PERDER O GANAR
“¿De
qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se destruye a sí mismo?” (Lucas
9:25)
Continuando con las
enseñanzas de las semanas anteriores, que nuestro Padre celestial bajo Su
gracia y bajo Su misericordia me permitió que les instruyera acerca:
- Del porque tenemos que buscar a Dios.
- Del porque debemos de tener un lugar secreto, y.
- Del porque debemos de conocer el propósito de Dios para nuestra vida.
Es por el simple
hecho de que Él quería, que yo, con la ayuda del Señor pudiera trasvasar sus ojos
terrenales a ojos espirituales para que así usted mi hermano, pueda comprender
esta enseñanza de hoy, que viene directamente de Jesús, el autor y consumador
de nuestra fe, así como lo escuchó mi hermano. Es más, permítanme decírselo de
esta forma: que esta enseñanza no viene revelada y mucho menos viene de parte
de Juan Carlos Bonilla, pues esta enseñanza viene impartida de la propia voz de
nuestro Señor Jesucristo, porque la biblia que estuve estudiando para impartir esta
enseñanza está escrita con tinta roja, y esto quiere decir mi hermano, que
proviene de Cristo Jesús, que es Su voz escrita, que es la propia voz escrita de
nuestro Señor Jesucristo, nuestro redentor, y cuyo fin específico es que tanto
usted como yo, podamos ver por medio de esta enseñanza si en nuestra vida
presente estamos:
PERDIENDO O GANANDO
Y mi biblia dice:
“Porque
el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi
causa y por el evangelio, la salvará. ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se
pierde la vida?” (Marcos 8:35
al 36)
Al estudiar estos
versículos mi hermano, podemos ver en ellos un juego de palabras, porque si
usted baja sus ojos a esos versos de Marcos podrá ver que dice: “el que quiera
salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el
evangelio, la salvará” mire usted, que cosa tan tremenda, ya que habla de
salvar y perder, y de perder y salvar, y luego nos dice: “¿De qué sirve ganar
el mundo entero si se pierde la vida?” Ve… porque le digo que esto sí que esta
cardiaco mi hermano, ya que como usted mismo puede ver aquí en estos versículos,
existe un juego de palabras de lados opuestos, que hablan: de ganar y de perder.
Ejemplo de ello lo
podemos ver en el libro de Lucas capítulo 12, que nos habla de un hombre que fue
bendecido, entre comillas, que terminó bien su año, porque las esclusas de los cielos se le
abrieron y por lo tanto sus productos crecieron, sus productos se desarrollaron
y sus ventas crecieron. Entonces, un día se sentó, se puso a pensar y se dijo: “¿Qué
voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha. Por fin dijo: Ya sé lo que
voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda
almacenar todo mi grano y mis bienes. Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes
cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza”, porque
tengo muchos años para poder divertirme y terminando de decir eso mi hermano,
la voz del cielo le irrumpe y le dice: “…¡Necio! Esta misma noche te van a
reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”. Entonces yo
creo que este hombre perdió la demanda, porque al final se muere, y además te
puedo decir con certeza que este hombre no tenía a Cristo Jesús en su corazón y
por lo tanto se fue al infierno.
Esto quiere decir mi
hermano, que el ganó aquí en la tierra, pero la vida eterna la perdió. Es por
eso que nuestro Señor Jesucristo nos está diciendo con esta parábola, que
nosotros no debemos de fijar nuestra vida en los tesoros de la tierra, sino más
bien nos dice: Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, ver Lucas
12:31, es decir: busquemos los tesoros en el cielo, porque si no es así mi
hermano tanto usted como yo, podríamos ganar y perder; pero, si hacemos lo que
dice Su palabra, entonces vamos a ganar, ganar. Amén.
Por lo tanto debemos
tener presente, que si queremos salvar nuestra vida por nuestra propia cuenta
al final la vamos a perder. Pero, si perdemos nuestra vida por causa del Señor
y del evangelio, entonces la vamos a salvar, ver Marcos 8:35. Recordemos, que
la palabra nos dice: que el que quiera seguir a Cristo Jesús, que tome su
propia cruz cada día y lo siga.
Por eso, me pregunto
y te pregunto.
¿Cuánto será que
duremos aquí en la tierra?
Es por eso que nuestro
Señor Jesucristo, en esta hora, nos quiere hablar de perder o ganar, porque que
horrible seria mi hermano, que el Señor nos hablara de perder y perder, es
decir: perder el alma y no hacer nada aquí en la tierra.
Además, debemos tener
presente que la riqueza de Dios no entristece, pues la riqueza de Dios, sabes:
nos hace ganar, ganar, es decir: que nos hace ganar materialmente y nos hace
ganar espiritualmente y por lo tanto vamos a ganar la vida eterna…. Esto quiere
decir mi hermano, que usted y yo, vamos a ser doblemente ricos, es decir: ricos
en sabiduría, ricos en fe, ricos en misericordia, ricos en buenas obras…y
cuando nuestra alma esté bien ministrada, nuestro Padre celestial va a darnos
algo que no nos va a poder hacer daño, como las riquezas de este mundo y sabe mi
hermano, que esas riquezas van hacer en sobre abundancia.
Es por eso que usted
y yo mi hermano, debemos de tener en cuenta, que lo más importante que debemos
de hacer para con nuestra vida aquí en la tierra es saber cómo hacer tesoros en
el cielo, porque de los tesoros de la tierra se encarga Él, y para esto, lo que
usted y yo debemos hacer, es someter nuestra voluntad a la voluntad de Dios
para poderlo conocer y así mi hermano, no hacer lo que le desagrada al Señor y
mucho menos lo que aborrece el Señor.
Ejemplo de ello lo
podemos ver en el libro de Apocalipsis capítulo 3 con la iglesia de Laodicea.
Recuerden, que esta iglesia es la séptima que aparece de las siete en el libro
de Apocalipsis y que lleva correlatividad con la iglesia de Filadelfia, que es
la iglesia del amor fraterno, que es la iglesia que es arrebatada. Y por lo
tanto, deben tener presente que esta es la iglesia que no va a ser arrebatada, que
esta es la iglesia que se queda para los días de la tribulación y para los días
de la gran tribulación (profecía de Daniel), porque esta es la iglesia donde el
pueblo manda. Es por eso que el Señor le dice en el versículo quince: “Conozco
tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro!”
Pero, lo que me llama la atención es que en el versículo dieciséis el Señor le
habla a esta iglesia, y le dice: “Por tanto, como no eres ni frío ni caliente,
sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca.”
Por eso, me pregunto.
¿Por qué le dice el
Señor que es tibio? ¿Qué es ser tibio?
Bueno, la respuesta
es sencilla, ya que el versículo diecisiete, nos contesta.
Escuchen pues.
Porque ellos dicen: “…“Soy
rico; me he enriquecido y no me hace falta nada”; pero no te das cuenta de que
el infeliz y miserable, el pobre, ciego y desnudo eres tú.” Le dice el Señor
Al estudiar este
versículo, podemos ver:
- EN PRIMER LUGAR: que hay un juego de palabras.
- EN SEGUNDO LUGAR: que es nuestro Señor Jesucristo el que está conjugando ese juego de palabras, y le dice: “Pues tú dices que eres rico” Pero, yo el Señor te digo: “no te das cuenta de que el infeliz y miserable, el pobre, ciego y desnudo eres tú.”
Esto me hace ver a
mí, mi hermano, que en muchas congregaciones hoy en día pueden estar albergando,
ya sea de forma consciente e inconsciente a personas cristianas, como a
personas no cristianas, que estén viviendo bajo la misma enseñanza o peor a
como estaban viviendo las personas que se congregaban en la iglesia de Laodicea,
es decir: personas sin visión. Es por eso que el Señor les dice: “…te aconsejo
que de mí compres…colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista.”
Ver Apocalipsis 3:18.
Además, esto nos hace
ver mi hermano:
1.- PRIMERO: Que aquí
hay un problema de fondo para todos los que se encuentren en cautiverio por
culpa de las mieles del mundo, porque ello dicen: yo soy rico, pero Dios les
dice: ustedes son pobres; ellos dicen: yo he ganado, pero Dios les dice:
ustedes han perdido.
2,- SEGUNDO: Que
nuestro Padre celestial quiere, que usted y yo mi hermano, antes de la riqueza
material tengamos la riqueza espiritual.
3.- TERCERO: Que
nuestro Padre celestial no tiene problema, que usted y yo mi hermano, tengamos
tesoros en la tierra. El problema es, que nosotros, no tengamos tesoros para
Él.
Por eso, te pregunto.
¿Tú tienes tesoros?
¿Qué tesoros guardas en tu corazón?
Ahora, permítanme
compartirles, unos cuantos tesoros que guardo en mi corazón.
“…Cree
en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa.” (Hechos 16:31)
“…os
restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta,
mi gran ejército que envié contra vosotros.” (Joel 2:25) RVR
1960
“Pon
en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.” (Proverbios 16:3)
“Dios
no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo
ha dicho El, y no lo hará?, ¿ha hablado, y no lo cumplirá?” (Números 23:19)
Ahora, permíteme hacerles
dos pregunta más
.
1.- PRIMERA PREGUNTA:
¿Quieren saber cómo podemos depositar en la cuenta del cielo?
Bueno, la respuesta
es sencilla, ya que la misma palabra, nos contesta.
Escuchen pues.
“El
alma generosa será prosperada, y el que riega será también regado.” (Proverbios 11:25)
Además, la palabra
nos dice:
“Servir
al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.” (Proverbios 19:17)
2.- SEGUNDA PREGUNTA ¿Cuántos
quieren ser bendecidos económicamente?
Bueno la respuesta es
sencilla, ya que esta se encuentra en el libro de Deuteronomio capítulo 28:1 al
14, y resumiéndolo, dice: practicando y obedeciendo la palabra de Dios, Amén.
Ahora, abramos
nuestras biblias en el libro de Mateo 6, porque aquí mi hermano, el Señor nos
dará la clave para ganar, ganar, es decir: ganar en lo material y ganar en lo
espiritual.
“No
acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y
donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a
robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará
también tu corazón.” (Mateo
6:19 al 21)
Al estudiar estos versículos
mi hermano, podemos ver, que nuestro Señor Jesucristo nos está exhortando a que
acumulemos primero tesoros en el cielo y que después nos dediquemos a acumular
tesoros en la tierra, es decir: primero arriba y después abajo, ya que si
queremos ganar, ganar mi hermano, lo primero que debemos de ganar es en lo
espiritual y después debemos de ganar en lo terrenal, porque si lo hacemos al
revés mi hermano, ten la certeza que nos vamos a dañar, nos vamos a desviar y
nos vamos a morir espiritualmente….
Por lo tanto debemos
de tener presente, que si primero viene la bendición económica y no estamos
preparados espiritualmente, vamos a perder la visión como el hombre rico y
entonces nos dirá nuestro Señor Jesucristo:
“….¡Necio!
Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has
acumulado?”
(Lucas 12:20)
(Lucas 12:20)
Ahora, miremos Mateo capítulo
6:22 al 23.
“El
ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser
disfrutará de la luz. Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en
oscuridad. Si la luz que hay en ti es, oscuridad ¡qué densa será esa oscuridad!”
Al estudiar estos versículos
mi hermano, podemos ver que nuestro Señor Jesucristo nos dice: que si nuestros
ojos son buenos nosotros seremos llenos de luz. Recuerden, que la palabra dice:
que nosotros somos la luz del mundo, ver Mateo 5:14. Pero, lo que el Señor
habla en estos versículos respecto a ojo bueno, a ojo sano y a ojo malo, es una
forma de hablar de los hebreos y lo que allí nos está diciendo en clave es que podemos
ser prosperados.
Pero, para alcanzar
esta prosperidad, para alcanzar esta bendición mi hermano, hay que oír, hay que
escuchar, y sobre todo mi hermano, hay que poner en practica la palabra, es
decir: que debemos poner por obra la voz escrita de Dios, Padre, porque para
poder tener esta dadiva hay que tener un corazón generoso no un corazón
mezquino, porque sepa usted mi hermano, que la generosidad es la base de la
prosperidad y por lo tanto si usted y yo mi hermano, somos generosos, entonces
nos llenaremos de luz, y por lo tanto usted y yo mi hermano, alumbraremos a
todo el que necesite. Y la palabra nos dice:
“El
alma generosa será prosperada, y el que riega será también regado.” (Proverbios 11:25)
Por lo tanto, les
puedo decir con certeza iglesia de cristo Jesús.
Que para ganar a
nuestro Señor Jesucristo debemos ser generosos. Recuerden, que el primer
generoso es nuestro Padre celestial. Y la palabra nos dice:
“Servir
al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.” (Proverbios 19:17)
Ahora, miremos Mateo capítulo
6:24.
“Nadie
puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá
mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las
riquezas.”
Al estudiar este
versículo mi hermano, podemos ver que nuestro Señor Jesucristo nos dice: que al
que tenemos que servir en primer lugar es a Él y que las riquezas nos van a
servir a nosotros y que por ninguna circunstancia nosotros debemos de servir a
las riquezas.
Es por eso, que en esta hora mi hermano, te exhorto, a que seas generoso, con tu familia, con tu esposa, con tus hijos, con el prójimo…. en fin que seas generoso en todo lo que emprendas o hagas…. Recuerda, que la generosidad es la base de la prosperidad.
Ahora, miremos Mateo capítulo
6:25.
“….No
se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se
vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la
ropa?”
Al estudiar este
versículo mi hermano, podemos ver que nuestro Señor Jesucristo nos dice: que no
nos preocupemos de los afanes. Recuerden, que nosotros somos hijos del Dios
altísimo y por lo tanto, somos herederos de Él y coherederos de Cristo Jesús,
ver Romanos 8:17, y por lo tanto, Él es nuestro pasado, nuestro presente y
nuestro futuro. Es por eso que usted y yo mi hermano, no nos debemos afanar ni
preocuparnos. Recordemos, que cada día tiene su propio afán. Escucha bien lo
que te estoy diciendo mi hermano, cada día tiene su propio afán, no te
preocupes, porque no quiero que después digas, Juan Carlos Bonilla dijo: que mañana
no tengo que ir a trabajar, que mañana no tengo
que ir a estudiar, que mañana no tengo que ir a buscar trabajo…. porque
no tengo de que preocuparme, usted haga como el labrador, es decir: levántese,
salga, siembre y regrese, porque la lluvia la pone Dios. Amén.
Miren que tremendo
esta esto mi hermano.
Ya que esta enseñanza
que nos está impartiendo nuestro Señor Jesucristo en esta tarde y noche y que
comenzó en el libro de Marcos y continuó con el libro de Lucas y Mateo nos está
hablando de perder o ganar, es decir: ganar en lo espiritual y ganar en lo material.
Por lo tanto, debemos
tener presente, que si ganamos primero en lo material es casi seguro mi
hermano, por no decir seguro, que perdemos todo, es decir: lo espiritual y lo
material.
Pero, qué triste es encontrarse
hoy en día con personas cristianas y no cristianas que pasan diciendo: cuanto he de esperar Señor, porque
no me bendices económicamente, miren yo sé que en esta congregación no se
encuentra este tipo de personas, pero si por casualidad se encuentra una colada
el día de hoy, le voy a contestar y sé que le va a molestar, ya que esta
respuesta va hacer un consuelo que le va a doler. Escuche, abra sus oídos y
ponga mucha atención, simple y sencillamente no te bendice el Señor
económicamente, porque tu no estás preparado, porque si Dios, Padre, te da lo
que deseas ahorita y no tienes riqueza espiritual, vas a caer, te vas asfixiar,
te vas a ahogar, te vas a perder…. ya que la soberbia, la arrogancia, la
altivez y la prepotencia te va a ser que la poca humildad que tengas mengue y por
lo tanto mi hermano, esto te podría llevar a tomar malas decisiones a tu vida.
Por eso, lo primero
que debes de hacer para poder recibir la bendición económica aquí en la tierra
es que debes de cultivar tesoros allá arriba, como ser: de fe, de misericordia,
de amor, de saber perdonar y de ayudar a los pobres…. Y la palabra nos dice:
“…Provéanse
de bolsas que no se desgasten; acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde
no hay ladrón que aceche ni polilla que destruya.” (Lucas 12:33)
Ahora, miremos Mateo capítulo
6:33 al 34.
“Más
bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas
les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá
sus propios afanes. Cada día tiene ya sus
problemas.”
Al estudiar estos
versículos mi hermano, podemos ver que nuestro Señor Jesucristo nos está dando
la clave, nos está dando el secreto para que seamos prosperados integralmente,
es decir: ganar, ganar…. es decir: ganar el alma y ganar lo material. Amén.
Por lo tanto, les
puedo decir con certeza iglesia de Cristo Jesús.
Que lo único que
usted y yo debemos de hacer para obtener este maravilloso secreto, que nos ha
revelado nuestro Señor Jesucristo, nuestro autor y consumador de la fe, ver
Hebreos 12:2, es buscar a nuestro Padre celestial, con todo nuestro corazón,
con todo nuestro ser y con toda nuestra mente, ver Mateo 22:39. Amén.
EN CONCLUSIÓN
LA BIBLIA NOS HABLA:
“Permanezcan
en mí, y yo permaneceré en ustedes… Porque El que no permanece en
mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y
se queman. Por
lo tanto. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en
ustedes, pidan lo que quieran, y se les
concederá.” (Juan 15:4,6
y 7)
Ahora, podemos
concluir.
Que lo primero que
debemos de hacer es acumular tesoros en el cielo.
Que la generosidad es
el fundamento, es el cimiento, es la base para alcanzar la prosperidad
integral, es decir: para alcanzar la riqueza espiritual y la riqueza material,
que nuestro Padre celestial por Su misericordia nos lo ha prometido en Su
palabra, en Su voz escrita. Amén.
Es por eso que usted
y yo mi hermano, debemos tener presente, que en este mundo en el que cada vez
se le presta menos atención a la vida espiritual, es importante que sepamos lo
que dice la palabra de Dios, Padre, sobre ganar el mundo y perder nuestra vida,
cuando vamos en pos de cosas materiales, sea lo que sea, el poder, un trabajo, la
fama, un salario, el dinero, un coche, una casa, una joya…. nunca estaremos
satisfechos porque este tipo de placeres son pasajeros; de nada sirve tener
estas cosas si nuestro espíritu y nuestra alma se pierden en la codicia, en la
altivez, en la envidia, en la mentira, en el engaño, en el rencor, en la falta
de perdón, en la indiferencia, en la lujuria y en la vanagloria de esta vida….
13 de diciembre de 2014
Ministerio Familiar Bonilla-Velásquez
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