PROCUREMOS LA PAZ EN EL HOGAR
LA BIBLIA NOS HABLA:
“…Ten una larga vida, paz para ti, paz para tu
casa y paz para todo lo que tienes.”
(Primera de Samuel
25:6)
En este día quisiera
comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo, que Dios nos regaló un
hogar para que vivamos felices… Que Dios nos regaló un hogar para que vivamos juntos en armonía, ver Salmos 133:1,
pero para esto tenemos que aprender a vivir en paz en nuestro hogar, por eso
permítame decirle, que nosotros tenemos que aprender a valorar la relación
familiar, ¿Por qué digo eso? Porque cuando aprendemos a valorar la relación EN
FAMILIA y se lo expresamos claramente, ya sea al cónyuge, o a los hijos, o los nietos,
les estamos sembrando la semilla para que ellos hagan lo mismo... No basta con
sentir algo positivo hacia ellos, es necesario que se lo expresemos con
palabras y con hechos… Lo que estoy tratando de decir es que los padres le tenemos
que edificar a nuestros hijos relaciones sólidas, es decir que tenemos que brindarles
confianza, es decir que tenemos que convertirnos en sus amigos para que ese
clima de confianza que se deriva del acercamiento hacia ellos nos permita
conocer sus inquietudes ¿Para qué? PARA RESOLVÉRSELAS, NO. Para ayudarles… Es
importante reflejar lo que somos en Cristo. Es importante reflejar todo lo que
hemos recibido de Cristo por medio del Espíritu Santo para que Su amor
permanezca en nuestro hogar... Dios nos está enviando, en estos tiempos y que ya
son finales, un Espíritu de restauración familiar... “El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón
de los hijos hacia los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con
maldición.”, ver Malaquías 4:6. El libro de Lucas capítulo 1:17 NVI 1999, lo
expresa de la siguiente forma: “Él irá
primero, delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, para
reconciliar a los padres con los hijos y guiar a los desobedientes a la
sabiduría de los justos. De este modo preparará un pueblo bien dispuesto para
recibir al Señor.”, ver Lucas 1:17 NVI… En otras palabras, lo que nos está
diciendo el médico Lucas cuando dice: los
desobedientes comprenderán su error
y seguirán el ejemplo de los que sí
obedecen, TLA, está diciendo: Es necesario que lo que usted siente en la Iglesia
de Cristo, se lo traslade a sus seres más queridos. Y aunque no todos tengan la
misma expectativa de lo que Dios está haciendo en su vida, es necesario que con
paciencia y con amor pueda hacerlos parte, porque de esa forma ellos también,
poco a poco, podrán experimentar grandes cosas de parte del Señor Dios… Ejemplo Bíblico, dice la
Palabra en el libro de Marcos capítulo 5:1 al 20 que cuando Jesús llegó a la
región de los gadarenos le salió al encuentro un endemoniado que se pasaba hiriéndo con piedras. Entre paréntesis,
las piedras significan: quererse liberar de sus propios tormentos, llámense: drogas,
cigarrillo, licor, pasiones, insultos y palabras indecentes, mentira, orgullo,
soberbia, enojo, ira, odio, rencor, es decir falta de perdón. Entre paréntesis,
pregunto: ¿Qué tenemos que hacer para entrar en el reino de los cielos? Ser como
los niños, ver Mateo 18:3 ¿Y cómo son los niños? Los niños creen en lo
invisible, los niños creen en lo imposible… por otro lado son inocentes, son
dependientes y sobre todo no guardan rencor, es decir saben reconciliarse rápidamente…
sigamos: tristeza, amargura, depresión, empatía e impaciencia… pero ese no es
el punto, el punto es que el ex endemoniado “…le rogaba a Jesús que le
dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu
casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y
cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue… En otras palabras, todos los
de su casa, y los suyos, y los de Decápolis
fueron transformados por su testimonio.”,
ver Marcos 5:18 al 21 RVR 1960… Lo que estoy tratando de decir es que hoy es el
día en que nosotros les tenemos que enseñar con nuestro ejemplo a los nuestros
y cuando hablo de los nuestros estoy hablando de la familia nuclear y de la
familia extensa, pero el punto es que el Señor nos está diciendo: Vayan a su
casa, y a los suyos a compartirles el amor y el perdón que han recibido de
parte de Dios, y es más convivan con ellos la misericordia de Dios… Claro, que
esto no es una tarea fácil, porque entre los mismos miembros de nuestra familia
tenemos diferentes luchas y adversidades, pero más allá de todo lo que ocurra,
el Señor quiere morar en nuestra vida y en nuestro hogar. ¡Jesús es más grande
que cualquier problema!... y si no me cree escuche y guarde en su corazón lo
que dice la Palabra: “Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece.”, ver Filipenses 4:13… por eso consejo: Permitámosle
al Espíritu Santo que entre a nuestra vida para que nuestra vida transformada cambie
la atmósfera en nuestro hogar… o como diría el salmista Marcos Brunet: Amado,
precioso subo a tu regazo me escondo en ti. Amigo, oh Altísimo, no hay otro
lugar que yo quiera habitar. Yo me veo en tus ojos de fuego, me derrito en tus
brazos de amor. ¡Jesús, Jesús, Jesús, Jesús! Y mientras te veo, Tú me
transformas. Mientras te beso Tú me apasionas y por tus brazos indestructibles.
Me dejo llevar, me dejo...
El Salmos 127 nos
deja ver que la familia es una bendición de Dios, por eso permíteme decirle,
que nosotros NO debemos de sentir que nuestro cónyuge, o que nuestros hijos, o
que ambos, son una carga, porque estamos limitando las bendiciones de Dios… por
otro lado. Escuche: NO le debemos de poner freno al llamado que tenemos de
expresar el amor que Dios nos reparó a cada miembro de nuestra familia, porque le
estaremos levantando barreras a las bendiciones que Dios nos tiene preparadas…
Le debemos de expresar a cada miembro de nuestra familia el amor que Dios nos reparó
¿Y cómo se lo demostramos? En primer lugar: Escuchándolos, porque al
escucharlos les manifestamos comprensión y les aceptamos las diferencias… En
segundo lugar: Transmitiéndoles alegría, porque al transmitirle alegría los alegramos
y los motivamos… y por ultimo debemos de valorar los sentimientos e ideas de
cada miembro de nuestra familia, porque al valorárselas se sentirán con mayor
confianza y la confianza hará que el vínculo familiar sea mayor… En otras
palabras, confianza es = a la unidad familiar… por otro lado, me pregunto y le
pregunto: ¿Qué puede desunir la unidad familiar? La hostilidad, la crítica, la
indiferencia, la falta de afecto, la falta de perdón, estar a la defensiva
cuando nos hablan, manifestar autoritarismo, hablar mal de nuestros familiares
cercanos cuando tenemos alguna diferencia con ellos, evidenciar frialdad y
desinterés por ellos, asumir un comportamiento intimidatorio y reaccionar con
agresividad... Lo que estoy tratando de decir es que cuando los padres asumimos
la tarea de edificar una familia sólida, estamos sentando las bases del tipo de
hogar que construirán nuestros hijos… En otras palabras, estamos influenciando
en nuestros hijos y trazándoles con la ayuda del Señor la ruta de cómo deberán
de pensar y de actuar en su propio hogar... claro que esa labor no es fácil,
porque probablemente encontraremos luchas y derrotas, pero a la par,
disfrutaremos de las victorias que si las sabemos asumir nos alentarán para
seguir hacia la meta, o como diría el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo
Jesús: “Sé lo que es vivir en la
pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer
frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a
tener de sobra que a no tener nada.”, ver Filipenses 4:12 DHH… por eso
permítame decirle, que cuando el pueblo de Israel estaba camino a la
deportación como consecuencia de su pecado, es decir hacia Babilonia, Dios les
habló y los animó a través del profeta Jeremías, diciendo: “…procurad la paz de la ciudad a la cual os hice deportar, y rogad por
ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.”, ver Jeremías 29:7
RVR 1977, ¿Y que es procurad la paz y rogad al Señor? Procurad la paz, es GENERAR las condiciones que brinden la armonía en
nuestro hogar… y es aquí en donde debemos de revisar nuestros errores para
corregirlos, porque al corregirlos estaremos edificando una familia sólida… por
otro lado rogad por ella al Señor nos está diciendo: “Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada
nuevo bajo el sol.”, ver Eclesiastés 1:9... Lo que estoy tratando de decir es
que cuando estemos haciendo nuestras oraciones diarias debemos de entrar al Lugar
Santísimo para estar en comunión con Dios, porque al estar en comunión con Dios
estaremos en comunión, en comunicación y en armonía con cada miembro de nuestra
familia… y por lo tanto viviremos felices y con gozo, es decir en paz con todos… por eso consejo: Cuando
estemos haciendo nuestras oraciones pongamos en las manos del Señor nuestra
vida y la vida de nuestros familiares pidiéndole que fluya la relación familiar
en donde nos encontremos… Debemos de hacer un alto en nuestro camino y hacer un
alto en nuestro camino implica saber hablar, saber escuchar, saber aceptar,
saber perdonar y pedirle perdón a cualquier miembro de nuestra familia que
hayamos lastimado y cuando hablo de la familia me refiero a la familia nuclear
y a la familia extensa, por eso recuerde lo que dice la Palabra de Dios en el
libro de Gálatas: “…no nos cansemos de
hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.”, ver
Gálatas 6:9, pero también nos dice: “No
os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre,
eso también segará.”, ver Gálatas 6:7… Lo que estoy tratando de decir es
que nosotros los padres debemos de sembrar el respeto en nuestros hijos, porque
el respeto contribuye a su edificación y la edificación los prepara para
enfrentar situaciones difíciles de la vida… por otro lado, la falta de respeto los
hiere emocionalmente y les genera inseguridad, por eso: “Padres, no irriten, no enojen a
sus hijos y se vuelvan unos resentidos, para que no se desalienten, para
que no se desanimen.”, ver
Colosenses 3:21 Biblia Kadosh Israelita Mesianica, y ustedes: “Hijos, obedezcan a sus padres en todo,
porque esto agrada al Señor.”, ver Colosenses 3:20 NVI… En otras palabras, “honren a su padre y a su madre que es el primer mandamiento con
promesa, para que les vaya bien y disfruten de una larga vida en la tierra.”,
ver Efesios 6:2 al 3 NVI… Por eso, Señor, en el nombre de Jesús te pedimos y te
suplicamos, en primer lugar: que nos ayudes a controlar nuestras reacciones,
porque una palabra inapropiada genera heridas… y en segundo lugar: que nos
ayudes a edificar familias sólidas, es decir familias temerosas de Ti, ver
Proverbios 1:7… Familias que te sirvan y te adoren en espíritu y en verdad, ver
Juan 4:23 al 24... Familias que contemplen Tú hermosura, porque Tú hermosura o Tú
luz como dice el original nunca avergüenza, nunca condena solo muestra Tú Gloria.
Solo muestra Tú orden; El orden que ordena todo; El orden que llena todo vacío;
El orden que genera paz dulce paz… Paz NO es un sentimiento de tranquilidad… Paz
es que todo esté en orden conforme a la VOLUNTAD DEL SEÑOR DIOS.
El Señor Jesucristo
nos dice en el libro de Juan capítulo 14:27: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no se las doy como el mundo se las
da, que NO se turbe su corazón, ni tenga miedo”… y el perito
arquitecto de la Iglesia de Cristo Jesús nos dice, en primer lugar: “…que Dios nos ha llamado a vivir en paz.”,
ver Primera Corintios 7:15 NVI… y en segundo lugar: “…que la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y nuestras mentes
en Cristo Jesús.”, ver
Filipenses 4:7… y en tercer lugar: “…que
nosotros tenemos que vivir en armonía y
paz para que el Dios de amor y de
paz este con nosotros.”, ver Segunda de Corintios 13:11 DHH…
y en cuarto lugar: “…que nosotros
tenemos que vivir en paz los unos con
los otros.”, ver Primera de Tesalonicenses 5:13 TLA… Lo que estoy tratando
de decir es que el gozo es un sentimiento externo y que la paz es un
contentamiento interno, que viene cuando nuestros sentimientos están bajo
control… Lo que estoy tratando de decir es que NO le debemos de permitir al
pecado que entre en nuestro hogar, porque no tendremos paz… por eso consejo: No
le permitamos a alguien o a algo que nos prive de la paz del Señor, y si nos la
priva recordemos lo que nos dice el Señor: “Vengan a mí, todos los que están cansados y cargados, y yo los haré descansar. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaran descanso para sus almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga es muy ligera.”, ver Mateo 11:28 al 30,
Aleluya.
Por eso quisiera
terminar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo, que existen muchos hogares
que despiden un aroma de paz, de armonía y de bienestar espiritual aun cuando
las circunstancias materiales no le sean favorables… por otro lado, podemos ver
que existen otros hogares que huelen a pólvora y que viven bajo una atmosfera
de hostilidad... Nuestro Señor Jesucristo les ordenó a sus apóstoles y a sus siervos
que cuando visitaran un pueblo o una
aldea, buscaran una casa que esté
llena de paz para que se quedaran a vivir en esa casa hasta que se marcharan de
ese lugar, pero también dice: “Al entrar,
digan: “Paz a esta casa.” Si el hogar se lo merece, que la paz de ustedes reine
en él; y si no, que la paz se vaya con ustedes. Si alguno no los recibe bien ni
escucha sus palabras, al salir de esa casa o de ese pueblo, sacúdanse el polvo
de los pies. Les aseguro que en el día del juicio el castigo para Sodoma y
Gomorra será más tolerable que para ese pueblo.”, ver Mateo 10:11 al 15
PDT… Lo que estoy tratando de decir es que SI nosotros queremos que la gracia y
el poder del Señor entre a nuestros hogares tenemos que aprender a cultivar y
vivir la paz los unos con los otros…
por eso me pregunto y le pregunto: ¿Qué tenemos que hacer para que este don de
Dios llegue y permanezca en nuestro hogar?, Buscar la buena comunión con el Dios de paz, es decir en primer lugar,
tenemos que guardar nuestro corazón que se llena de ansiedades en nuestro Señor
Jesucristo, ver Filipenses 4:19… y en segundo lugar, tenemos que pedirle por
medio de la oración a nuestro Señor Jesucristo que nos ayude a llevar todas
nuestras cargas, ver Filipenses 4:6 y Primera de Pedro 5:7… y en tercer lugar,
tenemos que grabar en nuestro corazón las siguientes reglas que nos dejó
escrito el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo Jesús en el libro de
Romanos capítulo 12:14 al 19 NVI, y dice: “Bendigan
a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. Alégrense con los que están
alegres; lloren con los que lloran. Vivan en armonía los unos con los otros. No
sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los
únicos que saben. No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno
delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz
con todos. No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos
de Dios, porque está escrito: Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor.”…
y por último, tenemos que revestirnos de
tierna compasión, de bondad, de humildad, de mansedumbre y paciencia, soportándonos unos a otros y perdonándonos
unos a otros; como Cristo nos perdonó,
así también hagámoslo nosotros. Y
sobre todas estas cosas, vistámonos de
amor, que es el vínculo de la unidad.
Y que la paz del Señor Jesucristo gobierne en nuestros corazones como
lo hace el árbitro de un partido de futbol cuando pita una falta en el juego ¿Qué
hace? Para el partido para llamarle la atención y para que se disculpe… En
otras palabras, si hemos cometido alguna falta con algún miembro de nuestra
familia, “Así dice el Señor: “Detengámonos
en los caminos y miremos; preguntemos por los senderos antiguos. Preguntemos por el buen camino, y no nos apartemos de él, porque solo así
podremos hallar el descanso anhelado
para nuestra alma.”... Estas
cualidades son evidencias de madurez espiritual y se ganan con el crecimiento
en la semejanza de Cristo Jesús, por eso permítame decirle amado hermano, que
nosotros necesitamos buscar con diligencia estas virtudes de Dios para que la
victoria que nos dio nuestro Señor Jesucristo en la cruz del calvario sobre nuestra
naturaleza carnal y egoísta NO gobierne, o mejor dicho NO reine en nuestra vida
y en nuestro HOGAR DULCE HOGAR… por eso consejo: Tratemos de cultivar una
actitud de paz, de descanso y de confianza en Dios Padre para que seamos llamados
hijos del Dios altísimo... y esto no lo digo yo Juan Carlos Bonilla Guerrero, esto
nos lo dice nuestro Señor Jesucristo, pues dice: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados HIJOS
DE DIOS.”, ver Mateo 5:9 RVR 1960... En otras palabras, lo que nos está diciendo
el Señor Jesucristo es: ¡Si yo Jesucristo moro en su casa, habito en su casa, permanezco
en su casa, todo va a ser restaurado, todo va a ser renovado!... Ejemplo Bíblico:
Dice la Palabra de Dios que Obed-Edom geteo
era una persona simple, pero cuando le abrió las puertas de su casa al arca del
Señor, atrajo Su bendición, ver Segunda de Samuel 6:10 al 11… Lo que estoy
tratando de decir es que NO importa si nuestra casa es glamorosa o muy humilde.
Lo importante es que nosotros nos podamos unir con los nuestros para que le
demos la bienvenida al Espíritu Santo, porque al darle la bienvenida al Espíritu
Santo le estaremos dando la bienvenida al Señor Jesucristo y al darle la
bienvenida al Señor Jesucristo le estaremos dando la bienvenida al príncipe de
paz y al darle la bienvenida al príncipe de paz le estaremos dando la
bienvenida a “…la paz de Dios, a la paz
que sobrepasa todo entendimiento, a
la paz que guardará y cuidará nuestros corazones y nuestros
pensamientos EN CRISTO JESÚS.”, ver Filipenses 4:7 RVR 1960… o como diría el
salmista Marcos Brunett: Señor Jesucristo guarda y cuida nuestro corazón y
nuestra mente, porque Tú eres mi príncipe de paz. Tú eres mi paz no como el
mundo la da, solo en Ti puedo descansar. Tú eres mi príncipe de paz. Tú eres mi
paz, no como el mundo la da, solo en Ti puedo descansar, solo en Ti puedo
descansar. Eres mi paz NO como el mundo la da… Amén.
14 de Julio de 2018
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo
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