CRISTO ES EL PAN DE LA VIDA
LA BIBLIA NOS HABLA:
“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si
alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo también daré por
la vida del mundo es mi carne.” (Juan 6:51)
En este día quisiera comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor
diciendo, que este día es un día de fiesta, que este día, por medio de la santa
cena, vamos a recordar y a celebrar que Jesucristo murió “…para que usted y yo tengamos vida,
y para que la tengamos en
abundancia.”, ver Juan 10:10… Dios es el que da la vida verdadera; Dios es
el que da la vida en abundancia; Dios es el que hace resplandecer la luz de en
medio de las tinieblas; Dios es el que da la vida en medio de la muerte… Lo que
estoy tratando de decir es que nosotros estamos llamados sin lugar a dudas a
morir en Cristo Jesús… En otras palabras, “…todo
el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa del Señor Jesucristo, la
hallará, la encontrará, la salvará.”,
ver Mateo 16:25 RVR 1960, LBLA, NVI, DHH y TLA, por eso permítame decirle, que
nosotros no hemos sido llamados a celebrar el nacimiento del Señor Jesucristo… que
nosotros hemos sido llamados a celebrar dos ordenanzas que tienen que ver con
la muerte del Señor Jesucristo… y dice la Palabra en el libro de Eclesiastés,
en el capítulo 7:1 DHH: “…Vale más el
día en que se muere que el día en que se nace.”… Esto es ilógico para la
mente humana... yo le aseguro que usted nunca le ha escuchado decir a alguien: gracias
Señor porque ya se acerca mi muerte, pero la Palabra lo deja ver, primer
ejemplo: Jacob no le temía a la muerte ¿Por qué digo eso? Porque la Palabra
dice que cuando Jacob se encontraba en su lecho de muerte bendijo a sus hijos y
después de bendecirlos, les dijo: “Ya me
falta poco para morir. Por favor, entiérrenme en la tumba de mis antepasados.
Me refiero a la cueva y al campo que Abraham le compró a Efrón el hitita para
enterrar a su esposa Sara...”, ver Génesis 49:29 al 31 TLA… segundo
ejemplo: dice la Palabra: que cuando el rey David se encontraba en su lecho de
muerte le dijo a su hijo Salomón: “Tarde
o temprano, la muerte nos llega a todos, y a mí me falta poco para morir. Sé
valiente y compórtate como hombre.”, ver Primera de Reyes 2:2 TLA. Esto es
incongruente; Esto es contradictorio para el pensamiento humano… por eso me
pregunto y le pregunto: ¿Qué es mejor: el día de la muerte o el día del
nacimiento?, pero ese no es el punto, el punto es que nosotros debemos de
recordar y de celebrar la muerte de nuestro Señor Jesucristo, porque eso era lo
que Él quería, “…cada vez que comen este
pan y beben de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga,
nos dice el apóstol Pablo.”, ver
Primera de Corintios 11:26 NVI… En otras palabras, la muerte del Señor
Jesucristo no fue un fracaso aunque el mundo así lo ve… La muerte del Señor
Jesucristo fue una victoria, es una victoria y seguirá siendo una victoria, es decir
que ha sido siempre una victoria ¿Por qué digo eso? Porque de su muerte brotó
la vida y de esa vida, la vida eterna, llámese: inmortalidad... El Señor Jesucristo
dice: recuerden mi muerte y el apóstol Pablo dice: recuerden mis prisiones…
Quizás alguien se esté diciendo: hermano Juan Carlos disculpe, yo creo que esta
vez usted si se equivocó, porque el preso que está preso está preso porque
fracasó, NO NECESARIAMENTE. Dice la Palabra de Dios: que cuando estuvo preso el
apóstol Pablo obtuvo muchas victorias, primera victoria: “…Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo? Ellos le respondieron: Cree en el Señor
Jesús, y tú y tú familia se salvarán ¿De quién estoy hablando? Del
carcelero romano, pregunto: ¿Qué sucedió con el carcelero y la familia del
carcelero? SE CONVIRTIÓ ¿Por qué digo eso? Porque la Palabra dice: que cuando Pablo le expuso la palabra de Dios a él y a todos los demás que estaban en su casa…en
seguida fueron bautizados él y toda su familia.”, ver Hechos 16:29 al 34,
TLA ¿Cómo se llama esta victoria? FE, y dice la Palabra que: “…la fe es la certeza de lo que se espera,
la convicción de lo que no se ve.”, ver Hebreos 11:1… segundo victoria: dice
la Palabra de Dios que cuando llevaban al apóstol Pablo junto a otros presos
hacia Roma para ser enjuiciado, lo transportaron en un barco, el barco sufrió
un percance y en el percance les dijo:
“…Amigos…os exhorto a tener buen ánimo, porque no habrá pérdida de vida entre
vosotros, sino sólo del barco. Porque esta noche estuvo en mi presencia un
ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: “No temas, Pablo; has de
comparecer ante el César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan
contigo.”, ver Hechos 27:21 al 24, pero eso no terminó ahí, porque dice la
Palabra: que cuando naufragaron llegaron a la isla de Malta o de Melita y que
en esa isla los recibió y los hospedó
con toda amabilidad el hombre principal de la isla, que se llamaba Publio… Y sucedió que el
padre de Publio yacía en cama, enfermo con fiebre y disentería; y Pablo entró a
verlo, y después de orar puso las manos sobre él, y lo sanó. Cuando esto
sucedió, los demás habitantes de la isla que tenían enfermedades venían a él y
eran curados.”, pregunto: ¿Cómo se llama esta segunda victoria? VISITACIÓN y MISERICORDIA
¿De quién? DE DIOS, pero también se llama, en primer lugar: HONRA, porque dice
la Palabra: que “…cuando estaban por
zarpar los suplieron con todo lo
necesario.”… y en segundo lugar, se llama: MILAGROS y PRODIGIOS… y fue por
eso que el Señor Jesucristo dijo y aun nos sigue diciendo: “…el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún
mayores, porque yo vuelvo al Padre.”, ver Juan 14:12 NTV… Lo que
estoy tratando de decir es que de cada fracaso Dios nos da una gran victoria… Lo
que estoy tratando de decir es que “…Dios
no nos ha dado un espíritu de timidez, de temor, de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio.”, ver Segunda de Timoteo 1:7 NVI, DHH, LBLA y RVR 1960… La mayor
victoria que nos ha regalado Dios, se llama: MUERTE ¿Pero, la muerte de quién?
de su Hijo unigénito ¿Por qué? Porque de esa muerte brotó la vida y no
cualquier vida, VIDA ETERNA, por eso permítame decirle nuevamente hermano, que
este día es un día de fiesta, que este día estamos anunciando la muerte y la
resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y a esto es a lo que se refería el
apóstol y muchas cosas más, cuando él dijo: “Porque en verdad los judíos piden señales y los griegos buscan
sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo
para los judíos, y necedad para los gentiles.”, ver Primera de Corintios
1:22 al 23… Eso quiere decir que Pablo, y vale recordar que Pablo aún sigue
siendo el apóstol de los gentiles, es decir de usted y de mí, ver Hechos 9:15,
pero el punto es que el apóstol Pablo NO nos manda a celebrar la navidad… En
otras palabras, nos manda a celebrar la santa cena, ver Primera de Corintios
11:23 al 26… Lo que estoy tratando de decir es que nosotros podemos vencer al
que tiene el poder de la muerte,
llámese: diablo, satanás, serpiente antigua, por medio de la santa cena,
llámese: Cordero, Jesucristo, carne y sangre, pan y vino, ver Hebreos 2:14, por
eso permítame darle una buena noticia: Cristo murió por nuestros pecados, Cristo
resucitó para darnos vida, Cristo ascendió para prepararnos moradas en la casa
de su Padre, Cristo está vivo, Cristo es el rey, Cristo es verdaderamente Dios
y por eso antes de que nosotros naciéramos nos escogió, pero ese no es el
punto, el punto es que el Señor Jesucristo nos ordena celebrar su muerte,
pregunto: ¿Cómo vamos a celebrar su muerte? Dice la Palabra que nuestro Señor
Jesucristo dijo: “De cierto, de cierto
os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero
si muere, lleva mucho fruto.”, ver Juan 12:24 RVR 1960… Eso quiere decir
que la muerte de Cristo representa el pan… y fue por eso que Él mismo dijo y
aun nos sigue diciendo: “…Esto es mi
cuerpo, PAN, que por vosotros es
dado; haced esto en memoria de mí. De la misma manera tomó la copa después de
haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, VINO, que es derramada por vosotros.”, ver
Lucas 22:19 al 20... Lo tremendo de esos versículos es que cuando los
concatenamos con el versículo 54 del capítulo 6 del libro de Juan, que dice: “El que come mi carne, PAN y bebe mi sangre, VINO, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en
el día final.”... Esto es extraordinario, porque la santa cena nos da un
galardón, llámese: vida eterna, pero
lo tremendo de esto es que cuando concatenamos los versículos anteriores con el
versículo 5 del capítulo 6 del libro de Romanos LBLA, que dice: “…si hemos sido unidos a Él en la
semejanza de su muerte, entre paréntesis bautizo en agua, ciertamente lo seremos también en la semejanza
de su resurrección.”… Lo que estoy tratando de decir es que la persona que
no se bautice en agua y que no participe de la mesa del Señor, llámese: santa
cena, NO resucitará en los primeros turnos de resurrección ¿Por qué digo eso?
Porque los versículos anteriores dicen: “El
que come mi carne, PAN y bebe mi
sangre, VINO, tiene vida eterna, y
yo lo resucitaré en el día final, siempre
y cuando participa de la santa cena ¿Por qué digo eso? Porque Jesucristo dijo y
aun nos sigue diciendo: “…el grano de
trigo no produce nada, a menos que caiga en la tierra y muera, es decir Yo,
pero no Juan Carlos Bonilla sino Cristo Jesús…”, TLA.”… En otras
palabras, los que no se bauticen en agua no resucitarán en los primeros turnos;
Los que no participen de la santa cena dignamente no resucitarán en los
primeros turnos ¿Por qué digo eso?, en primer lugar, porque la Palabra dice que
la salvación es por gracia y por medio de la Fe, ver Efesios 2:8… y en segundo
lugar, porque la Palabra dice que existen turnos de resurrección, ver Primera
de Corintios 15:23, por eso permítame decirle, que la santa cena está
íntimamente ligada a la resurrección y a los turnos de la misma… Eso quiere
decir que las personas que han sido bautizadas en agua y que participan de la
mesa del Señor dignamente van a ser levantadas y transformadas antes de la
tribulación y de la gran tribulación, ver Apocalipsis 7:13 al 14, es decir “…cada uno en su debido orden: Cristo, las
primicias; luego los que son de Cristo en su venida.”, ver Primera de
Corintios 15:23… Lo que estoy tratando de decir es que las personas que no se
han bautizado en agua aún y que no participan de la mesa del Señor dignamente, van
a ser salvas y van a tener vida eterna, entre paréntesis, siempre y cuando
hayan aceptado y confesado al Señor Jesucristo como su único Señor y Salvador,
ver Romanos 10:9 al 10, pero el punto es que las personas que no cumplieron con
los requisitos anteriores y con los que aún no hemos mencionamos, van a ser
eternamente salvas, pero no van a tener los mismos galardones, no van a tener
el mismo posicionamiento ¿Por qué razón? Porque rechazaron ser la Iglesia de
Cristo, ver Salmos 24:3 al 5, Marcos 13:32 al 37, Efesios 5:27 y Hebreos 12:14…
por eso me pregunto y le pregunto: ¿Nos gustaría resucitar en los primeros
turnos?, es decir: Cristo, las
primicias; luego los que son de Cristo en su venida, ver Primera de Tesalonicenses 4:14 al 17, Ahora: ¿Cómo vamos a lograr los primeros turnos? MANTENIÉNDONOS EN
OBEDIENCIA ¿Por qué digo eso? Porque la Palabra dice en el libro de Hebreos capítulo
12:14 TLA: “Traten de vivir en paz con
todos, y de obedecer a Dios; porque si no lo hacen, nadie verá al Señor.”, Amén.
Las ordenanzas, llámense:
bautizo en agua y santa cena, nos las dejó el Señor Jesucristo en la Palabra para
que las cumplamos, pero la santa cena no se puede comer y tomar como un RITUAL,
debemos de tener la consciencia clara de lo que significa, por eso permítame
decirle que cada vez que usted y yo participamos de la mesa del Señor dignamente,
nos estamos comiendo al Cordero y que al comernos al Cordero el Cordero entra
en nosotros y nosotros en Él ¿Por qué digo eso? Porque cada vez que nosotros
nos comemos al Cordero es como si lo estuviéramos aceptando otra vez ¿Por qué? Escuche
con mucha mayor atención: La primera vez que nosotros dijimos: Entra en mí
Señor; Te recibo como a mi único Señor y Salvador, Él entró en nuestro espíritu,
por otro lado, cuando nosotros participamos de la mesa del Señor dignamente, lo
estamos aceptando nuevamente a través de un acto profético en donde al pan le
estamos dando la dimensión del cuerpo y al vino le estamos dando la dimensión
de la sangre… Eso quiere decir que nosotros nos estamos comiendo a Cristo Jesús;
Eso quiere decir que Cristo Jesús entra en nosotros y nosotros en Él ¿Por qué
digo eso? Porque la Palabra de Dios nos dice en el libro de Juan capítulo 17:20
al 21 RVR 1960: “Mas no ruego solamente
por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, QUE TAMBIÉN ELLOS SEAN UNO EN
NOSOTROS; para que el mundo crea que tú me enviaste.”… Lo que estoy
tratando de decir es que la santa cena es la única herramienta que existe para
que nosotros nos comamos al Cordero y para que el Cordero nos coma a nosotros…
Lo que estoy tratando de decir es que cuando nosotros participamos de la mesa
del Señor dignamente, agarramos el sabor de Cristo y que al agarrar el sabor de
Cristo, Cristo NO nos vomita de su boca… Quizás alguien se esté diciendo: hermano
Juan Carlos, disculpe, en que versículo se encuentra lo que usted está
diciendo… Dice la Palabra en el libro de Apocalipsis capítulo 3:16 RVR 1960: “…por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente,
te vomitaré de mi boca.”. Usted y yo vomitamos lo que tenemos en nuestro
estómago; Usted y yo vomitamos lo que tenemos en nuestra boca, es decir que
Usted y yo vomitamos lo que nos hace daño… Eso quiere decir que el Señor
Jesucristo ya tiene dentro de Sí a algunas personas, pero como no tienen la
temperatura… ¿Sabía usted que para que la comida sea grata se tiene que comer a
cierta temperatura?, por ejemplo: dicen los baristas que cuando nos tomemos una
taza de café con leche debemos de cuidar la temperatura de la leche, porque cuando
hierve la leche pierde su sabor y consistencia... Ahora, apliquemos ese ejemplo
en nosotros: Si nosotros somos la comida del Señor y estamos fríos, pregunto:
¿Nos come? NO NOS COME; Si nosotros somos la comida del Señor y estamos tibios,
pregunto: ¿Qué sucede en el Señor? NOS VOMITA DE SU BOCA, pero si estamos
calientes, dice: Esta es la temperatura; Este está ardiente por conocer más de
Mí; Este está ardiente por querer más de Mí, y por eso no lo vomitaré de mi boca,
y si así fuera el sabor permítame decirle, que el sabor se modifica también de
acuerdo a la temperatura, ME DI A ENTENDER… Hoy nos comemos al Cordero; Hoy nos
comemos a Cristo; Hoy nos comemos su carne y nos tomamos su sangre, pero lo
debemos de comer y de beber con la consciencia clara de lo que estamos
haciendo, es decir de lo que nos estamos comiendo y de lo que nos estamos
bebiendo… por eso, mejor abramos nuestra Biblias en el libro de Juan, en el
capítulo 6:35, para que el Señor nos muestre un beneficio del CORDERO.
“Jesús
les dijo: yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre,
y el
que cree en mí
nunca tendrá sed.”
Este versículo nos muestra dos poderosas palabras: venir y creer, venir
para saciar el hambre y creer para saciar la sed, pregunto: ¿Con que vamos a
saciar el hambre? CON EL PAN DE LA VIDA, pregunto: ¿Con que vamos a saciar la
sed? CON EL AGUA DE LA VIDA, con el agua que el Señor Jesucristo le menciono a
la samaritana: “…el que beba del agua
que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se
convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.”, ver
Juan 4:14, pero lo tremendo de ese líquido es que cuando leemos el libro de
Juan capítulo 15 RVR 1960, nos damos cuenta que el agua es el vino, porque
dice: “Yo soy la vid verdadera, y mi
Padre es el labrador…Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en
mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer.”, ver Juan 15:1 y 5, pero al decir: Yo soy la vid sabemos que de la vid se obtiene la uva y de la uva
se obtiene el vino, pero lo tremendo de esto es que los hebreos al jugo de la uva,
le llaman: La sangre de la uva… Eso quiere decir que los hebreos están hablando
de la sangre del Cordero de Dios, porque Él dijo: Yo soy la vid verdadera y
si Él es la vid verdadera, quiere
decir que cuando nosotros nos comemos el pan de vida y nos bebemos el agua de vida
dignamente nos estamos comiendo la genética de nuestro Señor Jesucristo y si
nos estamos comiendo la genética de nuestro Señor Jesucristo quiere decir que tendremos
una nueva existencia mientras permanezcamos en esta bendita tierra y si
permanecemos en esta bendita tierra con esa nueva existencia quiere decir que resucitaremos
en los primeros turnos, llámese: ARREBATAMIENTO, Gloria a Dios, Aleluya...
La resurrección del
Señor Jesucristo es nuestra mayor victoria, “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la
tierra de los vivientes, nos dice el dulce cantor de Israel.”, ver Salmos 27:13 RVR 1960… por eso
permítame hablarle acerca de la eternidad: Si usted no quiere aceptar al Señor
Jesucristo plenamente, con todo respeto, no es por meterle miedo, pero le tengo
que decir lo siguiente, porque si no le digo lo que el Señor quiere que le diga,
Él me va a pasar la factura a mí ¿Por qué digo eso? Porque la Palabra dice en
el libro de Ezequiel, en el capítulo 3:16 al 19 TLA: que si el atalaya no le
advierte a alguien que va a morir por
causa de su mala conducta, esa persona morirá por causa de su pecado, pero el
culpable de su muerte será el atalaya.
En cambio, si el atalaya le
advierte que debe apartarse del mal, y
no le hace caso, esa persona morirá
por causa de su pecado, pero el atalaya
no será culpable de nada, por eso permítame decirle: Así como existe un
galardón que lleva a la vida eterna, también existe un galardón que lleva al infierno
eterno… hermano disculpe usted está diciendo herejías, porque dice la Palabra
que Dios es bueno, CIERTO, pero también dice; que Dios es justo y que provee la
salida por medio de su Hijo Jesucristo… Eso quiere decir que la persona que no
acepte al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador no se salvará por medio de una
religión, o por medio de las armas, o por medio de las buenas obras ¿Por qué?
Porque está rechazando la puerta estrecha que conduce al camino angosto que
lleva a la vida, llámese: Señor Jesucristo… No crea que soy un predicador
fatalista o amenazador, pero le debo de ratificar y recordar: que en el
infierno la llama nunca se extingue, que en el infierno el gusano nunca se muere
y si usted no quiere terminar ahí, debe de buscar a Dios como nunca lo ha
buscado… Lo lamentable de esto es que existen muchas personas y entre ellas
cristianas que toman el infierno como un
juego, y dicen: Dios es buena gente por eso no nos llevará al infierno ¿Cómo
que Dios es bueno gente? Si Dios es el creador; Dios no es una criatura y por
eso no puede ser buena gente, por eso permítame decirle, que Dios es bueno pero
aun siendo bueno, es justo… y es por eso que el profeta Ezequiel nos dice: “El alma que peque, ésa morirá. El hijo no
cargará con la iniquidad del padre, ni el padre cargará con la iniquidad del
hijo; la justicia del justo será sobre él y la maldad del impío será sobre él.”,
ver Ezequiel 18:20… Por eso me pregunto y le pregunto: ¿Cómo será el cielo, si
los amaneceres y los atardeceres en esta bendita tierra son gloriosos? Hermano
Juan Carlos, disculpe usted ha estado en el reino de Dios, NO, pero yo creo lo
que leo, y dice la Palabra en el libro de Juan, en el capítulo 14:12 al 13 NVI:
“En el hogar de mi Padre hay muchas
viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles
un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así
ustedes estarán donde yo esté.”… Bienaventurados los que han partido en
obediencia... Bienaventurados los que se encuentran en la presencia del Señor
habiendo llenado todos los requisitos que tenían que llenar en esta bendita
tierra… y esto el apóstol Pablo lo vivió y lo contó, ver Segunda de Corintios
12:1 al 5, pero me estoy enfocando demasiado en el cielo, por eso permítame
hablarle de lo que debemos de hacer en esta tierra para que podamos resucitar
en los primeros turnos de resurrección… Escuche con mucha mayor atención lo que
debemos de hacer: Debemos de comernos el pan y tomarnos el agua que le llevó el
ángel a Elías cuando se encontraba debajo del enebro, cuando se quería morir.
Señor ya no aguanto más, es mejor que me mates, termina mi ministerio, Elías no
seas rebelde cómete el pan y bébete el agua, porque aún te falta mucho camino
por recorrer, tienes que pasar este valle
de sombra de muerte y no lo vas a lograr si no te comes antes el pan y te
bebes el agua, ver Primera de Reyes 19:1 al 8… En otras palabras, debemos de comernos
el pan de vida y el agua de vida para que podamos atravesar nuestros valles de sombra de muerte, que algunos
hermanos en cristo satanizan… pero el punto es que Elías tisbita, le hizo caso al ángel y por hacerle caso al ángel
aún sigue con vida… y fue por eso que el perito arquitecto de la Iglesia de
Cristo Jesús dijo y aun nos sigue diciendo: “He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos
transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final;
pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros
seremos transformados.”, ver Primera de Corintios 15:51 al 52… y es aquí en
donde surge la pregunta de los 20 pesos: ¿Cuántos queremos participar de la
mesa del Señor, cuántos queremos comernos el pan de vida y bebernos el agua de vida?,
por eso permítame decirle, que cuando usted y yo nos estemos comiendo el pan de
vida y nos estemos bebiendo la sangre de la uva, pero con Fe, le puedo
asegurar, pero no en mi propio nombre, porque ¿quién soy yo para decirlo?, yo
se lo puedo asegurar en el nombre del Señor Jesucristo, porque Él fue el que lo
prometió, y dijo: “…yo soy el pan de la
vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá
sed.”, ver juan 6:33… Le puedo asegurar que después de la santa cena vamos
a sentir un insuflar de parte del Señor en nuestro Ruaj, en nuestro espíritu, en
nuestro interior, que nos va a fortalecer y al fortalecernos nos va a ayudar a
atravesar el valle de sombra de muerte
como lo dice la Palabra de Dios: “Cuando
pasen por el valle de las Lágrimas lo convertirán en manantial, y aun la lluvia
lo llenará de bendiciones.”, ver Salmos 84:6 DHH… En otras palabras, hay un
valle seco delante de nosotros, que se llama: dificultad, adversidad, que lo
podemos atravesar de la mano del Señor, porque su vara y su cayado nos infunden aliento.
Por eso quisiera
terminar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo, que Dios nos quiere bendecir;
Que Dios nos quiere llenar de vigor nuestro espíritu, nuestra alma y nuestro
cuerpo, por eso no nos debemos de entristecer cuando estemos atravesando por alguna
dificultad, o adversidad, llámese: familiar, laboral, personal, económico,
salud o que se yo… Recibe el vigor nuevamente en tus ojos; Recibe el vigor
nuevamente en tus oídos; Recibe el vigor nuevamente en tu memoria; Recibe la
cristalinidad de los pensamientos de Dios para que vuelva la sonrisa a tus
labios… Dios tiene grandes cosas para ti y para tu familia… Este mensaje no es
un mensaje humano, este mensaje es un mensaje que proviene de la Palabra del
Señor… Recuerde, que Dios es amoroso y tierno si fallamos, que Dios es
bondadoso, que Dios es paciente, que Dios es compresivo y es tan compresivo que
si tropezamos nos levanta, que si pecamos se convierte en nuestro consejero,
abogado y Juez… Dios es bueno y es tan bueno que nos dejó esta maravillosa
ordenanza, llámese: SANTA CENA para que nosotros le supliquemos por medio de
ella, que nos ayude a atravesar con vigor cualquier valle de sombra de muerte que estemos atravesando ¿Para qué? Para
que podamos alcanzar el máximo galardón que se llama: arrebatamiento, es decir vida
eterna, es decir inmortalidad.
02 de Diciembre de 2017
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo
Comentarios
Publicar un comentario
Que este tema sea de edificación para tu vida, gracias por tus comentarios!