IMITEMOS A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
LA BIBLIA NOS HABLA:
“Haya en vosotros ese mismo sentir que hubo
también en Cristo Jesús.” para “Que el Señor los
lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró.”
(Filipenses 2:5) RVR 1960 y (Segunda de
Tesalonicenses 3:5) NVI
Una de las cosas que
nosotros no debemos dejar de hacer es dejar de aprender, porque el que deja de
aprender también deja de enseñar… Esto es un círculo virtuoso, porque la mejor
manera de enseñar es enseñar y de aprender es aprender, y sobre todo hermano, porque
la mejor manera de aprender un poco es enseñando mucho, porque cuando uno
enseña se ve confrontado ante la realidad de la ignorancia de uno mismo y no solamente
de los que nos escuchan. Esto quiere decir en primer lugar: que uno tiene que investigar…
y en segundo lugar hermano: que no cabe duda que la humanidad, es decir: todos
nosotros, aprendemos por imitación… Esto es muy proverbial (conocido, habitual,
tradicional…), porque la imitación es primordial y por eso nosotros debemos ser
muy cuidadosos… Y es por eso que el apóstol Pablo hablándole a su discípulo Timoteo
le dice: “lo que viste y oíste de mi eso enseña”, ver Segunda de Timoteo 1:13
al 14. Por eso, esto es lo que debemos hacer en nuestra casa, a través de
nuestra vida, porque a través de nuestra vida podemos trasladar a nuestros
hijos el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, aunque no les estemos dando los
versículos bíblicos, porque con nuestro ejemplo ellos verán reflejado al Señor
en nosotros… Y por lo tanto, debemos tener presente, que la forma de vivir es
una forma de imitación y por otro lado, que existen buenas y malas maneras de
trasladarla, y ese es el problema que vemos en el mundo, porque el mundo nos
está presentando un patrón de conducta equivocado, principalmente el que nos
traslada Hollywood, la televisión y el teatro… porque nos proporcionan
parámetros que están fuera del plan de nuestro Padre celestial. Un ejemplo de
esto lo podemos advertir en algunas series televisadas donde los protagonistas
son homosexuales, y el propósito de esto es presentarlo como algo normal y que
las personas que lo vean sigan ese mismo modelo. Esto me recuerda que hace algunos
años atrás vi una noticia en internet, que decía: que cada vez más niños están
solicitando cambio de sexo… ¿De dónde salió esa idea? ¿Quién puso ese patrón de
conducta? Sin duda alguna esa semilla alguien tuvo que haberla plantado en la
mente de los niños afectados… También, debemos tener presente, que la moda es
una imitación que los jóvenes principalmente toman de la televisión, de los artistas
o de los deportistas… que por tratarse de íconos en los distintos medios donde
se desarrollan, el enemigo los utiliza para que los jóvenes los tomen como
puntos referenciales…
Por eso, es necesario
que como Iglesia de Cristo Jesús, tengamos un patrón de conducta y parámetros
para imitar, donde el único patrón de conducta debe ser nuestro Señor
Jesucristo e inmediatamente después el icono debe ser nuestro ministro. Es por
eso que el apóstol Pablo nos dice: “Imítenme
a mí, como yo imito a Cristo.”, ver Primera de Corintios 11:1 NVI. En otras
palabras, lo que nos está diciendo es: si miran en mí algo que no es
concordante con la actitud de Cristo, entonces no me imiten... Es por eso que
en este momento, con la ayuda del Señor, quiero trasladarle a usted que ya es tiempo
que empecemos a imitar a nuestro Señor Jesucristo, pero antes de entrar en el
tema para la gloria y honra del Señor, quisiera decirle en primer lugar: que NO
podemos imitar a alguien que no conocemos, ni vemos, ni amamos, ni admiramos… NO
lo podemos imitar, porque entonces vamos a imitar lo que nos han dicho, es
decir: de cómo Él actuaba… En otras palabras, lo que le estoy diciendo es que
si alguien conoce a un Jesús histórico va a tratar de imitar a un Jesús
histórico, pero si alguien conoce a un Dios vivo en Cristo Jesús tratará de
imitarlo así… y en segundo lugar: que es difícil que logremos conocer a
nuestro Señor Jesucristo en Su plenitud, porque si bien es cierto conocemos que
Él es nuestro Señor, nuestro Salvador, nuestro Redentor, nuestro intercesor, nuestro
Proveedor y nuestro Sanador… existen otros aspectos que NO lograremos conocer
de Él. Por eso, el mensaje apostólico que el perito arquitecto de la Iglesia nos presenta, es el patrón de conducta que tenía nuestro Señor
Jesucristo para que nosotros lo sigamos… y se encuentra en el libro de
Filipenses, capítulo 2:5 al 7, que dice:
“Haya,
pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual,
aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a
qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo,
haciéndose semejante a los hombres.”
Pregunto ¿Qué es
actitud? Es la forma de actuar, que se aprende y que tiene que ver con la
motivación del corazón de una persona. También, deben tener presente, que la
actitud difiere de la acción, porque una acción buena o mala proviene de una
actitud buena o mala, es decir: de una motivación, porque si uno tiene una
motivación mala la acción va a ser mala, aunque parezcan buena. Por ejemplo: si
damos nuestro cuerpo para ser quemado y no tenemos amor, de nada sirve, o si damos
una ofrenda y no tenemos amor, de nada sirve, bueno al prójimo si le va a servir,
pero a nosotros no, porque la motivación que nosotros estaríamos profesando sería
como la que profesaron los fariseos para ser vistos, para ser admirados… porque
cuando ellos iban a dar una ofrenda sonaban las trompetas… fue por eso que Jesús
dijo: “…En verdad os digo, que esta viuda
pobre echó más que todos los contribuyentes al tesoro; porque todos ellos
echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza echó todo lo que poseía,
todo lo que tenía para vivir.”, ver Marcos 12:43 al 44. Y es por eso, que
ahora viene nuestro Señor Jesucristo por el Espíritu Santo y nos habla a través
del apóstol Pablo en el libro de Filipenses, en el capítulo 2:5 al 7, que dice:
“Haya, pues, en vosotros esta actitud...”,
en otra versión dice: “Haya, pues, en
vosotros este sentir…”, ver RVR 1995. Entonces actitud es = a sentir.
Actitud es = a motivación “…el cual,
aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a
qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo,
haciéndose semejante a los hombres.”, y si seguimos leyendo el versículo
ocho el apóstol nos dice: “Y hallándose
en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz.”. Esto quiere decir hermano, que no solo le bastó
hacerse hombre sino que se hizo siervo y se humilló por nosotros, porque murió
en la cruz y cuando vemos lo que representa la muerte y muerte en cruz, nos
damos cuenta que “…escrito está: MALDITO
TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO.”, ver Gálatas 3:13. Esto quiere decir que
nuestro Señor Jesucristo se hizo maldito por nosotros… y por eso nuestro Padre
celestial que está en los cielos “…le
exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para
que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en
la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es
Señor, para gloria de Dios Padre.”, ver Filipenses 2:9 al 11. Y por lo tanto, debemos tener presente, que nada de esa grandeza y de
esa exaltación se hubiera dado si nuestro Señor Jesucristo no hubiera tenido
esa actitud de entrega… Por eso, sembremos en nuestro corazón, que Dios Padre
tiene preparado, prometido y profetizado para nosotros grandes cosas, como ser:
“…Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido
en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.”, ver Primera de
Corintios 2:9 RVR 1960. Y por lo tanto, debemos tener presente, que esa promesa
la recibirá quien tenga la misma actitud y acción que tuvo nuestro Señor
Jesucristo, pregunto ¿Cuál fue la actitud? La humildad, y ¿Cuál fue la acción?
El despojarse ¿Entonces, qué es lo que Dios quiere de nosotros? Lo primero, es
que tengamos humildad… Por eso, yo le dije a usted, que nosotros nunca dejamos
de aprender y es por eso que nuestro Señor Jesucristo nos dice: “…aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón y hallareis descanso para vuestras almas…”, ver Mateo 11:28 al
30. Esto quiere decir en
primer lugar: que no debemos aprender de las tendencias filosóficas, sociales y
culturales… y en segundo lugar hermano: que nuestro aprendizaje tiene que venir
del ejemplo que viene de nuestro Señor Jesucristo, como la humildad, la cual
tenemos que aprender y cotejar con nuestras acciones para conocer si éstas
coinciden… Recuerden, que nuestro Señor Jesucristo se despojó de todo Su ser
que era bueno. Esto quiere decir que nosotros no podemos empezar a despojarnos
de las cosas buenas, si antes no nos despojamos de las cosas malas… porque el
Señor solo cosas buenas tenía cuando vino y anduvo en la tierra. En cambio,
nosotros cuando nacimos traemos muchas cosas que no están del todo bien, por
eso tuvimos que ser rescatados de la vana manera de vivir que heredamos de nuestras generaciones, es decir:
de nuestros bisabuelos, de nuestros abuelos y de nuestros padres e incluso de
la contaminación del ambiente en el que nacimos y aún de la cultura de nuestro
país. En ese sentido, el Señor nos habla a través de este versículo, que dice: “Despoja de escorias a la plata, y el
platero podrá hacer su obra.”, ver Proverbios 25:4 BIBLIA NACAR COLUNGA.
Esto es más o menos como aquel versículo, que dice: “…y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca.”,
ver Jeremías 15:19 RVR 1960. Esto quiere decir en primer lugar: que es necesario
comprender que somos plata y que tenemos adherida escoria y si no nos despojamos
de ello, el platero no podrá hacer su obra… y en segundo lugar hermano: que como
primer paso, debemos despojarnos de lo malo y luego de lo bueno, porque de esta
manera llegaremos hasta lo más bajo, y si así lo hacemos tengamos la certeza
que nuestro Padre celestial después nos exaltará tal cual como lo hizo con
nuestro Señor Jesucristo. Es por eso que el apóstol Pedro nos dice: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de
Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo.”, ver Primera de Pedro 5:6;
humillarse es bajarse, es dar algo que es nuestro, que es bueno y a lo que
tenemos derecho… pero debemos tener presente, que cuando Dios Padre mira esa
actitud en nosotros dice: es igual que mi Hijo, ya se parece a mi Hijo,
entonces le voy a dar a este también que use el nombre de mi Hijo y le voy a
dar un nombre entre muchos hermanos…
Ahora, miremos el siguiente
versículo bíblico que nos enseña de que y cómo nos debemos despojar para ir en
pos de la imitación de nuestro Señor Jesucristo, entonces abramos nuestras
biblias en el libro de Efesios, en el capítulo 4:22 y comencemos...
“que
en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre,
que se corrompe
según los deseos engañosos.”
Este versículo, nos
muestra claramente que nosotros tenemos un hombre nuevo; en otras palabras, lo
que estoy diciendo es que comprendamos que nosotros tenemos una naturaleza
nueva y una naturaleza vieja, pero somos salvos porque hemos aceptado a Cristo Jesús
en nuestro corazón. El problema es que tenemos dos naturalezas, donde nuestra
carne pelea continuamente con nuestro espíritu, esto es como si nosotros
agarráramos a un perro y a un gato y los metiéramos en un mismo costal, así
estamos nosotros… es decir: por un lado está la nueva naturaleza que anhela lo
bueno, y por el otro lado, está la vieja naturaleza que se corrompe según los
deseos engañosos... Es por eso que el apóstol Pablo decía claramente: “…lo que hago, no lo entiendo, porque no
practico lo que quiero hacer sino que lo que aborrezco, eso hago.”, ver
Romanos 7:15, ¿Por qué? Porque el viejo hombre está siempre ahí. Y por lo tanto,
debemos tener presente en primer lugar: que si alimentamos a la vieja
naturaleza ésta se hará fuerte y si alimentamos a la nueva naturaleza, ésta
será fortalecida en el Señor... y en segundo lugar hermano: que el viejo hombre
se apoyará en todo para convencernos de no alimentar a la nueva naturaleza,
seguramente diciéndonos: no sean legalistas, que tiene de malo tomarse una copa
de vino, pues acaso no dice la Palabra:
“no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de
la boca, eso es lo que contamina al hombre.”, ver Mateo 15:11. Esto sucede
porque el viejo hombre conoce la Palabra, al igual que el diablo. Esto me
recuerda que en una predica un pastor dijo: que en argentina había un pastor
que acostumbraba a tomarse una copa de vino con su amada diariamente y por eso
comenzó a comprar cajas de vinos, porque le resultaba más económico y resulta
que después de un tiempo se dio cuenta que las botellas se estaban vaciando y
resulta que el que se las estaba tomando era su hijo menor. Por eso, es mejor
ser un buen ejemplo, que un mal ejemplo. Recuerda, que la voz escrita de Dios
Padre nos dice: “…sé ejemplo de los
creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza.”, ver Primera de Timoteo
4:12. Además nos dice: “…tened cuidado,
no sea que esta vuestra libertad de alguna manera se convierta en piedra de
tropiezo para el débil.”, ver Primera de Corintios 8:9. Y es por eso que el
apóstol Pablo en el libro de Primera de Corintios en los
capítulos 6 y 10, nos habla de los límites de la libertad, que todo cristiano
debe tener, y son:
- PRIMERO: Todo me es lícito, pero NO todo me edifica,
- SEGUNDO: Todo me es lícito, pero NO todo me conviene,
- Y POR ULTIMO NOS DICE: Todo me es lícito, pero NO me dejaré dominar.
Y por lo tanto, debemos
tener presente en primer lugar, que existen personas que conocen la Palabra
pero no les hace efecto, porque son manejadas por la vieja naturaleza; y en
segundo lugar hermano: que cuando el Espíritu Santo los toque se despojarán de
la vieja naturaleza y se regocijarán en la Palabra como si la hubieran
escuchado por primera vez, porque la nueva naturaleza está siendo alimentada con
el rocío a su vida y que es el gozo que viene del Señor.
Entonces hay que
alimentar a la nueva naturaleza y hay que despojarse de la vieja naturaleza
¿Cuántos se quieren despojar de la vieja naturaleza? ¿Y cuál es esa vieja
naturaleza? ¿Cómo vamos a determinar cuál es la vieja naturaleza? Porque no lo
buscamos en la voz escrita de Dios Padre en el libro de Primera de Pedro, en el capítulo 2:1 BIBLIA NACAR COLUNGA, y comencemos…
“Despojaos,
pues, de toda maldad y de todo engaño, de hipocresías, envidias y maledicencia.”
Al estudiar el
contexto de este versículo nos damos cuenta que el apóstol le está hablando principalmente
a los creyentes… Esto quiere decir hermano, que todos los cristianos tenemos
que lidiar con la vieja naturaleza, por eso, debemos despojarnos de toda maledicencia
y de toda envidia, hipocresía, engaño y sobre todo, debemos despojarnos de toda
maldad, porque hay diferentes clases de maldad, porque hay diferentes tratos
con el prójimo… es decir:
- Mal por mal, este es el trato animal.
- Mal por bien, este es el trato satánico.
- Bien por bien, este es el trato del ser humano.
- Bien por mal, este es el trato de un cristiano, de un hijo de Dios.
Y mi biblia dice:
“No
te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.” (Romanos 12:21) NVI
Y por lo tanto,
debemos tener presente, que en nosotros debe existir humildad y reconocer que
tenemos cosas malas en nuestro corazón… porque aun siendo cristianos, hay un remanente
de maldad que permanece, esto se manifiesta por ejemplo cuando alguien comete
algún delito, y por eso nosotros quisiéramos que esa persona pagara por lo que
hizo, incluso con su vida. Es por eso que el apóstol Pedro nos dice: que
debemos despojarnos de todo lo malo, y no se refiere únicamente a las acciones,
sino a las actitudes y a los sentimientos…
Ahora, miremos Colosenses
capítulo 3:8 NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA 1975.
“Ahora,
en cambio, despójense de todo eso: cólera, arrebatos de ira, aversión, insultos
y groserías,
¡fuera de su boca!”
Ahora, para que nos
hagamos una idea más clara de lo que dice el versículo anterior, les voy a leer
ese mismo versículo de LA BIBLIA TEXTUAL TERCERA EDICIÓN, y dice: “Pero ahora, desechad también vosotros
todas estas cosas: Ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje obsceno de
vuestra boca.”, usted conoce cristianos malcriados, mal hablados, que
tienen un lenguaje obsceno, yo conozco a algunos… Esto me recuerda a un pastor
que estaba predicando con respecto aquel versículo que dice: “No profanes a tu hija haciéndola
prostituta, para que la tierra no cometa prostitución…”, ver Levítico 19:29,
solo que él no lo dijo así, porque lo que dijo fue: no profanes a la pi… para
que la tierra no cometa pi…, lo que le estoy contando es cierto y cuando él vio
como lo quedaron viendo, dijo: esa palabra esta en el diccionario, búsquenla
que ahí está, así que no sean legalistas… Además yo la digo pero ustedes la
piensan, por tanto ustedes son unos hipócritas… pero la voz escrita de Dios
Padre nos dice que hay que despojarnos de eso, aunque lo pensemos ¿Saben
porque? Porque a la mente le pueden llegar pensamientos que no son de uno, y
esto el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: “que hay pensamientos que son
dardos de satanás”, ver Efesios 6:16, por eso despojémonos del engaño, de la
envidia, de la ira, de la cólera, del enojo, del lenguaje obsceno y de todo lo
demás… aunque existan palabras que para nosotros no sean malas y para otros sí,
pero una vez que las sabemos no debemos decirlas, porque la voz escrita de Dios
Padre nos dice: que “…si alguien hace
pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran
al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar.”,
ver Mateo 18:6. Y fue por eso que el apóstol Pablo dice: “Por esto, yo también me esfuerzo por conservar siempre una
conciencia irreprensible delante de Dios y delante de los hombres.”, ver Hechos
24:16. Por eso, es necesario que hagamos una distinción entre lo popular y
vulgar, evitando el lenguaje obsceno y las groserías en cualquier ambiente,
porque aunque existan palabras que para nosotros no son malas, para otros si lo
son, por eso, debemos saber el significado de lo que expresamos y si no
sabemos, mejor no decirlo, por eso despojémonos de todo ese lastre, estorbo o
atadura para que no interfieran con nuestro crecimiento espiritual… Por eso, debemos
tener presente, que en este momento el Señor nos está hablando
como se les manifestó a los 300 de Gedeón, es decir: a quienes no les dieron
espada, ni cuchillo, ni lanza, sino una antorcha, un cántaro y una trompeta, y
aunque para los demás era incomprensible, esto tenía un propósito de parte de nuestro
Padre celestial. Lo que estoy tratando de decirle es que a través de
este estudio el Señor nos está hablando y preparando para que
enfrentemos un cambio por Su gracia, y despojemos al viejo hombre y toda su
corrupción…
Ahora, miremos Romanos
capítulo 13:12.
“La
noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras
de las tinieblas
y vistámonos con las armas de la luz”
¿Cuáles son las obras
de las tinieblas? Bueno, para saber esta respuesta es necesario que abramos la
biblia en el libro de Efesios, en el capítulo 5:11, y dice: “Y no participéis en las obras estériles de
las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas.”, Esto quiere decir que las
obras de las tinieblas son estériles y que nunca dan fruto… En otras palabras,
lo que estoy diciendo es que las obras de las tinieblas son aquellas cosas que
hacemos pero que son estériles y que nunca traen fruto… Y por lo tanto, debemos
tener presente en primer lugar: que nuestro Padre celestial quiere que nos
despojemos de esa vieja naturaleza y nos revistamos de la nueva naturaleza… y
en segundo lugar hermano: que Él nos ha puesto para que demos fruto en
abundancia y para que nuestro fruto permanezca, ver Jeremías 7:7 al 8 y Romanos
7:4, porque lo que nuestro Padre celestial quiere es que imitemos a Cristo
Jesús, aunque sea un parámetro muy elevado. Recuerda, que esta es una
instrucción que viene de nuestro Padre celestial. Y esto el apóstol Pablo nos
lo afirma diciendo: “Haya, pues, en
vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.”, ver Filipenses 2:5
RVR 1995. Es por eso que debemos tener presente, que los hijos imitan a los
padres, por eso, nosotros los padres, imitemos a nuestro Señor Jesucristo, porque
todo lo que Él hizo y dijo, lo aprendió de Su Padre y si así lo hacemos
tengamos la certeza que seremos perfectos “…como
nuestro Padre celestial es perfecto.”, ver Mateo 5:48. Esto que estoy
diciendo a muchos les parece verdaderamente imposible, les parece un evangelio
muy legalista… pero está en la Palabra, por eso yo prefiero lo que está en la Palabra
y que algunos le llaman legalismo a agarrar el evangelio de fulano de tal y que
es pura novelería. Es por eso que el apóstol Pablo decía: “…llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que,
llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las
novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los
mitos.”, ver Segunda de Timoteo 4:3 al 4 NVI. Y fue por eso que el perito
arquitecto de la Iglesia de Cristo le dijo a su discípulo Timoteo: “Timoteo compórtate como es debido, y ten
cuidado de lo que enseñas…”, ver Primera de Timoteo 4:16, TLA. Por eso, graba
en tu alma, en tu mente, y en tu corazón amado hermano, que: “Toda Escritura es inspirada por Dios y
útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.”,
ver Segunda de Timoteo 3:16 al 17. Amén.
EN CONCLUSIÓN
LA BIBLIA NOS HABLA:
“Por
tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados.” (Efesios 5:1) NVI
Ahora, podemos
concluir.
Que debemos anhelar y
pedirle a nuestro Padre celestial que queremos parecernos a nuestro Señor
Jesucristo, difícil NO, o mejor dicho imposible para el hombre, pero la voz
escrita de Dios Padre nos dice: que estamos predestinados “…a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo…” “Por tanto, seamos perfectos, así como nuestro
Padre celestial es perfecto.”, ver Romanos 9:29 LBLA y Mateo 5:48 NVI.
Además, también nos dice: “…el que
comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.”,
ver Filipenses 1:6. En otras palabras, lo que nos está diciendo es que el que
comenzó la buena obra la terminará… Esto quiere decir que nuestro Padre
celestial no va a dejar una obra inconclusa... Y por lo tanto, debemos tener
presente que la obra bendita que Él empezó conmigo y contigo en nuestras vidas,
Él la va a terminar. Tú lo verás… Recuerda, en primer lugar: que “Toda buena dádiva y todo don perfecto…”,
proceden de nuestro Padre. ver Santiago 1:17, y sólo Él nos da las fuerzas para
continuar en nuestra transformación, porque por nuestros propios medios no
podemos hacer nada… y en segundo lugar hermano: que “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se
arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará?, ¿ha hablado, y no lo cumplirá?”,
ver Números 23:19. También, recuerda: que “…todas
las promesas de Dios en Él, en el Cristo, son sí, y por tanto, por medio de Él
nosotros damos el amén para la gloria de Dios.”, ver Segunda de Corintios
1:20 PESHITA.
27 de Febrero de 2016
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez
Muchas gracias al blog por orientarnos en el camino de la religión y seguir éste camino tan bello y correcto, con oraciones podemos sentirnos mejor y felices cerca de Dios.
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