RELACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS

LA BIBLIA NOS HABLA:

“Y seré un Padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor todopoderoso.” 
(Segunda de Corintios 6:18) DHH.

En este día quisiera comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo, que uno de los temas más difíciles de asimilar y de predicar es acerca de la familia, porque la mayoría de los cónyuges no están dispuestos a que les enseñen: Cómo tienen que sobrellevar su hogar… Hermano, disculpe, los trapitos sucios se lavan en casa, por eso mejor dedíquese a predicar de la samaritana y a nosotros nos deja resolver nuestros problemas. ESTA BIEN, pero déjeme decirle que la enseñanza tiene que impactar nuestra vida y la vida de nuestra familia, Amén.

Por eso, permítame hacer una oración.

“Abba Padre…” En el nombre de Jesús te damos gracias por tu amor, y yo te doy gracias por este pueblo que constantemente te busca, por eso en el nombre de Jesús te pido, que por Tú misericordia y Tú piedad nos envíes un Espíritu de Revelación para que podamos ser impactados no por un discurso humano, No por un pensamiento humano, sino por aquello que proviene de Ti para que nos enseñes a vivir adecuadamente... Señor gracias, gracias, gracias, por permitirle a Tú Palabra y a Tú Espíritu que nos lleve al perfeccionamiento de nuestra vida, de nuestra Fe y del conocimiento de Tu Hijo para que podamos alcanzar la estatura del varón perfecto, es decir la medida de la estatura de la plenitud de Cristo Jesús, ver Efesios 4:13.

Gracias Padre; Gracias Hijo y gracias Espíritu Santo. Amén, Amén y Amén.

La relación que nosotros podamos tener con nuestros hijos, ya sea positiva o negativa, va a impactar su vida y la nuestra... Eso es indiscutible… Eso hasta los estudiosos que no son cristianos, es decir los que estudian el alma se dan cuenta que la influencia de los padres... Entre paréntesis, cuando digo padres me refiero al padre y a la madre, pero el punto es que la relación entre los padres y los hijos tiene que comenzar desde que el hijo o la hija se encuentran en el vientre de su madre… Quizás alguien se esté diciendo: Hermano, disculpe, mis hijos ya están maduros… y en mi caso hermano: Yo ni siquiera tengo un hijo. BUENO, por este lado podrán decir: Mis hijos están adultos… y por el otro lado podrán decir: Yo no tengo hijos, ¡Por gusto vine hoy hermano! NO LO CREO, porque este tema abarca otra cuestión y es la nuestra, la propia, la personal... y además nosotros, queramos o no, tuvimos padres… yo no sé si usted vivió con ellos o creció con sus abuelos o con sus tíos, pero sé que sé que usted tuvo una figura paterna y una figura materna… y es aquí en donde nosotros tenemos que analizar varias cosas que podrían estar afectando nuestra vida… Por ejemplo, existe un principio Bíblico que nosotros lo conocemos perfectamente bien, y dice: “Educa al muchacho al comienzo de su camino, que luego, de viejo, no se apartará de él.”, ver Proverbios 22:6 Biblia de Jerusalem Tercera Edición... Eso es una realidad, y eso yo ya se lo he dicho a usted antes, pero de esta forma: “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”, RVR 1960… Este versículo está tremendo y está tremendo, porque nos deja ver que existe un periodo de tiempo entre la niñez y la senectud, que puede ser en la adolescencia o en la adultez en donde quizás el hijo o la hija se podrían apartar del Señor… Ejemplo Bíblico: El hijo pródigo, ver Lucas 15:11 al 32, pero ese no es el punto, el punto es que es posible que lo que nosotros le sembremos a nuestros hijos en su niñez le podría afectar en su vejez, desde el punto de vista positivo, pero desde el punto de vista negativo, pregunto: ¿Qué le podría afectar?… Por ejemplo, la vida del ser humano sufre varias crisis, pero existen dos crisis que son muy notorias, y la primera es: Cuando el niño está pasando a la adolescencia, es decir a la edad inmadura, y es aquí en donde el muchacho encuentra que le cambiaron e incluso hasta los gustos… Por ejemplo, cuando era niño no le gustaba bañarse y mucho menos le importaba si andaba despeinado y sucio, pero en la adolescencia se baña y se perfuma, pero ese no es el punto, el punto es que el muchacho o la muchacha en esa crisis siente un cambio dentro de sí, es decir que no le creció solamente su cuerpo aunque también fue afectado, pero también fue afectado su cerebro, su mente y su alma, es decir que percibe las cosas de una manera distinta y comienza una crisis y si él o ella no es atendida adecuadamente en esa crisis cuando venga la segunda y la última crisis que le llaman la crisis de la edad madura, y que es cuando el adulto está pasando a la vejez… Entre paréntesis, la primera crisis es cuando el niño está pasando a la adolescencia y que algunos dicen que tiene que ver con la palabra adolecer, es decir que le hace falta algo, pero el punto es que cuando nuestros hijos lleguen a nuestra edad más o menos, porque escuche: A los 40 años comienza la crisis existencial, es decir que a los 20 o a los 30 años tal vez la mayoría de las personas NO están pensando en comprarse una casa, o en tener hijos. En otras palabras, NO están pensando que han hecho en su vida, pero a los 40 comienzan a pensar y a preguntarse: ¿Qué he hecho en esta vida?, ¿Qué le voy a dejar a mis hijos? Empieza otra transición y aun en lo físico, ¿A qué edad cree usted que comienza el cambio físico hormonal tanto en los hombres como en las mujeres? Entre los 40 y los 45 años según los médicos. Así que si usted ya llegó a los 40 quiere decir que comenzó su cambio hormonal aunque usted se sienta joven.

ENTENDIERON. Entonces si entendieron, ¿Qué dije? Dije: Dependiendo de cómo usted llevó la primera crisis va a vivir la segunda crisis. CLARO, que estoy hablando de la regla, porque recuerde: ¡Que para Dios no existe lo imposible!, ver Lucas 1:37, permítame que me ministre con usted: La primera crisis existencial la viví muy mal y la segunda crisis, llámese: Edad madura, la estoy viviendo muy, muy, muy, pero muy bien, es como si estuviera pasando de noche. Entre paréntesis, tiene que haber una buena relación entre los padres y los hijos, pero el punto es que la segunda crisis me ha permitido entender que conforme ha pasado el tiempo el Señor en su misericordia me comenzó a tratar como un padre trata a su hijo y también me dio un padre espiritual a lo cual muchos cristianos se oponen, pero el punto es que el Señor y mi padre espiritual me ayudaron a sobrellevar las falencias que venía arrastrando de la primera crisis, llámese: Adolescencia, es decir inmadurez… Lo que estoy tratando de decir es que mi pastor por medio del Espíritu Santo me tuvo que reeducar y reengendrar por medio de la Palabra y con su ejemplo muchas áreas de mi vida, por ejemplo: con su ejemplo me mostró cómo tenía que tratar a mi amada familia. Entre paréntesis, existen muchas personas que tienen establecido en su corazón prejuicios de los cuales se tienen que despojar para poder llegar a ser como Dios, porque Dios es nuestro ejemplo y no el hombre, pero el punto es que Dios le permitió a mi pastor que me ministrara lo que me iba hacer bien, pero cuando yo comencé a tratar a mi familia como mi padre espiritual trataba a su familia hubieron hermanos que me dijeron: Eres un tonto, pregunto: ¿Por qué cree usted que esos hermanos me dijeron eso? Porque ellos tenían preestablecido en su mente un patrón de conducta… y es aquí en donde surge la pregunta de los 20 pesos: En el principio de su camino, pregunto: ¿Quién ministró a esos hermanos?, y cuando conocieron a Jesucristo, pregunto: ¿Quién los siguió ministrando?... Lo que estoy tratando de decir es que NO se trata solamente de ser lleno del Espíritu Santo para hablar en otras lenguas sino que se trata de ser lleno del Espíritu Santo para morir a nuestro yo, ver Juan 3:30, es decir para comenzar a vivir lo que Dios quiere que nosotros vivamos en nuestros hogares, es decir con nuestro cónyuge y NUESTROS HIJOS.

Pregunto: ¿Quién tiene al Padre perfecto? Yo… Le voy a participar, ¿Quiénes tenemos al Padre perfecto? Entonces, si nosotros tenemos al Padre perfecto, llámese: Dios, quiere decir que nosotros tenemos que ministrar a nuestros amados hijos por medio del ejemplo de nuestro Padre perfecto, llámese: Dios... En otras palabras, tenemos que solventar las cosas que nos ministraron nuestros padres, porque sin lugar a dudas nuestros padres aunque lucharon por nosotros cometieron muchos errores y así como ellos nosotros como padres hemos cometido también muchos errores con nuestros hijos… Nuestros padres cometieron muchos errores con nosotros… y es por eso que cuando la Palabra habla de la familia, dice: “Tengan presente que han sido rescatados de su vana manera de vivir, la cual heredaron de sus padres, no con cosas corruptibles como oro o plata.”, ver Primera de Pedro 1:18 RVA 2015, ¿Qué atrevimiento el del apóstol Pedro? Asegurar que nuestros padres, sí, que nuestros padres biológicos tenían una vana manera de vivir… Nosotros amamos a nuestros padres; Nosotros respetamos a nuestros padres; Nosotros honramos a nuestros padres; Nosotros bendecimos a nuestros padres, pero la Biblia dice que nosotros fuimos rescatados de la vana manera de vivir que heredamos de nuestros amados y benditos padres… La Biblia lo generaliza, pero también generaliza muchas cosas más con respecto a la paternidad… Por ejemplo, dice la Palabra en el libro de Mateo capítulo 7:11: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?”... El Señor nos está diciendo a los padres que nosotros somos malos padres, pero que aun así le sabemos dar buenas dadivas a nuestros hijos, “…¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”, ver Lucas 11:13. Entre paréntesis, ¿Sabía usted que existen muchos cristianos que no están de acuerdo con los versículos antes mencionados? La Biblia dice que nosotros fuimos rescatados de la vana manera de vivir que heredamos de nuestros padres; La Biblia dice que nosotros somos malos padres y que aun así le damos buenas dadivas a nuestros hijos… y es aquí en donde surge nuevamente la pregunta de los 20 pesos: ¿De qué Padre podemos aprender? Del Padre de los espíritus, ver Hebreos 12:9. Bendito sea el nombre del Señor que les permitió a nuestros padres biológicos que nos enseñaran cosas buenas... Las malas las tenemos que desechar, ¿Y las materias pendientes? Dios nos dará un padre espiritual para que nos las corrija, pero al final de cuentas es el Padre de los espíritus el que nos dará la cátedra completa por medio de Su bendita Palabra… Entonces, ¿Cómo tenemos que ser los padres?, ¿Cómo tuvieron que haber sido nuestros padres?, ¿Y cómo tenemos que ser nosotros con nuestros hijos? Pero, NO para amargarlos… Por eso, abramos nuestras Biblias en el libro de Deuteronomio capítulo 1:31, para que el Señor nos muestre, ¿Cómo tienen que ser los padres?, por medio de Su ejemplo:

“y en el desierto, donde has visto cómo el Señor tu Dios te llevó, como un hombre lleva a su hijo, por todo el camino que habéis andado hasta llegar a este lugar.”

Este versículo nos muestra una analogía entre el Señor nuestro Dios y nosotros los padres… por eso me pregunto y le pregunto: ¿Qué tenemos que aprender los padres de ese versículo? Entre paréntesis, el desierto es un lugar desolado, el desierto es un lugar árido... El desierto NO es agradable, su clima, su fauna y su flora, es muy particular, y en principio escasa, debido a los bajísimos índices de humedad, pero ese no es el punto, el punto es la pregunta: ¿Qué tenemos que aprender los padres de ese versículo? Que no le tenemos que evitar el desierto a nuestros hijos, ¿En dónde te coloco hijo para que no te dé el sol? Ah... ya sé, en un escaparate, como que fuera un santo de pueblo... Eso no lo tenemos que hacer, porque si nosotros colocamos a nuestros hijos en un escaparate o en una vitrina para ausentarlos del desierto, más temprano que tarde lo van a tener que pasar solitos, ¿Qué le quiero decir? Que hay cosas que Dios desea, que nosotros los padres pasemos con nuestros hijos tomados de la mano por el desierto, pero NO para sobreprotegerlos sino para orientarlos, es decir para aconsejarlos… y es aquí en donde surge nuevamente la pregunta de los 20 pesos: ¿Por qué permite Dios que nosotros pasemos por el desierto? Para fortalecer nuestro carácter… por eso consejo: No les evitemos el desierto a nuestros hijos, porque los vamos a convertir en personas inútiles… No estoy diciendo: Metámoslos al desierto; El desierto les va a llegar, ¡Si le llegó al Señor Jesucristo! “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.”, ver Mateo 4:1, pero cuando llegó el tiempo, es decir cuando se cumplieron los días, es decir los cuarenta días y las cuarenta noches de su ayuno, su Padre, es decir nuestro “Abba Padre…”, le envió a sus ángeles a servirle. No lo dejó solo. Lo acompañó… por eso pregunto: ¿Qué tenemos que hacer los padres? Enseñarles a nuestros hijos a pelear sus propias batallas aunque nos mordamos por dentro… y ustedes hijos, ¿Qué tienen que hacer? Dejarse formar ¿Por quién? Por sus padres, y nosotros los padres tenemos que formar a nuestros hijos, ¿Por medio de qué? De la Palabra de Dios, porque la Palabra de Dios... Escuche con mucha mayor atención, la Palabra de Dios es el único libro que existe sobre la faz de la tierra y del kosmos, que nos puede INFORMAR y FORMAR… En otras palabras, nos puede llenar de Fe, ¿Y cómo nos llenamos de Fe? “Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo.”, ver Romanos 10:17 NTV. ME DI A ENTENDER. Entonces, si me di a entender continuemos, pero antes permítame decirle, que nosotros los padres tenemos que soltar a nuestros hijos en lo físico, porque en lo espiritual tenemos que seguir intercediendo por ellos, ¿Cuánto tiempo? TODOS LOS DÍAS... Señor, por favor, en el nombre de Jesús, protégelos, cuídalos, guárdalos e inhabilítalos para pecar…

Hermano; Hermana, tenemos que acompañar a nuestros hijos en el desierto… y después los tenemos que dejar y decirles: Entren por ustedes mismos a la tierra de la sobreabundancia, ¿Qué le quiero decir? Que le tenemos que ayudar a resolver los problemas a nuestros hijos, sean económicos o del alma, ¿Qué le quiero decir? Que tenemos que encomendar a nuestros hijos al Señor para que sean instruidos, enseñados y corregidos por Él, ¿Qué le quiero decir? Que los padres tenemos que poner a nuestros hijos en las manos del Señor para que les caiga la bendición que se encuentra escrita en el libro de Isaías capítulo 54:13, que dice: Los hijos que son enseñados por el Señor, “…grande será su bienestar, grande será su paz.”.

Ahora, miremos Deuteronomio capítulo 8:5.

“Por tanto, debes comprender en tu corazón que el Señor tu Dios te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo.”

Padres tenemos que comprender la disciplina y la disciplina que nuestros padres biológicos tuvieron sobre nosotros… y ustedes hijos tienen que comprender la disciplina que nosotros como padres ejercemos sobre ustedes, porque ustedes tendrán hijos, pero para que llegue la disciplina se requiere de instrucción, de enseñanza y de corrección, ¿Cuántas veces? Las que consideremos necesarias... Recordemos, que NO todos los hijos tienen la misma capacidad… y por último la disciplina y la disciplina puede ser por medio de la faja, ver Proverbios 22:15, o de sus privilegios… Por ejemplo: La televisión, el celular, el internet o su mesada semanal.

Padres tenemos que disciplinar a nuestros hijos como nos disciplina el Señor, En la ira del hombre no obra la justicia de Dios.”“El hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios.”, ver Santiago 1:20 LBLA y DHH, ¿Qué le quiero decir? “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis oportunidad al diablo.”, ver Efesios 4:26 al 27… En otras palabras, cuando disciplinemos a nuestros hijos bajémosle un poco a la ira y al enojo… En otras palabras, cuando disciplinemos a nuestros hijos los tenemos que disciplinar con amor y no con ira para NO pecar; Pero gracias Señor por el enejo, porque el enojo nos permite disciplinar… por eso consejo: Cuando disciplinemos a nuestros hijos tenemos que analizar lo que le vamos a decir. NO los tenemos que amenazar… ya van cuatro y a la quinta vas a ver, y llega la quinta y se repite la misma historia… por eso consejo: Cuando corrijamos a nuestros hijos y les digamos: Esta es la última, tiene que ser la última. No los tenemos que amenazar… Hijo que te hago si no has hecho aún tú tarea, y el niño, descarado, le dice: Mis deberes mamá… Padres, tenemos que ponerles límites a nuestros hijos. A esta generación le han quitado los límites… El libro de Proverbios nos muestra en los primeros siete capítulos por lo menos 10 consejos para nuestros hijos: “Hijo mío, atiende la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre, pues serán para ti un bello adorno: como un collar o una corona.”, ver Proverbios 1:8 al 9 DHH… “Hijo mío, si recibes mis palabras, y atesoras mis mandamientos dentro de ti, da oído a la sabiduría.”, ver Proverbios 2:1 al 2, ¿Y qué es la sabiduría? Dice la Palabra en el libro de Proverbios capítulo 1:7 RVR 1960: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová, es la reverencia de Jehová…”, ¿Qué le quiero decir? Que le tenemos que infundir a nuestros hijos el temor de Jehová, porque la reverencia hacia Él los hará comprender que la disciplina es necesaria para su vida, ¿Por qué razón? Porque la verdadera sabiduría sólo procede del entendimiento de quién es Dios, que Él es Santo, Justo y Soberano, “Ahora, pues, Israel, ¿Qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios… En otras palabras, hijos, ¿Qué les pide Jehová a ustedes?, que anden en todos sus caminos, y que lo amen… En otras palabras, sirvan a Jehová su Dios con todo su corazón y con toda su alma.”, ver Deuteronomio 10:12 RVR 1960… por eso consejo y no mío sino del proverbista: “Instruye, enseña, educa al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”, ver Proverbios 22:6 RVR 1960… Recuerde, que “La vara y la reprensión dan sabiduría, pero el niño consentido avergüenza a su madre.”, ver Proverbios 29:15… ENTENDIERON. Entonces, si entendieron, ¿Qué dije? Dije:

 “…El Señor a quien ama reprende, como un padre al hijo en quien se deleita.” (Proverbios 3:12)

Permítame que me ministre con usted: A mí me costó mucho entender la disciplina, porque al que castigaban más en la casa era a mí. Entre paréntesis, la disciplina me formó y me formó a los trece años, pero el punto es que a mí me costó comprender la disciplina, pero cuando entendí, y sin saber Biblia, me dije: Mi padre me corrige, porque me ama… y cuando llegué a los pies de Cristo Jesús me deleité más, porque me encontré con este maravilloso versículo, que dice: “El que escatima la vara odia a su hijo, más el que lo ama lo disciplina con diligencia.”, ver Proverbios 13:24, por eso hijo e hija, escuche, con mucha mayor atención: Si sus padres le disciplinan NO es porque usted sea el o la menos amada en toda su familia sino porque le aman, ¿Y por qué digo eso? Porque Dios nos da el ejemplo y si nosotros somos hijos de Dios tenemos que seguir su ejemplo, llámese: Amor… Hermano Juan Carlos, disculpe, en que parte de la Biblia dice eso, EN EL LIBRO DE HEBREOS CAPITULO 12:6, pues nos dice: “…El Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.”.

Ahora, miremos Lucas capítulo 14:5.

“Y a ellos les dijo: ¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey en un hoyo en día de reposo, y no lo saca inmediatamente?”

Este versículo está tremendo y está tremendo porque nos muestra que los hijos dejaron a un lado el desierto con la ayuda de sus padres… El Señor nuestro Dios desea y anhela con todo Su corazón, que los padres les ayudemos a nuestros hijos a pasar por su desierto, pero NO para que se los allanemos sino para que los orientemos, “Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.”, ver Salmos 23:4… Entonces, los padres vamos a estar con nuestros hijos, ¿En qué momento? En el valle de sombra de muerte, pero para aconsejarlos... por eso consejo: Padres, ayúdenle a sus hijos a sobrellevar su desierto, NO se lo allanen; No se lo nivelen; No se lo aplanen; No se lo alisen; No se lo emparejen, porque cuando se gradúen y comiencen a trabajar, y los comiencen a fastidiar las zarzas venenosas junto a las culebras, y a los escorpiones, y al clima árido, ¿Qué van a hacer ustedes? Se han preguntado, ¡Padres! ¿Qué les quiero decir? Que cuando nuestros hijos crezcan, maduren, y se independicen o formen una familia los tenemos que seguir ayudando y apoyando, ¿Cómo? Económicamente y espiritualmente, ¡Qué bendición es tener aun a nuestro Padre Eterno y a nuestros padres biológicos!, y los que ya NO los tienen… Recuerden, que ustedes tienen aún al Admirable, al Consejero, al Dios Fuerte, al Padre Eterno, al Príncipe de Paz, es decir al que los asombra, al que los aconseja, al que les fortalece sus debilidades, al que les suple todas sus necesidades y por último tienen al Príncipe de Paz, y la paz no es la pasajera ni la superficial… Paz no es un sentimiento de tranquilidad. Paz es que todo esté en orden conforme a la voluntad de Dios, la cual es buena, agradable y perfecta, ver Romanos 12:2 NTV… Por eso: que, “A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”, ver Filipenses 4:20 NVI.

Por eso permítame decirle, que:

“…Dios nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros, a pesar de que nosotros todavía éramos pecadores.” (Romanos 5:8) TLA.

Por eso quisiera terminar esta maravillosa enseñanza del Señor de señores diciendo: “…Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.”, ver Lucas 18:27 DHH, ¿Qué le quiero decir? Que “Dios tiene poder para hacer mucho más de lo que le pedimos. ¡Ni siquiera podemos imaginar lo que Dios puede hacer para ayudarnos con su poder!”, ver Efesios 3:20 TLA, ¿Qué le quiero decir? Que si nosotros creemos; Que si nosotros confiamos en el Dios de lo imposible, es decir de LO POSIBLE, les digo o mejor dicho nos dice el Señor: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que cree, y pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”, ver Lucas 11:9 al 10…

Por eso amado hermano, permítame ministrar la vida de sus padres y su vida, y la vida de sus hijos, pero también me gustaría que usted padre e hijo lo haga individualmente, porque todos tenemos una historia diferente… Bendiga a su padre; Bendiga a su madre; Bendígalos por sus tiernas manos y por sus manos rudas, por las manos que le ponen el alimento sobre la mesa y la disciplina… y si alguien no tuviese o no tuvo a un padre residente, vigente con él, dale gracias al Señor por él o por la figura paterna, que pudo ser: Un abuelo, o un tío, o un hermano mayor. Dele gracias al Todopoderoso por haberle levantado una figura PATERNA.

Señor gracias por ser mi Padre; Gracias por mis padres; Gracias por los padres que me diste.

Señor en el nombre de Jesús, te pedimos que bendigas nuestra vida… Señor en el nombre de Jesús, te pedimos que bendigas la vida de nuestros amados y benditos padres… Señor en el nombre de Jesús, te pedimos y te suplicamos que bendigas la vida de nuestros hijos con las bendiciones que les has preparado desde la eternidad… Señor bendice a nuestros padres y ayúdanos a nosotros los padres a bendecir a nuestros hijos… No solo con palabras, sino con acciones, con actitudes y con hechos… Señor en el nombre de Jesús, te pido e intercedo por aquellos que todavía tienen a sus padres y que sus padres no se han acercado a ellos, porque se encuentran en enemistad. Tócales el corazón a ambos antes de que partan de esta bendita tierra… Señor tócales el corazón a las personas que se encuentran al alcance de mi voz... Señor extiéndeles el cetro de misericordia… Señor extiéndeles Tú mano poderosa, sana sus vidas, sana sus almas, sana a sus familias y que la relaciones entre ellas sean sanadas, aquellos que fueron maltratados físicamente, que tienen una marca, que tienen una herida en su corazón, en su mente y en su alma, y no pueden bendecir a sus padres… yo Juan Carlos Bonilla Guerreo, siervo y esclavo del Señor Jesucristo, te suplico, te ruego que los bendigas también a ellos para que sean libres y puedan bendecir a sus padres en el nombre de Jesús.

Gracias Padre, Gracias Hijo y gracias Espíritu Santo, Amén, Amén y Amén.

02 de Febrero de 2019
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo

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