LA SIEMBRA Y LA COSECHA

LA BIBLIA NOS HABLA:

“….El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.” (Segunda de Corintios 9:6 al 7)

Hoy en día, usted y yo mi hermano, debemos tener presente, que ningún ser humano puede escapar a las consecuencias de las leyes espirituales, ya que Dios ha establecido principios por los cuales se rige el mundo, tanto en lo espiritual como en lo terrenal. Es por eso que en esta tarde y noche el Señor ha puesto en mi corazón que les enseñe acerca.

DE LA SIEMBRA Y LA COSECHA

Pero, antes de comenzar con la enseñanza permítanme hacer un pequeño paréntesis para explicarles lo que significa la ley de la siembra y la coseche.

Escuchen pues.

En estos versículos anteriores, podemos ver, que el apóstol Pablo está usando un lenguaje común por medio de una comparación agrícola, en donde, nos está revelando una verdad acerca de la vida en general. Por lo tanto, es importante que usted y yo, entendamos esta verdad si queremos tener éxito en nuestra vida cristiana. Por eso, debido a la claridad de este ejemplo les puedo decir con certeza, que las elecciones que tomemos en el presente tendrán consecuencias en nuestros resultados futuros. Esto quiere decir mi hermano, que el tipo, que la calidad y sobre todo que el volumen de nuestra cosecha esta en gran medida determinada. Escuchen bien: que todo el volumen de nuestra cosecha esta en gran medida determinada por donde sembremos, qué es lo que sembramos y cuánto sembremos.

Por lo tanto, les puedo decir con certeza iglesia de Cristo Jesús.

1.- PRIMERO: Que esta ley nos dice: que de todo lo que se hace en esta vida, ya sea espiritual o terrenal, se recoge una cosecha.

2.- SEGUNDO: Que la ignorancia no es una excusa, ya que las leyes espirituales se aplican aun cuando seamos ignorantes a estas leyes. Además, esto el apóstol Pablo nos lo afirma diciendo: No crean ustedes que pueden engañar a Dios…. ver Gálatas 6:7, TLA.

3.- TERCERO: Que la siembra y la cosecha es una ley universal establecida por Dios, Padre, desde el momento de la creación y esto mi hermano, nos lo afirma nuestro Padre celestial diciendo: Mientras la tierra permanezca, la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán, ver Génesis 8:22. Además, debemos tener presente, que esta ley universal se aplica para todas las áreas, ya sea:
  • para el área de la naturaleza.
  • Para el área de lo material, y.
  • Sobre todo para el área de lo espiritual.

Pero, usted y yo mi hermano, debemos tener presente.

Que “Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna.” (Gálatas 6:8) NTV

Ahora, si usted ha entendido esta ley, debe tener presente.
  • EN PRIMER LUGAR: Que esta ley se debe poner en práctica, porque solo así usted mi hermano, podrá ser bendecido. Recuerde, que las leyes espirituales operan para cualquiera y son aplicables a todos de igual manera. Esto quiere decir, que si un granjero rico y un granjero pobre siembran la misma cantidad de semillas en el mismo suelo recibirán igual volumen de cosecha y si un granjero mexicano y un granjero chino siembran la misma cantidad de semilla recibirán el mismo volumen de cosecha. Esto quiere decir mi hermano, que la ley de la siembra y la cosecha no es racista ni hace distinción entre sexo. Por lo tanto, funcionará para cualquiera que la active.
  • EN SEGUNDO LUGAR: Debe tener presente mi hermano, que si usted no siembra nada, no cosechará nada. Esto suena tan obvio que no merece la pena ni aún mencionarlo. Pero, es necesario hacerlo, ya que hoy en día aún existen muchos cristianos, entre comillas, quienes no han dado ni una moneda a Dios y aún oran, profetizan, ruegan, suplican, exigen y resisten al diablo para obtener una cosecha. Por eso, deben tener presente, escuchen bien: que no existen cosechas sorpresa en lo terrenal y mucho menos existen cosechas sorpresa en lo espiritual. Por lo tanto, permítame decirle con certeza, que si usted no ha sembrado nada, no tendrá cosecha. 

Ahora, volviendo al tema de la siembra y la cosecha.

Es importante, escuche bien mi hermano, es importante que usted y yo, entendamos que lo primero que debemos de hacer es sembrar en el reino de Dios para luego poder cosechar. Recordemos, que nuestro Padre celestial es quien nos provee de la buena semilla. Por lo tanto, debemos tener presente, que nuestra vida es como un árbol el cual debe tener buenas raíces siendo ellas los diezmos, las ofrendas, las limosnas, las primicias y sobre todo, que debemos de tener una vida cristiana llena y regida por la palabra de Dios, Padre, es decir: que nuestra vida debe estar dirigida y guiada por Su voz escrita, porque solo así usted y yo, podemos producir buenos frutos y por lo tanto tendremos una vida llena de riqueza espiritual y riqueza material. Además, usted y yo mi hermano, debemos tener presente, que para poder optar a las bendiciones que nuestro Padre celestial ha establecido en Sus promesas, debemos de ser hijos constantes en lo que a Él le pertenece y le corresponde, porque esto mi hermano, no es cuestión de dar cuando uno quiera. Y la palabra nos dice:

“No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.” (Gálatas 6:7)

Pero, que lastima es encontrarse hoy en estos días a muchos cristianos, entre comillas, que no entienden o no creen en este principio, es decir: que el principio de la siembra y la cosecha realmente se aplica a su vida cristiana personal, y sabe, que esto se da por falta de conocimiento, ya que ellos por no buscar el crecimiento espiritual se encuentran sumergidos bajo la cultura terrenal, bajo su propia naturaleza caída, y por lo tanto satanás que está como león rugiente les están diciendo que pueden violar este principio sin consecuencias, que serán la excepción a la regla. Pero, el apóstol Pablo lo recalca diciendo: “No se engañen: de Dios nadie se burla”. Esto quiere decir mi hermano, que nosotros, los hijos del Dios altísimo no debemos permitirle a nadie que nos diga que Dios está entregando cláusulas de excepción.

Es por eso que nosotros, los hijos del Dios altísimo, hoy más que nunca tenemos que vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios, es decir: de la biblia, pues solo así:
  • Podremos conocer a Cristo Jesús.
  • Podremos encontrar la solución a algún problema.
  • Podremos encontrar las amonestaciones para nuestras vidas.
  • Podremos encontrar la sanidad para nuestro cuerpo y para nuestra alma.
  • Podremos conocer por medio de la palabra el comportamiento de las personas.
  • Podremos conocer lo que agrada, lo que desagrada y sobre todo lo que aborrece Dios.
  • Podremos conocer El carácter de Dios, es decir: Su bondad, Su misericordia y sobre todo podremos conocer Su grande e inmenso amor por el ser humano.
  • Podremos conocer la prosperidad integral, es decir: la prosperidad espiritual y material. Esto quiere decir mi hermano, que la voz escrita de nuestro Padre celestial es una mina de riquezas, es un paraíso de gloria y es un río de placer.

Además, debemos tener presente, iglesia de Cristo Jesús.

1.- PRIMERO: Que por medio de la voz escrita de Dios, usted y yo, podremos aprender: a adorar, a alabar, a amar, a orar, a bendecir, a ser santos, a ser generosos…. y sobre todo mi hermano, aprenderemos a glorificar y a honrar a nuestro Padre celestial en todo.

2.- SEGUNDO: Que hoy más que nunca solo por medio de la palabra de Dios podremos conocerle y al conocerle sabremos realmente, que toda dadiva, que todo don, que todo talento y sobre todo, que toda la leche y la miel, el oro y la plata provienen de ÉL, y por eso si usted y yo mi hermano, escuche atentamente: Si usted y yo, comenzamos a caminar por medio de Su voz escrita podemos tener la certeza, que tendremos una cosecha hasta que sobreabunde en nuestra vida cristiana, tanto en lo espiritual como en lo material.

Es por eso que usted y yo mi hermano, hoy más que nunca.
  • Debemos creer en la palabra para ser salvo.
  • Debemos poner por obra la palabra para ser santos.
  • Debemos escuchar, leer, estudiar y meditar la palabra para ser sabios.
  • Debemos comernos la palabra para saber sembrar y para obtener una buena cosecha. 

Y mi biblia dice:

“El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor!” (Proverbios 16:20)

Esto quiere decir mi hermano.
  • EN PRIMER LUGAR: Que si usted y yo, atendemos y ponemos por obra a la palabra de Dios, aprenderemos a saber dar y a saber sembrar, y esto mi hermano, nos traerá frutos constantes en nuestra vida cristiana, es decir: en todas las áreas de nuestra vida, como ser: en el área espiritual, en el área económica, en el área emocional, en el área social, en el área familiar y en el área laboral.... Pues la palabra nos dice: ….todo lo que el hombre sembrare, eso también segará, ver Gálatas 6:7 RVR 1960.
  • EN SEGUNDO LUGAR: Que si usted y yo, atendemos y ponemos por obra a la palabra de Dios, aprenderemos que todo lo que hacemos, que todo lo que decimos y que todas nuestras actitudes, son una siembra y del resultado de esa siembra será la cosecha.

Ahora, veamos a través de la palabra algunas citas bíblicas que nos ilustran que podemos cosechar de nuestra siembra, tomemos nota:

1.- PRIMERO: Cosecho la misma variedad de lo que siembro. Y la palabra nos dice:

“….el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” (Gálatas 6:8)

Esto quiere decir mi hermano, que si usted y yo, actuamos y obramos conforme a la carne y nos ocupamos solamente en agradar a la carne, tendremos como resultado una vida corrupta, vacía, sin amor, sin felicidad, sin fruto espiritual y sobre todo sin la presencia de Dios y por lo tanto, segaremos corrupción, tristeza, pobreza, soledad…. Es decir: que cosecharemos todas aquellas cosas que son desagradables y que corrompen el alma humana.

Por otro lado, este versículo nos está exhortando a que si usted y yo, sembramos, trabajamos, invertimos, y actuamos conforme al Espíritu de Dios, segaremos o tendremos como resultado vida, es decir: que tendremos una vida en sobreabundancia, una vida plena, una vida llena de amor, una vida de felicidad…. y sobre todo una vida llena de la presencia de Dios.

2.- SEGUNDO: Cosechamos más de lo que sembramos. Y la palabra nos dice:

“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.” (Gálatas 6:9)

Esto quiere decir mi hermano.
  • EN PRIMER LUGAR: Que si usted y yo sembramos agua, segaremos en abundancia  palabra, es decir: la palabra que limpia, la palabra que purifica, la palabra que salva.
  • EN SEGUNDO LUGAR: Que si usted y yo sembramos el bien, escucha bien porque esto está tremendo: recibiremos generosamente de la mano de Dios. 

Y mi biblia dice:

“El alma generosa será prosperada, y el que riega será también regado.” (Proverbios 11:25)

Por lo tanto, usted y yo, debemos tener presente, que nuestro Padre celestial por medio de Su voz escrita nos anima a que hagamos el bien, no importa lo que nos esté sucediendo en nuestra vida, siempre, escucha bien: siempre, siempre…. que hagamos el bien, vamos a cosechar algo bueno, porque la mano de Dios estará siempre sobre nosotros.

Pero, lo único que usted y yo debemos de hacer, es ser pacientes y esperar, tal como lo hace un sembrador. Recuerden, que cuando el sembrador siembra no ve el fruto inmediatamente, pues él debe esperar a que la siembra crezca y madure para levantar la cosecha. Y si usted y yo aprendemos a ser pacientes, tengamos la certeza, que a su debido tiempo disfrutaremos la recompensa de nuestro esfuerzo para la gloria y la honra de Dios. Y la palabra nos dice:

 “Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.” (Proverbios 19:17)

3.- TERCERO: Cosechamos en la proporción que sembramos. Y la palabra nos dice:

“….El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.” (Segunda de Corintios 9:6)

Esto quiere decir, que la medida de lo que sembramos determinará la medida de nuestra cosecha, es decir: que si usted y yo, trabajamos poco, nos esforzamos poco, obviamente no tendremos un gran resultado. Por lo tanto, debemos tener presente que si queremos cosechar en abundancia, debemos sembrar en abundancia, como ser: en nosotros mismos, en nuestra familia, ya sea nuclear o extensa, en la congregación y en el prójimo….

Ahora, veamos a través de la palabra algunas citas bíblicas que nos ilustran lo que debemos de sembrar para cosechar buenos frutos, tomemos nota:

1.- PRIMERO: Sembremos trabajo. Y la palabra nos dice:

“Siembra tu semilla en la mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si ésta o aquélla, o si ambas serán igual de buenas.” (Eclesiastés 11:6)

Al estudiar este versículo, podemos ver que la palabra de Dios a usted y a mí, nos está exhortando a que no seamos perezosos, más bien, nos está diciendo que seamos diligentes para trabajar en todo aquello que nuestro Padre celestial nos ha puesto en nuestra vida, como ser: nuestra familia, nuestro congregación, nuestro trabajo, nuestros estudio….

Por eso, en este momento te animo a que nos esforcemos más y seamos valientes. Pero, si por casualidad de las casualidades en esta congregación alguien esta desanimado, lo invito, lo animo, lo incito a que siga adelante, a que no mire la realidad actual, sino más bien mira lo por venir. Por lo tanto, mi hermano, siembra sabiendo que cada semilla que estas sembrando producirá fruto al ciento por uno, porque cada esfuerzo, porque cada trabajo te será devuelto en bendición y sobre todo en sobreabundancia para la gloria y la honra de Dios. Amén.

2.-SEGUNDO: Sembremos justicia. Y la palabra nos dice:

“El malvado obtiene ganancias ilusorias; el que siembra justicia asegura su ganancia.” (Proverbios 11:18)

Esto quiere decir mi hermano, que aunque los impíos o los pecadores fructifiquen en su vida, entre comillas, y aparentemente nosotros no, busquemos siempre ser justos, porque solo así usted y yo, recibiremos la recompensa al ciento por uno. Por lo tanto, tengamos presente, que es mejor ser un hombre justo a ser injusto y tener dinero. Recuerda, que el impío o el pecador en un momento lo perderán todo. Pero, el que ha sido justo ha edificado su casa en la roca. Y la palabra nos dice:

 “El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra.” (Proverbios 21:21)

Además, la palabra nos dice:

“….la riqueza del pecador está reservada para el justo.” (Proverbios 13:22)

3.-TERCERO: Sembremos abundantemente. Y la palabra nos dice:

“…El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe mucho.” (Segunda de Corintios 9:6) TLA

Esto quiere decir que si usted y yo, hoy más que nunca comenzamos con diligencia a sembrar en abundancia, ya sea: en la familia por medio del amor, del perdón, de la paciencia, de la comprensión, de la tolerancia…. dando la milla extra; en el trabajo dando la milla extra, en el estudio dando la milla extra; en la congregación por medio de la oración, de la adoración y de la alabanza… dando esa milla extra, y sobre todo si usted y yo sembramos en la búsqueda de Dios dando esa milla extra, recibiremos todas las promesas que nuestro Padre celestial tiene reservada para todos los hijos espirituales. Amén.

Esto quiere decir mi hermano, en otras palabras, que si usted y yo sembramos en todo lo que hagamos en nuestra vida cristiana, dando la milla extra con un corazón genuino y sin reserva, aunque el esfuerzo parezca en vano, podemos tener la certeza que la cosecha está a la puerta, porque las esclusas de los cielos nuestro Padre celestial ya nos las abrió.

4.- CUARTO: Sembremos en la parcela de Dios no en la de satanás.

Esto quiere decir mi hermano, que si usted y yo sembramos primeramente en el reino de Dios por medio de las limosnas, de las ofrendas, del diezmo y de las primicias esas semillas que sembremos nos producirán una buena cosecha al ciento por uno. Y la palabra nos dice:

“Honra al Señor con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; entonces tus graneros se llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto.” (Proverbios 3:9 al 10)

 Además, la palabra nos dice:

“Llevad el diezmo íntegro a la casa del tesoro, para que haya alimento en mi Casa; y ponedme así a prueba, dice Yahveh Sebaot, a ver si no os abro las esclusas del cielo y no vacío sobre vosotros la bendición hasta que ya no quede.” (Malaquías 3:10) JERUSALÉN 1998

Ahora, para finalizar abran su biblia en el libro de Proverbios capítulo 12:11.

“El que labra su tierra tendrá abundante comida….”

Esto quiere decir, que usted y yo, para tener una cosecha, lo primero que debemos hacer es labrar la tierra de nuestro corazón y luego plantar en el esa semilla que no es más que la palabra de Dios, que no es más que la voz escrita de Dios, porque sepa usted mi hermano, que esta es una poderosa semilla que finalmente producirá una poderosa cosecha al ciento por uno, porque la tierra de nuestros corazones estará bien sembrada. Por eso, te animo a que atesores este secreto que te he revelado en esta noche para que seas próspero en todo lo que tus manos toquen. Recuerda, que "el que siembra, con toda certeza, cosechará"

Pero, si por casualidad de las casualidades alguna persona en esta congregación realiza una mala siembra debe tener presente, que el fruto que recibirá se debe al producto de lo que sembró. Por lo tanto, la cosecha de ese fruto no se debe a un destino tirano que lo arrastró de la nariz, sino que es el fruto de lo que ha sembrado. Pues la voz escrita de Dios no menciona que hay un destino que nos arrastra, más bien nos señala que conforme a nuestras obras recibiremos retribución, ya sea en esta vida o en la vida venidera.

Por lo tanto, usted y yo, debemos tener presente, que si algo tenemos que cambiar en nuestra vida cristiana tiene que empezar por nuestra siembra, es decir: que tendremos que cambiar nuestras palabras y nuestras acciones, porque a una siembra distinta le corresponde una cosecha distinta. Por eso, te exhorto y me exhorto en este momento a que renovemos nuestra mente, porque pensar en una siembra que no esté conforme a la palabra de nuestro Padre celestial, es una siembra que nos impide cosechar un buen fruto.

Por eso, repite conmigo.

¡Algo distinto tengo que hacer!

¡Algo nuevo tiene que suceder en mi vida para que las cosas cambien!

Por eso hoy renovare mi mente, por eso hoy reseteare mi mente

AHORA, LES PUEDO ACONSEJAR

A ustedes iglesia de Cristo Jesús.
  • Que el tiempo de la cosecha nunca es el mismo para todos, porque para algunos el tiempo puede ser corto y para otros puede ser largo. Recuerden, que esto depende de la voluntad de nuestro Padre celestial que está en los cielos.
  • Que usted nunca sabrá cuándo va a llegar la cosecha, porque esto depende del tiempo Kairós de nuestro Padre celestial.
  • Que si no levantas la cosecha el día que llega, la pierdes.
  • Que si tú no supiste distinguir el tiempo para recoger tu cosecha, no puedes culpar a nuestro Padre celestial por haberla perdido. Y la palabra nos dice:

“La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece. El que recoge en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.” (Proverbios 10:4 al 5) RVR 1960

EN CONCLUSIÓN

LA BIBLIA NOS HABLA:

“Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes.” (Lucas 6:38) DHH

Ahora, podemos concluir.

Que sembrar es tan bueno, que nuestro Padre celestial nos recomienda que lo hagamos en todo tiempo. Por lo tanto, debemos de sembrar en todo tiempo.

Que no hay mejor tierra para nuestra siembra, ni mayor cosecha que podamos recibir, si no es en el reino de nuestro Padre celestial, es allí donde usted y yo mi hermano, debemos poner nuestra fe, nuestro esfuerzo, nuestro trabajo y escoger la mejor parte de la semilla cosechada para invertir en el reino de los cielos y en el evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

Bendito sea Dios quién nos guía a toda fuente de verdad, pues muchos somos los hombres y mujeres que estamos siendo guiados para sembrar nuestro dinero, nuestra generosidad, nuestro esfuerzo, nuestro trabajo, nuestro tiempo, nuestro servicio o nuestro ministerio en una tierra fértil de gran productividad…. Por eso, las esclusas de los cielos serán abiertas para nosotros y seremos grandemente recompensados por nuestra fe y nuestra confianza, en la tierra de bendición que nuestro Padre celestial nos guía y direcciona a sembrar y por lo tanto Sus bendiciones y Sus riquezas no tendrán límite sobre nosotros.... Amén.

03 de enero de 2015
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez

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