, ni con ayunos, ni con gritos… es decir por medio de la ministración, AUNQUE ESO ES LÍCITO y algunas personas lo hacen, pero deben tener presente, que hay una herramienta que nuestro Señor Jesucristo nos da, y se llama: ENSEÑANZA, y que se encuentra en el libro de Juan, en el capítulo 8:32, que dice: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”, Gloria a Dios, Aleluya.

Esto quiere decir que lo que necesitamos es trasladar el conocimiento de la verdad, a través de la enseñanza, y si esa enseñanza la toma el Espíritu Santo y la introduce en nuestro ser tripartito, es decir en nuestro interior, se destapará nuestro entendimiento y cuando nuestro entendimiento sea destapado seremos liberados de todas las cadenas que nos estén oprimiendo, tal cual como cuando el Señor desató a Lázaro el hermano de María y Marta.

Por eso, en esta enseñanza quiero tomar la palabra hebrea Quelalah (# 7045), que significa: imprecar, e imprecar quiere decir: proferir palabras con que se expresa el vivo deseo de que alguien sufra mal o daño ¿Usted sabe que muchas veces hemos dicho imprecaciones? Que el Señor nos perdone. Quizás alguien ya sea dentro o fuera de esta congregación esté diciendo: hermano disculpe, yo nunca he dicho tan solo una imprecación, NO LE CREO, por eso, déjeme refrescarle la memoria: porque me trataste así que te parta un rayo, que Dios tenga misericordia de ti en el infierno, te veré en el desierto y ni un vasito con agua te daré, pareces caja fuerte por la maldita combinación que andas, te mueres de hambre, come… bueno y así vienen muchas palabras que se convierten en maldición, pero lo impresionante de esta palabra Quelalah, es que aparece en el libro de Deuteronomio capítulo 11:29, cuando el Señor está diciendo: “Y acontecerá, que cuando el Señor tu Dios te lleve a la tierra donde entras para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal”, es decir: el monte desnudo, el monte sin cobertura. Esto quiere decir que nuestro Padre celestial pone delante del pueblo la opción, es decir la bendición o la maldición ¿Cuántos quieren maldición? ¿Cuántos quieren bendición? ¿Entonces para que pone Dios el monte Ebal? Si todos les iban a dar la espalda a la maldición ¿Sabe porque? ¿Sabe que nos enseña de esto el Señor? Lo que nos enseña es que existe mucha gente que no iba a saber lo que era una maldición y es por eso que dice la Palabra, que “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.”, ver Proverbios 14:12 NBD, además nos dice: dejad de hacer el mal y aprended a ser el bien, porque no necesariamente tus pensamientos son los pensamientos del Señor, y esto el mismo nos lo dice en el libro de Isaías, en el capítulo 55:7 al 8, que dice: “Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos…”, pero lo interesante de esto hermano, es que hoy en día, existen muchas personas y entre ellas cristianas… que piensan que están recibiendo una bendición cuando a veces lo que están recibiendo es una maldición. Ejemplo de ello lo podemos ver en primer lugar, en la Palabra, en el libro de los Salmos, en el capítulo 69:22, que dice: “Que la mesa delante de ellos se convierta en lazo, y cuando estén en paz, se vuelva una trampa.”… y en segundo lugar, lo podemos ver cuando a una persona que el Señor ha bendecido por medio de su trabajo, ya no se congrega, porque “…el afán de este siglo y el engaño de las riquezas lo han ahogado…”ver Mateo 13:22 RVR 1960, ESTO NO ES BENDICIÓN HERMANO, aunque él lo afirme, NO LA CONFUNDAMOS, y es más hasta la Palabra nos dice: “No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”, ver Hebreos 10:25 NBD. Entonces todos queremos las bendiciones del Señor, pero tenemos que saber cuáles son las bendiciones y quiénes las proclaman, porque en el libro de Deuteronomio capítulo 11:29, dice: “Y acontecerá, que cuando el Señor tu Dios te lleve a la tierra donde entras para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal (desnudo).”, y más adelante dice: “Y estos estarán en el monte Ebal para pronunciar la maldición, es decir la Quelalah: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.”, ver Deuteronomio 27:13 RVA 2015.   

Como usted lo pudo leer y escuchar, seis Tribus de Israel, seis hombres, seis ministros … eran los que iban a pronunciar las maldiciones desde el monte Ebal al pueblo del Señor, ESE MINISTERIO A MÍ NO ME GUSTA MUCHO HERMANO, pero no se preocupe, porque yo lo voy a bendecir… y además, porque yo no soy Rubén, ni Gad, ni Aser, ni Zabulón y mucho menos Dan o Neftalí hermano, aquí hay mucha tela que cortar, por eso, para esta enseñanza me voy a centrar solo en Gad y en Aser, nada más permítame hacer un paréntesis.

¿Usted sabía que Rubén se subió a la cama de su padre y se metió con su mujer? Por eso la Palabra lo llama: inestable, incontrolable, impetuoso, corriente, presuroso, ver Génesis 49:4 en varias versiones... Esto es tremendo hermano, porque dice la Palabra que Jacob, que Israel cuando se iba a morir “…llamó a sus hijos, y dijo: Reuníos para que os haga saber lo que os ha de acontecer en los días venideros.”, y dice la Palabra, que a Rubén le dijo: “tú eres mi primogénito, mi poderío y el principio de mi vigor, prominente en dignidad y prominente en poder. Incontrolable como el agua, no tendrás preeminencia, porque subiste a la cama de tu padre, y la profanaste…”, Génesis 49:1 al 4, y después viene y le dice a Simeón y a Levi “…sus armas instrumentos de violencia. En su consejo no entre mi alma, a su asamblea no se una mi gloria, porque en su ira mataron hombres, y en su obstinación desjarretaron bueyes. Maldita su ira porque es feroz; y su furor porque es cruel.”, ver Génesis 49:3 al 7. Esto quiere decir que los maldijo, se imagina como se sintió Rubén, Simeón y Levi, AVERGONZADOS, solo dos se salvaron, es decir que solo a dos de sus doce hijos los bendijo Israel, y se murió ¿Qué fue lo que hizo Dios? Dice la Palabra en el libro de Deuteronomio capítulo 33:6 que Moisés bendijo a Rubén y le dijo: “Viva Rubén, y no muera, y no sean pocos sus hombres.”. Esto quiere decir que el propósito de Dios es bendecir aun a los que han tenido bajo sus hombros una maldición, por eso te puedo decir con certeza que nuestro Padre celestial desea destruir las maldiciones y poner su propia bendición sobre nuestra cabeza, sobre nuestros hombros, sobre nuestro corazón, sobre nuestras palabras, sobre nuestro cónyuge, sobre nuestros hijos, sobre nuestros nietos, sobre nuestro hogar, sobre todo lo que nosotros toquemos… Eso es lo que el Señor quiere, por eso debemos entender que nuestro Padre celestial nos quiere bendecir, por eso yo como ministro del Señor:

En el nombre de Jesús te bendigo, porque eso está en el corazón del Señor, aunque alguien ya sean tus padres u otra persona haya pronunciado, una imprecación, una maldición yo proclamo una bendición de parte del Señor sobre tu vida, Amén.

Ahora volviendo al punto, es decir a Gad, quisiera que usted y yo, leyéramos como dice el versículo 19 del capítulo 49  del libro de Génesis, en la versión LBLA y RVR 1960.

“A Gad salteadores lo asaltarán, mas él asaltará su retaguardia”

“Gad, ejército lo acometerá; Mas él acometerá al fin.”

Sabe que yo creía que decía este versículo: que era como aquella persona que lo pasan molestando todos los días y no hacía nada, hasta que ya no aguanta más y los comienza a golpear, pero en la misericordia del Señor me encontré con esta versión Félix Torres Amat, que dice: “Gad, armado de todo punto, irá peleando a la vanguardia de Israel; y él mismo se dispondrá para volver hacia atrás.”, ver Génesis 49:19, Aleluya.

¿Usted sabe que quiere decir vanguardia?

Vanguardia es una palabra que procede del francés Avant-garde el cual es propio del léxico militar que designa la parte más adelantada de un ejército, es decir la primera línea, ya sea en exploración o de batalla. Por ejemplo, los doce espías de Israel así como los dos espías que llegaron a Jericó eran la vanguardia de Israel, porque iban en una avanzada. Entonces cuando Jacob le está diciendo a Gad que va a la vanguardia ¿Dónde va? Adelante, pero escuche lo que dice Jacob, Israel de Gad “…y él mismo se dispondrá para volverse hacia atrás.”, es decir que va adelante y de repente se minimiza por temor y se empieza a hacer hacia atrás. Esto quiere decir que los ministros que proclaman maldiciones son ministros que nuestro Padre celestial había puesto en primera línea y se vuelven hacia atrás… En otras palabras, lo que estoy diciendo es que los ministros que se vuelven hacia atrás son como los diez espías que mandó Moisés a explorar la tierra prometida… aunque sigan predicando se hicieron para atrás en su convicción de doctrina, en la forma de vivir y por eso pusieron a la creación en lugar de nuestro Padre celestial y por eso se llenaron de idolatría, como ser: la avaricia a lo material, al dinero, porque el dinero los envolvió, ver Colosences 3:5. Y por lo tanto, debe tener presente, que esos ministros nunca pronunciarán bendiciones sobre el monte Gerizim, porque se volvieron hacia atrás… Esto me recuerda que en una predica un pastor comentó que un día, cuando estaba predicando acerca de la fidelidad y de la lealtad, al terminar la predica se le acercó un hombre robusto llorando y le dijo: yo no sabía, yo no sabía lo que usted acaba de predicar, hace como un año mi Iglesia se dividió, la dividió un hombre y yo no supe que problemas tuvo con su pastor pero era amigo mío y él me dijo que si lo quería apoyar y yo me fui detrás de él y lo que entró en mi casa ahora lo entiendo, yo no sabía, pero cuándo yo acepté seguirlo por falta de conocimiento lo que entró en mi casa fue un espíritu de división, mi esposa me abandonó, se fue con otro, mis hijas cayeron en fornicación y se fueron de la casa, y yo ahora estoy solo ¿Por qué razón? Porque siguió a alguien que lo que daba eran maldiciones aunque predicaba la Palabra, por eso Jesús dijo: “…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”, ver Juan 6:63. Esto quiere decir que en una predicación se puede estar proclamando maldiciones aunque se digan cosas que estén en la Palabra. Es por eso que en este día el Señor puso en mi espíritu, que le enseñe acerca de este tema para que usted comprenda y para que usted logre captar en su espíritu la lealtad, la fidelidad, el honor, el amor, y el temor que tengo por nuestro Padre celestial, por eso, yo siempre le digo a usted, que yo no estoy aquí para estarlos motivando y mucho menos para que usted tenga un evangelio light, es decir ligero, sin compromiso, porque aquí es todo o nada, pero nosotros vamos por todo, es decir por el conocimiento y por la bendición.

EN CONCLUSIÓN

LA BIBLIA NOS HABLA:

 ““…yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas....” (Tercera de Juan 1:2) RVR 1960

Ahora, podemos concluir:

Que el evangelio es de bendición y no para maldición, y que si hay una maldición el Señor dirá como está la cosa, por eso me permite el privilegio de bendecirlo ¿Sabe porque es un privilegio para mí bendecirlo? Porque en la medida en que yo lo bendiga a usted el Señor me va bendecir a mí, porque la voz escrita de Dios Padre dice que cuando el Señor le habló a Abraham le dijo: “Bendiciendo te bendeciré…”, ver Génesis 22:17 RVA. Quizás alguien se esté diciendo: hermano Juan Carlos Bonilla yo quiero que Dios me bendiga, SI AMÉN.

Por eso, déjeme leerle estos versículos que se encuentran en el libro de Números, en el capítulo 6:22 al 27, para que quede bien claro lo que yo les acabo de decir:

“Entonces habló el Señor a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: “Así bendeciréis a los hijos de Israel. Les diréis: El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el Señor alce sobre ti su rostro, y te dé paz. Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel, 
y yo los bendeciré”

Padre en el nombre de Jesús te doy gracias por cada uno de los hermanos que están aquí presente y que están leyendo nuestro Blog. En el nombre de Jesús proclamo una bendición sobre tu pueblo, porque tú Señor me has levantado como autoridad de ellos precisamente para capacitarlos, para edificarlos y para bendecirlos… Por eso, yo bendigo sus hogares, yo bendigo los lomos de los que son padres y de los que van a ser padres, yo bendigo el trabajo de sus manos y que el trabajo de sus manos sea próspero, que haya creatividad en las cosas que el Señor quiere que tú hagas… En el nombre de Jesús, proclamo bendición sobre tu vida, sobre tus hijos, sobre tus nietos, sobre tus generaciones… yo te bendigo en el nombre de Jesús.

Amén, Amén y Amén


18 de Junio de 2016
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez 

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