IMITEMOS A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

LA BIBLIA NOS HABLA:

“Haya en vosotros ese mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús.” para “Que el Señor los lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró.” 
(Filipenses 2:5) RVR 1960 y (Segunda de Tesalonicenses 3:5) NVI


Una de las cosas que nosotros no debemos dejar de hacer es dejar de aprender, porque el que deja de aprender también deja de enseñar… Esto es un círculo virtuoso, porque la mejor manera de enseñar es enseñar y de aprender es aprender, y sobre todo hermano, porque la mejor manera de aprender un poco es enseñando mucho, porque cuando uno enseña se ve confrontado ante la realidad de la ignorancia de uno mismo y no solamente de los que nos escuchan. Esto quiere decir en primer lugar: que uno tiene que investigar… y en segundo lugar hermano: que no cabe duda que la humanidad, es decir: todos nosotros, aprendemos por imitación… Esto es muy proverbial (conocido, habitual, tradicional…), porque la imitación es primordial y por eso nosotros debemos ser muy cuidadosos… Y es por eso que el apóstol Pablo hablándole a su discípulo Timoteo le dice: “lo que viste y oíste de mi eso enseña”, ver Segunda de Timoteo 1:13 al 14. Por eso, esto es lo que debemos hacer en nuestra casa, a través de nuestra vida, porque a través de nuestra vida podemos trasladar a nuestros hijos el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, aunque no les estemos dando los versículos bíblicos, porque con nuestro ejemplo ellos verán reflejado al Señor en nosotros… Y por lo tanto, debemos tener presente, que la forma de vivir es una forma de imitación y por otro lado, que existen buenas y malas maneras de trasladarla, y ese es el problema que vemos en el mundo, porque el mundo nos está presentando un patrón de conducta equivocado, principalmente el que nos traslada Hollywood, la televisión y el teatro… porque nos proporcionan parámetros que están fuera del plan de nuestro Padre celestial. Un ejemplo de esto lo podemos advertir en algunas series televisadas donde los protagonistas son homosexuales, y el propósito de esto es presentarlo como algo normal y que las personas que lo vean sigan ese mismo modelo. Esto me recuerda que hace algunos años atrás vi una noticia en internet, que decía: que cada vez más niños están solicitando cambio de sexo… ¿De dónde salió esa idea? ¿Quién puso ese patrón de conducta? Sin duda alguna esa semilla alguien tuvo que haberla plantado en la mente de los niños afectados… También, debemos tener presente, que la moda es una imitación que los jóvenes principalmente toman de la televisión, de los artistas o de los deportistas… que por tratarse de íconos en los distintos medios donde se desarrollan, el enemigo los utiliza para que los jóvenes los tomen como puntos referenciales…

Por eso, es necesario que como Iglesia de Cristo Jesús, tengamos un patrón de conducta y parámetros para imitar, donde el único patrón de conducta debe ser nuestro Señor Jesucristo e inmediatamente después el icono debe ser nuestro ministro. Es por eso que el apóstol Pablo nos dice: “Imítenme a mí, como yo imito a Cristo.”, ver Primera de Corintios 11:1 NVI. En otras palabras, lo que nos está diciendo es: si miran en mí algo que no es concordante con la actitud de Cristo, entonces no me imiten... Es por eso que en este momento, con la ayuda del Señor, quiero trasladarle a usted que ya es tiempo que empecemos a imitar a nuestro Señor Jesucristo, pero antes de entrar en el tema para la gloria y honra del Señor, quisiera decirle en primer lugar: que NO podemos imitar a alguien que no conocemos, ni vemos, ni amamos, ni admiramos… NO lo podemos imitar, porque entonces vamos a imitar lo que nos han dicho, es decir: de cómo Él actuaba… En otras palabras, lo que le estoy diciendo es que si alguien conoce a un Jesús histórico va a tratar de imitar a un Jesús histórico, pero si alguien conoce a un Dios vivo en Cristo Jesús tratará de imitarlo así… y en segundo lugar: que es difícil que logremos conocer a nuestro Señor Jesucristo en Su plenitud, porque si bien es cierto conocemos que Él es nuestro Señor, nuestro Salvador, nuestro Redentor, nuestro intercesor, nuestro Proveedor y nuestro Sanador… existen otros aspectos que NO lograremos conocer de Él. Por eso, el mensaje apostólico que el perito arquitecto de la Iglesia nos presenta, es el patrón de conducta que tenía nuestro Señor Jesucristo para que nosotros lo sigamos… y se encuentra en el libro de Filipenses, capítulo 2:5 al 7, que dice:

“Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.”

Pregunto ¿Qué es actitud? Es la forma de actuar, que se aprende y que tiene que ver con la motivación del corazón de una persona. También, deben tener presente, que la actitud difiere de la acción, porque una acción buena o mala proviene de una actitud buena o mala, es decir: de una motivación, porque si uno tiene una motivación mala la acción va a ser mala, aunque parezcan buena. Por ejemplo: si damos nuestro cuerpo para ser quemado y no tenemos amor, de nada sirve, o si damos una ofrenda y no tenemos amor, de nada sirve, bueno al prójimo si le va a servir, pero a nosotros no, porque la motivación que nosotros estaríamos profesando sería como la que profesaron los fariseos para ser vistos, para ser admirados… porque cuando ellos iban a dar una ofrenda sonaban las trompetas… fue por eso que Jesús dijo: “…En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos los contribuyentes al tesoro; porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir.”, ver Marcos 12:43 al 44. Y es por eso, que ahora viene nuestro Señor Jesucristo por el Espíritu Santo y nos habla a través del apóstol Pablo en el libro de Filipenses, en el capítulo 2:5 al 7, que dice: “Haya, pues, en vosotros esta actitud...”, en otra versión dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir…”, ver RVR 1995. Entonces actitud es = a sentir. Actitud es = a motivación “…el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.”, y si seguimos leyendo el versículo ocho el apóstol nos dice: “Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”. Esto quiere decir hermano, que no solo le bastó hacerse hombre sino que se hizo siervo y se humilló por nosotros, porque murió en la cruz y cuando vemos lo que representa la muerte y muerte en cruz, nos damos cuenta que “…escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO.”, ver Gálatas 3:13. Esto quiere decir que nuestro Señor Jesucristo se hizo maldito por nosotros… y por eso nuestro Padre celestial que está en los cielos “…le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.”, ver Filipenses 2:9 al 11. Y por lo tanto, debemos tener presente, que nada de esa grandeza y de esa exaltación se hubiera dado si nuestro Señor Jesucristo no hubiera tenido esa actitud de entrega… Por eso, sembremos en nuestro corazón, que Dios Padre tiene preparado, prometido y profetizado para nosotros grandes cosas, como ser: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.”, ver Primera de Corintios 2:9 RVR 1960. Y por lo tanto, debemos tener presente, que esa promesa la recibirá quien tenga la misma actitud y acción que tuvo nuestro Señor Jesucristo, pregunto ¿Cuál fue la actitud? La humildad, y ¿Cuál fue la acción? El despojarse ¿Entonces, qué es lo que Dios quiere de nosotros? Lo primero, es que tengamos humildad… Por eso, yo le dije a usted, que nosotros nunca dejamos de aprender y es por eso que nuestro Señor Jesucristo nos dice: “…aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y hallareis descanso para vuestras almas…”, ver Mateo 11:28 al 30. Esto quiere decir en primer lugar: que no debemos aprender de las tendencias filosóficas, sociales y culturales… y en segundo lugar hermano: que nuestro aprendizaje tiene que venir del ejemplo que viene de nuestro Señor Jesucristo, como la humildad, la cual tenemos que aprender y cotejar con nuestras acciones para conocer si éstas coinciden… Recuerden, que nuestro Señor Jesucristo se despojó de todo Su ser que era bueno. Esto quiere decir que nosotros no podemos empezar a despojarnos de las cosas buenas, si antes no nos despojamos de las cosas malas… porque el Señor solo cosas buenas tenía cuando vino y anduvo en la tierra. En cambio, nosotros cuando nacimos traemos muchas cosas que no están del todo bien, por eso tuvimos que ser rescatados de la vana manera de vivir que  heredamos de nuestras generaciones, es decir: de nuestros bisabuelos, de nuestros abuelos y de nuestros padres e incluso de la contaminación del ambiente en el que nacimos y aún de la cultura de nuestro país. En ese sentido, el Señor nos habla a través de este versículo, que dice: “Despoja de escorias a la plata, y el platero podrá hacer su obra.”, ver Proverbios 25:4 BIBLIA NACAR COLUNGA. Esto es más o menos como aquel versículo, que dice: “…y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca.”, ver Jeremías 15:19 RVR 1960. Esto quiere decir en primer lugar: que es necesario comprender que somos plata y que tenemos adherida escoria y si no nos despojamos de ello, el platero no podrá hacer su obra… y en segundo lugar hermano: que como primer paso, debemos despojarnos de lo malo y luego de lo bueno, porque de esta manera llegaremos hasta lo más bajo, y si así lo hacemos tengamos la certeza que nuestro Padre celestial después nos exaltará tal cual como lo hizo con nuestro Señor Jesucristo. Es por eso que el apóstol Pedro nos dice: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo.”, ver Primera de Pedro 5:6; humillarse es bajarse, es dar algo que es nuestro, que es bueno y a lo que tenemos derecho… pero debemos tener presente, que cuando Dios Padre mira esa actitud en nosotros dice: es igual que mi Hijo, ya se parece a mi Hijo, entonces le voy a dar a este también que use el nombre de mi Hijo y le voy a dar un nombre entre muchos hermanos…

Ahora, miremos el siguiente versículo bíblico que nos enseña de que y cómo nos debemos despojar para ir en pos de la imitación de nuestro Señor Jesucristo, entonces abramos nuestras biblias en el libro de Efesios, en el capítulo 4:22 y comencemos...

“que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe 
según los deseos engañosos.”

Este versículo, nos muestra claramente que nosotros tenemos un hombre nuevo; en otras palabras, lo que estoy diciendo es que comprendamos que nosotros tenemos una naturaleza nueva y una naturaleza vieja, pero somos salvos porque hemos aceptado a Cristo Jesús en nuestro corazón. El problema es que tenemos dos naturalezas, donde nuestra carne pelea continuamente con nuestro espíritu, esto es como si nosotros agarráramos a un perro y a un gato y los metiéramos en un mismo costal, así estamos nosotros… es decir: por un lado está la nueva naturaleza que anhela lo bueno, y por el otro lado, está la vieja naturaleza que se corrompe según los deseos engañosos... Es por eso que el apóstol Pablo decía claramente: “…lo que hago, no lo entiendo, porque no practico lo que quiero hacer sino que lo que aborrezco, eso hago.”, ver Romanos 7:15, ¿Por qué? Porque el viejo hombre está siempre ahí. Y por lo tanto, debemos tener presente en primer lugar: que si alimentamos a la vieja naturaleza ésta se hará fuerte y si alimentamos a la nueva naturaleza, ésta será fortalecida en el Señor... y en segundo lugar hermano: que el viejo hombre se apoyará en todo para convencernos de no alimentar a la nueva naturaleza, seguramente diciéndonos: no sean legalistas, que tiene de malo tomarse una copa de vino, pues acaso no dice la Palabra: “no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.”, ver Mateo 15:11. Esto sucede porque el viejo hombre conoce la Palabra, al igual que el diablo. Esto me recuerda que en una predica un pastor dijo: que en argentina había un pastor que acostumbraba a tomarse una copa de vino con su amada diariamente y por eso comenzó a comprar cajas de vinos, porque le resultaba más económico y resulta que después de un tiempo se dio cuenta que las botellas se estaban vaciando y resulta que el que se las estaba tomando era su hijo menor. Por eso, es mejor ser un buen ejemplo, que un mal ejemplo. Recuerda, que la voz escrita de Dios Padre nos dice: “…sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza.”, ver Primera de Timoteo 4:12. Además nos dice: “…tened cuidado, no sea que esta vuestra libertad de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el débil.”, ver Primera de Corintios 8:9. Y es por eso que el apóstol Pablo en el libro de Primera de Corintios en los capítulos 6 y 10, nos habla de los límites de la libertad, que todo cristiano debe tener, y son: 
  • PRIMERO: Todo me es lícito, pero NO todo me edifica,
  • SEGUNDO: Todo me es lícito, pero NO todo me conviene,
  • Y POR ULTIMO NOS DICE: Todo me es lícito, pero NO me dejaré dominar.

Y por lo tanto, debemos tener presente en primer lugar, que existen personas que conocen la Palabra pero no les hace efecto, porque son manejadas por la vieja naturaleza; y en segundo lugar hermano: que cuando el Espíritu Santo los toque se despojarán de la vieja naturaleza y se regocijarán en la Palabra como si la hubieran escuchado por primera vez, porque la nueva naturaleza está siendo alimentada con el rocío a su vida y que es el gozo que viene del Señor.

Entonces hay que alimentar a la nueva naturaleza y hay que despojarse de la vieja naturaleza ¿Cuántos se quieren despojar de la vieja naturaleza? ¿Y cuál es esa vieja naturaleza? ¿Cómo vamos a determinar cuál es la vieja naturaleza? Porque no lo buscamos en la voz escrita de Dios Padre en el libro de Primera de Pedro, en el capítulo 2:1 BIBLIA NACAR COLUNGA, y comencemos…

“Despojaos, pues, de toda maldad y de todo engaño, de hipocresías, envidias y maledicencia.”

Al estudiar el contexto de este versículo nos damos cuenta que el apóstol le está hablando principalmente a los creyentes… Esto quiere decir hermano, que todos los cristianos tenemos que lidiar con la vieja naturaleza, por eso, debemos despojarnos de toda maledicencia y de toda envidia, hipocresía, engaño y sobre todo, debemos despojarnos de toda maldad, porque hay diferentes clases de maldad, porque hay diferentes tratos con el prójimo… es decir:
  • Mal por mal, este es el trato animal.
  • Mal por bien, este es el trato satánico.
  • Bien por bien, este es el trato del ser humano.
  • Bien por mal, este es el trato de un cristiano, de un hijo de Dios.

Y mi biblia dice:

“No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.” (Romanos 12:21) NVI

Y por lo tanto, debemos tener presente, que en nosotros debe existir humildad y reconocer que tenemos cosas malas en nuestro corazón… porque aun siendo cristianos, hay un remanente de maldad que permanece, esto se manifiesta por ejemplo cuando alguien comete algún delito, y por eso nosotros quisiéramos que esa persona pagara por lo que hizo, incluso con su vida. Es por eso que el apóstol Pedro nos dice: que debemos despojarnos de todo lo malo, y no se refiere únicamente a las acciones, sino a las actitudes y a los sentimientos…

Ahora, miremos Colosenses capítulo 3:8 NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA 1975.

“Ahora, en cambio, despójense de todo eso: cólera, arrebatos de ira, aversión, insultos y groserías, 
¡fuera de su boca!”

Ahora, para que nos hagamos una idea más clara de lo que dice el versículo anterior, les voy a leer ese mismo versículo de LA BIBLIA TEXTUAL TERCERA EDICIÓN, y dice: “Pero ahora, desechad también vosotros todas estas cosas: Ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje obsceno de vuestra boca.”, usted conoce cristianos malcriados, mal hablados, que tienen un lenguaje obsceno, yo conozco a algunos… Esto me recuerda a un pastor que estaba predicando con respecto aquel versículo que dice: “No profanes a tu hija haciéndola prostituta, para que la tierra no cometa prostitución…”, ver Levítico 19:29, solo que él no lo dijo así, porque lo que dijo fue: no profanes a la pi… para que la tierra no cometa pi…, lo que le estoy contando es cierto y cuando él vio como lo quedaron viendo, dijo: esa palabra esta en el diccionario, búsquenla que ahí está, así que no sean legalistas… Además yo la digo pero ustedes la piensan, por tanto ustedes son unos hipócritas… pero la voz escrita de Dios Padre nos dice que hay que despojarnos de eso, aunque lo pensemos ¿Saben porque? Porque a la mente le pueden llegar pensamientos que no son de uno, y esto el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: “que hay pensamientos que son dardos de satanás”, ver Efesios 6:16, por eso despojémonos del engaño, de la envidia, de la ira, de la cólera, del enojo, del lenguaje obsceno y de todo lo demás… aunque existan palabras que para nosotros no sean malas y para otros sí, pero una vez que las sabemos no debemos decirlas, porque la voz escrita de Dios Padre nos dice: que “…si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar.”, ver Mateo 18:6. Y fue por eso que el apóstol Pablo dice: “Por esto, yo también me esfuerzo por conservar siempre una conciencia irreprensible delante de Dios y delante de los hombres.”, ver Hechos 24:16. Por eso, es necesario que hagamos una distinción entre lo popular y vulgar, evitando el lenguaje obsceno y las groserías en cualquier ambiente, porque aunque existan palabras que para nosotros no son malas, para otros si lo son, por eso, debemos saber el significado de lo que expresamos y si no sabemos, mejor no decirlo, por eso despojémonos de todo ese lastre, estorbo o atadura para que no interfieran con nuestro crecimiento espiritual… Por eso, debemos tener presente, que en este momento el Señor nos está hablando como se les manifestó a los 300 de Gedeón, es decir: a quienes no les dieron espada, ni cuchillo, ni lanza, sino una antorcha, un cántaro y una trompeta, y aunque para los demás era incomprensible, esto tenía un propósito de parte de nuestro Padre celestial. Lo que estoy tratando de decirle es que a través de este estudio el Señor nos está hablando y preparando para que enfrentemos un cambio por Su gracia, y despojemos al viejo hombre y toda su corrupción…

Ahora, miremos Romanos capítulo 13:12.

“La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas 
y vistámonos con las armas de la luz”

¿Cuáles son las obras de las tinieblas? Bueno, para saber esta respuesta es necesario que abramos la biblia en el libro de Efesios, en el capítulo 5:11, y dice: “Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas.”, Esto quiere decir que las obras de las tinieblas son estériles y que nunca dan fruto… En otras palabras, lo que estoy diciendo es que las obras de las tinieblas son aquellas cosas que hacemos pero que son estériles y que nunca traen fruto… Y por lo tanto, debemos tener presente en primer lugar: que nuestro Padre celestial quiere que nos despojemos de esa vieja naturaleza y nos revistamos de la nueva naturaleza… y en segundo lugar hermano: que Él nos ha puesto para que demos fruto en abundancia y para que nuestro fruto permanezca, ver Jeremías 7:7 al 8 y Romanos 7:4, porque lo que nuestro Padre celestial quiere es que imitemos a Cristo Jesús, aunque sea un parámetro muy elevado. Recuerda, que esta es una instrucción que viene de nuestro Padre celestial. Y esto el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.”, ver Filipenses 2:5 RVR 1995. Es por eso que debemos tener presente, que los hijos imitan a los padres, por eso, nosotros los padres, imitemos a nuestro Señor Jesucristo, porque todo lo que Él hizo y dijo, lo aprendió de Su Padre y si así lo hacemos tengamos la certeza que seremos perfectos “…como nuestro Padre celestial es perfecto.”, ver Mateo 5:48. Esto que estoy diciendo a muchos les parece verdaderamente imposible, les parece un evangelio muy legalista… pero está en la Palabra, por eso yo prefiero lo que está en la Palabra y que algunos le llaman legalismo a agarrar el evangelio de fulano de tal y que es pura novelería. Es por eso que el apóstol Pablo decía: “…llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos.”, ver Segunda de Timoteo 4:3 al 4 NVI. Y fue por eso que el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo le dijo a su discípulo Timoteo: “Timoteo compórtate como es debido, y ten cuidado de lo que enseñas…”, ver Primera de Timoteo 4:16, TLA. Por eso, graba en tu alma, en tu mente, y en tu corazón amado hermano, que: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.”, ver Segunda de Timoteo 3:16 al 17. Amén.

EN CONCLUSIÓN

LA BIBLIA NOS HABLA:

“Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados.” (Efesios 5:1) NVI

Ahora, podemos concluir.

Que debemos anhelar y pedirle a nuestro Padre celestial que queremos parecernos a nuestro Señor Jesucristo, difícil NO, o mejor dicho imposible para el hombre, pero la voz escrita de Dios Padre nos dice: que estamos predestinados “…a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo…” “Por tanto, seamos perfectos, así como nuestro Padre celestial es perfecto.”, ver Romanos 9:29 LBLA y Mateo 5:48 NVI. Además, también nos dice: “…el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.”, ver Filipenses 1:6. En otras palabras, lo que nos está diciendo es que el que comenzó la buena obra la terminará… Esto quiere decir que nuestro Padre celestial no va a dejar una obra inconclusa... Y por lo tanto, debemos tener presente que la obra bendita que Él empezó conmigo y contigo en nuestras vidas, Él la va a terminar. Tú lo verás… Recuerda, en primer lugar: que “Toda buena dádiva y todo don perfecto…”, proceden de nuestro Padre. ver Santiago 1:17, y sólo Él nos da las fuerzas para continuar en nuestra transformación, porque por nuestros propios medios no podemos hacer nada… y en segundo lugar hermano: que “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará?, ¿ha hablado, y no lo cumplirá?”, ver Números 23:19. También, recuerda: que “…todas las promesas de Dios en Él, en el Cristo, son sí, y por tanto, por medio de Él nosotros damos el amén para la gloria de Dios.”, ver Segunda de Corintios 1:20 PESHITA.


27 de Febrero de 2016
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez

Comentarios

  1. Muchas gracias al blog por orientarnos en el camino de la religión y seguir éste camino tan bello y correcto, con oraciones podemos sentirnos mejor y felices cerca de Dios.

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