POR QUÉ ES NECESARIO EL DESIERTO
LA BIBLIA NOS HABLA:
“¿Qué
hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las
noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?”
(Lucas 15:4) RVR1960
En este día, quisiera
comenzar esta maravillosa enseñanza del Señor diciendo: que algunas personas
creen que el desierto es un lugar desagradable… Que algunas personas creen que el
desierto es difícil de habitar… por eso permítame decirle, en primer lugar, que
en el desierto se encuentran muchos minerales como el petróleo, el oro, la
plata y el cobre… y en segundo lugar, que si la tierra no tuviera desiertos
sería un planeta helado ¿Por qué razón? Porque los desiertos fueron creados por
Dios para guardar el calor de este bendito planeta… pero lo más interesante de
esto es que la Palabra nos deja ver en el libro de Mateo, en el capítulo 4:1,
que “… el Señor Jesucristo fue llevado por el Espíritu al desierto
para ser tentado por el diablo... Eso quiere decir que Dios envía, NO ES
UNA OPCIÓN, envía a sus hijos al desierto ¿Para qué? Para SER TENTADOS y para SER
PROBADOS ¿De qué? De los malos sentimientos que se encuentran arraigados en
nuestro corazón “Porque del corazón, salen los malos pensamientos, las fornicaciones, los robos, los
homicidios, los adulterios, las avaricias, las maldades, los engaños, la sensualidad, la envidia, la calumnia, el orgullo e
insensatez.”, ver Marcos 7:21 al 22, y fue por eso que el profeta Jeremías dijo
y aun nos sigue diciendo: “El corazón
humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente
sabe qué tan malo es?”, ver Jeremías 17:9 NTV, y fue por eso que el
proverbista dijo y aun nos sigue diciendo: “Con
toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la
vida.”, ver Proverbios 4:23, por eso permíteme decirle, que así como el
Padre fortaleció a su Hijo en cada una de las áreas en la cuales podía estar
débil, de la misma forma nos hará pasar por el desierto para que nuestras áreas
débiles sean fortalecidas, como ser el hambre, el ego, el poder y la fama, ver
Mateo 4:1 al 6… Lo que estoy tratando de decir es que Dios necesita enviarnos
al desierto para que el Espíritu Santo nos haga reverdecer, para que el
Espíritu Santo nos haga florecer, para que el Espíritu Santo nos haga dar los
frutos del Espíritu, que son: “…amor,
gozo, alegría, paz, paciencia, benignidad,
amabilidad, bondad, fidelidad,
fe, mansedumbre, humildad, dominio propio, control propio.”, ver Gálatas 5:22 al 23, pero el
punto es que el versículo 4 del capítulo 15 del libro de Lucas, nos deja ver que
esa parábola está dividida en tres partes, es decir que la parábola de la oveja
perdida, que la parábola de la moneda perdida y que la parábola del hijo
pródigo o hijo perdido es una sola parábola, por eso me pregunto y le pregunto:
¿Por qué se perdió la oveja? ¿Por qué se perdió la moneda? Si la Palabra nos deja
ver que esa mujer era ordenada, porque dice: que encendió una lámpara, que barrió toda
la casa y que buscó con cuidado
hasta encontrar la moneda ¿Por qué se le perdió al padre el hijo pródigo y
el hijo que se quedó en su casa? Bueno allí hay mucha tela que cortar, pero sin
tratar de echarle la culpa a nadie, pregunto: ¿Por qué se perdió el hijo
pródigo y su hermano? ¿Por qué se perdió la moneda? ¿Por qué se perdió la oveja
si la oveja tenía un buen pastor? ¿Por qué? PORQUE LA OVEJA SE DESESPERÓ,
pregunto: ¿Por qué se desesperó la oveja? Porque en el desierto hay calor, hay
frio, hay arena, hay tormentas, hay escorpiones, hay serpientes y animales que
son específicos para estar en el desierto como el camello; pero la oveja estaba
en el desierto con su pastor, y a mí se me hace que al desesperarse, dijo: ya
no aguanto más este desierto, porque el calor y el frio me tienen atrapado, las
demás ovejas solo dicen: meee, meee, meee… y yo meee quiero ir, yo amo a mi
pastor, pero no soy como las demás, yo tengo que buscar nuevos horizontes, yo
tengo que buscar los delicados pastos
para descansar junto a las aguas de reposo, PERO SOLA… Entonces en una vuelta del pastor, la oveja se fue, la
oveja se perdió y al perderse comenzó a escudriñar fuera de la mirada del
pastor y de las demás ovejas, y decía: qué bonito es esto, que agradable es
esto, porque no estaba acostumbrada a eso, porque no estaba acostumbrada a
caminar por sí misma, pero de repente, cuando se acercó demasiado al abismo
porque no tenía un guía, se fue al fondo del abismo… Sabía usted que cuando una
oveja se embarranca la tienen que ayudar a levantarse, porque le cuesta mucho hacerlo
sola, y es por eso que el proverbista nos dice: “Más valen dos que uno solo…porque si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y
está solo, ese sí que está en problemas.”, ver Eclesiastés 4:9 al 10 LBLA y
NTV, pero el punto es que cuando la oveja se embarrancó, que cuando la oveja se
llenó de mozote, que cuando la oveja comenzó a sentir frio, que cuando la oveja
comenzó a sentir las tarascadas de los lobos, que cuando la oveja estaba lastimada…
Dios le reveló al pastor que le hacía falta una oveja, que tenía que buscar a esa
oveja, porque a la oveja se le busca, pero al hijo no ¿Por qué? Porque el hijo
tiene la enseñanza y la enseñanza lo hace regresar a su casa… Ejemplo Bíblico:
el hijo pródigo, pero el punto es que cuando la oveja se descarría del camino, la verdad y la vida, el ministro
tiene la responsabilidad de buscarla, pero el asunto no es ese, el asunto es
que la oveja se desesperó de estar en el desierto… Entonces aquí viene la
pregunta de los 20 pesos: ¿Sabía ese pastor lo que estaba haciendo? ¿Había
recibido un curso de como pastorear ovejas? ¿Por qué pregunto eso? Porque el libro
de los Salmos, en el capítulo 23, nos deja ver: que el BUEN PASTOR, que se
llama Jehová, lleva a sus ovejas a
delicados pastos para hacerlas
descansar; junto a aguas de reposo, pero eso es lo que dice el Salmos 23, porque
el Salmos 78, dice: que Jehová sacó a su pueblo de Egipto, para pastorearlo
como oveja en el desierto… Eso quiere decir que Dios pastoreó en el desierto, y
la Palabra nos deja ver, en primer lugar, que Moisés pastoreó a las ovejas de
su suegro Jetro en el desierto, ver Éxodo 3:1… y en segundo lugar, nos deja ver
que David pastoreó a las ovejas de su padre en el desierto, porque cuando su
hermano Eliab lo vio, le dijo: “…¿Para
qué has descendido acá? ¿Con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el
desierto?...”, ver Primera de Samuel 17:28… Eso nos deja ver que en el
desierto se puede pastorear, que en el desierto se encuentra pasto, y esto el
libro de Joel, en el capítulo 2:22 BIBLIA LATINOAMERICANA 1995, nos lo confirma
diciendo: “No teman, animales del campo,
porque los prados del desierto han reverdecido...”, Gloria a Dios, Aleluya…
Quizás alguien se
esté preguntando: ¿Hermano Juan Carlos, por dónde me quiere llevar usted? POR
EL DESIERTO, por eso permítame decirle, que cuando el pueblo de Israel salió de
Egipto, caminó por el desierto 40 años, 40 años le bastaron para ordenar su
estado y su ejército ¿Para qué? Para conquistar la tierra prometida, llámese Canaán
¿Por qué razón? Porque su mentalidad era de un esclavo, por eso permíteme
decirle lo siguiente: NO SE DESESPERE... Hermano ya no aguanto más mi situación,
ESTA BIEN, CÁLMESE, no puedo ¿Por qué? Porque un hermano me pasa señalando y acusando,
porque nada me sale bien… CÁLMESE, en primer lugar, porque usted tiene al buen
pastor, que se llama: Jehová de los ejércitos, según Salmos capítulo 23… y en
segundo lugar, porque usted tiene al buen pastor, que se llama Jesucristo,
según Juan capítulo 10:1 al 18… y en tercer lugar, porque usted tiene al buen
pastor, que se llama Espíritu Santo, según Isaías capítulo 63:14… por eso déjeme
decirle, al que esté pasando penas, penas económicas (falta de dinero), penas
de incertidumbre (no saben que va hacer de su futuro), penas de frustración (están
peinando canas, y aún no han hecho nada), en primer lugar, CÁLMESE, no se vaya
al mundo, no se vaya a los pastizales, no compare la tierra de Sodoma con el
huerto del Edén, y mucho menos con la tierra de Gosén y mucho menos con la
tierra de Canaán… y en segundo lugar, déjeme decirle, que usted tiene al buen
pastor, al buen pastor que lo hace descansar
en delicados pastos, al buen
pastor que da su vida por sus ovejas… Lo que estoy tratando de decir
es que existen muchas personas cristianas, que quieren enseñarle al Pastor de
pastores, llámese Padre, Hijo y Espíritu Santo, a pastorear, “…Señor, ¿no te importa que mi hermana me
haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! Marta corrigiendo al Señor
Jesucristo.”, ver Lucas 10:40 NVI… El
Señor sabía lo que estaba haciendo, el Señor sabe lo que está haciendo con
nosotros, por eso permítame decirle, que el Señor quiere el bienestar para
nuestra vida, pero NO nos lo va a dar hasta que nos enseñe, porque el orden de
los factores si altera el producto en la Palabra, y la Palabra dice en el libro
de Isaías, en el capítulo 54:13, que: “los hijos serán enseñados por el Señor, y grande será el bienestar de tus
hijos.”… Eso quiere decir que para que nuestro BIENESTAR sea GRANDE nos
tienen que ENSEÑAR, y enseñar no significa que 2 y 2 son 4, y que 4 y 2 son 6,
enseñar son lecciones prácticas, porque la Palabra dice: que cuando el Señor
Jesucristo se durmió en la barca y se
desató la gran tormenta, sus
discípulos dudaron “Y Él les dijo: ¿Por
qué estáis amedrentados, hombres de poca fe?...”, ver Mateo 8:26, pregunto:
¿Cuál era la lección? LA FE, pregunto: ¿Qué tenía que venir para que fueran
probados los discípulos en la Fe? UNA TORMENTA, UNA ADVERSIDAD, UNA DIFICULTAD,
es decir problemas… Lo que estoy tratando de decir es que los problemas que hayan
tenido o que estén pasando son para enseñarle a NO dudar de Dios, pero le está
enseñando en el campo, le está enseñando en el desierto, y es por eso que el
salmista nos dice en el Salmo 23, versículo 4: “Aunque anden por el valle de sombra de muerte, No teman mal alguno ¿Por qué?, porque Dios está con nosotros ¿Y cómo lo
comprobamos? con su vara, es decir su autoridad y con su cayado, es decir su
protección, porque su vara y su cayado nos infundirán
aliento.”, por eso déjeme decirle, al que esté pasando por el desierto, en
primer lugar, NO SE SALGA, espere a que el PASTOR de pastores LO SAQUE, porque,
¿Para qué se quiere ir del desierto sin el buen pastor? Para que le pase lo que
le pasó a la oveja perdida… Moisés le dijo al Señor: “…Si tu presencia no va con nosotros, no nos hagas partir de aquí ¿De
dónde? del desierto.”, ver Éxodo
33:15… y en segundo lugar, NO DESMAYE, porque el Señor está con usted, el Señor
es bueno, y Él sabe lo que usted necesita y lo que usted desea, pero primero le
va a suplir lo que necesita y después le va a dar lo que desea, porque la
Palabra dice: “Bienaventurado el hombre
que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera…No tendrá
temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado
está su corazón… Eso quiere decir que primero le va a enseñar a obedecer, y
después le va a cumplir todos los deseos de su corazón, es decir que le va a
cumplir todos los deseos de su corazón si usted obedece y pone por obra Su
Palabra.”, ver Salmos 112:1 y 7 al
8… En otras palabras: “…busquemos primeramente el reino de Dios y su
justicia, para que Dios nos dé
a su tiempo todo lo que necesitamos.”,
ver Mateo 6:33 RVR 1960 y TLA. Quizás alguien se esté diciendo: hermano usted
dice eso porque no tiene problemas, BUENO, aquí hay muchas cosas que tendríamos
que decir, por ejemplo: Dios no permite que todos estemos en el mismo problema
para que nos podamos ayudar mutuamente, porque la Palabra dice: “Más valen dos que uno solo…porque si uno cae, el otro puede darle la mano y
ayudarle...”, ver Eclesiastés 4:9 al 10 LBLA y NTV… por eso, mejor abramos
nuestras Biblias en el libro de Isaías, en el capítulo 32:16 BIBLIA VERSIÓN
MODERNA PRATT 1929, para que el Señor nos muestre y para que el Señor nos
enseñe porqué es importante el desierto en nuestra vida.
“Entonces
morará la rectitud en el desierto, y la justicia habitará en el campo
fructífero.”
Este versículo me
recuerda aquel dicho, que dice: pobre pero honrado, pero el punto es que al
estudiar el contexto de este versículo, podemos ver: que a las mujeres de
Jerusalén se les manifestó la integridad, que a las mujeres de Jerusalén se les
manifestó la honestidad cuando les estaba lloviendo sobre mojado, es decir que
las mujeres de Jerusalén se reencontraron con la rectitud ¿En dónde? EN EL
DESIERTO… Eso quiere decir que el Señor utiliza el desierto para enseñarnos a
caminar sobre sendas derechas… y eso fue lo que dijo y aun nos sigue diciendo
el profeta Isaías en su libro, en el capítulo 40:3 RVR 1960, y dice: “Voz que clama en el desierto: Preparad
camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.”… Lo que
estoy tratando de decir es que el Señor nos enviará al desierto cuando estemos
caminando por sendas tortuosas, y fue por eso que el Señor Jesucristo dijo y
aun nos sigue diciendo: “Todo valle será
llenado, toda montaña y colina será allanada. Las sendas torcidas serán
enderezadas, y los caminos escabrosos serán alisados.”, ver Lucas 3:5 PDT…
Eso quiere decir que el Señor utilizará el desierto para emparejarnos ¿Por qué?
Porque en el desierto nos EXAMINAMOS, porque en el desierto nos EVALUAMOS, y
decimos: voy a cambiar esto, esto y esto, porque esto, esto y esto lo estoy
haciendo mal… Sabía usted que uno de los peores enemigos que puede tener el
cristiano, ES EL ÉXITO, en primer lugar, porque cuando todo le sale bien se empieza
a enfriar, y al enfriarse comienza a señalar a los demás… y en segundo lugar,
porque el éxito no le permite ver sus errores… Lo que estoy tratando de decir
es que la persona exitosa no puede comprender por qué existen cristianos en el
desierto… es decir que el desierto, que el sufrimiento lo hará comprender, es
decir que el desierto lo llevará a la obediencia y la obediencia lo llevará a
la humildad y la humildad lo llevará a la rectitud, a la honestidad, a la
integridad… por eso permítame decirle, NO LE TEMA AL DESIERTO, porque el Señor con Su vara y Su cayado le infundirán
aliento… Quizás alguien se esté diciendo: hermano Juan Carlos, usted me
está diciendo que debo anhelar el desierto, NO, yo le estoy diciendo, en primer
lugar, que si andamos por caminos
torcidos y por sendas extraviadas, el Señor nos enviará al desierto… y en
segundo lugar, que si usted se encuentra en el desierto esa no es su meta
final, porque el libro de Isaías, en el capítulo 32:16, dice: en el desierto morará la rectitud, pero
la justicia habitará en el campo
fructífero… Eso quiere decir que su meta final es el campo fructífero,
pero, debe tener presente, que para que le pueda sentir el sabor a las
añadiduras, antes debe pasar por el desierto, y eso fue lo que dijo el
proverbista cuando dijo: “…para el
hombre hambriento todo lo amargo es dulce.”, ver Proverbios 27:7… Eso
quiere decir que el desierto es necesario para que apreciemos todo lo bueno que
el Señor nos va a dar después.
Ahora, miremos Éxodo
capítulo 3:1.
“Y
Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y condujo
el rebaño hacia el lado occidental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de
Dios.”
Al estudiar el
contexto de este versículo, nos damos cuenta que en el desierto se encuentra el monte de Dios… Que en el monte de Dios se encuentra el ángel
del Señor… Que en el monte de Dios
se encuentra la zarza que no se consume… Que en el monte de Dios se encuentra la voz y la tierra santa de Dios… Eso quiere decir que el pastor y sus ovejas
vieron las maravillas de Dios en el
monte de Dios, llámese desierto… Lo que estoy tratando de decir es que cuando
usted y yo estemos en el desierto vamos a ver las maravillas de Dios en el monte de Dios, si no es que ya las
estemos viendo, porque la Palabra dice: que el monte de Dios está en el desierto, por eso NO LE TEMAMOS AL
DESIERTO, dejémonos llevar al desierto, dejémonos llevar al monte de Dios, porque
el desierto NO nos puede hacer ningún daño… por eso permítame decirle lo
siguiente: el desierto que ya pasó, o que está pasando NO es para matarlo, que
la escases que tuvo o que está teniendo NO es para matarlo, es para ENSEÑARLE,
que “…No sólo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”, ver Mateo 4:4 RVR 1960,
Gloria a Dios, Aleluya.
Ahora, miremos Éxodo
capítulo 16:14
“Cuando
la capa de rocío se evaporó, he aquí, sobre la superficie del desierto había
una cosa delgada, como copos, menuda, como la escarcha sobre la tierra.”
Al estudiar el contexto de este versículo, podemos ver que el pueblo de
Israel no sabía lo que era el mana, porque “…se
dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, porque no sabían lo que era. Y Moisés les
dijo: Es el pan que el Señor os da para comer...y lo recogerán cada mañana…”,
ver Éxodo 16:15 y al 21… Eso quiere decir que el pueblo de Israel no tenía pesadillas,
porque se estaba alimentando sanamente… Que el pueblo de Israel tenía que
recoger el mana diariamente, es decir que cada día trae su propio afán… Eso
quiere decir que cuando el Señor coloca al cristiano en el desierto, Él le dará
el alimento justo a tiempo, porque sus tiempos son perfectos… Lo que estoy
tratando de decir es que Dios desea mandarnos al desierto para que depositemos
plenamente nuestra confianza en Él, pero también, debemos de ordenar las cosas,
SE HIZO LA LUZ, ordenemos las cosas, porque normalmente la escases proviene de
la mala administración y no de un desierto de Dios… por eso permítame decirle,
que si caminamos por el desierto de la mano del buen pastor, ESO ES BUENO,
porque “…nada nos faltará. En lugares de delicados pastos nos hará descansar; Junto a aguas de reposo nos pastoreará.”, ver Salmos 23:1 al 2 RVR
1960, nosotros podríamos vivir sin la pantalla led, nosotros podríamos vivir
sin cable, PERO SIN EL SEÑOR NO PODRÍAMOS VIVIR, por eso permítame decirle, que
debemos reconocer cuales son nuestras prioridades, es decir que es lo que
tenemos y que podríamos tener, que es lo que se puede utilizar y que no se
puede utilizar, que se debe de sembrar y que no se debe de sembrar… es decir Todo me es lícito, pero yo no me dejaré
dominar de nada… Todo me es lícito,
pero no todo me conviene; todo me es
lícito, pero no todo me edifica…ver
Primera de Corintios 6:12 y 10:23, BIBLIA NACAR COLUNGA y RVR 1960, por eso permítame
decirle, que el desierto es el paso previo a la tierra prometida, llámese
Canaán, solo para darle una semblanza de lo que es la tierra prometida, dice la
Palabra: que los israelitas se comieron los frutos que no sembraron… Que los
israelitas habitaron los edificios que no construyeron… Que los israelitas
recibieron muchas bendiciones en Canaán… Eso quiere decir que habitar la tierra
prometida es una gran bendición, y Dios quiere Canaán para nosotros y para
nuestra familia… Lo que estoy tratando de decir es que nosotros NO podemos
caminar con nuestra propia inteligencia… Que nosotros debemos caminar como a
dos mil codos del arca, llámese Jesucristo, es decir que debemos caminar
pensando en lo que hizo Cristo y en lo que haría Cristo en estos tiempos, en
estos tiempos finales, y que ya los estamos viviendo, Amén...
Por eso quisiera
terminar esta maravillosa enseñanza del Señor de Señores y Rey de reyes, diciendo:
que cuando estemos en el desierto NO nos enamoremos de él, porque el desierto NO
es nuestra meta final, NO LE TEMAMOS AL DESIERTO, pero tampoco estemos viviendo
en esta bendita tierra con la mente puesta en otro país, o con la mente puesta
en las cosas que podríamos heredar… Recordemos que tenemos la SALVACIÓN, que
tenemos al Padre, que tenemos al Hijo, que tenemos al Espíritu Santo y que si “…buscamos primeramente el reino de Dios y su justicia, todas las cosas nos serán añadidas.”, ver Mateo 6:33 RVR 1960… Lo que estoy tratando
de decir, en primer lugar, es que si nosotros estamos con Dios, nuestro
desierto se convertirá en el monte de
Dios, y que en el monte de Dios
comenzaremos a ver el mana del cielo, comenzaremos a ver el agua que brota de
la roca, comenzaremos a ver la miel que brota de la roca, comenzaremos a ver el
trigo que brota de la roca, comenzaremos a ver la nube y la columna de fuego,
que nos dará la protección y el refrigerio, porque “El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra.”,
ver Proverbios 21:21 NVI… y en segundo lugar, que si nosotros estamos con Dios,
nuestro desierto se convertirá en pastos
delicados, porque Su vara y Su cayado nos infundirán aliento, por eso permítame decirle lo siguiente: Dios quiere
que caminemos por el desierto, es decir NO DEBEMOS RESISTIRNOS a SU DESEO, sino
ENFRENTARLO con FE, es decir no preguntándonos: ¿Por qué estamos aquí? Sino
¿Para qué estamos aquí? Y ¿Qué es lo que Dios quiere que aprendamos aquí? Yo sé
que sé, que a nadie le gusta el proceso… Que nosotros queremos las recompensas…
por eso debe saber esto, tal vez le guste o no le guste lo que le voy a decir,
pero es mi conclusión a través de la experiencia en el ministerio y en la
comunión con el Señor, y es que Dios desea perfeccionar nuestra alma antes de
bendecirnos en TODO y TODO es TODO HERMANO, ver Tercera de Juan 1:2 RVR 1960… y
esto el perito arquitecto de la Iglesia de Cristo nos lo afirma diciendo: “…el que comenzó en vosotros la buena
obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo, aunque nos haga pasar por el desierto, por el sufrimiento, por
la soledad ¿Por qué? Porque el desierto NO DESTRUYE, INSTRUYE ¿En qué? En la
verdad.”, ver Filipenses 1:6 RVR 1960,
Gloria a Dios...
Dice la Palabra:
“…he aquí, la seduciré, la llevaré al desierto, y le
hablaré al corazón.”
(Oseas 2:14)
Este versículo nos deja
ver claramente, que Dios quiere que usted y yo atravesemos desiertos
espirituales ¿Para qué? Para que nos demos cuenta que la única fuente de
nuestra provisión es Él… y es por eso que el dulce cantor de Israel dijo y aun nos sigue diciendo: “Aunque afligido yo y necesitado, Jehová
pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.”,
ver Salmos 40:17 RVR 1960… Eso quiere decir amado hermano, que después del desierto hay
bendición.
10 de Junio de 2017
Ministerio Familiar Generación Apartada para Cristo
Excelente
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