QUIÉN O QUÉ GOBIERNA TU CASA….?

LA BIBLIA NOS HABLA:

“Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia.” (SALMOS 127:1) DHH.

En este día quisiera comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor preguntando: ¿Quién gobierna tu vida?, ¿Será, una relación de amor que provoca celos e inseguridad en ti a tal grado que te roba la paz, la capacidad de razonar y hasta el sueño?, o ¿Será, una venganza no consumada que te mantiene con los dientes apretados recreando en tu mente escenas de odio y dolor?, o ¿Será, un deseo por tener más y más riquezas que somete tu integridad para que cometas actos de corrupción y menosprecio hacia los demás?, o ¿Será, un pecado que te hace tropezar una y otra vez de modo que te hace dudar de tu fe y tu compromiso con Dios?

Hermano; Hermana, ¿Quién o qué gobierna tu vida, y por ende tu casa, y por ende tu familia? El Señor Jesucristo tiene que gobernar nuestra casa, por eso: “Abba Padre…”. En el nombre de Jesús te pedimos y te suplicamos que le permitas a tu Hijo unigénito que gobierne nuestra casa... “Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad, nos dice el dulce cantor de Israel.”, ver Salmos 84:10 RVR 1960… ¿Y que nos quiere decir? Que SI el Señor Jesucristo NO gobierna nuestra casa podemos correr un riesgo, ¿Y cuál es el riesgo? Que nuestra casa se puede transformar en una casa de maldad y de impiedad… y fue por eso que el dulce cantor de Israel dijo: “…prefiero dedicarme a barrer tu templo que convivir con los malvados.”, TLA, ¿Qué le quiero decir? Que nuestra casa tiene que ser la morada de Dios... Que nuestra casa tiene que ser gobernada por Dios, por eso permítame decirle, que en este día, el Señor desea y anhela con todo su corazón transformar nuestra casa, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor Jesucristo desea y quiere gobernar nuestra casa... por eso consejo: Cuando estemos atravesando por algún desierto, o alguna prueba, o algún problema, nos tenemos que aferrar a la piedra angular que desecharon los constructores para que nuestra casa no se transforme en morada de maldad e impiedad, ¿Qué le quiero decir? Escuche con mucha mayor atención: Así dice el Señor: “No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios. Yo te fortaleceré y vendré en tu ayuda, y con la diestra victoriosa te sostendré.”, ver Isaías 41:10 Biblia Nacar Colunga, pero ese no es el punto, el punto es que el Señor desea y anhela con todo su corazón gobernar nuestra casa… y la Palabra nos deja ver en los evangelios, en primer lugar: que Jesús visitó 12 casas, y doce es el número de gobierno. Entre paréntesis, casa en el idioma antiguo se dice: Beth o Beit… y en segundo lugar nos deja ver, que Jesucristo visitó siete lugares, y siete es el número de la perfección... Hermano, disculpe, ¿Qué tiene que ver la perfección en nuestra casa? Escuche: Dios desea perfeccionar nuestra casa… En otras palabras, Dios desea y anhela con todo su corazón obrar en nuestra casa poderosamente... Sabía usted, que en los evangelios aparecen ciudades que al traducir sus significados comienzan con las palabras “casa de”, es decir Beth o Beit... Hermano Juan Carlos, disculpe, ¿Qué tiene que ver Beth o Beit con nuestra casa?, permítame explicárselo: En el Nuevo Testamento aparecen cuatro casas en el idioma arameo y cuatro casas en el idioma hebreo, es decir Bethlehen, (Casa del pan); Bethabara (Casa de la confianza, o del ferri, o de la dimensión), Bethania (Casa de aflicción); Bethfagé (Casa de libertad); Bethesda (Casa de misericordia), y Betsaida (Casa de pesca), ¿Qué le quiero decir? Que estas casas definitivamente tienen un significado para nosotros y si estas casas tienen un significado para nosotros quiere decir que el Señor nos va a mostrar por medio de esas casas por lo menos cuatro cosas… Primera: Nos va a mostrar que el nombre de las casas denota la naturaleza que tienen que gobernar en nuestra casa… Por ejemplo: Si a usted le dicen: Esa casa es la casa del carnicero, pregunto: ¿Llevaría usted ahí sus zapatos para que se los arreglen?... Segunda: Nos va a mostrar las cosas extraordinarias que se dan ahí… Tercera: Nos va a mostrar que según sea la casa se nombran los nombres, porque si nosotros lo vemos en el sentido natural fue en nuestra casa en donde nuestros padres nos pusieron nuestros nombres… Cuarta: Nos va a mostrar el idioma que enseña la casa y las palabras que son impregnadas, porque hay palabras que se impregnan en una casa y que se repiten con mucha más facilidad que otras… Por ejemplo: Los cubanos que nacieron en Estados Unidos de Norte América hablan el español con el mismo acento de sus padres... por eso Señor, en el nombre de Jesús, te pedimos, que le autorices a tu Hijo unigénito que gobierne nuestra vida para que nosotros podamos gobernar nuestra casa, no como nosotros creamos, sino como Tu Señor lo deseas... QUE EL SEÑOR GOBIERNE NUESTRA CASA, pero para eso necesitamos, primero: Que el Señor more, habite y transforme nuestra vida para que podamos gobernar por medio de su voluntad, la cual es buena, agradable y perfecta, ver Romanos 12:2 NTV, nuestra casa... El Señor desea encontrar un huerto en donde pasearse… por eso abramos nuestras Biblias en el libro de Juan, en el capítulo 1:27 al 28 RVA, para que el Señor nos muestre por Su misericordia la primera herramienta, que nosotros necesitamos implementar en nuestro hogar para que su Señorío habite en toda Su Plenitud:

“Este es el que ha de venir tras mí, el cual es antes de mí: del cual yo no soy digno de desatar la correa del zapato. Estas cosas acontecieron en Betábara, de la otra parte del Jordán, donde Juan bautizaba.”

Betábara, significa: Casa de la confianza… y el Señor Jesucristo nos habla en el libro de Marcos capítulo 5: que “…llegaron en una barca a la tierra de los gadarenos. Y cuando salió de la barca, enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas; porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarlo. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras.”, ver Marcos 5:1 al 5... El endemoniado moraba entre los sepulcros. Entre paréntesis, en los sepulcros se llega a hacer memoria; En los sepulcros la persona se amarra sentimentalmente con el fallecido, es decir que NO lo deja ir, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor nos quiere liberar de la misma forma que liberó al endemoniado del lugar que habitaba, es decir del lugar en donde se traen a memoria las cosas que tienen que estar muertas, es decir el pasado… permítame que me ministre con usted: Cuando yo me convertí al Señor las personas que me conocían me pedían que les diera mi testimonio hasta que un día el Señor me dijo: Tienes prohibido dar tu testimonio, ¿Por qué? Le pregunte, Él me contestó: Todo tiene su tiempo y tu testimonio ya expiró, ¿Por qué? Le pregunte… y Él me dijo: Que dirías tú de un hombre que dijera en medio del altar: Yo le fui infiel a mi esposa, mi amor ponte de pie, ¿Qué pensarías tú? Que la está humillando, que la está lastimando al recordarle eso, BUENO, me dijo el Señor: Así me siento Yo contigo, porque Yo ya olvidé tu pasado y tú me lo traes a memoria… Más clarito no me lo pudo decir, entonces deje de contar mi testimonio, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros tenemos que dejar de vivir en los sepulcros para que la confianza more en nuestro hogar… Esto me recuerda que una vez X persona me dijo: Me fui de mi casa, ¿Por qué? Le pregunté, porque mi tío me maltrata, porque mi tío me pega… Esta persona tenía 28 años, ¿Cuándo fue la última vez que te golpeó? Le pregunté, y ella me contestó: Hace 20 años, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros no tenemos que vivir en los sepulcros, que nosotros tenemos que olvidar, que nosotros tenemos que perdonar… Recuerde, que “Si nosotros perdonamos a otros el mal que nos han hecho, nuestro Padre que está en el cielo nos perdonará también a nosotros.”, ver Mateo 6:14 DHH, ¿Qué le quiero decir? Que la confianza es la llave que permitirá que el Señor entre a gobernar nuestra casa... por eso consejo: Ya no vivamos del pasado, y si fallamos recordemos que tenemos un Dios tan grande que puede traer la confianza nuevamente a nuestra casa, por eso permítame decirle: Tenemos que creer en el Señor, porque el Señor es el único que puede transformar nuestra casa, porque el Señor es el único que puede traer nuevamente la confianza a nuestra casa… y si la perdimos en algún momento, ya sea por un error, o por un tropiezo… Recuerde, que el Señor desea con todo su corazón, que la confianza entre nuevamente a nuestra casa.

Esta es la casa de Betábara, la casa de la confianza y el Señor habita en esta casa… Amén.

Ahora, miremos Mateo capítulo 26:6 al 8 RVR 1960.

“Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a Él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de Él, estando sentado a la mesa. Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio?”

Betania, significa: Casa de los dátiles, casa de aflicción, casa de pobreza y casa de miseria, pero eso NO quiere decir que el Señor desea que lo que significa esa casa gobierne en la nuestra… Entonces, ¿Qué nos está diciendo el Señor hermano? Que quiere transformar lo que se ha muerto en nuestra casa… Escuche, la mujer llegó a la casa de Simón el alfarero, porque en el original dice: La casa de Simón el alfarero y no la casa de Simón el leproso... Recuerde, que los leprosos no tenían casas, pero el punto es que la mujer irrumpió la cena, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, para derramárselo al Señor en su cabeza, y al ver esto sus discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Esto se tenía que usar de otra manera; Se tenía que haber vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. Ellos se molestaron y se molestaron, porque habían perdido el valor espiritual, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor encontró en esa casa una pobreza, una miseria sacerdotal… Ellos quitaron el valor espiritual dentro de esa casa, y este es un llamado para nosotros los padres… Recuerde, lo que dice el profeta Oseas en su libro: “…Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.”, ver Oseas 4:6, ¿Qué le quiero decir? Que tenemos que recobrar el valor espiritual en nuestra casa, ¿Qué nos quiere decir hermano? Sea más explícito, por favor... Escuche: nosotros, tenemos que tener bien claro en nuestra mente, que lo espiritual vale y vale mucho en nuestra casa… Cuando tengamos un enfermo, BUENO, podemos dar medicina, ver Jeremías 33:6 RVR 1960, pero también tenemos que tener presente, que algo espiritual se puede estar moviendo en nuestra casa… Y nosotros como sacerdotes tenemos la autoridad en nuestra casa para reprender en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, lo que se esté moviendo espiritualmente hablando…

Quizás nos hemos acomodado, o quizás hemos perdido terreno en lo espiritual, pero sé que sé, que en este día, el Señor desea levantar un altar de oración en nuestra casa… Tenemos que valorar lo espiritual en nuestra casa, en nuestro matrimonio, es decir con nuestro cónyuge y nuestros hijos para que nuestros hijos tengan claro, que viven en una casa sacerdotal, para que no tengan dudas de que sus generaciones van a poder elegir, que estudiar y en donde estudiar; O si van a vivir en esta ciudad o en otra ciudad o en otro país, ¿Qué le quiero decir? “No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará.”, ver Gálatas 6:7, ¿Qué le quiero decir? Que lo que nosotros sembremos en nuestro hogar eso vamos a cosechar, es decir: Si sembramos amor cosecharemos amor... Si sembramos comprensión cosecharemos comprensión... Si sembramos misericordia cosecharemos misericordia… Si sembramos perdón cosecharemos perdón… Y si sembramos oración cosecharemos oración… por eso consejo: Si usted ha dejado de orar con su familia e interceder por sus hijos comience a hacerlo hoy como un sacerdote, aunque llegue cansado.

Hermano; Hermana… Tenemos que valorar lo espiritual dentro de nuestras casas para que el Señor NO encuentre lo que encontró en la casa de Simón el alfarero, llámese: Pobreza y miseria espiritual… por eso consejo: Padres, ministremos en nuestras casas el valor espiritual para que nuestros hijos no se inclinen ni a la derecha ni a la izquierda, para que nuestros hijos estén cimentados y fundamentados sobre la Roca, llámese: Señor Jesucristo, ¿Qué le quiero decir? Que los padres tenemos que ser el ejemplo en el hogar… Recuerde: que “…de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”, ver Gálatas 6:7 al 8… Nosotros, tenemos que entender que en nuestra casa tiene que gobernar lo espiritual antes que lo terrenal, ¿Qué le quiero decir? Que si nosotros queremos que el Señor gobierne nuestra casa, tenemos que valorar las cosas espirituales, es decir la oración, la alabanza y la adoración. ENTENDIERON.

Ahora, miremos Mateo capítulo 21:1 RVR 1960.

“Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos.”

Bethfagé, significa: La casa de la libertad… y el Señor nos habla en el libro de Lucas capítulo 8, que un hombre llamado Jairo, que era un oficial de la sinagoga; cayó rendido a sus pies rogándole que entrara a su casa; porque su única hija, como de doce años, estaba al borde de la muerte Usted conoce la historia. Mientras Él iba, la muchedumbre le apretaba. Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía y no podía ser curada por nadie, se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su manto, y al instante cesó el flujo de su sangre.”, pero lo tremendo lo encontramos en los versículo 49, 50, 51 y 52, que dicen: “Mientras estaba todavía hablando, vino alguien de la casa del oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas; cree solamente, y ella será sanada. Todos la lloraban y se lamentaban; pero Él dijo: No lloréis, porque no ha muerto, sino que duerme. Y se burlaban de El…”, ¿Qué le quiero decir? Que Dios tiene el control de nuestro matrimonio, de nuestros hijos, de nuestra casa y de nuestras necesidades, llámense: Espirituales y económicas, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros nos tenemos que liberar de todo el lastre que le impide al Señor gobernar nuestra vida… Por ejemplo: Las consolas, Netflix, la televisión, el Facebook, el Instagram, el Whatsapp, el Internet, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros tenemos que sacar de nuestra vida a los burladores, porque los burladores le impiden al Señor que gobierne nuestra vida… y fue por eso que el Señor Jesucristo no permitió que nadie entrara con El sino sólo Pedro, Juan y Jacobo, y el padre y la madre de la muchacha… Hermano; Hermana, ¿Queremos que Jesús gobierne nuestra vida, y por ende nuestra casa? Liberémonos de los burladores…

Nosotros como cristianos tenemos que accionar… y la Palabra nos deja ver que Jesús levantó a Lázaro de donde se encontraba, pero también nos deja ver que dijo: Quitad la piedra, ver 11:38 al 39… Dios tiene el suficiente poder para levantar una piedra o para hacerla pedazos, pero Él desea y quiere que nosotros hagamos algo primero. Nosotros hacemos lo posible y Él hace lo imposible, ver Lucas 18:27… El Señor desea y anhela con todo su corazón, en este día, que nosotros tomemos la autoridad de parte de Él para que saquemos todo lo que esté afectando nuestra casa y que nos tiene a punto de morir, y eso solo lo sabe usted… Hermano; Hermana, tenemos que tomar decisiones drásticas; El Señor sacó a los burladores. Hermano, ¿Qué nos quiere decir? Escuche: Que usted le tiene que decir al Señor: Señor Tú vas a traer libertad a mi casa, pero yo voy a echar fuera aquello que yo dejé entrar… yo no sé quiénes son los burladores de su casa, pero la Palabra es clara, y dice: “…Si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo y échalo de ti…Y si tu ojo te es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti…”, ver Mateo 18:8 al 9. ME DI A ENTENDER. Entonces, si me di a entender, ¿Qué dije? Dije: Hay cosas, y objetos, y personas que se dedican a estropear o a destruir los hogares, aunque se acercan con una cara bonita y feliz… Ellos envidian lo que nosotros tenemos… Nuestra casa tiene que ser un huerto cerrado; Nosotros, padres, tenemos que ser como los hombres de la muralla, tenemos que preocuparnos porque nuestro cónyuge e hijos estén guardados en el hueco de la mano de Dios… Nosotros, padres, tenemos que saber que nosotros podemos ser la puerta de bendición para nuestra casa… ¿Y por qué digo eso? Porque el salmista dijo y aun nos sigue diciendo: “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, alzaos vosotras, puertas eternas, ¿Para qué? para que entre el Rey de la gloria. ¿Y quién es este Rey de la gloria? El Señor, fuerte y poderoso; el Señor, poderoso en batalla.”, ver Salmos 24:7 al 8… por eso me pregunto y le pregunto: ¿Cuántos sabemos que tenemos un tesoro hermoso en nuestra casa? Entonces, pregunto: ¿Qué tenemos que hacer?

DESPOJARNOS, LIBERARNOS, ¿DE QUÉ? DE TODOS LOS BURLADORES…

Ahora, miremos Juan capítulo 5:1 al 2 RVR 1960.

“Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.”

Betesda, significa: La casa de la misericordia… Y yo creo que la misericordia es la esencia de como el Señor trabaja o de como el Señor quiere trabajar con nosotros, ¿Y por qué digo eso? Porque la Palabra nos deja ver claramente, que cuando Jesús pasaba por la ciudad de Jericó, se encontró a un hombre subido en un árbol, ¿Y qué sucedió? Que la misericordia llegó a esa casa, ¿Y por qué digo eso? Porque dice la Palabra que cuando el Señor se encontraba en la casa de la misericordia, “…Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado.”, ver Lucas 19:8… Hermano Juan Carlos, NO entendí, me podría explicar de nuevo, por favor. CON MUCHO GUSTO… Escuche: El Señor desea y quiere transformar lo que no está en orden en nuestra casa… Si el Señor nos dijera saliendo de aquí: Hoy ceno en tu casa, pregunto: ¿Cómo encontraría nuestra casa?... yo no sé cómo se encuentra su casa en este día; Si se encuentra desordenada u ordenada, pero sé que sé, que el Señor desea, en este día, entrar a nuestra casa a derramar Su misericordia, llámese: Transformación, por eso permítame decirle, que nosotros no necesitamos cambiar o arreglar nuestra casa para que el Señor llegue… por eso consejo: Permitámosle al Señor que gobierne nuestra casa para que la arregle, para que la ordene, para que la cambie, para que la transforme espiritualmente… Esta es la casa de la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, ¿Qué le quiero decir? Que si nosotros le permitimos a nuestro Señor Jesucristo que gobierne nuestra vida, vamos a dar frutos dignos de arrepentimiento.

Por eso quisiera terminar esta maravillosa enseñanza del Señor de señores leyendo el libro de Marcos capítulo 7:24 al 27 RVR 1960, que dice: “Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.”… Dice la Palabra que Jesús nació en un lugar que se llama Belén y Belén significa: La casa del pan… Hermano Juan Carlos, disculpe, ¿Qué tiene que ver la casa del pan con la mujer griega? Que el pan era y sigue siendo para los hijos, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros NO le tenemos que dar a nuestros hijos las migajas, y fue por eso que el hijo pródigo… Usted conoce la historia, dice la Palabra que el hijo pródigo le pidió la herencia a su padre y su padre se la dio; Él se fue a un país lejano a malgastar su hacienda viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad, pero el punto es que el hijo pródigo volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! “Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y ante ti.”, ver Lucas 15:11 al 18, ¿Qué le quiero decir? Que a nosotros por ser hijos de Dios NO nos pertenecen las sobras, llámense: Espirituales y seculares. ME DI A ENTENDER. Entonces, si me di a entender, ¿Qué dije? Dije: A nosotros NOS corresponde comer de la mesa del Rey…

Hermano, Hermana, nuestro “Abba Padre…”, quiere derramar sobre los padres su tiempo, y si nuestro “Abba Padre…”, quiere derramar sobre nosotros los padres su tiempo quiere decir que nosotros los padres tenemos que darnos el tiempo para atender a nuestros hijos... por eso preguntémonos padres: ¿Qué les estamos dando a nuestros hijos? El pan o las migajas, pero también, preguntémonos cónyuges: ¿Qué le estamos dando a nuestro cónyuge? El pan o las sobras... por eso consejo: Padres, analicemos y evaluemos nuestro caminar de padres y de cónyuges… En otras palabras, padres tenemos que darles PAN a nuestros hijos y a nuestro cónyuge, pero NO cualquier pan sino el pan de la vida, ver Juan 6:35, PORQUE ESO ES LO QUE LES CORRESPONDE, PORQUE ESO ES LO QUE LES PERTENECE. Ah… y a ustedes hijos: Honren, honren, honren, a su padre y a su madre (que es el primer mandamiento con promesa), para que les vaya bien, y para que tengan larga vida sobre la tierra.”, ver Efesios 6:2 al 3, Amén.

NUESTRA CASA TIENE QUE SER LA CASA DEL PAN Y NO DE LAS SOBRAS.

Por eso, hermano, hermana, permitámosle al Señor, que gobierne nuestra casa para que en ella NO falte la confianza; La liberalidad, es decir la generosidad espiritual, tal cual como lo hicieron los macedonios que primeramente se dieron a sí mismos al Señor para después ayudar al sostenimiento de los santos, ver Segunda de Corintios 8:1 al 5; La libertad en el espíritu; La misericordia, y el tiempo que le tenemos que dedicar a nuestro cónyuge y a nuestros amados hijos, Amén…  




09 de Febrero de 2019
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo

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