CARNE Y HUESO, PARTE II

LA BIBLIA NOS HABLA:

“El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.” (Juan 6:56)

En este día quería comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo, que Dios tenía un plan el cual NO lo varió antes de crearnos a nosotros. Entre paréntesis, permítame decirle, que una buena información nos puede llevar a una buena formación… por otro lado: Una mala información nos puede llevar a una deformación o a una conformación al mundo actual, por eso nos dice el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo Jesús: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento...”, ver Romanos 12:2 RVR 1960, pero el punto es que Dios tenía un plan el cual NO lo varió, y que contenía una delegación de Adanes para que reconquistaran la tierra de todo lo que se había revelado en contra de Él, llámese: Sabiduría, Luzbel y la tercera parte de los Ángeles, ¿Qué le quiero decir? Que Dios envió a la tierra a seis Adanes antes de la llegada del postrer Adán, llámese: Señor Jesucristo, para que tomaran el control de toda la tierra… Es decir que envió al primer Adán que aparece en el libro de Génesis capítulo 1:26 al 27, y falló... y por eso envió al segundo Adán que aparece en el libro de Génesis capítulo 2:7, y falló… y por eso envió al tercer Adán que aparece en el libro de Génesis capítulo 9:1, llámese: Noé, y falló… y por eso envió al cuarto Adán que aparece en el libro de Génesis capítulo 12:1, llámese: Abram y de sus lomos salieron los otros dos adanes, es decir el número 5 y el número 6, llámense: Isaac y Jacob, y fallaron… Hermano Juan Carlos, disculpe, me podría explicar, por favor ¿Por qué dice usted que hubieron seis Adanes si la Biblia relata solamente uno?… Escuche: Cuando nosotros estudiamos la Palabra de Dios nos damos cuenta que al hombre de Génesis capitulo 1:26 al 27; Y que al hombre de Génesis capítulo 2:7, llámese: Adán; Y que al hombre de Génesis capítulo 9:1, llámese: Noé; Y que al hombre de Génesis capítulo 12:1, llámese: Abram; Y que al hombre de Génesis capítulo 21:1 al 3, llámese: Isaac; Y que al hombre de Génesis capítulo 25:24 al 26, llámese: Jacob, Dios les dio las mismas órdenes, les dijo: “…Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla.”, y eso también se lo dijo a Abram solo que en otras palabras, pues le dijo: “Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.”, ver Génesis 12:2 al 3. ENTENDIERON… Entonces, continuemos: Dios envió a la tierra a seis Adanes y todos le fallaron y al fallarle, se dice Dios: ¡Habrá alguien en los cielos de los cielos que pueda finalizar la buena obra que Yo comencé! Entonces se le queda viendo el Hijo, y le dice:Heme aquí, para hacer, oh Dios, tu voluntad, (como está escrito de mí en el rollo del libro).”, ver Hebreos 10:7… Entonces, viene el Padre y envía a Su Hijo, es decir al postrer Adán, llámese: Jesucristo. Entre paréntesis, el postrer Adán salió de los lomos del sexto Adán, es decir de la cuarta tribu de Israel, llámese: Judá y Judá significa: Alabanza y sea El (Dios) alabado, pero el punto es el segundo Adán, porque el segundo Adán nos mostrará la evolución, es decir los beneficios que nos DARÁ EN ESTE DÍA LA SANTA CENA.

Entonces, comencemos con la explicación de esta bonita historia, es decir de la santa cena…

Dios Yatsar (H 3335), es decir formó, es decir moldeó al segundo Adán como moldea al barro el alfarero, ¿Qué le quiero decir? Que Dios formó al segundo hombre con sus manos… Que Dios creó al segundo hombre con huesos y carne, es decir con luz y carne, es decir que en las venas y en las arterias les colocó luz en vez de sangre, ¿Y por qué digo eso? Porque dice la Palabra, en primer lugar: “Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne.”… y fue por eso que el Señor Jesucristo le dijo a sus discípulos cuando resucitó: “¡Miren mis manos y mis pies! ¡Soy yo! ¡Tóquenme! ¡Mírenme! ¡Soy yo! Los fantasmas no tienen carne ni huesos, pero yo sí.”, ver Lucas 24:39 TLA… y en segundo lugar, porque dice la Palabra en el libro de san Juan capítulo 1:4: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”, ¿De cuáles hombres? De los que formó Dios en el Huerto del Edén, ¿Y por qué digo eso? Porque dice la Palabra que Dios le dijo a la mujer después que pecó: “…En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto…”, ver Génesis 3:16, pero ese no es el punto, el punto es que Dios puso en el Huerto del Edén seres lumínicos y por eso no se avergonzaban de andar desnudos, ¿Qué le quiero decir? Que el pecado hizo que Adán y Eva comenzaran el proceso de involución… Recuerde, que la tierra contenía el Edén y el Edén contenía al Huerto y en el Huerto se encontraban Adán y Eva, y que al pecar Adán y Eva viene Dios y los echa fuera del Huerto en algún lugar de la tierra, ¿Y por qué digo eso? Porque dice la Palabra, que dijo Caín: “Me has expulsado de la tierra y de tu presencia; me has hecho un vagabundo sin hogar…”, ver Génesis 4:14 NTV... y fue en ese lugar donde conoció Caín a su mujer, es decir en la tierra de Nod, es decir en la tierra de los errantes, ver Génesis 4:16 al 17, Amén.

Entonces, al segundo Adán, llámese: Adán y Eva, les fluía en sus venas y en sus arterias luz, y cuando pecan los sacan del Huerto y al sacarlos del Huerto del Edén les tienen que hacer una trasfusión, es decir que les tienen que cambiar la luz que les circulaba en sus venas y en sus arterias por sangre, para que… Hermano Juan Carlos, disculpe, ¿Es posible eso? CLARO QUE SI, pues dice la medicina que cuando a un feto le detectan la enfermedad hemolítica del recién nacido, ¿Y que es hemolítica? Descomposición de los glóbulos rojos, causados por los Rh de sus padres, porque uno es ­+ y el otro es -, pero el punto es que cuando le detectan la enfermedad los médicos tienen dos opciones. Primera opción: En la etapa fetal: Le hacen una transfusión sanguínea intrauterina de glóbulos rojos por medio de una aguja al feto... Segunda opción: En su nacimiento: Le hacen una Exanguinotransfusión para reemplazar la sangre dañada al bebé por sangre fresca, pero ese no es el punto, el punto es que cuando peca Adán y Eva les tienen que cambiar la forma de vida… Les tienen que cambiar la luz que les circulaba en sus venas y en sus arterias por sangre, ¿Y por qué digo eso? Porque dice la Palabra de Dios en el libro de Levítico, en el capítulo 17:11 al 12 y en el libro de Deuteronomio capítulo 12:23: “Sólo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida con la carne.”… En otras palabras, la luz es = a la vida y la vida es = a la sangre y la sangre NO nos la podemos comer, porque nos estaríamos comiendo la vida. ME DI A ENTENDER. Hermano, disculpe, no le entendí, me podría explicar de nuevo, por favor. ESTA BIEN. Escuche: Dios formó a Adán y a Eva y al formarlos los formó de carne y huesos, es decir de carne y luz… por otro lado, cuando peca Adán y Eva viene Dios y los saca del Huerto y al sacarlos del Huerto del Edén les tiene que hacer una transfusión tal cual como se las hacen los médicos a los fetos que les detectan la enfermedad hemolítica para salvarles la vida, ¿Y por qué digo eso? Porque el libro de Deuteronomio dice en el capítulo 12:23: “Sólo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida…”, de tal manera que cuando muere y resucita el señor Jesucristo les dice a sus discípulos: “Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tóquenme y vean; un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que los tengo yo.”, ver Lucas 24:39 NVI… Jesús no les habló de la sangre, porque la derramó en la cruz… Jesús derramó hasta la última gota de su preciosa sangre para redimirnos, para comprarnos, “Pues por precio habéis sido comprados…”, ver Primera de Corintios 6:20, y “En Él tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia.”, ver Efesios 1:7… Lo que le estoy tratando de decir es que sin derramamiento de sangre no hay redención de pecados… En otras palabras, no nos hubieran redimido… Esto es tremendo y es tremendo, porque cuando estudiamos la Biblia nos damos cuenta que todo lo que emana de la carne y de la sangre no es bueno… Entonces, viene Dios y nos compra con la sangre preciosa de su Hijo unigénito para redimirnos del lastre de los 6 Adanes anteriores, por eso es que nos dice claramente el apóstol Pedro: Ustedes “…fueron redimidos de la vana manera de vivir heredada de sus padres…”, ver Primera de Pedro 1:8… La versión Dios Habla Hoy, dice: Ustedes fueron “…rescatados de la vida sin sentido que heredaron de sus antepasados…”, es decir de nuestros padres biológicos, de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos, de nuestros tatarabuelos y de nuestros antepasados, llámense: Los seis Adanes anteriores, ¿Qué le quiero decir hermano? Que nosotros fuimos rescatados de la vida sin sentido que heredamos de nuestros antepasados; No con cosas corruptibles, como el oro o la plata, DHH, sino con la sangre de un Cordero sin mancha…

Hermano; Hermana, todo lo que proviene de la carne y de la sangre no es bueno… No lo creo hermano. CRÉALO… Y esto no lo digo yo Juan Carlos Bonilla Guerrero sino que lo dice el apóstol Pablo, pues nos dice: “Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad (libertinaje), idolatría, hechicería, enemistades (Odio), pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos (Herejías), envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”, ver Gálatas 5:19 al 21… por eso consejo: Busquemos con ahínco la llenura del Espíritu Santo, porque la llenura del Espíritu Santo nos dará las herramientas para vencer a las obras de la carne, es decir: “amor, gozo (Alegría), paz, paciencia, benignidad (Amabilidad), bondad, fidelidad, mansedumbre (Humildad), dominio propio.”, ver Gálatas 5:22 al 23, pero ese no es el punto, el punto es que todo lo que proviene de la carne es malo, por eso se dijo Dios: Mi plan se va a cumplir. Entre paréntesis, cuando Dios dice algo se cumple… Dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz, ver Génesis 1:3; Dijo Dios: Que se separen las aguas de las aguas y se separaron, ver Génesis 1:6; Dijo Dios: Los he predestinó para adopción como hijos para Mi mediante Jesucristo, y lo hizo, ver efesios 1:5; Dijo Dios: Ustedes van a dar a conocer Mi infinita sabiduría a los principados y potestades en las regiones celestiales, y se va a cumplir, porque si Dios lo dijo se cumple, ver Efesios 3:10… Alguien dijo por ahí: Dios tarda pero no olvida, pero yo digo: A veces es rápida la respuesta y si la respuesta es rápida es porque nos salió la ramona, se recuerda… por otro lado, si usted comete alguna falta, lo peor que le puede suceder es que no le suceda nada y si no le sucede nada es porque Dios NO lo ama, ¿Y porque digo eso? Porque dice la Palabra en el libro de Hebreos capítulo 12:6 NTV: “…el Señor disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo.”, Amén.

Dios tiene un propósito; Dios tenía un plan; No es que Dios haya tenido un plan A, o un plan B, o un plan C, o un plan D… Dios tenía un plan aunque le haya fallado el hombre de Génesis capítulo 1:26 al 27, y el hombre de Génesis capítulo 2:7, y el hombre de Génesis capítulo 9:1, y el hombre de Génesis capítulo 12:1 y los hombres que salieron de sus lomos… Dios tenía un plan y los errores que cometieron esos hombres NO quieren decir que hayan movido el plan que tenía Dios desde el principio… Dios tenía un plan desde el principio; Dios tenía un propósito desde el principio y el propósito era: Los humanos van a caer en una trampa, que se llama: carne y sangre, de ahí no van salir, podrán mejorar, ya sea por medio de los ejercicios de urbanidad, de moral, de ética, de civismo y de todo lo que quieran, pero de esa trampa no van a poder salir… Entonces, lo que Yo voy a hacer, se dice Dios, es enviar a mi Hijo unigénito, llámese: postrer Adán para que se meta en su mismo traje de carne y sangre, lo único que mi Hijo es mi Hijo, que mi Hijo nunca falla… Entonces, envía a Jesús, y por eso es que dice el libro de Hebreos capítulo 2:14: “…por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, ¿Para qué?, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo.”. Entonces, viene Jesús y se mete a nuestro traje de carne y sangre para derramar hasta la última gota de su preciosa sangre en la cruz del calvario… Usted conoce la historia; Muere y al morir se vivifica su Espíritu y al vivificarse su Espíritu baja al infierno a evangelizar a las almas según el libro de Primera de Pedro capítulo 3:18 al 19… Esto es tremendo y es tremendo hermano, porque cuando  el Espíritu Santo lo levanta de entre los muertos, es decir a los tres días después de su muerte, lo levanta y nos dice a nosotros: Ahora ustedes pueden hacer un ejercicio espiritual conmigo en la santa cena, ¿De qué se trata? Cómanse mi carne y mi sangre, porque mi carne y mi sangre les va a eliminar las maldiciones que heredaron de la carne y de la sangre de sus padres y de sus antepasados, es decir de sus abuelos, de sus bisabuelos, de sus tatarabuelos y de los seis Adanes anteriores… y de eso estuvimos hablando en la santa cena anterior. La santa cena es demasiado importante y sé que sé que más de alguno se va a oponer a lo que yo estoy diciendo, porque nosotros tenemos enemigos… Hermano Juan Carlos, disculpe, usted los tendrá, pero yo no. NO LE CREO, porque dice la Biblia: “Aunque se enojen mis enemigos, tú me ofreces un banquete y me llenas de felicidad; ¡me das un trato especial!”, ver Salmos 23:5 TLA. Ah… y también nos dice: “Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, Aun a sus enemigos hace estar en paz con él… y eso NO quiere decir que serán nuestros amigos.”, ver Proverbios 16:7 RVR 1960, pero ese no es el punto, el punto es la santa cena y que esta santa cena nos mostrará los beneficios que nos traerá el comernos la carne, es decir el pan y la sangre, es decir el jugo de la uva de nuestro Señor Jesucristo… por eso abramos nuestras Biblias en el libro de Hebreos, en el capítulo 2:14 para que el Señor nos muestre por su bendita misericordia el primer beneficio.

“Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo.”

Este maravilloso versículo nos muestra claramente, que nosotros tenemos que participar de la mesa del Señor dignamente, PERO CON FE… En otras palabras, tenemos que comernos la carne y bebernos la sangre, es decir el pan y el jugo de la uva de nuestro Señor Jesucristo para erradicar todas y cuando digo todas son todas las maldiciones que heredamos de nuestros padres y de nuestros antepasados, es decir de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos, de nuestros tatarabuelos y de los seis Adanes anteriores, ¿Y por qué digo eso? Porque el Señor dijo y aun nos sigue diciendo: “Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.”, ver Juan 6:55 al 56… En otras palabras, el que se coma Mi carne y se beba Mi sangre, dice el Señor: Erradicará todas las maldiciones que heredaron, ya sea de forma consciente e inconsciente de sus antepasados porque Yo permanezco en él y él en mí, Amén.

Ahora, miremos Efesios capítulo 6:12.

“Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales.”

Este versículo está tremendo y está tremendo hermano, porque nos deja ver claramente, que la carne y la sangre del Señor Jesucristo, es decir el pan y el jugo de la uva nos puede quitar el receptor negativo que se encuentran en nuestra carne y en nuestra sangre, ¿Qué le quiero decir? Que cuando participamos de la mesa del Señor… Que cuando nos comemos Su carne y nos bebemos Su sangre, es decir el pan y el jugo de la uva nuestro receptor rechaza, resiste las manipulaciones de los principados, de las potestades, de los gobernadores de las tinieblas de este siglo, y de las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Ahora, miremos Salmos capítulo 51:5.

“He aquí, yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre.”

Este Salmo habla de la oración de un pecador arrepentido... Este Salmo habla de la oración que le hizo el rey David a Dios por el pecado que cometió con Betsabé, la mujer de Urías el hitita… Hermano Juan Carlos, disculpe, ¿Qué tiene que ver lo que le sucedió al rey David con la carne y la sangre? Escuche, el esperma y el óvulo están compuestos por sangre y el ser humano tiene carne, ¿Qué le quiero decir? Que el rey David comprendió que lo que le sucedió a él, le sucedió, porque tenía una enfermedad congénita, ¿Qué le quiero decir? Que cuando uno participa de la mesa del Señor dignamente, pero con Fe, puede erradicar, puede eliminar de raíz todas las enfermedades congénitas que hemos heredado de nuestros antepasados, como ser: La mentira, el chisme, la soberbia, el adulterio, la fornicación, la idolatría, Amén.

Ahora, miremos Mateo capítulo 16:17.

“Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.”

Este versículo nos muestra claramente, que la carne y la sangre traen revelaciones... Este tipo de revelaciones, entre comillas, las tenemos que reprender en el nombre de Jesús, por eso el apóstol Pablo dijo: “si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema, sea maldito.”, ver Gálatas 1:8, Amén.

Hermano; Hermana. No tenemos que tolerar este tipo de revelaciones… Sabía usted, que a las mujeres que acusaban de brujería en el tiempo antiguo tenían visiones, ¿Y sabe cómo las obtenían? Fabricando unos compuestos de drogas alucinógenas para drogarse y al drogarse miraban elefantes rosados y muchas cosas más, y así como esas personas existen personas en la actualidad que en ese mismo estado dicen: El Señor me habla y puede ser verdad, porque Dios es Dios, pero ese no es el camino correcto… Las revelaciones humanas o mejor dicho los discursos humanos los tenemos que reemplazar por el libro de Proverbios, ¿Qué le quiero decir? Que por qué Vamos a quitar el libro de Proverbios de nuestra mente y de nuestro corazón que tienen tantos consejos para poner las frases, de un pensador griego, o de un pensador hindú, o de un pensador chino... “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. En ella confía el corazón de su marido, y no carecerá de ganancias. Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida. Busca lana y lino, y con agrado trabaja con sus manos.”. Eso es mejor que cualquier pensamiento humano… y aun es mejor: “El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová.”, ver proverbios 18:22 RVR 1960… y “Los hijos que tenemos son un regalo de Dios. Los hijos que nos nacen son nuestra recompensa.”, ver Salmos 127:3 TLA, ¿Qué le quiero decir? Que nosotros NO tenemos que utilizar las revelaciones de carne y sangre, como dijo Aristóteles, como dijo Sócrates, como dijo: Mahatma Gandhi, como dijo: Confucio, como dijo: el General Grant, como dijo: Abraham Lincoln, como dijo: san Agustín. ESTÁ BIEN, si usted quiere aumentar su acervo cultural léase todos los libros que la gente dice que se tienen que leer y que tal vez solo los ojean, pero si usted desea alimentar su espíritu lea la Biblia y es más hasta le aumenta su acervo cultural, porque al estudiarla la investiga y al investigarla termina estudiando la época de ese tiempo, pero ese no es el punto, el punto es que la santa cena nos trae revelación por medio del cuerpo, es decir del pan; y por medio de la sangre, es decir del jugo de la uva, ¿Qué le quiero decir? Que al participar de la mesa del Señor dignamente, pero con Fe, le traerá la revelación espiritual y secular a su vida.

Ahora, miremos Juan capítulo 6:35.

“Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, 
y el que cree en mí nunca tendrá sed.”

En otras palabras, la carne anterior y la sangre anterior, es decir de sus antepasados, es decir de los seis Adanes anteriores les trajo muchas desgracias, pero lo mío, mi carne y mi sangre, nos dice el Señor: Les trae vida, ¿Qué le quiero decir? Que algunas personas solo existen… Hay una gran diferencia entre la existencia y la vida… Por ejemplo: Usted puede tener en su casa una planta artificial, la planta existe, pero no puede disfrutar de lo que usted disfruta, ¿Y de qué disfruta usted? Del aire, del sol y del agua, ¿Qué le quiero decir? Que la santa cena, que la santa cena, que la santa cena, los hará pasar del existencialismo a la vida, Amén.

Ahora miremos Juan capítulo 6:44 al 45 y 47.

“Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. Escrito está en los profetas: “Y todos serán enseñados por Dios.”…En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna.”

En otras palabras, Así nos dice el Señor: El que come mi carne y bebe mi sangre, pero con Fe, le voy a quitar el traje de los seis Adanes, y ya no le voy a dar vida sino vida eterna, y si se muere lo voy a resucitar en el día final, porque mi carne y mi sangre le harán progresar su santidad… La santidad es posicional (Nos la da Cristo Jesús), ver Primera de Corintios 1:30 y Primera de Corintios 6:11, pero también es progresiva ¿Y por qué digo eso? Porque el apóstol Pablo dijo y aun nos sigue diciendo: “Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.”, ver Segunda de Corintios 7:1… por eso consejo: Cuando participen de la mesa del Señor háganlo dignamente, porque el pan y el jugo de la uva limpian, lavan y purifican, es decir santifican la carne y la sangre… En otras palabras, transforman la carne y la sangre en carne y huesos, es decir en luz, ¿Qué le quiero decir? Que en nuestro interior fluirá el Señor Jesucristo y al fluir el Señor Jesucristo en nuestro interior perfeccionara nuestra santidad… Hermano Juan Carlos, disculpe, ¿Por qué dice eso? Porque el Señor nos mostró en la última santa cena del año pasado, que al comernos su cuerpo y bebernos su sangre dignamente, pero con Fe, nos trajo el beneficio de transformar nuestra sangre en huesos, es decir en luz, “¡Miren mis manos y mis pies! ¡Soy yo! ¡Tóquenme! ¡Mírenme! ¡Soy yo! Los fantasmas no tienen carne ni huesos, pero yo sí.”, ver Lucas 24:39 TLA, Gloria a Dios.

Ahora, miremos Juan capítulo 6:55.

“Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.”

Pregunto: ¿Qué nos está diciendo el Señor Jesucristo en ese versículo? Que su cuerpo y su sangre, es decir que el pan y el jugo de la uva son el antídoto para la carne y la sangre que no pueden heredar el reino de los cielos, ¿Y por qué digo eso? Porque el apóstol Pablo dijo y aun nos sigue diciendo: “Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible.”, ver Primera de Corintios 15:50… Este versículo está tremendo, porque su contexto nos deja ver que el apóstol Pablo le está hablando a los cristianos que se quieren ir en el arrebatamiento, ¿Qué le quiero decir? Que si usted se quiere ir en el arrebatamiento tiene que perfeccionar su santidad… En otras palabras, ¿Quiere irse en el arrebatamiento? Busque lo que buscó y encontró el salmista, ¿Y que buscó el salmista? “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”, ver Salmos 27:4 RVR 1960, pero ese no es el punto, el punto es que el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo es el único antídoto que puede vencer las maldiciones que heredamos, ya sea de forma consciente e inconsciente de nuestros antepasados, y las manipulaciones de los principados, de las potestades, de los gobernadores de las tinieblas de este siglo, y de las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes, y de las enfermedades congénitas, y de las revelaciones de la carne y de la sangre, y del existencialismo. Ah… y también nos ayudará a perfeccionar la santidad.

Por eso quisiera terminar esta maravillosa enseñanza del Señor leyendo el versículo 56 del capítulo 6 del libro de san Juan en la versión Conferencia Episcopal Española (CEE): “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.”… y es aquí en donde surge la pregunta de los 20 pesos: Cuándo nosotros aceptamos a Cristo Jesús como nuestro salvador personal, pregunto: ¿Quién está adentro de quién? Él en nosotros, porque cuando nosotros le abrimos nuestro corazón Él entró en nosotros… ¡Eso es cierto hermano!, porque el apóstol Pablo dijo: “…Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de que participarán de su gloria.”, ver Colosenses 1:27 NTV… Eso es hermoso, es glorioso, pero tienen que avanzar, ¿Qué le quiero decir? Que tiene que seguir creciendo, que tiene que seguir desarrollándose, que tiene que seguir madurando, que tiene que seguir perfeccionándose, ¿Y cómo se logra eso hermano? Escuche, con mucha atención: “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.”, pregunto: ¿Quién está adentro de quién? Nosotros en Él, ¿Qué le quiero decir? Que la santa cena les permite a las personas que aceptaron a Cristo, que Cristo habite en él… Esto es tremendo y es tremendo hermano, porque la Palabra de Dios nos dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”, ver Romanos 8:1 RVR 1960… En otras palabras, ninguna condenación hay para los que habitan en Cristo Jesús, Amén.

Hermano; Hermana, no es lo mismo que Cristo esté en mi a que yo esté en Cristo, y la santa cena nos ayuda a que nosotros habitemos en Él y ya no solo Él en nosotros. ENTENDIERON. Hermano, disculpe, me podría explicar de nuevo, por favor. NO HAY PROBLEMA. Escuche: Dice la Palabra: “…El que está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.”, ver Segunda de Corintios 5:17… En otras palabras, el que está en Cristo ya no pertenece a la descendencia de Sem ni a la descendencia de Cam ni a la descendencia de Jafet, y mucho menos a ninguna de sus ramificaciones raciales sino que es una nueva raza, pero: ¿Quién es la nueva raza, el que habita en Cristo o el que aceptó a Cristo como su salvador personal? EL QUE HABITA EN CRISTO, ¿Qué le quiero decir? Que el cuerpo y la sangre del Cordero inmolado es la llave para que Él nos tome y nos introduzca adentro de Él, ¿Y por qué digo eso? Porque el libro de Apocalipsis dice en el capítulo 3:20: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.”… Eso quiere decir que la santa cena es recíproca… En otras palabras, si usted y yo entramos en Él, Él entra en nosotros… En otras palabras, si usted y yo cenamos con Él, Él cena con nosotros… En otras palabras, Si usted y yo nos lo comemos a Él, Él nos come a nosotros, por eso es que cuando Él nos come a nosotros y nosotros no tenemos el sabor, y el color, y la temperatura necesaria, dice la Biblia que Él nos vomita de su boca, ver Apocalipsis 3:16, por eso es que dice la Biblia: “…Venga mi amado a su huerto, Y coma de su dulce fruta.”, ver Cantares 4:16 RVR 1960, ¿Qué le quiero decir? Que hoy hay una comida que le va a dar el sabor a Jesús, que se llama: Santa cena. ENTENDIERON… No, me lo podría explicar de nuevo hermano, por favor. ESTA BIEN. Escuche: El pan y el jugo de la uva es la figura, es la sombra, es el prototipo de la carne y de la sangre de nuestro Señor Jesucristo, y que al hacerla una comida espiritual nos puede transformar en su verdadera carne y en su verdadera sangre, es decir en su carne y en sus huesos, es decir en su luz y su luz le permitirá a nuestro ser tripartito adquirir el sabor, y el color, y la temperatura que le es agradable a Cristo... por eso consejo: Hagamos de la santa cena una reciprocidad.


05 de Enero de 2019
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo

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