CÓMO LOGRAMOS PONER DE PIE AL SEÑOR
LA BIBLIA NOS HABLA:
“….Jesús
se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” (Juan 7:37) RVR 1960
En esta tarde y noche
el Cordero de Dios ha puesto en mi espíritu una enseñanza que traerá tanto gozo
y tanta alegría a nuestra vida cristiana, ya que en esta enseñanza nuestro
Señor Jesucristo nos demuestra su inmenso amor hacia nosotros. Es por eso que usted
y yo, como buen siervo fiel y como buen hijo del Dios altísimo, debemos de reverenciarlo,
debemos de admirarlo, debemos de respetarlo, debemos de obedecerlo, debemos de entregarnos
en todo y cuando digo en todo, es en todo mi hermano, es decir: que si es
posible dando, escucha bien: que si es posible dando hasta nuestra propia vida
por Él. Además, usted y yo, debemos tener presente, que Él es el único que debe
de ser digno de toda nuestra alabanza y de toda nuestra adoración. Pero, debemos
tener presente, que nuestra adoración debe ser genuina, es decir: como dice Su
palabra, es decir: como dice Su voz escrita en el libro de Juan capítulo 4:24....y
los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad. Amén.
- EN PRIMER LUGAR: Que yo no les he venido a enseñar a ustedes inglés.
- EN SEGUNDO LUGAR: Que este es un concepto que tal vez nosotros no lo manejemos tanto como lo hacen otras razas u otras naciones.
Pero, si es necesario
tener presente, que este concepto se ha venido utilizando desde la época romana
y para ser más preciso desde que el ejército romano regresó de su batalla en
contra de aquel famoso gladiador llamado Espartaco, pues si usted no lo sabe,
permítame decirle mi hermano, que este concepto se dio, que este concepto se
usó, después de que el ejército romano derrotó a Espartaco. Por eso, el pueblo
romano, es decir: el Senado romano en su totalidad se levantó de sus asientos, se
pusieron de pie y comenzaron a ovacionar al general y a su ejército, porque ellos
habían hecho un esfuerzo extraordinario para derrocarlo.
Ahora, permítanme
hacer un breve paréntesis para enseñarles, que significa standing ovation.
Escuchen pues.
Standing ovation es
una ovación en el cual un auditorio completo que se encuentre sentado y al unísono
se pone de pie, dando gritos y aplausos a la misma vez y en el mismo tono, sin
necesidad de que alguien los motive, más bien se da de forma espontánea, como si
alguien por medio de una cuerda invisible los hubiera atado de sus manos y por
medio de ella los levanta de sus asientos para que se pongan de pie a gritar y
a aplaudir fuertemente.
Dicho en otras
palabras, Standing ovation es cuando un grupo de personas al unísono se pone de
pie y comienza a ovacionar de forma extraordinaria a aquel que se lo
merece.
Nosotros sabemos
quién es el único que se merece una standing ovation, verdad.
¿Quién se lo merece?
¿Dígame quien se lo
merece mi hermano? ¿Dígame quién?
Así es mi hermano, el
único que vive y el único que Reina por los siglos de los siglos, por eso
démosle un standing ovation al Señor, pues Él se lo merece y mucho más, porque
Él resucitó de entre los muertos, venció a la muerte, venció al pecado, venció
a las maldiciones, venció a satanás, por usted y por mí. Además, se despojó de
Sus riquezas, de Su divinidad y vino a la tierra para podernos redimir por
medio de Su sangre y gracias a esto usted y yo mi hermano, nos convertimos en
hijos, en herederos y en coherederos. Y la palabra nos dice:
“Y
si están unidos a Cristo, entonces son miembros de la gran familia de Abraham,
y tienen derecho a recibir las promesas que Dios le hizo.”(Gálatas 3:29) TLA
Además, debemos tener
presente, que el standing ovation puede ser una motivación buena o puede ser
una motivación mala. Recuerden, que en el libro de los hechos en el capítulo 19
podemos ver, que todo un pueblo se paró por casi dos horas ovacionando,
gritando a una voz: “¡Grande es Diana de los efesios!” mire usted lo que
hicieron los de Éfeso, la ovacionaron, le dieron una standing ovation a algo
que no era bueno, sino a algo que era malo, pero su motivación resultó mala,
pues su motivación ni siquiera era para adorar a su diosa, más bien fue de
contienda contra un judío llamado Pablo de Tarso, porque él estaba enseñando acerca
del reino de Dios y por eso ellos estaban dejando de vender sus imágenes.
En el caso nuestro,
cuando analizamos lo que nuestro Señor Jesucristo hizo al obedecer a Su Padre,
al obedecer el plan extraordinario de Su Padre, hace que usted y yo, nos
pongamos de pie y lo admiremos, lo reverenciemos y lo respetemos. Por eso, nuestro
Padre celestial nos comienza a habilitar, nos comienza a ministrar para que
nosotros mi hermano, nos pongamos de pie, porque el propósito de Dios es que en
el día indicado, es decir: en el retorno que va a tener el Cordero en la
parusía o en su segunda venida, usted y yo mi hermano, estemos entrenados para
ponernos de pie y para ponernos de pie y para ponernos de pie…. y para
ovacionarlo y para ovacionarlo y para ovacionarlo…. es decir: para que usted
yo, le demos con mucha reverencia el standing ovation por lo que Él hizo por
nosotros. Amén.
Al ver esto mi
hermano, puedo ver, que así como usted y yo confiamos en Dios, escuche lo que
le voy a decir: que de la misma manera como nosotros confiemos en Dios, Él va a
confiar en usted y en mí; y esto lo podemos ver en el libro de Job capítulo 1 y
2, cuando satanás estaba rondando la tierra. Recuerden, que él se presentó ante
Dios y le dijo: “extiende tu mano y quítale todo a ver si el justo Job no te va
a fallar”, apostemos, entonces Dios le dice: está bien, acepto, “Job está en
tus manos. Eso sí, respeta su vida”, entonces, satanás hizo lo imposible para
que Job fallara y a pesar de todo esto, Job no pecó ni mucho menos le echó la
culpa a Dios, porque el confiaba en Dios y Dios confiaba en la obra que Él hizo.
Esto quiere decir mi
hermano, que de la misma manera como usted y yo, admiremos a Dios, escuchen con
oídos espirituales, porque lo que les voy a decir no es herejía.
Escuchen pues.
Que de la misma
manera como usted y yo admiramos a Dios, Él nos admira a nosotros, esto no me
lo estoy inventando yo, pues la palabra en el libro de los Cantares en el capítulo
4: 7, nos dice: Toda tú eres hermosa, amada mía, y no hay defecto en ti.
Esto quiere decir mi
hermano, que ÉL la admiró, porque no tenía mancha, no tenía tacha y no tenía arrugas.
Además, la palabra nos dice: cuan hermosos son tus pies en las sandalias o hija
de príncipe, ver cantares 7:1. Esto quiere decir mi hermano, que Dios está
admirando a Su novia, a Su esposa y usted y yo, sabemos perfectamente bien, que
esto es sombra y figura de lo que es la iglesia de Cristo Jesús, es decir: de nosotros,
los hijos del Dios altísimo.
Por eso, les puedo
decir con certeza iglesia de Cristo Jesús.
Que nuestro Padre
celestial se admira de lo que nosotros somos y hacemos. Aleluya.
Esto me recuerda, que
en el libro de Mateo en el capítulo 7, PDT, se habla de una mujer que era
gentil, sirofenicia de nacimiento, que se le acercó a Jesús y le dijo: “….Es
cierto, Señor. Pero hasta los perros que están debajo de la mesa pueden comer
las migajas que dejan caer los hijos”. Por eso, el Señor se admiró de ella y le
dijo: “¡Qué buena respuesta! Vete tranquila a tu casa, que tu hija ya no tiene
ningún demonio”. Además, la palabra nos dice, que también nuestro Señor Jesucristo se admiró de la fe del
centurión romano, cuando este le mandó a decir por medio de unos dirigentes
judíos: “….Señor, no te tomes tanta molestia, pues no merezco que entres bajo
mi techo. Por eso ni siquiera me atreví a presentarme ante ti. Pero con una
sola palabra que digas, quedará sano mi siervo” ver Lucas 7:1 al 10.
Por eso, les puedo
decir con certeza iglesia de Cristo Jesús.
Que también nuestro Señor Jesucristo nos admira a nosotros, que el Señor admira a Su amada, que el Señor admira a Su iglesia…. y por eso nos va a presentar como a una novia pura, sin manchas y sin arrugas delante de Su Padre. Y la palabra nos dice:
“Dios
es capaz de cuidarnos para que no caigamos, y puede también hacernos entrar a
su presencia gloriosa con gran alegría y sin falta alguna.” (Judas 1:24) PDT
Además, la palabra
nos dice:
“Cristo
quiso regalarse a sí mismo una iglesia gloriosa, apartada del mal y perfecta,
como un vestido sin una sola arruga ni una sola mancha, ni nada parecido.” (Efesios 5:27) TLA
Ahora, les pregunto.
¿Por qué creen, que
Dios nos está entrenando en estos tiempos a ponernos de pie?
Escuchen pues.
Pero, escuchen,
escuchen con oídos espirituales, porque esto que me ha revelado el Señor, es maravilloso y
digno de Admiración, escuchen:
Dios nos está
entrenando a ponernos de pie, porque al final de los tiempos usted y yo mi
hermano, vamos a ser que Él y su Hijo se pongan de pie ante sus testigos y ante
su novia, es decir: que nuestro Padre celestial conjuntamente con nuestro Señor
Jesucristo se van a poner en un standing ovation para recibirnos el día de la
parusía, es decir: en el día del rapto o día del arrebatamiento y esto mi
hermano, se los voy a demostrar por medio de la palabra.
Por eso, pónganse y abrochen
el cinturón de seguridad a sus asientos y abran su biblia en el libro de Marcos
capitulo 4:39, PSH.
“Él
se puso de pie y reprendió al viento y dijo al mar: ¡cálmate, sosiégate!
entonces el viento cesó y hubo una gran calma.”
Al estudiar el
contexto de este versículo, podemos ver realmente.
- EN PRIMER LUGAR: Que el que puso de pie a nuestro Señor Jesucristo no fue la tormenta, ni fue satanás y mucho menos fueron sus espíritus inmundos.
- EN SEGUNDO LUGAR: Podemos ver claramente, que quienes pusieron de pie a nuestro Señor Jesucristo fueron sus discípulos, ya que ellos comenzaron a ver como hacían para sacar el agua que por culpa de la tormenta estaba inundando la barcaza. Entonces, los discípulos al ver que no podían con la tempestad comenzaron a clamar y este clamor hizo que se despertara nuestro Señor Jesucristo y se pusiera de pie y reprendiera al viento y al mar para que no se inundaran.
Esto quiere decir mi
hermano, que el clamor del discípulo hace que nuestro Señor Jesucristo se ponga
de pie para reprender aquello que nos esté molestando en nuestra vida, como
ser: las aflicciones, las enfermedades, las persecuciones, ya sean espirituales
y humanas…. Claro que no nos da un standing ovation, pero, lo que si hace mi
hermano, es que se pone de pie para hacer guerra espiritual por ti y por mí. Por
eso, usted y yo, debemos someter nuestra voluntad a la voluntad de Dios para
que nuestro Señor Jesucristo se pare a favor nuestro tal cual como lo hizo con su
siervo Jacob cuando peleó con el ángel de Dios por medio del llanto, de los
gemidos, de la humillación para que Él lo bendijera. Amén.
Ahora, miremos Juan capítulo
8:7, PDT.
“Ellos
seguían preguntándole lo mismo. Así que se puso de pie y les dijo: El que nunca
haya pecado que tire la primera piedra.”
Cualquiera diría que
los que pusieron de pie a nuestro Señor Jesucristo fueron los fariseos, porque
le seguían preguntando. Pero, lo que yo veo aquí mi hermano, es que cuando Jesús
estaba escribiendo en el suelo, Él volteó a ver y lo que Él vio fue a una mujer
de pie delante de Él, avergonzada y temblando, quizás del miedo, quizás del
frio o quizás de la vergüenza, porque la habían sacado de su cama quizás
desnuda o quizás solo con la sabana que la acobijaba en el momento que estaba
cometiendo el pecado, el adulterio.
Además, yo veo aquí
mi hermano:
- EN PRIMER LUGAR: Que esta mujer en su mente se ha de haber puesto a pensar: Este hombre realmente es un santo, no como estos fariseos hipócritas, pues con ellos se encuentra el hombre con que yo estaba pecando y hasta tiene en su mano una piedra, y seguro será el primero que me la va arrojar, hipócritas.
- EN SEGUNDO LUGAR: Que esta mujer estaba arrepentida, no porque tuviera temor a la muerte, sino porque la santidad de nuestro Señor Jesucristo compungió a su corazón y a la vez la empujó hacia el arrepentimiento genuino, es decir: con un corazón contrito y humillado.
Entonces, nuestro
Señor Jesucristo miró el corazón contrito y humillado de esa mujer y la
defendió por medio de Su gran sabiduría, diciendo: “….El que nunca haya pecado
que tire la primera piedra” y como usted y yo sabemos mi hermano, ninguno la
apedreó.
Esto quiere decir mi
hermano, que nuestro Señor Jesucristo no desprecia a ningún corazón contrito y
humillado. Por eso, cuando usted o yo, hayamos cometido cualquier clase de transgresión
o cualquier clase de pecado, y sobre todo cualquier clase de iniquidad en
nuestra vida cristiana acerquémonos confiadamente al trono de la misericordia
con un corazón contrito y humillado y tengamos la certeza que nuestro padre
celestial que está en el cielo con nuestro Señor Jesucristo, nuestro redentor, nos
perdonará. Y la palabra nos dice:
“El
que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia.” (Proverbios
28:13) RVR 1960
Ahora, miremos Hechos capítulo 7:56.
“y
dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la
diestra de Dios.”
Al estudiar el
contexto de este versículo mi hermano, el Señor me reveló, que aquí se dio un
standing ovation. Por eso, les pregunto.
¿Quieren saber porque
el Señor dio un standing ovation?
Bueno, para poder
contestar esta interrogante debemos leer la palabra de Dios en el libro de los
hechos desde el capítulo 6:8 hasta el capítulo 8:1, y dice:
Bueno, como podemos
ver en la voz escrita de nuestro Padre celestial, Esteban no era una persona
erudita y conocedora del pentateuco, es decir: de la Torá, es decir: de los
cinco primeros libros de la palabra escrita de Dios, Padre, es decir: de
Génesis, de Éxodo, de Levítico, de Números y de Deuteronomio, como los fariseos
y los maestros de la ley. Pero, gracias a la sabiduría y a la llenura del
Espíritu Santo, él se mandó este tremendo mensaje comenzando desde el patriarca
Abraham, luego paso por el rey David y finalmente terminó con los evangelios y
los profetas para defender a la fe, es decir: para defender a nuestro Señor
Jesucristo delante del sanedrín judío y es más hasta lo defendió con su propia
vida, usted mismo lo ha leído y lo ha escuchado mi hermano. Por eso, mi hermano,
el discípulo Esteban hizo que nuestro Señor Jesucristo se parara…. hizo que nuestro
Señor Jesucristo le diera un standing ovation…. Y la palabra nos dice:
“Al oír esto, se sintieron profundamente ofendidos,
y crujían los dientes contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos
los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de
Dios; y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a
la diestra de Dios. Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron
a una contra él. Y echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearle; y los
testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo. Y mientras
apedreaban a Esteban, él invocaba al Señor y decía: Señor Jesús, recibe mi
espíritu. Y cayendo de rodillas, clamó en alta voz: Señor, no les tomes en
cuenta este pecado. Habiendo dicho esto, durmió.” (Hechos 7:54 al 60)
Esto quiere decir mi
hermano, que si nosotros queremos poner de pie al Cordero para que nos rinda un
standing ovation, debemos de ser como Esteban, es decir: que debemos anteponer
verdaderamente nuestras cosas a las cosas de nuestro Padre celestial, debemos
anteponernos a nuestras propias vidas, debemos anteponernos a nuestras propias
metas y debemos anteponernos a nuestros propios beneficios, es decir: que
debemos anteponernos a nuestro YO. Además usted y yo, debemos llevar la verdad,
debemos saber la biblia, debemos saber la historia y sobre todo debemos estar llenos
del Espíritu Santo para decir las palabras que tengamos que decir cuando las
tengamos que decir. Y la palabra nos dice:
“El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso
el que confía en el Señor!” (Proverbios
16:20) NBD
EN CONCLUSIÓN
LA BIBLIA NOS HABLA:
“Todas
tus palabras se basan en la verdad; todas ellas son justas y permanecen para
siempre.”
(Salmos 119:160) TLA
(Salmos 119:160) TLA
Ahora, podemos
concluir.
Que lo que yo anhelo
es que usted y yo, sometamos nuestra voluntad a la voluntad de nuestro Padre
celestial para que Él crezca en nosotros, ver Juan 3:30.
Que usted y yo mi
hermano, aprendamos a poner de pie al Cordero por medio de ese cambio de mente
que recibiremos al someter nuestra voluntad a su voluntad, para que después
usted y yo, podamos actuar de tal manera que hagamos que nuestro Señor
Jesucristo se ponga de pie en admiración y nos diga: he allí está mi hijo amado
en el cual mi alma se deleita, tal cual como lo hizo con la mujer sirofenicia, como
lo hizo con el centurión romano, como lo hizo con la mujer adúltera y sobre todo
como lo hizo con Esteban. Esto mi hermano, debería ser unas de las tantas metas
que debemos proponernos para este año que está iniciando y esto es lo que el
Señor me dio para que les ministrara para la gloria y para la honra de Él. Amén.
Por eso, te exhorto,
te animo, en este momento, a que no escatimes ningún esfuerzo para poner de pie
a nuestro Señor Jesucristo, no te avergüences de Él y Él no se avergonzará de
ti, no lo niegues a Él y Él no te negará a ti, más bien acércate a Él y Él se
acercara a ti….
10 de enero de 2015
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez
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