QUIÉN O QUÉ GOBIERNA TU CASA….?
LA
BIBLIA NOS HABLA:
Hermano; Hermana… Tenemos que valorar lo espiritual dentro de nuestras casas para que el Señor NO encuentre lo que encontró en la casa de Simón el alfarero, llámese: Pobreza y miseria espiritual… por eso consejo: Padres, ministremos en nuestras casas el valor espiritual para que nuestros hijos no se inclinen ni a la derecha ni a la izquierda, para que nuestros hijos estén cimentados y fundamentados sobre la Roca, llámese: Señor Jesucristo, ¿Qué le quiero decir? Que los padres tenemos que ser el ejemplo en el hogar… Recuerde: que “…de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”, ver Gálatas 6:7 al 8… Nosotros, tenemos que entender que en nuestra casa tiene que gobernar lo espiritual antes que lo terrenal, ¿Qué le quiero decir? Que si nosotros queremos que el Señor gobierne nuestra casa, tenemos que valorar las cosas espirituales, es decir la oración, la alabanza y la adoración. ENTENDIERON.
09 de Febrero de 2019
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo
“Si el Señor no
edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la
ciudad, en vano vela la guardia.” (SALMOS 127:1) DHH.
En este día quisiera comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor preguntando:
¿Quién gobierna tu vida?, ¿Será, una relación de amor que provoca celos e
inseguridad en ti a tal grado que te roba la paz, la capacidad de razonar y
hasta el sueño?, o ¿Será, una venganza no consumada que te mantiene con los
dientes apretados recreando en tu mente escenas de odio y dolor?, o ¿Será, un
deseo por tener más y más riquezas que somete tu integridad para que cometas
actos de corrupción y menosprecio hacia los demás?, o ¿Será, un pecado que te
hace tropezar una y otra vez de modo que te hace dudar de tu fe y tu compromiso
con Dios?
Hermano; Hermana, ¿Quién o qué gobierna tu vida, y por ende tu casa, y
por ende tu familia? El Señor Jesucristo tiene que gobernar nuestra casa, por
eso: “Abba Padre…”. En el nombre de
Jesús te pedimos y te suplicamos que le permitas a tu Hijo unigénito que
gobierne nuestra casa... “Porque mejor
es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la
puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad, nos
dice el dulce cantor de Israel.”,
ver Salmos 84:10 RVR 1960… ¿Y que nos quiere decir? Que SI el Señor Jesucristo
NO gobierna nuestra casa podemos correr un riesgo, ¿Y cuál es el riesgo? Que
nuestra casa se puede transformar en una casa de maldad y de impiedad… y fue
por eso que el dulce cantor de Israel dijo: “…prefiero dedicarme a barrer tu templo que convivir con los malvados.”,
TLA, ¿Qué le quiero decir? Que nuestra casa tiene que ser la morada de Dios...
Que nuestra casa tiene que ser gobernada por Dios, por eso permítame decirle,
que en este día, el Señor desea y anhela con todo su corazón transformar
nuestra casa, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor Jesucristo desea y quiere gobernar
nuestra casa... por eso consejo: Cuando estemos atravesando por algún desierto,
o alguna prueba, o algún problema, nos tenemos que aferrar a la piedra angular que desecharon los
constructores para que nuestra casa no se transforme en morada de maldad e
impiedad, ¿Qué le quiero decir? Escuche con mucha mayor atención: Así dice el
Señor: “No temas, que yo estoy contigo;
no desmayes, que yo soy tu Dios. Yo te fortaleceré y vendré en tu ayuda, y con
la diestra victoriosa te sostendré.”, ver Isaías 41:10 Biblia Nacar
Colunga, pero ese no es el punto, el punto es que el Señor desea y anhela con
todo su corazón gobernar nuestra casa… y la Palabra nos deja ver en los
evangelios, en primer lugar: que Jesús visitó 12 casas, y doce es el número de
gobierno. Entre paréntesis, casa en el idioma antiguo se dice: Beth o Beit… y
en segundo lugar nos deja ver, que Jesucristo visitó siete lugares, y siete es
el número de la perfección... Hermano, disculpe, ¿Qué tiene que ver la
perfección en nuestra casa? Escuche: Dios desea perfeccionar nuestra casa… En
otras palabras, Dios desea y anhela con todo su corazón obrar en nuestra casa poderosamente...
Sabía usted, que en los evangelios aparecen ciudades que al traducir sus
significados comienzan con las palabras “casa de”, es decir Beth o Beit...
Hermano Juan Carlos, disculpe, ¿Qué tiene que ver Beth o Beit con nuestra casa?,
permítame explicárselo: En el Nuevo Testamento aparecen cuatro casas en el
idioma arameo y cuatro casas en el idioma hebreo, es decir Bethlehen, (Casa del
pan); Bethabara (Casa de la confianza, o del ferri, o de la dimensión),
Bethania (Casa de aflicción); Bethfagé (Casa de libertad); Bethesda (Casa de misericordia),
y Betsaida (Casa de pesca), ¿Qué le quiero decir? Que estas casas definitivamente
tienen un significado para nosotros y si estas casas tienen un significado para
nosotros quiere decir que el Señor nos va a mostrar por medio de esas casas por
lo menos cuatro cosas… Primera: Nos va a mostrar que el nombre de las casas denota
la naturaleza que tienen que gobernar en nuestra casa… Por ejemplo: Si a usted
le dicen: Esa casa es la casa del carnicero, pregunto: ¿Llevaría usted ahí sus
zapatos para que se los arreglen?... Segunda: Nos va a mostrar las cosas
extraordinarias que se dan ahí… Tercera: Nos va a mostrar que según sea la casa
se nombran los nombres, porque si nosotros lo vemos en el sentido natural fue en
nuestra casa en donde nuestros padres nos pusieron nuestros nombres… Cuarta: Nos
va a mostrar el idioma que enseña la casa y las palabras que son impregnadas,
porque hay palabras que se impregnan en una casa y que se repiten con mucha más
facilidad que otras… Por ejemplo: Los cubanos que nacieron en Estados Unidos de
Norte América hablan el español con el mismo acento de sus padres... por eso
Señor, en el nombre de Jesús, te pedimos, que le autorices a tu Hijo unigénito
que gobierne nuestra vida para que nosotros podamos gobernar nuestra casa, no
como nosotros creamos, sino como Tu Señor lo deseas... QUE EL SEÑOR GOBIERNE
NUESTRA CASA, pero para eso necesitamos, primero: Que el Señor more, habite y
transforme nuestra vida para que podamos gobernar por medio de su voluntad, la cual es buena, agradable y perfecta,
ver Romanos 12:2 NTV, nuestra casa... El Señor desea encontrar un huerto en
donde pasearse… por eso abramos nuestras Biblias en el libro de Juan, en el
capítulo 1:27 al 28 RVA, para que el Señor nos muestre por Su misericordia la primera herramienta, que nosotros necesitamos implementar en
nuestro hogar para que su Señorío habite en toda Su Plenitud:
“Este es el que ha de
venir tras mí, el cual es antes de mí: del cual yo no soy digno de desatar la
correa del zapato. Estas cosas acontecieron en Betábara, de la otra parte del
Jordán, donde Juan
bautizaba.”
Betábara, significa: Casa de
la confianza… y el Señor Jesucristo nos habla en el libro de Marcos capítulo 5:
que “…llegaron en una barca a la tierra de los gadarenos. Y cuando salió
de la barca, enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre
con un espíritu inmundo, que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía
ya atarlo ni aun con cadenas; porque muchas veces había sido atado con grillos
y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era
tan fuerte como para dominarlo. Y siempre, noche y día, andaba entre los
sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras.”, ver
Marcos 5:1 al 5... El endemoniado moraba entre
los sepulcros. Entre paréntesis, en los sepulcros se llega a hacer memoria;
En los sepulcros la persona se amarra sentimentalmente con el fallecido, es
decir que NO lo deja ir, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor nos quiere liberar
de la misma forma que liberó al endemoniado del lugar que habitaba, es decir
del lugar en donde se traen a memoria las cosas que tienen que estar muertas,
es decir el pasado… permítame que me ministre con usted: Cuando yo me convertí
al Señor las personas que me conocían me pedían que les diera mi testimonio
hasta que un día el Señor me dijo: Tienes prohibido dar tu testimonio, ¿Por qué?
Le pregunte, Él me contestó: Todo tiene su tiempo y tu testimonio ya expiró,
¿Por qué? Le pregunte… y Él me dijo: Que dirías tú de un hombre que dijera en
medio del altar: Yo le fui infiel a mi esposa, mi amor ponte de pie, ¿Qué
pensarías tú? Que la está humillando, que la está lastimando al recordarle eso,
BUENO, me dijo el Señor: Así me siento Yo contigo, porque Yo ya olvidé tu
pasado y tú me lo traes a memoria… Más clarito no me lo pudo decir, entonces
deje de contar mi testimonio, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros tenemos que
dejar de vivir en los sepulcros para que la confianza more en nuestro hogar…
Esto me recuerda que una vez X persona me dijo: Me fui de mi casa, ¿Por qué? Le
pregunté, porque mi tío me maltrata, porque mi tío me pega… Esta persona tenía
28 años, ¿Cuándo fue la última vez que te golpeó? Le pregunté, y ella me
contestó: Hace 20 años, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros no tenemos que vivir
en los sepulcros, que nosotros tenemos que olvidar, que nosotros tenemos que
perdonar… Recuerde, que “Si nosotros
perdonamos a otros el mal que nos han hecho, nuestro Padre que está en el cielo nos perdonará
también a nosotros.”, ver Mateo
6:14 DHH, ¿Qué le quiero decir? Que la confianza es la llave que permitirá que
el Señor entre a gobernar nuestra casa... por eso consejo: Ya no vivamos del
pasado, y si fallamos recordemos que tenemos un Dios tan grande que puede traer
la confianza nuevamente a nuestra casa, por eso permítame decirle: Tenemos que
creer en el Señor, porque el Señor es el único que puede transformar nuestra
casa, porque el Señor es el único que puede traer nuevamente la confianza a
nuestra casa… y si la perdimos en algún momento, ya sea por un error, o por un
tropiezo… Recuerde, que el Señor desea con todo su corazón, que la confianza
entre nuevamente a nuestra casa.
Esta es la casa de Betábara, la
casa de la confianza y el Señor habita en esta casa… Amén.
Ahora, miremos Mateo capítulo 26:6 al 8 RVR 1960.
“Y estando Jesús en
Betania, en casa de Simón el leproso, vino a Él una mujer, con un vaso de
alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de Él,
estando sentado a la mesa. Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo:
¿Para qué este desperdicio?”
Betania, significa: Casa de
los dátiles, casa de aflicción, casa de pobreza y casa de miseria, pero eso NO
quiere decir que el Señor desea que lo que significa esa casa gobierne en la nuestra…
Entonces, ¿Qué nos está diciendo el Señor hermano? Que quiere transformar lo
que se ha muerto en nuestra casa… Escuche, la mujer llegó a la casa de Simón el
alfarero, porque en el original dice: La casa de Simón el alfarero y no la casa
de Simón el leproso... Recuerde, que los leprosos no tenían casas, pero el
punto es que la mujer irrumpió la
cena, con un vaso de alabastro de
perfume de gran precio, para derramárselo al Señor en su cabeza, y al ver esto sus discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este
desperdicio? Esto se tenía que usar de otra manera; Se tenía que haber vendido a gran precio, y haberse dado a los
pobres. Ellos se molestaron y se molestaron, porque habían perdido el valor
espiritual, ¿Qué le quiero decir? Que el Señor encontró en esa casa una
pobreza, una miseria sacerdotal… Ellos quitaron el valor espiritual dentro de
esa casa, y este es un llamado para nosotros los padres… Recuerde, lo que dice
el profeta Oseas en su libro: “…Por
cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no
seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré
de tus hijos.”, ver Oseas 4:6, ¿Qué le quiero decir? Que tenemos que
recobrar el valor espiritual en nuestra casa, ¿Qué nos quiere decir hermano?
Sea más explícito, por favor... Escuche: nosotros, tenemos que tener bien claro
en nuestra mente, que lo espiritual vale y vale mucho en nuestra casa… Cuando
tengamos un enfermo, BUENO, podemos dar medicina, ver Jeremías 33:6 RVR 1960,
pero también tenemos que tener presente, que algo espiritual se puede estar
moviendo en nuestra casa… Y nosotros como sacerdotes tenemos la autoridad en
nuestra casa para reprender en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, lo que se esté
moviendo espiritualmente hablando…
Quizás nos hemos
acomodado, o quizás hemos perdido terreno en lo espiritual, pero sé que sé, que
en este día, el Señor desea levantar un altar de oración en nuestra casa…
Tenemos que valorar lo espiritual en nuestra casa, en nuestro matrimonio, es
decir con nuestro cónyuge y nuestros hijos para que nuestros hijos tengan
claro, que viven en una casa sacerdotal, para que no tengan dudas de que sus
generaciones van a poder elegir, que estudiar y en donde estudiar; O si van a
vivir en esta ciudad o en otra ciudad o en otro país, ¿Qué le quiero decir? “No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre
siembre, eso también segará.”, ver Gálatas 6:7, ¿Qué le quiero decir? Que
lo que nosotros sembremos en nuestro hogar eso vamos a cosechar, es decir: Si
sembramos amor cosecharemos amor... Si sembramos comprensión cosecharemos comprensión...
Si sembramos misericordia cosecharemos misericordia… Si sembramos perdón
cosecharemos perdón… Y si sembramos oración cosecharemos oración… por eso
consejo: Si usted ha dejado de orar con su familia e interceder por sus hijos
comience a hacerlo hoy como un sacerdote, aunque llegue cansado.
Hermano; Hermana… Tenemos que valorar lo espiritual dentro de nuestras casas para que el Señor NO encuentre lo que encontró en la casa de Simón el alfarero, llámese: Pobreza y miseria espiritual… por eso consejo: Padres, ministremos en nuestras casas el valor espiritual para que nuestros hijos no se inclinen ni a la derecha ni a la izquierda, para que nuestros hijos estén cimentados y fundamentados sobre la Roca, llámese: Señor Jesucristo, ¿Qué le quiero decir? Que los padres tenemos que ser el ejemplo en el hogar… Recuerde: que “…de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”, ver Gálatas 6:7 al 8… Nosotros, tenemos que entender que en nuestra casa tiene que gobernar lo espiritual antes que lo terrenal, ¿Qué le quiero decir? Que si nosotros queremos que el Señor gobierne nuestra casa, tenemos que valorar las cosas espirituales, es decir la oración, la alabanza y la adoración. ENTENDIERON.
Ahora, miremos Mateo capítulo 21:1 RVR 1960.
“Cuando se acercaron
a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos
discípulos.”
Bethfagé, significa: La casa
de la libertad… y el Señor nos habla en el libro de Lucas capítulo 8, que un hombre llamado Jairo, que era un oficial
de la sinagoga; cayó rendido a
sus pies rogándole que entrara a su casa; porque su única hija, como de doce años, estaba al
borde de la muerte… Usted conoce
la historia. Mientras Él iba, la
muchedumbre le apretaba. Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por
doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía y no podía ser
curada por nadie, se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su manto, y
al instante cesó el flujo de su sangre.”, pero lo tremendo lo encontramos en los versículo 49, 50, 51 y 52,
que dicen: “Mientras estaba todavía
hablando, vino alguien de la casa del oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija
ha muerto; no molestes más al Maestro. Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió:
No temas; cree solamente, y ella será sanada. Todos la lloraban y se
lamentaban; pero Él dijo: No lloréis, porque no ha muerto, sino que duerme. Y
se burlaban de El…”, ¿Qué le quiero decir? Que Dios tiene el control de
nuestro matrimonio, de nuestros hijos, de nuestra casa y de nuestras
necesidades, llámense: Espirituales y económicas, ¿Qué le quiero decir? Que
nosotros nos tenemos que liberar de todo el lastre que le impide al Señor
gobernar nuestra vida… Por ejemplo: Las consolas, Netflix, la televisión, el
Facebook, el Instagram, el Whatsapp, el Internet, ¿Qué le quiero decir? Que
nosotros tenemos que sacar de nuestra vida a los burladores, porque los
burladores le impiden al Señor que gobierne nuestra vida… y fue por eso que el
Señor Jesucristo no permitió que nadie
entrara con El sino sólo Pedro, Juan y Jacobo, y el padre y la madre de la
muchacha… Hermano; Hermana, ¿Queremos que Jesús gobierne nuestra vida, y
por ende nuestra casa? Liberémonos de los burladores…
Nosotros como cristianos tenemos que accionar… y la Palabra nos deja ver
que Jesús levantó a Lázaro de donde se encontraba, pero también nos deja ver
que dijo: Quitad la piedra, ver
11:38 al 39… Dios tiene el suficiente poder para levantar una piedra o para
hacerla pedazos, pero Él desea y quiere que nosotros hagamos algo primero.
Nosotros hacemos lo posible y Él hace lo imposible, ver Lucas 18:27… El Señor
desea y anhela con todo su corazón, en este día, que nosotros tomemos la
autoridad de parte de Él para que saquemos todo lo que esté afectando nuestra
casa y que nos tiene a punto de morir, y eso solo lo sabe usted… Hermano;
Hermana, tenemos que tomar decisiones drásticas; El Señor sacó a los
burladores. Hermano, ¿Qué nos quiere decir? Escuche: Que usted le tiene que
decir al Señor: Señor Tú vas a traer libertad a mi casa, pero yo voy a echar
fuera aquello que yo dejé entrar… yo no sé quiénes son los burladores de su
casa, pero la Palabra es clara, y dice: “…Si
tu mano o tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo y échalo de ti…Y si tu ojo
te es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti…”, ver Mateo 18:8 al 9.
ME DI A ENTENDER. Entonces, si me di a entender, ¿Qué dije? Dije: Hay cosas, y
objetos, y personas que se dedican a estropear o a destruir los hogares, aunque
se acercan con una cara bonita y feliz… Ellos envidian lo que nosotros tenemos…
Nuestra casa tiene que ser un huerto cerrado; Nosotros, padres, tenemos que ser
como los hombres de la muralla, tenemos que preocuparnos porque nuestro cónyuge
e hijos estén guardados en el hueco de la mano de Dios… Nosotros, padres,
tenemos que saber que nosotros podemos ser la puerta de bendición para nuestra
casa… ¿Y por qué digo eso? Porque el salmista dijo y aun nos sigue diciendo: “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
alzaos vosotras, puertas eternas, ¿Para qué? para que entre el Rey de la gloria. ¿Y quién es este Rey de la gloria? El Señor, fuerte y poderoso; el Señor,
poderoso en batalla.”, ver Salmos 24:7 al 8… por eso me pregunto y le
pregunto: ¿Cuántos sabemos que tenemos un tesoro hermoso en nuestra casa?
Entonces, pregunto: ¿Qué tenemos que hacer?
DESPOJARNOS, LIBERARNOS, ¿DE QUÉ? DE TODOS LOS BURLADORES…
Ahora, miremos Juan capítulo 5:1 al 2 RVR 1960.
“Después de estas
cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en
Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo
Betesda, el cual tiene cinco pórticos.”
Betesda, significa: La casa de la misericordia… Y yo creo que la
misericordia es la esencia de como el Señor trabaja o de como el Señor quiere
trabajar con nosotros, ¿Y por qué digo eso? Porque la Palabra nos deja ver
claramente, que cuando Jesús pasaba por la ciudad de Jericó, se encontró a un
hombre subido en un árbol, ¿Y qué sucedió? Que la misericordia llegó a esa
casa, ¿Y por qué digo eso? Porque dice la Palabra que cuando el Señor se
encontraba en la casa de la misericordia, “…Zaqueo,
puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los
pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado.”,
ver Lucas 19:8… Hermano Juan Carlos, NO entendí, me podría explicar de nuevo,
por favor. CON MUCHO GUSTO… Escuche: El Señor desea y quiere transformar lo que
no está en orden en nuestra casa… Si el Señor nos dijera saliendo de aquí: Hoy
ceno en tu casa, pregunto: ¿Cómo encontraría nuestra casa?... yo no sé cómo se
encuentra su casa en este día; Si se encuentra desordenada u ordenada, pero sé
que sé, que el Señor desea, en este día, entrar a nuestra casa a derramar Su
misericordia, llámese: Transformación, por eso permítame decirle, que nosotros
no necesitamos cambiar o arreglar nuestra casa para que el Señor llegue… por
eso consejo: Permitámosle al Señor que gobierne nuestra casa para que la
arregle, para que la ordene, para que la cambie, para que la transforme espiritualmente… Esta
es la casa de la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, ¿Qué le quiero
decir? Que si nosotros le permitimos a nuestro Señor Jesucristo que gobierne nuestra vida, vamos
a dar frutos dignos de arrepentimiento.
Por eso quisiera terminar esta maravillosa enseñanza del Señor de
señores leyendo el libro de Marcos capítulo 7:24 al 27 RVR 1960, que dice: “Levantándose de allí, se fue a la región
de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero
no pudo esconderse. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo,
luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. La mujer era griega, y sirofenicia
de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le
dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de
los hijos y echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero
aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.”…
Dice la Palabra que Jesús nació en un lugar que se llama Belén y Belén
significa: La casa del pan… Hermano Juan Carlos, disculpe, ¿Qué tiene que ver
la casa del pan con la mujer griega? Que el pan era y sigue siendo para los
hijos, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros NO le tenemos que dar a nuestros
hijos las migajas, y fue por eso que el hijo pródigo… Usted conoce la historia,
dice la Palabra que el hijo pródigo le pidió la herencia a su padre y su padre
se la dio; Él se fue a un país lejano
a malgastar su hacienda viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino una gran
hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad, pero el punto es que el
hijo pródigo volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos
de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de
hambre! “Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el
cielo y ante ti.”, ver Lucas 15:11 al 18, ¿Qué le quiero decir? Que a
nosotros por ser hijos de Dios NO nos pertenecen las sobras, llámense:
Espirituales y seculares. ME DI A ENTENDER. Entonces, si me di a entender, ¿Qué
dije? Dije: A nosotros NOS corresponde comer de la mesa del Rey…
Hermano, Hermana, nuestro
“Abba Padre…”, quiere derramar sobre
los padres su tiempo, y si nuestro “Abba
Padre…”, quiere derramar sobre nosotros los padres su tiempo quiere decir
que nosotros los padres tenemos que darnos el tiempo para atender a nuestros
hijos... por eso preguntémonos padres: ¿Qué les estamos dando a nuestros hijos?
El pan o las migajas, pero también, preguntémonos cónyuges: ¿Qué le estamos
dando a nuestro cónyuge? El pan o las sobras... por eso consejo: Padres, analicemos
y evaluemos nuestro caminar de padres y de cónyuges… En otras palabras, padres tenemos
que darles PAN a nuestros hijos y a nuestro cónyuge, pero NO cualquier pan sino
el pan de la vida, ver Juan 6:35, PORQUE ESO ES LO QUE LES CORRESPONDE,
PORQUE ESO ES LO QUE LES PERTENECE. Ah… y a ustedes hijos: “Honren, honren, honren, a su padre y a su
madre (que es el primer mandamiento con promesa), para que les vaya bien, y para que tengan larga vida sobre la tierra.”, ver
Efesios 6:2 al 3, Amén.
NUESTRA CASA TIENE
QUE SER LA CASA DEL PAN Y NO DE LAS SOBRAS.
Por eso, hermano,
hermana, permitámosle al Señor, que gobierne nuestra casa para que en ella NO
falte la confianza; La liberalidad, es decir la generosidad espiritual, tal cual como lo hicieron los macedonios
que primeramente se dieron a sí mismos al
Señor para después ayudar al
sostenimiento de los santos, ver Segunda de Corintios 8:1 al 5; La libertad
en el espíritu; La misericordia, y el tiempo que le tenemos que dedicar a
nuestro cónyuge y a nuestros amados hijos, Amén…
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo
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