CUAL ES EL PLAN DE DIOS PARA NUESTRA VIDA

LA BIBLIA NOS HABLA:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)

Antes de comenzar con la enseñanza, quisiera que leyéramos el versículo 18 del capítulo 16 del libro de Mateo RVR 1960, porque dice: “...y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”. Otra versión dice: “…y el poder de la muerte no la conquistará.”, NTV, ¿Por qué cree que le pedí que leyéramos ese versículo? Porque ese versículo nos enseña, en primer lugar: que la Iglesia ES del Señor Jesucristo, porque dice: MI IGLESIA… y en segundo lugar, porque el Señor Jesucristo ha preparado un plan para su Iglesia, porque dice: EDIFICARE… y en tercer lugar, porque nos deja ver claramente el Señor Jesucristo que su Iglesia jamás será vencida, porque dice: LAS PUERTAS DEL HADES NO PREVALECERÁN CONTRA ELLA… Eso quiere decir que Dios ya tenía trazado un plan para la Iglesia de Cristo desde antes de la fundación del mundo, y que ese plan era secreto, y que ese plan lo iba a revelar a su debido tiempo, por eso me pregunto y le pregunto: ¿De dónde surgió la Iglesia? Bueno, la Iglesia de Cristo surgió antes de que el evangelio entrara en cualquier país del mundo, e incluso mucho antes de que alguien conociera el evangelio, porque Dios ya había preparado un plan desde antes de la creación del mundo… Este plan no comenzó hace poco, ni siquiera se inició cuando el Señor Jesucristo murió en la cruz del calvario por sus pecados y por mis pecados... y esto el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo nos los confirma diciendo: Dios “…nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.”, ver Efesios 1:3 al 5 RVR 1960, por eso déjeme decirle amado hermano, que cuando se cumplió la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, ver Gálatas 4:4, en primer lugar, para que enseñara acerca de la verdad… y en segundo lugar, para que hiciera muchos milagros, prodigios y liberaciones en el pueblo de Israel… Lo que estoy tratando de decir es que Dios envió a su Hijo unigénito a exponer el evangelio, es decir el nuevo estilo de vida para que usted y yo tuviéramos la gracia y la misericordia de Dios en nuestra vida… Claro que Dios sabía que algunos judíos lo iban a rechazar hasta el punto de darle muerte y muerte en cruz… pero lo tremendo de esto es que su Padre lo resucitó y al resucitarlo estableció el fundamento para su Iglesia… y esto el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo nos lo confirma diciendo: “…en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio.”, ver Efesios 3:5 al 6 RVR 1960. Eso quiere decir, en primer lugar: que la Iglesia de Cristo está compuesta por todas las personas que han creído en el Señor Jesucristo… y en segundo lugar: que por medio del evangelio usted y yo hemos venido a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo ¿Por qué razón? Porque Dios “…levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor, a su derecha, en los lugares celestiales. Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no solo en este mundo sino también en el mundo que vendrá.  Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia. Y la iglesia es el cuerpo de Cristo; él la completa y la llena, y también es quien da plenitud a todas las cosas en todas partes con su presencia.”, ver Efesios 1:20 al 23 NTV. Eso quiere decir que si la Iglesia de Cristo, es decir usted y yo, somos el cuerpo del Señor Jesucristo, también somos la novia, y la esposa, ver Apocalipsis 21:9, y el rebaño de Dios, ver Primera de Pedro 5:1 al 2, y el templo santo en el Señor, en Cristo… para que allí habite Dios en el Espíritu, ver Efesios 2:21 al 22 RVC, pero el punto es que la Palabra nos deja ver claramente en el libro de Efesios, en el capítulo 2:11 al 19, “…que en otro tiempo nosotros los gentiles en la carne…estábamos separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía, de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, nosotros, que en otro tiempo estábamos lejos, hemos sido acercados por la sangre de Cristo. Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad… porque por medio de El los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu. Así pues, ya no somos extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y de la familia de Dios.”. Eso quiere decir que Dios tenía desarrollado un plan para la Iglesia de Cristo a través del tiempo, es decir a través de etapas… y esto el medico Lucas nos lo confirma en el libro de los Hechos, en primer lugar, en el capítulo 2, porque nos muestra como la Iglesia de Cristo nace para los Judíos… y en segundo lugar, en el capítulo 8:4, porque nos muestra como la Iglesia nace para los samaritanos, es decir para los que eran mitad judíos y mitad gentiles… y en tercer lugar, en el capítulo 10:44, porque nos muestra como la Iglesia nace para los prosélitos, es decir para los gentiles conversos al judaísmo que respetaban todas las doctrinas y preceptos de la economía judía… y en cuarto lugar, en el capítulo 19:6 al 7, porque nos muestra como la Iglesia de Cristo nace para los Goy # 1471 hebreo, es decir para los gentiles, es decir para las naciones, es decir para las personas, es decir para las personas ajenas al pueblo judío, es decir para nosotros… pero lo interesante de esto es que cuando se dan estos cuatro nacimientos de la Iglesia de Cristo, la Palabra nos deja ver que en la primera, y en la segunda, y en la tercera y en la cuarta Iglesia de Cristo bautizaban a los creyentes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, ver Hechos 2:38 y Hechos 8:16 y Hechos 10:48 y Hechos 19:5… y es por eso que existe mucha controversia sobre el bautismo ¿Por qué razón? Porque algunos teólogos dicen que el bautismo solo se debe hacer en el nombre del Señor Jesús y no en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Quizás alguien se esté diciendo: hermano Juan Carlos Bonilla, ¿Cómo nos deben de bautizar, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, o en el nombre del Señor Jesús? BUENO, POR LAS DOS FORMAS, porque la Palabra dice: que Jesucristo dijo y nos sigue diciendo: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo, hasta la consumación del siglo.”, ver Mateo 28:19 al 20, Gloria a Dios, Aleluya.

¿Por qué cree usted que le explique cómo se desarrolló la Iglesia de Cristo?

Porque así como Dios creo el plan perfecto para el desarrollo de la Iglesia de Cristo, de esa misma forma creó el plan completo para usted y para mí, es decir NUESTRA SALVACIÓN, y es: OÍR + CREER + ARREPENTIRSE + CONFESAR + BAUTIZARSE + PERSEVERAR = A SER SALVO ETERNAMENTE.

OÍR: ¿El qué? LAS BUENAS NUEVAS.

¿Por qué cree usted que el primer paso es oír la Palabra? Bueno, en primer lugar, porque la Palabra dice: que “…Todo el que ha oído y aprendido del Padre, llega a Cristo.”, ver Juan 6:45… y en segundo lugar, porque la Palabra dice: que “…la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo”, ver Romanos 10:17. Eso quiere decir que usted amado hermano, necesita oír la Palabra que Dios envía por medio de los ministros del Señor Jesucristo con una mente dispuesta, es decir con entusiasmo ver Hechos 17:11 NTV, porque la Palabra dice: que “…los que recibieron con buena voluntad la palabra fueron bautizados…”, ver Hechos 2:41, y fue por eso que el Señor Jesucristo dijo y nos sigue diciendo: “…dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan.”, ver Lucas 11:28, ¿Por qué razón? Porque la Palabra de Dios nos hace ver: que solo el que oye la Palabra podrá CONFESAR con su boca que Jesús es el Señor y creer en su corazón que Dios le resucitó de entre los muertos para ser SALVO ¿Por qué razón? Porque ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?”, ver Romanos 10:9 al 17, y es por eso que yo Juan Carlos Bonilla, siempre digo que todos los ministros del Señor debemos enseñar la verdadera doctrina, es decir que debemos de Predicar la palabra, o mejor dicho que debemos de anunciar el mensaje de Dios a tiempo y fuera de tiempo; mostrándole a las personas sus errores, para corregirlos, y para animarlos y para exhortarlos con mucha paciencia e instrucción.”, ver Segunda de Timoteo 4:2, ¿Por qué razón? Porque “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.”, ver Segunda de Timoteo 3:16 al 17, y fue por eso que el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo Jesús dijo y nos sigue diciendo: que “el Señor le da a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y a otros maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error; sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.”, ver Efesios 4:11 al 15, ¿Por qué razón? Porque nuestro Señor Jesucristo dijo y aun nos sigue diciendo: que “…la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha para que envié obreros a recogerla.”, ver Mateo 9:37 al 38 DHH, pero para eso, usted tiene que ser capacitado y equipado para la buena obra del Señor.

CREER: ¿En qué? EN EL EVANGELIO.

¿Por qué razón? Porque “…sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan.”, ver Hebreos 11:6. Por lo tanto, debe tener presente, que el Señor Jesucristo dijo y nos sigue diciendo: “…que si uno no muere a sus pecados, pues, si no creen que Él es aquel que afirma ser, en sus pecados morirán. En otras palabras, lo que nos está diciendo el Señor Jesucristo es que si alguno no cree en Él, NO TIENE ESPERANZA DE SALVACIÓN.”, ver Juan 8:24 NVI, ¿Por qué razón? Porque la Palabra del Señor, dice: “…que todo aquel que cree con todo su corazón que Jesucristo es el Hijo de Dios, no se pierde, porque tiene vida eterna.”, ver Juan 3:16. Eso quiere decir que la Fe que salva es más que un acuerdo mental, porque la salvación no es por Fe solamente ¿Por qué razón? Porque la Palabra dice en el libro de Juan, en el capítulo 12:42 al 43 DHH, que muchos de los judíos que creyeron en Jesús, incluso algunos de los más importantes. Pero no lo decían en público por miedo a los fariseos, para que no los expulsaran de las sinagogas. Preferían la gloria que dan los hombres a la gloria que da Dios. En otras palabras, que los gobernantes de la sinagoga eran unos creyentes perdidos.”, por eso debemos escuchar con mucha mayor atención lo que dice el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo: “¿De qué sirve, hermanos míos, si alguno dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo?”…Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Pero alguno dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mí fe por mis obras, y fue por eso que les dijo y nos dice: ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre cuando ofreció a Isaac su hijo sobre el altar? Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y como resultado de las obras, la fe fue perfeccionada; y se cumplió la Escritura que dice: Y Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.”, ver Efesios 2:14 al 26. Eso quiere decir que la Fe salvadora es la Fe que está sujeta a la obediencia de Dios, es decir que las obras humanas NO PUEDEN SALVAR. Por lo tanto, debemos tener presente, que cuando usted y yo hacemos por Fe lo que Dios dice, a eso le llama el Señor Jesucristo: LA OBRA DE DIOS, ver Juan 6:29. Eso quiere decir que usted y yo debemos de andar en las obras que Dios nos ha mandado hacer ¿Por qué razón? “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.”, ver Efesios 2:10, Gloria a Dios, Aleluya.

ARREPENTIRSE: ¿De qué? DE NUESTROS PECADOS.

Lo que yo estoy tratando de decir es que SI usted y yo NO nos alejamos de la vida de pecado o dejamos de hacerlo, la Palabra nos dice: que usted y yo pereceremos así como murieron los dieciocho que murieron cuando les cayó la torre de Siloé encima, ver Lucas 13:3 al 5 NTV, ¿Por qué razón? Porque “En la antigüedad Dios pasó por alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él manda que todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a él.”, ver Hechos 17:30 NTV. Por lo tanto, debemos tener presente, en primer lugar: que no es lo mismo arrepentirse que sentir remordimiento, porque el que siente remordimiento, es aquel que peca constantemente, se siente mal, pero sigue practicando el pecado, en cambio el que se arrepiente es aquel que se corrige… Lo que estoy diciendo es que cuando una persona se arrepiente, lo que hace es aceptar que cometió un error, UN PECADO, porque él sabe perfectamente bien, que “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”, ver Proverbios 28:13 RVR 1960… y en segundo lugar: que “…la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a una salvación sin remordimiento; pero la tristeza del mundo produce muerte.”, ver Segunda de Corintios 7:10, por eso déjeme decirle, que usted debe de entregar su vida a Cristo y proponerse en su corazón y en su mente a no vivir como un siervo del pecado, llámese transgresión, pecado e iniquidad, ver Salmos 32:5, por eso recuerde: el que está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas.”, ver Segunda de Corintios 5:17.

BAUTIZARSE: ¿En quién? EN JESUCRISTO.

¿Por qué cree usted que se tiene que bautizar?, en primer lugar, porque el que se bautiza está siendo bautizado en su muerte, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también el bautizado ande en vida nueva, ver Romanos 6:3 al 4 RVR 1960… y en segundo lugar, porque si se bautiza en Cristo está sepultando su cuerpo pecaminoso carnal, ver Colosenses 2:11 al 14… y en tercer lugar, porque si se bautiza en Cristo será revestido de Cristo, ver Gálatas 3:27 NVI… y en cuarto lugar, porque si se bautiza en Cristo será lavado de sus pecados, ver Hechos 22:16. Lo que estoy diciendo es que si usted y yo ya fuimos bautizados, ya sea en el nombre del Señor Jesús o en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, ya fuimos redimidos, ya fuimos perdonados, es decir que ya fuimos lavados de nuestros pecados y nacidos de nuevo, porque la Palabra dice: “…En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios…En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: “Os es necesario nacer de nuevo, de arriba.”, ver Juan 3 al 7. Por lo tanto, debemos tener presente, en primer lugar: que la palabra bautizo viene de la palabra griega Baptizo (#G 907), que quiere decir: sumergir, inmersión… Eso quiere decir que todos los que hayan sido bautizados por aspersión o con un chorrito de agua sobre la cabeza, ya sea en el nombre del Señor Jesús o en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, aún no han sido bautizados… Ejemplos bíblicos: nuestro Señor Jesucristo, ver Mateo 3:13 al 17, y el etíope eunuco que bautizo el evangelista Felipe, ver Hechos 8:38 al 39… y en segundo lugar: que en el acto del bautismo recibimos los beneficios de la expiación de la sangre del Señor Jesucristo, es decir el perdón de nuestros PECADOS...

PERSEVERAR: ¿En quién? EN DIOS.

¿Qué significa perseverar? De acuerdo al diccionario, significa: mantenerse firme y constante en una manera de ser o de obrar, y también significa: insistencia, tenacidad, empeño... Eso quiere decir que cuando usted y yo decimos que alguien es perseverante, estamos diciendo que es: constante, tenaz, insistente, firme, es decir que se empeña en lo que hace… por eso me pregunto y le pregunto: ¿Por qué debemos perseverar en Dios? Porque solo con Él podremos luchar en contra del desánimo, de los obstáculos y de las pruebas hasta que lleguemos a la meta final ¿Por qué razón? Porque “…Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.”, ver Lucas 18:27 RVR 1960. Por lo tanto, debemos tener presente, que lo más importante de la perseverancia en el cristiano es: no cuantas veces podemos tropezar, sino cuantas veces podemos levantarnos de nuestros tropiezos y seguir hacia adelante, es decir hasta el fin, es decir hasta el arrebatamiento… por eso, que NO nos importen los desánimos, los tropiezos, los obstáculos, las pruebas o las tribulaciones, levantémonos, animémonos y perseveramos hasta el fin… por eso me pregunto y le pregunto:

¿En qué debemos de perseverar como Iglesia de Cristo?

Bueno, la Palabra dice en el libro de los Hechos, en el capítulo 2:41 al 42 RVR 1960: “…que, los que recibieron la palabra del Señor fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”. En otras palabras, lo que nos está diciendo el medico Lucas es que si usted y yo ya somos cristianos, ya somos hijos de Dios, debemos despojarnos de nuestra vieja naturaleza pecaminosa y de nuestra antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño.”, ver Efesios 4:22, y que para lograr eso lo que debemos hacer es, en primer lugar, un cambio en la enseñanza apostólica, es decir un cambio moral, es decir cambiar nuestros pensamientos… y en segundo lugar, un cambio en la comunión, es decir un cambio social, es decir de amistades… y en tercer lugar, un cambio en el partimiento del pan, es decir un cambio de cultura, es decir de costumbres y de hábitos… y en cuarto lugar, un cambio en las oraciones, es decir un cambio de devocional, y al hablar de ese cambio estamos hablando de cambiar la manera de leer la Palabra, de adorar, de alabar, de edificarnos y de servir al Señor ¿Por qué cree usted que algunos dejan de perseverar? Porque no les importa tener comunión con la Iglesia de Cristo y por eso se dejan llevar, ya sea por su trabajo, o por sus placeres, como la diversión o el entretenimiento, o por las emociones y los sentimientos de amor que los une como familia, es decir que prefieren más a sus padres, a sus hijos, a su conyugue que al Señor Jesucristo, mas no saben ellos que la Palabra dice: “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. En otras palabras, lo que nos está diciendo el Señor Jesucristo es que si usted y yo nos aferramos a nuestra vida, la perderemos, pero si usted y yo somos de los que nos despojamos de nuestra vieja naturaleza pecaminosa y de nuestra antigua manera de vivir por Él, hallaremos vida, salvaremos nuestra vida.”, ver Mateo 10:37 al 39 RVR 1960. Eso quiere decir que para que usted y yo podamos lograr la salvación debemos ser personas temerosas de Dios, es decir que debemos de ser FIELES a DIOS, Por eso déjeme decirle, que usted y yo debemos ser cristianos fieles hasta la muerte ¿Por qué razón? Porque la Palabra dice, en primer lugar: que “…el diablo echará a algunos de nosotros en la cárcel para que seamos probados, y si permanecemos fieles hasta la muerte, el Señor nos dará la corona de la vida.”, ver Apocalipsis 2:10… y en segundo lugar, porque la Palabra dice: que usted y yo “… seremos odiados de todos por causa del nombre de Jesús, pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo.”, ver Marcos 13:13 y Mateo 24:13, Por eso déjeme decirle: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.”, ver Eclesiastés 12:13 al 14 RVR 1960. Por eso quisiera terminar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo: el que deposite la confianza en el Señor estará seguro, estará a salvo, estará protegido, estará fuera de peligro, es decir que será exaltado y por eso saldrá bien librado, ver Proverbios 29:5 LBLA, PDT, DHH,  TLA, RVR 1960 y NVI, ¿Por qué razón? Porque “…el que confía en el Señor prospera.”, ver Proverbios 28:25 NVI. Eso quiere decir que “El hombre y la mujer que es fiel abundará en bendiciones.”, ver Proverbios 28:20, ¿Por qué razón? Porque “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará?, ¿ha hablado Él, y no lo cumplirá?”, ver Números 23:19, ¿Por qué razón? “porque todas las promesas de Dios en Él, en el Cristo, son sí, y por tanto, por medio de Él nosotros damos el amén para la gloria de Dios.”, ver Segunda de Corintios 1:20 BIBLIA PESHITA, ¿Por qué razón? Porque “…DIOS ES AMOR, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.”, ver Primera de Juan 4:16, y fue por eso que nuestro Padre celestial para demostrar el inmenso amor para con el mundo “…dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.”, ver Juan 3:1, Gloria a Dios.

Por eso déjeme decirle: alentémonos y comencemos a perseverar hasta el fin, EL CUAL ES LA VIDA ETERNA. No deje que el enemigo lo desanime, no deje que el enemigo lo confunda, no deje que el enemigo lo distraiga, no deje que el enemigo lo engañe… En otras palabras, NO dejemos que el enemigo nos robe nuestra corona por volvernos unos perezosos, porque la pereza nos puede hacer involucionar, es decir a lo que éramos antes de conocer a Cristo Jesús… por eso recordemos que las cosas que verdaderamente valen tienen un precio caro, tal vez no monetario, pero si un precio que debemos pagar con el esfuerzo por alcanzar lo que vale tanto para nosotros, llámese amor, gozo (alegría), paz, paciencia, benignidad (amabilidad), bondad, fidelidad (Fe), es decir VIDA Y VIDA ETERNA, ver Gálatas 5:22, por eso le pregunto:

¿Vale algo para usted la vida eterna?  O  ¿No vale nada?

Por eso déjeme decirle: “No dejemos de asistir a nuestras reuniones, a la Iglesia de Cristo como algunos han hecho una costumbre, sino animémonos unos a otros; y tanto más cuanto que vemos que 
el día del Señor se acerca.”, ver Hebreos 10:25 DHH.


28 de Enero de 2017
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo

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